Canarias (La Gomera).- 14 de noviembre de 2024
El
Cabildo acoge este viernes la presentación del libro ‘Una isla, una familia,
una casa. 1850-1931’ de Alberto Darias Príncipe
El Salón de Plenos de la Institución
insular será escenario de este acto que tendrá lugar el viernes 15 de
noviembre, a partir de las 19.00 horas, con entrada libre y gratuita hasta
completar aforo
En este libro, el autor aborda la venta de
la casa de la viuda de Darias, en 2017, por parte de sus herederos, cerrándose
así el ciclo de una familia que había dejado un legado documental de más de
ochenta años
El Salón de Plenos del Cabildo insular acoge, este viernes 15 de noviembre, a partir de las 19.00 horas, la presentación del libro ‘Una isla, una familia, una casa. 1850-1931’, del autor gomero y catedrático en Historia del Arte Alberto Darias Príncipe.
En este libro, el autor aborda la venta de
la casa de la viuda de Darias, en 2017, por parte de sus herederos, cerrándose
así el ciclo de una familia donde el axioma popular se cumplía: “La primera
generación hace la fortuna, la segunda la acrecienta y la tercera la liquida”.
Supone esto el colofón de una saga como otras tantas que se suceden en las
historias locales.
Pero en este caso algo la diferenciaba,
había dejado un legado documental de más de ochenta años a través de escritos
que permitía conocer los entresijos en
el acontecer de un pueblo con sus luchas, sus ambiciones, sus pequeñas
grandezas y miserias; el perfecto complemento para el estudio de la historia
social insular.
Sobre
el autor
Nacido en San Sebastián de La Gomera en
1945, Alberto Darias Príncipe ha hecho de La Gomera uno de los ejes principales
de su investigación y estudios durante sus más de 40 años de actividad
profesional.
Fue en 1992 cuando publicó el libro más
importante sobre el patrimonio arquitectónico y de patrimonio mueble de la
isla, ‘La Gomera: espacio tiempo y forma’, a través del cual recorre todos los
municipios, ahondando en su historia, su patrimonio, y las obras de arte que
atesoran.
Este investigador gomero es uno de los más
eminentes historiadores del Arte en Canarias, quien también fuese Catedrático
de la Universidad de La Laguna, miembro de la Comisión Insular de Patrimonio de
La Gomera, y el impulsor y primer director de la Cátedra Cultural José Aguiar
de la institución académica.
Don Juan como consuelo
Supongo que muchos de ustedes compartirán
conmigo, tras el espanto por la catástrofe, la desolación ante los cuatro o
cinco días largos en que nuestras autoridades estatales y regionales dejaron
desamparados a los habitantes de las riberas de la ya funesta Rambla del Poyo,
en un fangal y sin electricidad ni agua potable, y menos, comunicaciones
electrónicas y escasamente terrestres, para demostrar, una vez más, su absoluta
inepcia para cuanto no sean sus arteros y abusivos enredos, por más siglas,
anglicismos y otras chatarrerías pedantescas con que los disfracen. Por lo
demás, como la prensa ha estampado artículos memoriosos, habrán sabido que
estas terribles riadas se pierden en el antaño más lejano, pues la primera
datada es de 1321 y, desde entonces, no consta siglo donde no hayan acontecido
al menos cuatro de notoria atrocidad y devastación, siendo la última la del 20
de octubre de 1982, cuando reventó la presa de Tous, y antes, la muy famosa del
14 de octubre de 1957. Y si han menudeado en Valencia con inclemente saña, no
por eso se libra el resto del arco mediterráneo, desde Cataluña —valga como
luctuoso ejemplo la del 25 de septiembre de 1962, que desbordó el Llobregat y
el Besós y segó entre seiscientas y mil almas— hasta las inmediaciones de
Granada, como la de 19 de octubre de 1973, que anegó desde Albuñol hasta Puerto
Lumbreras, y cuyos embravecidos torrentes se tragaron casi doscientas vidas,
por no mentar la llamada del día de Santa Teresa de 1879, que arrambló con unas
mil personas desde Lorca hasta Orihuela, cebándose con atroz ahínco en Murcia,
donde perecieron más de setecientos vecinos.
Está visto que para el inicio del
melancólico otoño se cierne sobre todo el levante español esta torrencial
amenaza; ¿y qué se ha hecho para prevenirla? Unas cuantas presas de contención,
algunos insuficientes —y por lo comprobado ahora, obturados por la desidia—
canales de desvío y ese gigantesco zanjón para reencauzar el Turia llamado el
Plan Sur, que ha servido como trinchera defensiva de Valencia y que, de haber
faltado, no imagino cuál hubiese sido el alcance del estrago de hace un par de
semanas. Pero si algo me provoca la rabia y la vergüenza, es que, de todas
estas obras, las eminentes y efectivas pertenecen a la dictadura, extinta hace,
ni más ni menos, que cuarenta y nueve años. Y desde entonces, ¿qué?
Compungidas declaraciones tras cada
diluvio y vanas promesas de socorro, que el pueblo, acuciado por la
destrucción, se ha negado a admitir coléricamente hace dos domingos ante el
rey, mientras a sus espaldas huía el presidente del Gobierno, para bochorno
hasta de sus más firmes adeptos. Atribulada coyuntura cuando el país clama
temple y determinación, y no encuentra sino cobardía y doblez.
Si bien pudiera compartir este parecer, se me antoja una rotunda bobada cuando se trata de recuperar la más popular recreación —y tanto que los escolares no solo nos sabíamos parlamentos enteros sino que los trucábamos con guasonas obscenidades— de uno de los mitos aportados por la literatura nacional a Occidente. Más en este momento cuando su arrogante y vitriólica figura se opone a ese hatajo de remilgados fanatismos, resumidos como cancelación, que está permeando con sus histerias nuestras sociedades. Aunque, sucintamente, la leyenda del Burlador recoge la peripecia y condena de un soberbio, tanto en el original atribuido a Tirso de Molina como en sus reformuladores: Molière, Lorenzo da Ponte, Espronceda con su Estudiante de Salamanca (1840) o el inmediato drama de Zorrilla; no se podría afirmar lo mismo de las versiones de Edmond Rostand, tan cargada de almibarado simbolismo, o de la insólita y hoy olvidada de Jacinto Grau, por no hablar ya del mansurrón relatado por Azorín o de la novela de Torrente Ballester, cuyo don Juan exhibe otras muchas facetas —o si prefieren mitos de la gran literatura europea—, para convertir su lectura en un diálogo con todos cuantos han sido bendecidos con el luciferino don de la eterna juventud. Dejo aparte el inconcluso a la par que mordaz —basta leer las pullas goteadas contra sus contemporáneos— Don Juan (1819-24), de Byron, pues este poema narrativo, del mito apenas toma el nombre.
Y aun cuando al Burlador se le ha hecho
pagar en tantos escenarios y lenguas sus lujurias y blasfemias, este libertino
sin traba ha atraído durante siglos a autores y, sobre todo, al público, porque
representa la secreta, por pérfida que sea, aspiración de todo hombre, y cuanto
más sojuzgado, mayor. En cuanto a las mujeres; ¿no anhelaron todas retener para
sí su arrebatadora audacia? Ah; pero tan hábil era para seducir como presto
para el hartazgo; ¿o acaso alguien cree, como sugiere el bienintencionado
Zorrilla, que don Juan hubiese permanecido con doña Inés más allá del
emocionante rapto y algunas noches apasionadas hasta hacer trizas el candor de
la novicia…? No seamos ingenuos, porque su arrogancia, como intuyó Marañón, no
ocultaba sino a un tornadizo insatisfecho; y en absoluto el averno infernal,
sino este pubescente desasosiego era su terrenal castigo.
Artículo publicado por el "Imparcial", el 12 de noviembre de 2024
*Gastón Segura, es licenciado en Filosofía por la Universidad de Valencia, Se trasladó a Madrid en 1990, donde ejerció diversos trabajos hasta que en 1990 se dedicó de lleno a la literatura.
Madrid.- 13 de noviembre de 2024
Eñe en el Círculo de Bellas Artes: celebrando la diversidad de voces y temas
Este fin de semana, Festival Eñe llega al
Círculo de Bellas Artes, corazón de este encuentro y en el que literatura, arte
y reflexión se reunirán. Entre los temas centrales que guiarán las
conversaciones encontramos una mirada profunda hacia la democracia y la
libertad, abordados por autores y pensadores que comparten sus perspectivas en
este momento crítico para la sociedad contemporánea.
En el acto inaugural, Gustavo Dudamel y
Jesús Ruiz Mantilla abordarán el poder transformador de la música, seguidos de
un debate sobre el futuro de la democracia con Antonio Scurati y Javier Cercas,
y una reflexión sobre los totalitarismos y sus lecciones a cargo de Antony
Beevor y Nicolás Sesma.
El festival también celebrará los
centenarios de Joseph Conrad y Franz Kafka, cuyas influencias literarias serán
analizadas por Jorge Volpi y Juan Gabriel Vásquez. Constanza Ternicier, Claudia
Apablaza y Sara Torres dialogarán sobre feminismo y censura, mientras José
María Lassalle y Clara Jiménez Cruz explorarán el impacto de las redes sociales
en la democracia. Como cierre, el programa Hora 25 ofrecerá un especial con
autores destacados.
