La iglesia de Santa Úrsula Mártir ha restaurado una escultura de San Pablo del siglo XVII
El
Obispado de Tenerife conjuntamente con el área de Patrimonio
Histórico del Cabildo de Tenerife y la Parroquia de Santa
Úrsula Mártir (Adeje Casco), a través del Marco Estratégico
de Desarrollo Insular, han llevado a cabo la restauración de una
escultura de San Pablo, en la que se muestra al apóstol con túnica
y manto recogido hacia la cintura, donde se apoya un libro haciendo
una alusión a las epístolas.
El
equipo encargado de la restauración de esta pieza estuvo encabezado
por Silvano Acosta, conservador y restaurador afincado en Tenerife,
quien utilizó la técnica de la fijación en la policromía original
y aplicó pinceladas de diversas soluciones de cola orgánica a
través de presión manual y espátula eléctrica. “Esta operación
se realizó para impedir la perdida de materia durante el proceso de
conservación y se aplicó en zonas concretas, nunca de forma
generalizada, principalmente en crestas y levantamientos en las
vueltas de paños antes y después de levantar repintes y
repolicromados”, aseguró el experto. Se reconstruyeron todas las
partes afectadas y se encolaron y fijaron con cola de acetato
polivinilo las fisuras. Además, se procedió a una limpieza y
eliminación de repintes.
Según
indican los archivos, esta escultura se localizó en el retablo
mayor del Convento Franciscano de Nuestra Sra de Guadalupe y San
Pablo, fundado en 1679 por el primer Marqués de Adeje, Juan
Bautista de Ponte Fonte y Pagés. El primitivo retablo desapareció́
en época indeterminada para ser sustituido por otro de gusto
dieciochesco, que presidió la cabecera del templo conventual hasta
1841, fecha en la que fue trasladado a la iglesia de San Antonio Abad
en Arona.
“Se
observa en el modelo de referencia y en la traza de talla de esta
escultura la influencia del maestro Martín de Andújar.
Probablemente estamos ante una obra de su escuela, cuyo autor
supuestamente se encuadra dentro de la escuela de Garachico.
Estilísticamente la obra es arcaizante sin llegar a ser popular.
Parece inspirada en modelos preexistentes, que el escultor pudo ver
en su entorno artístico o en grabados de la época”, detalló el
restaurador.
Gracias
a la documentación conservada de la Casa Fuerte de Adeje se conoce
con exactitud la composición mobiliaria del citado cenobio, entre lo
que destacan los retablos y su contenido. De la escultura se sabe que
compartía culto con la cotitular del convento y con un San
Francisco. Todas estas obras se conservan actualmente en la parroquia
de Santa Úrsula Mártir de Adeje.
En
su mano izquierda, la talla porta una espada de nueva factura, con la
que se le representa desde el Siglo XIII. La espada posee una doble
lectura, que alude, por una parte, el arma de su martirio y por otra,
el estilo radical en sus escritos. No conserva su diadema de plata ni
la espada original, que pudieron haber desaparecido a raíz de la
desamortización de Mendizábal en el año 1836. La traza de la
escultura es arcaica, de composición geométrica y talla
esquemática. Es una obra especialmente singular e importante para
entender la factura y evolución de la escultura antigua de Canarias.
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