El sábado, Lina Meruane y Martín Caparrós
hablarán sobre tolerancia, y Jorge Lago y Alba Carballal imaginarán utopías
realistas para inspirar el cambio. Lídia Jorge y Gioconda Belli, junto a Eva
Cruz, explorarán la libertad en la literatura como un puente entre Europa y
América. Además, el evento Soplavivo: el rey de la pista, presentado por
#LdeLírica, ofrecerá poesía en un formato innovador, y Martín Bianchi Tasso y
Rosa Belmonte debatirán sobre el glamur y la democracia.
Ventanas
a la Literatura
Este año, el festival abre también tres
"ventanas" dedicadas a la literatura gallega, catalana y vasca,
sumando así nuevas miradas en torno a la memoria, la igualdad y la libertad
creativa. Desde Galicia, voces como las de Manuel Rivas y Paula Carballeira examinarán
conceptos de libertad y fraternidad. La "Ventana Vasca", comisariada
por Katixa Agirre y respaldada por el Etxepare Euskal Institutua, trae
conversaciones sobre censura, memoria histórica y la conexión entre música y
palabra, contando con figuras como Eneko Sagardoy y Olatz Salvador. La
"Ventana Catalana", gracias al Institut Ramón Llull, y comisariada
por los dramaturgos Marcel Borrás y Nao Albet, explorará la creación artística
en diferentes etapas, desde la inspiración hasta la conclusión, con autores
como Juana Dolores y Martí Sales.
Premio
Festival Eñe
Además, el festival rendirá homenaje a
Emilio Lledó, otorgándole el Premio Festival Eñe en reconocimiento a su
compromiso con la educación, el lenguaje y la memoria. Lledó, uno de los pensadores
más destacados de la cultura española, representa el espíritu del festival: un
espacio para el conocimiento, la sabiduría y la transmisión de valores a través
de la palabra.
Únete a nosotros en el Círculo de Bellas
Artes para disfrutar de una programación única que invita al diálogo, la
reflexión y la celebración de la diversidad cultural.
Programa en este enlace:
https://festivalene.lafabrica.com/programa/
Madrid.- 13 de noviembre de 2024
Segunda semana de Sui Generis Madrid
Ciencia ficción china y un seminario sobre Goliardos y el Carmina Burana
El festival de cultura alternativa Sui
Generis Madrid continúa y en su segunda semana el 13 y el 16 de noviembre
siguen los encuentros con escritores, músicos y poetas en diferentes espacios
de la capital madrileña
Planetas invisibles y Estrellas rotas
13 de noviembre en el Centro Cultural de
China en Madrid
Encuentro con los reconocidos escritores
Xia Jia y Baoshu en el marco de "China entre líneas", club de lectura
del Centro Cultural China en Madrid. Asiste a este diálogo con dos figuras
clave de la ciencia ficción actual cuyas historias han capturado la imaginación
de lectores por todo el mundo.
El evento es gratuito y no requiere
inscripción previa, así que no pierdas la oportunidad de conocer a estos
grandes autores y descubrir las historias que están moldeando el futuro de la
literatura especulativa china.
Leyenda foto Imagen (detalle) Simon Stålenhag (The Electric State, 2017)
Madrid.- 11 de noviembre de 2024
Por: Peter Schmidt Bubath
35
años después de la caída del Muro de Berlín...
El jueves 9 de noviembre de 1989, hace 35 años, Günter Schabowski declaró abierto el Muro a la población de la RDA en una rueda de prensa (tras 28 años y más de 1.000 muertos) debido a un malentendido en la comunicación interna del partido.
Para conmemorar este día, el autor y La
Gatera Press desean enviar algunos pensamientos al mundo digital con la esperanza de
que muevan a la reflexión a sus lectores.
La amenaza de décadas de la «Guerra Fría»
había terminado. La alegría fue indescriptiblemente grande - en los sistemas occidentales
- pero también la tristeza para muchos en el lado oriental, que vieron cómo sus
décadas de vida y el trabajo de toda su vida se desvanecían en la
insignificancia, en la nada. Para la gran mayoría de la gente, este
acontecimiento llegó de forma totalmente inesperada. Los medios de comunicación
occidentales - que maravilla - estuvieron llenos de buenas y esperanzadoras
noticias durante 10 meses, hasta el 2 de agosto de 1990 (hasta el 28 de febrero
de 1991), inicio de la «2a Guerra del Golfo» contra Irak, a causa de la
invasión y anexión de Kuwait por parte de Irak.
En 1989, había unos 15 ó 16 muros
político-físicos erigidos en todo el mundo para asegurar las fronteras o
controlar a los migrantes y los conflictos. Hoy en día, se calcula que hay más
de 70 estructuras de este tipo. Y, por supuesto, hay mucho más muros invisibles
que son casi más infranqueables que los muros y barreras físicas, como todos
hemos podido comprobar en todo el mundo en los últimos cuatro años y medio y
ahora mismo en las elecciones estadounidenses. Allí, el muro necesario o
superfluo entre EEUU y México fue uno de los temas electorales clave. Después
de estas elecciones, hay sin duda bastantes personas a las que les gustaría ver
un muro físico para mantener alejadas a la gente con «ideas equivocadas». Se está
desarrollando un lenguaje, la censura, que es una especie de muro.
Por regla general, los muros sirven para
proteger contra el viento y la intemperie, así como contra los “no invitados” y
las influencias no deseadas de carácter espiritual, religioso o cultural, pero
también para privar a las personas de su libertad.
El Muro de Berlín era una necesidad para
la supervivencia de la «República Democrática Alemana» (RDA) en 1961 (inicio de
la construcción: 13 de agosto de 1961). Los ciudadanos amenazaban con huir
completamente del régimen. Si el sistema social socialista quería sobrevivir,
tenía que cerrar la frontera.
Walter Ulbricht, presidente del Consejo de
Estado y presidente del Comité Central del SED (Partido Socialista Unificado de
Alemania), es decir, el jefe del Estado, dijo: «Nadie tiene la intención a
construir un muro....», cuatro semanas antes de que se construyera el Muro, y
ni siquiera mentía. Porque El Muro fue impuesto al régimen por las
circunstancias internas, es decir, la «hemorragia», la gente que se marchaba y
huía del Estado. El régimen dio al muro el nombre de «muro de protección
antiimperialista» para disfrazar su verdadero propósito, que era quitar a la
gente la libertad de movimiento y la libertad de elección, por el bien de la
comunidad y para la mejor prosperidad del Estado obrero y campesino. Pero
básicamente se trataba de un muro ideológico. Al fin y al cabo, la RDA pudo
desarrollarse más libremente como Estado y comunidad socialista.
De lo que poca gente se da cuenta es del
hecho de que se construyeron cuatro (4) «muros» en el mismo lugar durante los
28 años con diferentes técnicas y materiales. El último fue prefabricado en
secciones de hormigón con armadura de acero, de 3,6 metros de alto y 1,2 metros
de ancho, pintadas de blanco por ambas caras.
Hay muchos buenos vídeos sobre el Muro de
Berlín en Internet y ChatGPT también está dispuesto a facilitar información.
Así que me ahorraré el trabajo de contar toda la historia.
Desde hace un año hay en Madrid una
exposición muy recomendable titulada «El Muro de Berlín. Un Mundo dividido»,
que también podrá verse en otras ciudades en el futuro.
Madrid.- 11 de noviembre de 2024
Por Ricardo Gil Otaiza
Leer a un gran autor
Si bien la novela es relativamente breve
(238 páginas), el autor logra un grado de perfección estilística tal, que la
eleva a la categoría de obra maestra
Desde hace muchos años no me acerco al
novelista español Antonio Muñoz Molina (Úbeda, 1956), que recuerde: desde los
tiempos de Sefarad (2001), y el hallazgo hoy ha sido extraordinario a propósito
de su libro No te veré morir (Seix Barral, 2023), que he terminado de leer con
una mezcla de emociones, que van de la admiración a la envidia, por ser una
novela que se mece en inusitados registros que nos llevan por los pedregosos
caminos de la pasión amorosa y del desencuentro, lo que nos empuja a su vez a
cerrar los ojos frente a la realidad y al más desolador adiós que podamos
experimentar: el del inescrutable abismo del tiempo y el espacio.
Memoria y olvido se hacen en esta novela
una dupla dolorosa, que lleva a Gabriel Aristu y Adriana Zuber, protagonistas
de estas páginas, a vivir del recuerdo, a entregarse maquinalmente a sus chatas
existencias con la certeza de haber perdido para siempre la posibilidad de
entregarse al verdadero amor: el que nace de la piel y las emociones, el que
nos trastoca la tranquilidad y la vigila, el que se camufla por las noches en
nuestros sueños y nos convierte en los héroes de insospechadas aventuras e
inenarrables placeres: el que nos llena de fuerzas para seguir adelante a pesar
del inmenso vacío que nos habita y nos consume.
Adriana está dispuesta a todo por él:
dejar su casa e irse a vivir lo que tenga qué vivir, pero Gabriel es presa de
su destino: fuerzas ajenas a su débil voluntad y carácter lo empujan a
marcharse de su país sin mirar atrás, pese a su sentimiento hacia a ella y a su
abatimiento interior, y así transcurren los años, casi cinco décadas, y el
recuerdo en ambos es imperecedero, pero, claro está: marcado por lo andado que
como huella indeleble ha hecho de ellos seres irreconocibles, que saben
descifrar en las marcas dejadas los signos de lo imposible.
Mientras avanzaba en estas páginas no
podía evitar la remembranza de El último encuentro, obra cumbre del gran
novelista húngaro Sándor Márai, que leí varias veces en Venezuela (y también
reseñé), y la asociación me llegaba por la vía de la densa atmósfera creada por
Muñoz Molina en el reencuentro de los personajes: una casa desvencijada por el paso
del tiempo, aunque con recuerdos aún latentes de la consumación de la pasión
dada pocas horas antes de la partida de Gabriel a los EEUU.
Lo ominoso que suele estar coligado muchas
veces con la vejez, así como los duros reproches que Adriana le hace a Gabriel,
convierten el ansiado encuentro en un “algo” indescifrable y complejo, así como
el punto más elevado (y a la vez culminante) de la interesante trama.
Ambos lucen golpeados por el trajinar;
pero más ella: quien está en una silla semiparalizada por la enfermedad, pero
sin perder su femineidad ni los atisbos de su añejo encanto. Él, mira
circunspecto, sabe que está ahí escapado de su vida (dijo a su mujer que se iba
a Ginebra, pero le ocultó que pasaría por Madrid), porque una pulsión interior
lo empujó a ello: quería verla, cerrar la vieja herida, saciar las ansias
crecientes atizadas por el recuerdo, y poder expresarle que no la había
olvidado. Pero ya es tarde, para ambos todo está consumado: la vida, la
posibilidad de rehacer uno al lado del otro los jirones del pasado. Aquello,
más que un reencuentro de dos seres que se han amado, es una dura y amarga
despedida.
En un instante en el que él acerca su
rostro al de Adriana con la intención de besarla en los labios, ella se aparta
y le dice algo al oído, él no comprende, pero lo repite con un hilo de voz:
“Ayúdame a morir. No puede ayudarme nadie más que tú”. Entonces, el lector
recibe en este instante y como un fogonazo el impacto del drama interior, de la
fuerza de las circunstancias, del dolor acumulado; del quiebre de la distancia
y el tiempo. El lector siente el mismo nudo de Gabriel en la garganta, y es
aquí en este punto preciso de la narración, cuando no podemos contener la
tristeza y el sacar nuestras propias sumas y restas, que son las mismas de la
humanidad entera.
Si bien la novela es relativamente breve
(238 páginas), el autor logra un grado de perfección estilística tal, que la
eleva a la categoría de obra maestra. Está ambientada en el Madrid de la década
de finales de los 60 del siglo pasado y en el presente, aunque hay episodios
desarrollados en algunas localidades de los EEUU. Me fascinó la permanente
referencia a obras clásicas de la literatura y de la música (Gabriel toca el
cello), así como la técnica narrativa, que no fue lineal ni uniforme, sino que
echó mano de distintas voces y registros, lo que apareja una sólida estructura
que se hace autárquica y perfecta. Muñoz Molina es un maestro de la lengua y la
narrativa: se mueve como pez en el agua, ata sus hilos desde múltiples perspectivas
sin que el lector pierda la noción de lo narrado.
Hay pocos personajes en el libro: los ya
mencionados (que llamaría principales) y algunos secundarios como Fanny: la
dama que cuida con esmero y denodado celo de Adriana, que, si bien no tiene un
papel relevante, es al final de la historia la única espectadora de todo
aquello que se observa en el encuentro, y por breves instantes se erige en
narradora. También hallamos a la hija de Adriana, quien lleva su mismo nombre y
apellido y vive en los EEUU: ella y Gabriel se conocen poco antes. Está
Constance, esposa de Gabriel: no tiene figuración en la trama y es apenas un
referente. Y, por último, Julio Máiquez, amigo de Gabriel, clave en la trama y
es también voz narrativa: al que éste a veces desdeña por no haber tenido
suerte en la vida.
Por supuesto, no cometeré la tontería ni
la novatada (ya tengo 40 años de oficio en la escritura) de darles el final de
la historia, con lo adelantado basta, y en realidad en lo que a mí respecta no
me haría falta conocerlo, o no me sorprendería que el autor diera algún
inesperado giro, porque en un libro no es sólo lo que se cuenta sino cómo se
cuenta, y en el ínterin queda el gozo que nos ha sido dado.
rigilo99@gmail.com
¡Arranca
Festival Eñe 2024!
Entre el 9 de noviembre y el 1 de diciembre, Madrid y Málaga acogerán las propuestas de Festival Eñe 2024. Un extenso programa que contará con más de 90 actos y la implicación de más de 145 creadores del mundo de la literatura, por supuesto, pero también del cine, las artes escénicas, la música, las artes plásticas o el universo de los videojuegos.
Creadores que, en el marco de Eñe,
encontrarán un espacio para reunirse con el público, en un año en el que el
tema central del festival es un concepto tan pertinente como amenazado en estos
días. Democracia.
Jesús Ruiz Mantilla, director artístico de
Eñe, ha concebido un Festival en el que el tema principal es la democracia.
Escritores y creadores reflexionarán sobre su importancia y a las amenazas a
las que se enfrenta en el contexto actual.
Como señala el director en el Manifiesto
del Festival:
"Una reivindicación de las mismas
como el culmen de una obra colectiva donde asentar lugares en los que convivir,
desarrollarse en libertad, construir y reformar sus deficiencias, además de
aspirar como sociedades a tratar de ser felices en plena libertad y compartir
derechos y anhelos en igualdad de condiciones.”
Ver programa:
phttps://festivalene.lafabrica.com/?utm_source=clientify&utm_medium=email-marketing
Madrid.- 09 de noviembre de 2024.-
Matadero Madrid acoge este fin de semana
la XVI edición del festival Sui Generis Madrid
La II Feria del Libro Especulativo, un encuentro intercontinental de ciencia ficción, el Premio Sheridan Le Fanu y experiencias escénicas con poesía y música en vivo
La programación estrella de la XVI edición de Sui Generis Madrid, festival dirigido por Marjorie Eljach, se está desarrollando en sus sedes habituales hasta el próximo 24 de noviembre.
Este fin de semana del 8 al 10 de
noviembre, se consolidará la II Feria del libro de géneros especulativos que
durante tres días se celebrará en Casa del Lector de Matadero, en cuyos
pasillos estarán presentes 24 editoriales especializadas: Apache Libros, Apple
Head, Aurora Dorada, Bunker Books, Caja Negra, Demeter, Diábolo, Dimensiones
ocultas, Edebé, Edelvives, Herejía y Belleza, Hermenaute, Graphiclassics, La
Biblioteca de Carfax, La Biblioteca del Laberinto, La Boutique de Zothique, La
Máquina que hace Ping!, Maidhisa, Maniac Ediciones, Orciny Press, Reediciones anómalas,
Relic Collector Shop, SanSanAtelier, SM y Transbordador.
Los
stands podrán visitarse el viernes 8 de noviembre (de 17 a 21 h), el sábado 9
de noviembre (de 11:30 a 14 h y de 17 a 21 h) y el domingo 10 de noviembre (de
11:30 a 14 h).
Xia Jia y Baoshu son los escritores que representarán la mejor ciencia ficción y fantasía en auge de China. Han comenzado sus conferencias desde el 8 de noviembre a partir de las 18:30 h: Ciencia ficción china: una realidad literaria y canónica por Xia Jia y El Cixin-verso, de la admiración a la creación, en torno al imaginario creado por Cixin Liu, autor de la trilogía Recuerdo del pasado de la tierra (El problema de los tres cuerpos, El bosque oscuro, El fin de la muerte), a cargo de Baoshu, artífice de La redención del tiempo, secuela de la mencionada serie de novelas. Para la jornada de clausura en Matadero, compartirán, a las 13 h, la mesa redonda titulada De la serpiente blanca a los dragones: ¿Cabe el folclore chino en la ciencia ficción actual?
En paralelo, autoras y autores nacionales
(Elio Quiroga, Sofía Rhei, Rubén Sánchez Trigos, Covadonga González-Pola...) y
otros tantos internacionales, especialistas del género, aportarán su mirada y
experiencia como creadores de ciencia ficción.
Premio Sheridan Le Fanu
En el marco de la II Feria del Libro de
Género Especulativo, tendrá lugar la ceremonia del Premio Sheridan Le Fanu,
creado en 2016 como reconocimiento a la trayectoria de aquellos que mantienen
vivo el espíritu de la literatura gótica en nuestros días, y a escritores que
cultivan los géneros de ficción especulativa, siempre con una mirada oscura.
Dado que la distinción se había otorgado tanto a autores como a académicos, una
editorial, una fundación y un colectivo, en 2023 se establecieron por primera
vez dos categorías: creación y divulgación. En la presente edición, se
incorpora, además, la de nuevos talentos para reconocer el potencial prometedor
de escritoras y escritores noveles.
Estos han sido los galardonados desde
entonces: la escritora Pilar Pedraza (2016); los escritores Juan Ramón Biedma,
Rafael Llopis y Ramsey Campbell (2017); Fernando Marías y el colectivo Hijos de
Mary Shelley y Alejandro Inurrieta, presidente de la Fundación Ana María
Iriarte (2018); la editorial Valdemar (2019); la escritora Elia Barceló (2020);
los doctores Julio Ángel Olivares Merino y Antonio Ballesteros González (2021);
la escritora Mariana Enríquez (2022); los escritores Paul G. Tremblay, Stephen
Graham Jones y Tim Pratt en la categoría de creación y el crítico literario S. T.
Joshi y la editorial Biblioteca del Laberinto en la de divulgación (2023).
Ahora, en 2024, el premio en la categoría de Creación y divulgación se concede
a las escritoras Xia Jia, Lisa Tuttle y Cristina Jurado; el premio en la
categoría de Creación, a los escritores Luis Carlos Barragán y Robert Shearman;
y el premio en la categoría de Nuevos talentos a Baoshu.
La entrega se realizará, a las 19:30 h, en
el auditorio de Casa del Lector con acceso gratuito, previa inscripción, hasta
completar el aforo. Tras el acto, a las 20:00 h, seguirá el encuentro
intercontinental de ciencia ficción, una mesa redonda especial con estos
reconocidos escritores del género procedentes de Asia, América y Europa: Xia
Jia (China), Baoshu (China), Robert Shearman (Inglaterra), Lisa Tuttle (Estados
Unidos), Luis Carlos Barragán (Colombia) y Cristina Jurado (España).
Concluirá el fin de semana con tres
propuestas escénicas muy originales en el auditorio. Una experiencia de
fantasmagorías, poemas y paisajes sonoros en vivo, y una ficción sonora en
directo que recreará la broma radiofónica que dio origen a Godzilla, para
conmemorar el 70 aniversario del monstruo, que también será el protagonista de
SGM Ciencia. Además, se ofrecerán tres pases gratuitos de la performance de
teatro físico Olvido, basados en la pieza teatral del mismo nombre inspirada en
cuentos de Agatha Christie en la que el creador escénico colombiano Jimmy
Rangel explora el suspense y el terror como género narrativo.
Ver programa: https://www.suigenerismadrid.com/
Santa Cruz de Tenerife.- 05 de noviembre
de 2024
Día 07 nov 2024- Hora: 18:00 - TEA
Presentación de 'Totalidad del capital'
TEA Tenerife Espacio de las Artes presenta
el jueves (día 7), a las 18:00 horas, el nuevo libro del filósofo mexicano José
Guadalupe Gandarilla Salgado, Totalidad del capital, teorización crítica y
encare de-colonial. Hacia la descolonización del conocimiento (Colección
Pensamiento TEA, 2024). En el acto, que es de entrada libre y que tendrá lugar
en la Biblioteca de Arte y Centro de Documentación de TEA, el autor estará
acompañado de la filósofa Ángela Sierra.
En esta publicación Gandarilla Salgado, heredero intelectual de Enrique Dussel, propone una vigorosa genealogía crítica de las ideas de Engels y Marx, entendiendo la deriva de esta tradición de pensamiento como producto de la geopolítica del conocimiento. Por esta razón, el autor sigue la pista de sus planteamientos por casi todo el planeta, recalando en su recepción no solo en Occidente, sino también en el Sur Global, especialmente en América Latina y el Caribe. Los trabajos de Horkheimer, Adorno o Lukács encuentran así parangón en las aportaciones de autores como Mariátegui, Césaire, Fanon y Dussel, entre otros. En definitiva, Totalidad del capital afirma la existencia de fuertes vínculos entre la teoría crítica, el pensamiento antillano, la filosofía de la liberación y el giro decolonial.
José Guadalupe Gandarilla Salgado es
doctor en Filosofía Política por la Universidad Autónoma de México (UAM).
Además es profesor del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en
Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México
(CEIICH-UNAM), miembro de la Asociación Filosófica de México y de la Asociación
de Filosofía y Liberación y, también, de la Asociación de Estudios
Latinoamericanos.
Santa Cruz de Tenerife.- 05 de noviembre
de 2024
Día 08 nov.2024 – Hora: 19:00 – Tienda librería
EL TEA
Presentación
del libro “Cine en cortos” de Felicidad Batista
Intervienen, la editora Beatriz Giovanna
Ramírez - Editora BGR y la participación de Dancing Duo, formado por Arelis
Díaz García y Carlos Ariel Izquierdo Plasencia con tres coreagrafias de bandas
sonoras de películas.
Tienda librería El TEA. Av. San Sebastián,
10. Santa Cruz de Tenerife
Trayectoria literaria
Felicidad Batista (Tenerife, Arafo).
Licenciada en Geografía e Historia. Historia del Arte. Escritora, narradora,
novelista, bibliotecaria, articulista y viajera literaria.
Autora de la novela Finis Mare y de los
libros de relatos Cine en cortos, Por las calles de la vida, Relatos de la Patagonia y Los espejos que se
miran. Ha publicado en más de 60 antologías en Argentina, Bolivia, Chile,
Colombia, Honduras, México, Nicaragua, Perú, Venezuela y España. Así como
artículos literarios en diferentes períódicos y revistas literarias nacionales
e internacionales.
Su actividad literaria fue declarada de
Interés Cultural por la Secretaría de Cultura de Mar del Plata (Argentina).
Pertenece a la colección de entrevistas
Palabras Mayores de la Biblioteca de
Canarias y a la Audioteca de Canarias.
Ha recibido premios literarios en
Argentina, Chile y España. 1º Premio I Certamen Internacional Pleamar de
Microrrelato (Argentina), Mención Género Cuento “Julio Cortázar” de la Sociedad
Argentina de Escritores (ARgentina), 2º Premio del XIII Certamen de Cuento
Breve del Centro Cultural del Tango Zona Norte. Academia Nacional del Tango
(Argentina), 2º Premio del 55º Concurso Internacional Poesía y Narrativa
Argentina (Argentina), 3º Premio Dardo Esteróvich de Llamamiento Judío
Argentino (Argentina), 3º Premio XII Certamen Cuento Breve del Centro Cultural
del Tango (Argentina), Mención de Honor del X Concurso Literario Gonzalo Rojas
Pizarro Pizarro (Chile), Accésit del I Certamen Internacional de Microrrelatos
“Ángeles Álvarez Arazola” (Jaén. España), entre otros.
Forma parte del libro Generación 21:
nuevas novelistas canarias. Pertenece a los colectivos literarios Generación I,
Meriadiano Literario, Generación Bibliocafé (Valencia), Red de
Microficcionistas del Mundo, etc.
Sus relatos han sido interpretados y
leídos en teatros y radios de Buenos Aires, Quequén, Necochea y El Calafate,
Argentina. En Lebu, Chile, y en Barcelona.
Ha impartido una Master class de
microrrelato en la Universidad Nacional del Centro de la provincia de Buenos
Aires. Colabora en programas de radio
como fue en La Firma de Felicidad Batista en
Radio Ecca. En el programa argentino, Faro al sur.
Jurado de certámenes literarios nacionales
e internacionales. Ha participado en
eventos literarios en Argentina, Chile y México. Una frase de su novela Finis
Mare se encuentra en la habitación 701 del Hotel Contemporáneo de Santa Cruz de
Tenerife.
Ha visitado casas de escritores en
diferentes países como España, Reino Unido, Irlanda, Alemania, Francia, Suecia,
Estados Unidos, Argentina, Chile, México y Nueva Zelanda. Así como numerosas
bibliotecas y librerías por distintos continentes. Y recorrido rutas de obras
literarias. Diseñó y realizó para Asociaciones de mujeres de Guía de Isora una
ruta en Londres siguiendo las pasos de la novela La señora Dalloway de Virginia
Woolf.
Web de Felicidad Batista.
Madrid.-05 de noviembre de 2024
Por Ricardo Gil Otaiza
Lo impagable en Vilas
El autor echa mano del humor, que impregna
casi todas sus páginas, y es un recurso inteligente, medido, profundo y
sosegado, que a modo de eje transversal recorre el libro y hace de su lectura
un espacio para lo lúdico y el gozo
Terminé de leer El mejor libro del mundo
del español Manuel Vilas (Destino, 2024), y debo confesar que me gustó; es más:
superó mis expectativas lectoras, ya que venía de haber disfrutado de su
Ordesa, que leí con arrobo poco antes de iniciarse la pandemia (finales de
2019) y que me enviara desde Galicia una prima hermana de mi esposa quien,
sabiendo de las dificultades en Venezuela para adquirir novedades editoriales,
se apiadó de mí y me hizo llegar un grueso paquete de libros que salvaron mis
ansias literarias durante varios meses. Poco después salió al mercado Alegría,
Finalista del Premio Planeta 2019, al que no pude acceder en físico e intenté
seguir en digital, pero mis amigos saben que no puedo leer en pantalla largos
textos y opté por abandonar la tarea a la espera de tiempos propicios. Del
autor llegaron dos libros más: Los besos (2021) y Nosotros, galardonado con el
Premio Nadal de Novela en el 2023, que quizá lea en papel en las próximas
semanas.
El mejor libro del mundo (título
sugerente, aunque peligroso) me atrapó de entrada: me gusta la prosa vilasiana
que busca romper (y lo alcanza) lo prefigurativo en lo novelesco, y se adentra
en los densos territorios del Ser para tocar fibras muy íntimas en el lector y
ganárselo de manera incondicional. El autor hace de nosotros cómplices en su
aventura de vida, y esta “argucia” (que no muchos consiguen) es clave a la hora
de sopesar en su justa dimensión, el impacto que sus páginas producen en
quienes nos acercamos a ellas.
Vilas cuenta episodios de su existencia,
pero a diferencia de Ordesa, no hace de tal hecho eje medular de su “trama”
(que, dicho sea, es inexistente). Hay, eso sí, un inusitado espacio de
circunstancias del pasado y del presente, que nos mantienen atentos por su
doble carácter impredecible y puntual. El libro abre con “Una pequeña
explicación”, que a modo introductorio busca conferirle a lo narrado la
tesitura de “novela”, y hacernos creer que las páginas siguientes se mecen en
la ficción. Empero, cuando releemos atentos su “nota explicativa”, terminamos
convencidos de que se trata de una suerte de digresión: mecanismo o artificio
narrativo que termina siendo un guiño sutil de complicidad con quien lee.
El eje articulador del libro es la edad
del autor: quien en el proceso de su escritura alcanza los sesenta años, y por
este derrotero se enfilan las diversas temáticas que articulan su discurso
narrativo, que, dicho sea de paso, se hace metaliterario y filosófico, y así
nos lleva, desde la mirada puesta en su propia escritura (lo que supone: el
cómo, el por qué y el para qué), por diversas reflexiones, que no lo atan al
presente y le permiten discurrir con soltura en el antes y en el ahora echando
mano con enorme acierto de lo ensayístico.
Esta dupla narrativa-ensayística se hace
esencial en el libro, y con ella explora nuevos derroteros que lo llevan a
internarse en los insospechados territorios de lo ontológico, y así asomarse al
vacío existencial sin una red de protección que le asegure la caída; de allí el
acierto de su propuesta y la extraña sensación abismal y de vértigo que nos
acompaña a lo largo de estas páginas, que no dan cabida a la rutina ni al lugar
común: y en esa suerte de exploración contumaz nos empuja a seguir desvelando
lo que el libro trae consigo.
Es buena la aproximación que hace Vilas a
diversos autores clásicos (Chéjov, Cervantes, Lorca, Borges, San Juan de la
Cruz, Kafka, Góngora, Rimbaud, Dante y Tolstói, entre otros), así como a
contemporáneos (Alberti, Cela, Delibes, Marías, etc.), lo que le permite
sopesar, brevemente, aunque con densidad novelesca y ensayística, la mirada más
allá de su propia escritura, y así tomar distancia.
Luce atinado en el autor el poder otear,
vislumbrar y descubrir aquello que escapa de su horizonte y que, a manera de
complejo mosaico de posibilidades estéticas, le inducen a conjeturar y
aplaudir, o a deslindarse de aquello que esté por encima de sus intereses
personales y artísticos. Es elegante, también, la manera cómo Vilas se acerca a
los otros autores y esto es imponderable a la hora del necesario análisis de la
realidad literaria, presente en el contexto de la sombra de un pasado, que se
resiste a desdibujarse en el ahora, y que regresa a nosotros erigido en
ineludible referente epocal.
El autor echa mano del humor, que impregna
casi todas sus páginas, y es un recurso inteligente, medido, profundo y
sosegado, que a modo de eje transversal recorre el libro y hace de su lectura
un espacio para lo lúdico y el gozo. A diferencia de Ordesa, en la que puede
percibirse algo así como el etéreo fantasma de una tristeza, que se hace
presente a cada instante y que como sutil presencia recuerda a los espectros de
Rulfo: aquí no es posible hallarlo, y aunque la “orfandad” por la ausencia del
padre se hace presente como en aquél, aquí el sentimiento ya ha sido drenado y
su recuerdo no es dolido sino agradecido, risueño y exultante.
Me gustó el que Vilas se ría de sí mismo,
que se desnude en el libro y nos muestre su lado más humano, y se adentre en
los distintos territorios de la realidad (de la suya y de la nuestra), así como
del ahora, y que no sienta la imperiosa necesidad de ser el héroe de la
historia ni de ponerse en un nivel superior. Todo lo contrario: hay aquí el
deliberado anhelo de deslastrarse del ego, de dejar a un lado el sentido de
vanidad propio de todo autor y eso, aunque parezca intrascendente, lo une más a
quien lee, ya que éste siente la tibieza de la cercanía, el afecto que brota de
las páginas, y esto es sencillamente impagable.
Celebro este nuevo libro de Manuel Vilas,
cuyo osado título busca anclarse en el gusto de los lectores, y no dudo que lo
alcanzará: tiene todos los elementos literarios para reeditar el éxito de
Ordesa: buen nivel de prosa con capítulos breves, un manejo inteligente de los
temas y una diafanidad que busca reinventar lo novelesco desde la libertad
creadora que en él ya es tradición.
rigilo99@gmail.com
Madrid.- 05 de noviembre de 2024
Del 5 al 24 de noviembre, el festival internacional de terror, gótico, ciencia ficción, fantasía y romanticismo de Madrid presenta su programa estrella de otoño
XVI Sui Generis Madrid, sigue ampliando horizontes
Un encuentro intercontinental de ciencia ficción y experiencias escénicas con poesía y música en vivo marcan la edición 2024
Tras calentar motores con autores nacionales del género fantástico en bibliotecas de la Comunidad de Madrid (SGM Itinerante), el festival pionero del género en España regresa a sus sedes tradicionales en noviembre, Museo del Romanticismo y Casa del Lector de Matadero, para presentar, entre otras actividades, las obras completas en prosa por primera vez en español de Lord Byron, cuando se cumplen 200 años de su muerte, con el experto Lorenzo Luengo, y celebrar la II Feria del Libro Especulativo, un foro intercontinental de ciencia ficción y la entrega de los premios Sheridan Le Fanu.
Llega la programación estrella de la XVI edición de Sui Generis Madrid, festival dirigido por Marjorie Eljach, que se desarrollará del 5 al 24 de noviembre.
El Museo del Romanticismo acogerá, el próximo 5 de noviembre, en una primera jornada de tarde a partir de las 18:30 h, la presentación del número en curso de la revista académica Herejía y Belleza con David Hidalgo, Marjorie Eljach y Pedro Ortega, y la mesa redonda La reformulación del dragón literario desde las novelas de caballería hasta nuestros días: del Amadís de Gaula a Juego de Tronos, a cargo de la doctora Almudena Izquierdo. Le seguirá una segunda jornada de tarde, el jueves 7 de noviembre, a partir de las 18:30 h, con la conmemoración del bicentenario de la muerte de Lord Byron en la presentación de sus obras completas en prosa por primera vez en español, en una edición y traducción a cargo de Lorenzo Luengo para la editorial Renacimiento. Será el propio Luengo quien imparta la conferencia Byron y la memoria quemada. Recuerdos, apuntes personales y rastros de las Memorias perdidas en sus obras en prosa, que incluirá la lectura de algunos pasajes byronianos. A continuación, tendrá lugar la mesa redonda José Cadalso y sus Noches lúgubres a cargo de los doctores Álvaro López Fernández, Elios Mendieta, Raúl Molina Gil y Marta Olivas Fuentes.
Un festival internacional y multidisciplinar
En el fin de semana del 8 al 10 de noviembre, autores de China, Estados Unidos, Colombia, España, Cuba, Argentina y Reino Unido se darán cita en la II Feria del libro de géneros especulativos y el encuentro intercontinental de ciencia ficción que durante tres días se celebrará en Casa del Lector de Matadero, en cuyos pasillos estarán presentes 24 editoriales especializadas como: Apache Libros, Apple Head, Aurora Dorada, Bunker Books, Caja Negra, Demeter, Diábolo, Dimensiones ocultas, Edebé, Edelvives, Herejía y Belleza, Hermenaute, Graphiclassics, La Biblioteca de Carfax, La Biblioteca del Laberinto, La Boutique de Zothique, La Máquina que hace Ping!, Maidhisa, Maniac Ediciones, Orciny Press, Reediciones anómalas, Relic Collector Shop, SanSanAtelier, SM y Transbordador. Los stands podrán visitarse el viernes 8 de noviembre (de 17 a 21 h), el sábado 9 de noviembre (de 11:30 a 14 h y de 17 a 21 h) y el domingo 10 de noviembre (de 11:30 a 14 h). Habrá venta y firma de ejemplares, y ocasión de interlocución con los autores y las autoras participantes.
En paralelo y en el mismo marco, autoras y autores reconocidos, especialistas del género, como Lisa Tuttle, Robert Shearman, Xia Jia y Luis Carlos Barragán, entre otros participantes, aportarán su mirada y experiencia como creadores de ciencia ficción, proporcionando al público una perspectiva única sobre cómo se escribe a uno y otro lado del planeta. Entre los nombres nacionales, se encuentran convocados Elio Quiroga, Sofía Rhei, Rubén Sánchez Trigos y Covadonga González-Pola.
La ceremonia de entrega de los Premios Sheridan Le Fanu tendrá lugar a las 19:30 h el sábado 9 de noviembre. Contará con la presencia de los galardonados: Lisa Tuttle (Divulgación y Creación), Baoshu (Nuevos Talentos), Luis Carlos Barragán (Creación), Xia Jia (Divulgación y Creación), Robert Shearman (Creación) y Cristina Jurado (Divulgación y Creación).
Se completará el fin de semana con tres propuestas escénicas muy originales en el auditorio. Una experiencia de fantasmagorías, poemas y paisajes sonoros en vivo, y una ficción sonora en directo que recreará la broma radiofónica que dio origen a Godzilla, para conmemorar el 70 aniversario del monstruo, que también será el protagonista de SGM Ciencia. Además, se ofrecerán tres pases gratuitos de la performance de teatro físico Olvido, basados en la pieza teatral del mismo nombre inspirada en cuentos de Agatha Christie en la que el creador escénico colombiano Jimmy Rangel explora el suspense y el terror como género narrativo.
Toda la programación del festival, información sobre venta de entradas y eventos gratuitos en https://www.suigenerismadrid.com/
Madrid.- 04 de noviembre de 2024
Exposición y conferencia: Lunes 04 de noviembre
LOUIS FEUILLÉE: A LA BÚSQUEDA DEL MERIDIANO 0
Redacción La Gatera Press
La Delegación del Gobierno de Canarias y La Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia (FUNDORO). Invitan a esta exposición conferencia, que estará a cargo del D.José M. Oliver Frade, miembro de la Cátedra Cultural Alexander Von Humbold y Sabin Berthelot, de la Universidad de La Laguna.
Louis Feuillée (1660-1732), fue un científico explorador geográfo,astrónomo, su conocimiento hacia las exploraciones de la flora y fauna, le han reconocido en ser uno de los científicos destacados.
Su misión era la medición y longitud del Teide, cuando viaja a Canarias. De este tema, nos hablará D.José M. Oliver Frade, el lunes 4 de noviembre en la Delegación del Gobierno de Canarias en Madrid, de la calle Fernanflor 8, bajo. Invitados quedan.
Madrid.- 01 de noviembre de 2024
POESÍA CUBANA: LA ISLA ENTERA de Felipe Lázaro y Bladimir Zamora
Desde la primera edición (1994), los poetas seleccionados (residentes dentro y fuera de Cuba) son: Miguel Barnet, José Mario, José Kozer, Isel Rivero, Pío E. Serrano, Rafael Catalá, Belkis Cuza-Malé, Guillermo Rodríguez Rivera, Reinaldo García Ramos, Nancy Morejón, Magali Alabau, Lina de Feria, Julio E. Miranda, Delfín Prats, Raúl Rivero, Lilliam Moro, Maya Islas, Felipe Lázaro, Luis Lorente, Gustavo Pérez Firmat, Rolando Estévez Jordán, Alina Galliano, Lourdes Gil, David Lago González, Rafael Bordao, Orlando González Esteva, Mercedes Limón, Reina María Rodríguez, René Vázquez Díaz, Bladimir Zamora, Jesús J. Barquet, Carlota Caulfield, Iraida Iturralde, Elías Miguel Muñoz, Víctor Rodríguez Núñez, Roberto Valero, Daína Chaviano, Ángel Escobar, León De La Hoz, Ramón Fernández Larrea, Alberto Lauro, Teresa Melo, Sigfredo Ariel, Reinaldo García Blanco, Emilio García Montiel, Arístides Vega Chapú, Sonia Díaz Corrales, Omar Pérez López, Antonio José Ponte, Nelson Simón González, Laura Ruiz Montes, Damaris Calderón Pérez, Camilo Venegas Yero y Norge Espinosa Mendoza.
Van a cumplirse 30 años desde que la editorial Betania publicó en Madrid la antología Poesía Cubana: La isla entera, de los poetas Felipe Lázaro y Bladimir Zamora, ambos separados por la maldita circunstancia de la isla, dividida y traumatizada por la política, en lo que eufemísticamente se ha dado en llamar “los de adentro y los de afuera”. Ese hecho aparentemente geográfico, que podría parecer sin importancia, fortuito y quizás caprichoso, fue el motivo que los condujo a juntarse con otros poetas, condenados a la dispersa geografía cubana como ellos y tantos cubanos más, con algunos que vivían temporalmente en otros países, nacidos todos entre 1940 y 1971. Así pudieron hacer una isla entera de poetas de “adentro” con poetas de “afuera”
Asi empieza el prólogo de León De La Hoz,
poeta,escritor y periodista, quien también forma parte de los integrantes de esta
antología: Poesía Cubana: La Isla entera.
En la portada se reproduce una obra de la pintora cubana Zaida del Río y dos dibujos interiores del también pintor cubano Andrés Lacau.
Aquellos lectores que deseen tener ejemplares
impresos pueden adquirirlos en AMAZON en el siguiente enlace:
Tenerife.- 01 de noviembre de 2024
Francisco Morales, (Tenerife) poeta, guionista, co-productor, y también actor. Ha publicado colecciones de cuentos, de poemas e incluso novelas, El acantilado y Edad de rebeldía.
Nos
envía esta poesía audiovideo: https://www.youtube.com/watch?v=0l0_xnSTN8M
Madrid.- 30 de octubre de 2024
Redacción La Gatera Press
Premio Nacional de las Letras Españolas 2024, para Manuel Rivas
Manuel Rivas, gallego (La Coruña) escritor, periodista, guionista y ocasionalmente dramaturgo. Cultiva la novela, ensayo y también la poesía
El jurado ha destacado al autor por “la extraordinaria calidad narrativa que
aúna fuerza emocional y belleza formal y por la solidez de una trayectoria
versátil y coherente construida con la sensibilidad y la defensa de la memoria
histórica, la responsabilidad social y la lengua gallega. Pocos autores del
panorama literario español, partiendo de un compromiso firme con su lengua, han
conseguido alcanzar tal reconocimiento a nivel mundial”.
En su larga trayectoria, ha escrito varios libros, entre ellos: El pueblo de
la noche, Un millón de vacas, El lápiz del carpintero, El
último día de Terranova, ¿Qué me quieres, amor? que incluye el relato en que se basó José
Luis Cuerda para rodar la película La
lengua de las mariposas.Y su última obra Detrás del cielo
Manuel Rivas, obtiene el premio de 50,000
euros, concedido por el Ministerio de Cultura.
Santa Cruz de Tenerife.- 30 de octubre de
2024
Voces jóvenes literarias se inspiran en
historias de mayores
Este miércoles 30, con entrada libre, se
podrán escuchar estos textos inéditos en el Espacio La Granja, por el Día de la
Biblioteca
A pesar de la percepción general de la literatura como un arte creado y disfrutado en solitario, hay ocasiones que demuestran que la naturaleza de las letras es, igualmente, oral y comunitaria. Este miércoles 30, a las 19.30 horas, con entrada libre, el Espacio La Granja acoge ‘La memoria compartida’, un encuentro entre jóvenes voces de la literatura canaria y personas mayores en cuyas historias se han inspirado para crear los relatos inéditos que compartirán en voz alta con el público.
Una forma diferente de contar, escribir y
recordar experiencias, en un proyecto que ve la luz gracias al apoyo de la
Biblioteca Pública del Estado y que se ofrece al público coincidiendo con el
Día de las Bibliotecas.
Las voces que participarán serán Katya
Vázquez Schröder, Ainhoa Cruz, I.J. Hernández y Juan Gabriel Sánchez. Cada
autoría estará acompañada de la per-sona mayor que haya elegido para llevar a
cabo el diálogo, así, las cuatro parejas mantendrán una breve conversación
donde comentarán su experiencia en el pro-yecto. Por último, cada escritor
leerá el texto, mientras la persona mayor escu-chará entonces, por primera vez,
la obra que ha inspirado su testimonio.
El coordinador de la actividad, el
escritor Daniel María, explica cómo “el objetivo de ‘La memoria escrita’ es el
intercambien conocimiento por talento literario y que cada testimonio origine
una pieza literaria de extensión breve. El proyecto culmina con esta sesión,
que se plantea de manera casi teatral.”
Esta iniciativa pretende reivindicar el
legado de las personas mayores y su patrimonio oral, al tiempo que visibiliza
la diversidad existente dentro de las jóvenes voces la literatura Canarias.
Además, se trata de evidenciar la importancia de las bibliotecas como lugares
de encuentro multidisciplinares y a la vanguardia creativa.
Madrid.- 29 de octubre de 2024
Por: Gastón Segura
Defensa de una novela
Escribía Cela en junio de 1963 para el prólogo a la quinta edición de La Colmena: «El escritor es bestia de aguantes insospechados, animal de resistencias sin fin, capaz de dejarse la vida —y la reputación, y los amigos, y la familia, y demás confortables zarandajas— a cambio de un fajo de cuartillas en el que pueda adivinarse su minúscula verdad». A esa inclemente ley he ajustado mi tarea de novelista desde que comenzase Las calicatas por la Santa Librada, allá por el verano de 1996; lo otro, lo he ido apañando cómo he podido, y haciendo un somero balance, sobran las torpezas, pero fulgen algunos aciertos, que no han sido, a fuer de aquilatar sucesos, sino los amigos; los leales y cumplidos amigos. Poco más puedo añadir de mi andadura de escritor, porque como estampó don Camilo en aquellas páginas siempre he sabido —casi palpado— que en el quehacer de relatar uno se basta con la procelosa y, en ocasiones, engañadora memoria; tal es así que hasta la verdad —la absoluta o su pretensión, no esa menuda y secreta mentada antes por Cela— está de más a la hora de narrar; pues cuanto vale, cuanto uno debe exigirse, es otra fidelidad, sobre todo, en una novela como esta que acabo de publicar hace una docena de días.
La verdad con mayúsculas es preceptiva de
la ciencia, y al menos su intención, de los ensayos y de los artículos; las
novelas, en cambio, deben aspirar a otra verosimilitud más escurridiza e
incluso, contra la inmediatez y carnalidad que las caracteriza, misteriosa.
Bien lo sabía Aristóteles cuando, aun antes de fundarse el género, emprendió la
Estética (s. IV a.C.) para dilucidar las urdimbres del arte literario, que,
vaya, en el caso de los relatos, permanecen tan inamovibles como transparentes
en la gran matriarca del género: el Satiricón (mediados del s. I d.C.). Porque
la novela es humanísima, pedestre y persuasiva, como una atracción de feria o
la mirada de una desconocida en el metro. De ahí que la novela, contra la
poesía y aun conteniéndolos, demora la idea y el sentimiento, porque tales
inflamaciones del ánimo —si ha lugar— vendrán después, cuando doblemos la
última página y serán su legado en nuestra mollera. Pero para llegar ahí, a la
novela se le hace imprescindible el personaje; no importa su índole o su
abolengo, lo sustancial es su encarnadura; por tanto, la primera tarea del
novelista es concebirlo, sabedor que encierra, si está bien alumbrado —es
decir; con todos sus gajes y sus habilidades—, la peripecia entera; y de
seguido, escuchar atentamente a su criatura mientras se mueve a su antojo de la
ceca a la Meca, para ponerlo en palabras con todo el acierto que se pueda. Como
consecuencia, en el estilo —esto es: en el repertorio léxico y en los planos
narrativos— también es capital el personaje, porque ese conjunto de artimañas
de la escritura dependerá de su carácter, de sus hábitos y de su mundo cercano
o remotísimo.
Cierto que también se pueden armar las
novelas de otro modo; trazando puntillosamente la trama y acomodándole después
los personajes; pero a esas narraciones —normalmente de intriga o de género—
con el tiempo, como a los muertos, les asoma el esqueleto y se les desvanece el
humano y, a menudo, sofocador aliento, que es, como nos enseña el Satiricón, el
tejido palpitante de toda novela.
Bien los supe desde aquel verano de 1996 y
luego, una y otra vez, me lo han corroborado mis maestros —Galdós, Cervantes,
Faulkner, García Márquez…—, al punto que cada uno de mis relatos no han hecho
sino recoger las trapisondas de sus protagonistas (del teniente Polo, de Julián
Montsonís, de Ernesto Urrutia, del Segis o de Moisesín), sin torcerles nunca
las voluntades, como ahora con Agustín Cañizares, a quien, desde hace un par de
semanas, tienen ustedes a su disposición en las librerías. De sobra lo aprendí
en la Primera parte del Quijote (1605), donde don Miguel, en cada línea, me
susurraba: «ves, como dejando a su albedrío a esta pareja de botarates,
discurre por dónde ni yo imaginaba».
Añadiré que cada una de mis novelas parte
de un suceso real, bien se muestre como la desaparición de una locomotora o el
asesinato de Martínez Nadal, o bien flote y hasta asfixie sus líneas, como la
quiebra de las cajas de ahorros o el estallido del 15 M, asuntos motivadores de
sus otras hermanas; por cuanto puedo decir que todas tienen un origen
histórico, con su embarazosa carga política, y esta no iba a ser menos.
En efecto; fue el desdichado suceso de la
niña de Canet de Mar quien me impulsó a escribirla, aunque ni se mencione; en
cambio se recoge —o traté de recoger— el enrarecido y estragante ambiente que
envolvía —y aún envuelve— aquella esquina de nuestro país; eso sí, evitando la
adusta prédica, porque como he señalado arriba, una novela, por política que
sea, no es un manifiesto y menos un catecismo; una novela es una porción de la
vida de un hombre o de una mujer —en este caso, de Agustín Cañizares— tratando
de alcanzar sus afanes en una circunstancia determinada; por cuanto el
tropezar, más tarde o más temprano, con la política está servido. En fin; que
desde hace unos días cuentan con ella en las librerías y se titula Saga nostra.
Espero que les complazca.
Artículo publicado por el "Imparcial", el 28 de octubre de 2024
*Gastón Segura, es licenciado en Filosofía por la Universidad de Valencia, Se trasladó a Madrid en 1990, donde ejerció diversos trabajos hasta que en 1990 se dedicó de lleno a la literatura.
Madrid.- 28 de octubre de 2024
Por Ricardo Gil Otaiza
Un ser escindido
Crear no es nada fácil, lo he dicho en
esta misma columna, y para que ello ocurra deberán conjuntarse múltiples
variables que no siempre están de nuestro lado
1. Una antología literaria busca
seleccionar piezas en diversos géneros, y en este complejo ejercicio anidan las
ansias de perpetuidad: de legar a la posteridad, de dejar registro de obras de
diversos autores en uno o disímiles contextos (y en determinados periodos de
tiempo), y que los lectores y autores del futuro den cuenta de ese esfuerzo y
sepan que no parten de cero, que hubo quienes los antecedieron y que aquellas
obras quedaron allí plasmadas como una huella que podría ser imperecedera:
aunque esto nadie lo podría garantizar, porque el tiempo lo borra casi todo y
hace de nosotros polvo y olvido. Y digo esto, porque el buen amigo Rodolfo
Quintero Noguera (poeta, ensayista y escritor) me ha hecho llegar la obra
Escritos en la niebla. Antología de poetas merideños (1920-2020), compilada por
él y en hermosa edición digital y en papel de la Cámara Municipal del Municipio
Libertador del Estado Bolivariano de Mérida, en la que recoge veintisiete
autores de la abrupta geografía regional, que paso a nombrar: Carmen Delia
Bencomo, Carlos Contramaestre, Esdras Parra, Héctor Vera, Bayardo Vera, Enrique
Hernández D´Jesús, José Carrillo Fandiño, Sinecio Márquez Sosa, Roldán Montoya
Deceda, Julio Valderrey, Arturo Mora Morales, Gonzalo Fragui, Ricardo Gil
Otaiza, Flor Bazó, Carlos Rodríguez Ferrara, Gregory Zambrano, José G. González
Márquez, Freddy Carrillo, Ever Delgado, Rodolfo Quintero Noguera, Jesús Rengifo
Angarita, Karelyn Buenaño, Jairo Rojas Rojas, Vanesa Márquez Vargas, Ennio
Tucci, José Manuel López D´Jesús y Jesús Montoya. En lo particular: eternamente
agradecido con el colega escritor Quintero Noguera, que tuvo la gentileza de
incluir mi nombre; pondré mi mayor esfuerzo en hacerme perdonar.
2. A propósito de las obras, siempre se asocia a ellas la noción del reconocimiento, que si a ver vamos: resulta muy humana y comprensible, porque quienes creamos una obra de arte en cualquier género, ponemos en ella todo nuestro empeño y dejamos mucha piel y emociones desperdigadas por doquier. Crear no es nada fácil, lo he dicho en esta misma columna, y para que ello ocurra deberán conjuntarse múltiples variables que no siempre están de nuestro lado y, aun alcanzándose la meta, es decir: de patentizarse la obra tal y como la habíamos concebido, nada podrá garantizarnos que esta recibirá la mirada alegre (incluso indulgente) de parte de la crítica y del público, y desde este punto específico del proceso creador, a la decepción y quiebre espiritual del artista, hay apenas un solo paso que no tardamos en dar. No siempre nuestro empeño y logro en materia artística reciben el aplauso (y ni se diga unánime): siempre habrá un claroscuro que nos lleve por duros caminos salpicados de frustración y amargura. Tanto es así, que muchos autores a lo largo de la historia han tirado la toalla para siempre, llevados por un oscuro sentimiento que es difícil de describir, porque conjunta tantas aristas que el solo hecho de intentarlo resulta ya una quimera. Otros, menos afortunados, e impelidos por la desesperación y el abatimiento total, han optado por el peor de los abismos: el suicidio. Obra y reconocimiento no siempre van de la mano, recordemos el tristemente célebre caso del pintor neerlandés Vincent Van Gogh, quien según la tradición rayana en la leyenda no vendió ni uno solo de sus cuadros (cuestión que al parecer no fue así y aún se debate al respecto; en lo que sí hay certeza es que Theo, su hermano y mecenas, le hacía creer que los vendía, pero era él quien los acumulaba en un trastero del sótano que a la muerte del artista se transformó en una auténtica y codiciada cantera), y su vida transcurrió de desengaño en desengaño para hacer de él un ser solitario e incomprendido en su tiempo.
3. Hay quienes viven anclados al pasado, cerrados a la dinámica del mundo, reticentes a los cambios epocales, con el pretexto de asirse a lo conocido y ya trajinado como tabla de salvación. Esa negación al estado de las cosas en un determinado momento (que solemos llamar con el latinismo statu quo) por temor a nadar en aguas desconocidas y turbulentas, así como de no asomarse al vacío por miedo al vértigo, nos paraliza en el ahora, nos lleva a estadios de bloqueo que podrían dar al traste con nuestros proyectos y con nuestras vidas. El “encerrarnos” en una burbuja de confort para hacernos refractarios a las amenazas y riesgos, sencillamente nos coarta en todas las dimensiones y hace de nosotros seres indefensos, débiles y manipulables. Si bien el presente se esfuma en el mismo instante y se transforma en pasado, es el único espacio en el que podemos vivir, no hay otra opción y es nuestra tragedia: no poder volver a lo ya vivido, así como tampoco instalarnos en la “nada” de un tiempo por venir.
4. En estos días recordé al poeta y ensayista (entre muchas otras cuestiones: teólogo, místico, filósofo y eremita) Armando Rojas Guardia (Caracas: 1949-2020), a quien conocí en su paso por Mérida. De él leí con asombro El Dios de la intemperie y con envidia El deseo y el infinito. Su pluma era honda y portentosa y su obra en diversos géneros se adentró en múltiples registros que tocó con maestría, densidad y belleza. De ambas obras (tal vez maestras) releídas harta el hartazgo, percibí muchas cuestiones que me conmovieron e impactaron: ingente y desaforada lectura, una inteligencia superior, un desvarío en grado superlativo y una lucha consigo mismo por vencer sus propios demonios, que he percibido en pocos autores y que me llevó a admirarlo sin pretextos ni preguntas. Fue Rojas Guardia un ser escindido, un incomprendido en su medio, un hombre que buscó con desesperación asirse de la mística para no perder definitivamente la cordura (estuvo interno varias veces en centros psiquiátricos), y así vivió a su manera: entregado al intelecto, al espíritu y a la carne, y en esta tríada logró un equilibro (¿falso?, a veces me interrogo) que le permitió sortear sus enormes abismos.
rigilo99@gmail.com
Santa Cruz de Tenerife.- 28 de octubre de 2024
Este lunes 28 de octubre, a las 19:00
horas, en el Casino de Santa Cruz
La
Literatura es Femenina organiza un encuentro con la voz del feminismo, la
escritora y periodista Cristina Fallarás
La periodista canaria Cristina Alcaine llevará la batuta de este encuentro así como del posterior debate ‘¿Qué fue del periodismo?’ en el que Fallarás profundizará en cómo su trabajo literario y periodístico ha sido una herramienta clave para visibilizar la desigualdad entre mujeres y hombres
‘La Literatura es Femenina’ ha logrado contar en su nueva edición con la presencia de la escritora y periodista Cristina Fallarás, la voz del feminismo gracias a la cantidad de ensayos y escritos vinculados al colectivo feminista y por la lucha de los derechos y la igualdad de las mujeres. En ese sentido, ha organizado un encuentro con Fallarás en el Casino de Santa Cruz, este lunes 28 a las 19:00 horas en el Casino de Santa Cruz, y un posterior debate sobre ‘¿Qué fue del periodismo?’, moderado por la periodista Cristina Alcaine. Dado que las plazas son limitadas para asistir a este evento gratuito, se ruega confirmar asistencia al email laliteraturaesfemenina@gmail.com
Cristina Fallarás es una figura de
referencia en el feminismo gracias a la cantidad de ensayos y escritos
vinculados al colectivo feminista y por la lucha de los derechos y la igualdad
de las mujeres. Su compromiso fue reconocido con el Premio Buenas Prácticas de
Comunicación No Sexista, otorgado por la Asociación de Mujeres periodistas de
Cataluña y el Premio de Periodismo feminista María Luz Morales, del
Observatorio de Género y la Fundación Catalunya-La Pedrera.
La directora de ‘La Literatura es
Femenina’, Dulce Xerach, ha subrayado que la presencia de Fallarás “en nuestra
charla es una oportunidad invaluable para explorar la relación entre literatura
y feminismo desde una perspectiva aguda y contemporánea. Fallarás, con su vasta
experiencia y compromiso con temas sociales, aportará una visión crítica y
enriquecedora que inspirará a nuestra audiencia y fortalecerá el diálogo sobre
el papel de la mujer en la literatura. Estamos seguros de que su contribución
será fundamental para el éxito de este evento”.
‘La Literatura es Femenina’, proyecto organizado por la Asociación Cultural El Laboratorio en colaboración con Crowplan y que se centra en la aceleración de la igualdad en materia literaria, arranca con este encuentro la primera de las conferencias programadas. Recientemente, este proyecto ha celebrado la jornada de ‘La Literatura Es Femenina 2024’ con talleres; la inauguración de la exposición de ‘Literatura, islas e igualdad’, con la charla de Mélani Garzón sobre ‘Mitos, leyendas y sueños: islas de la ilusión’, así como dos actividades relacionadas con el sector editorial y escritoras/es.
Cristina Fallarás, compromiso con el
feminismo
Cristina Fallarás (@cfallaras) estudió
periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona, luego trabajó como
redactora jefa de El Mundo en catalán y en otros medios como Cadena Ser, El
Periódico de Cataluña, Telecinco, Antena 3 y Radio Nacional de España. Junto
con Grupo Planeta, redactó el diseño del proyecto periodístico del diario ADN
y, en 2016, estuvo en la dirección del Diario 16 en su versión digital, empresa
la cual abandonó al año siguiente por la mala condición laboral.
En cuanto a su carrera como escritora,
publicó su novela Las niñas perdidas (2011), con la que consiguió dos premios,
uno de ellos la convirtió en la primera mujer en ser galardonada por el Premio
Hammett, otorgado por la Semana Negra de Gijón. Con su otra novela Últimos días
en el puesto del Este (2011), esta vez breve, la premiaron con el Premio de
Novela corta de Barbastro. Otros libros publicados son Rupturas (Urano, 2003),
No acaba la noche (Planeta, 2006), Así murió el poeta Guadalupe (Alianza, 2009),
A la puta calle: Crónica de un deshaucio (Bronce Editorial, 2013), Honrarás a
tu padre y a tu madre (Anagrama, 2018), Ahora contamos nosotras (Anagrama,
2019), El evangelio según María Magdalena (Penguin Random House, 2021) y La
Loca (Penguin Random House, 2022).
Fallarás es conocida como feminista y
activista gracias a la cantidad de ensayos y escritos vinculados al colectivo
feminista y por la lucha de los derechos y la igualdad de las mujeres. En el
año 2018 popularizó en la red social Twitter, mejor conocida ahora como X, el
hashtag #Cuéntalo, donde se contaban testimonios de violaciones, abusos
sexuales o acoso sufrido por las mujeres. En 2023, después del Caso Rubiales,
comenzó a compartir en sus redes sociales los testimonios que las mujeres compartían
mediante el hashtag #SeAcabó.
Con Cristina Fallarás estará la periodista
Cristina Alcaine, quien presentará a la escritora y llevará la batuta de la
conferencia. Esta presentación tocará temas claves que la autora ha tratado en
sus ensayos y escritos, y se le dará un enfoque desde el punto de vista del
mundo periodístico. Fallarás compartirá sus experiencias personales y
profesionales, profundizando en cómo su trabajo literario y periodístico ha
sido una herramienta clave para visibilizar la desigualdad entre mujeres y
hombres. Cristina Alcaine moderará la conversación, invitando al público a
forjarse una reflexión crítica sobre los desafíos actuales del feminismo.
Cristina Alcaine, referente del periodismo
en Canarias
Cristina Alcaine (@cristina.alcaine)
estudió en la Facultad de Derecho en la Universidad de La Laguna. Empezó en el
mundo del periodismo en 1980 como redactora de informativos para Radio Club
Tenerife Cadena SER. Tras esto, comenzó su carrera de locutora y presentadora
de RTVE hasta el 2017. Entre sus otras titulaciones, destacan Locución y
Presentación televisiva (IO RTVE), Investigación Periodística (IO RTVE),
Producción de Programas Informativos de televisión (IO RTVE), Realización de
reportajes y documentales en televisión (IO RTVE), Tratamiento y archivo de
documentos en televisión (IO RTVE) o Responsables de edición de informativos
(IO RTVE). Fue miembro del jurado de los Premios Canarias de Comunicación en
2004, presidenta del jurado de Premios Canarias de Comunicación en 2023 y candidata
al Consejo Administración RTVE en 2020.
Canarias(La Gomera).- 28 de octubre de
2024
El Cabildo acoge el próximo martes la presentación del libro ‘Marionetas al borde del precipicio’ de Leoncio Bento
El Salón de Plenos de la Institución insular será escenario de este acto que tendrá lugar el martes 29 de octubre, a partir de las 19.00 horas, con entrada libre y gratuita hasta completar aforo
El autor, oriundo de Agulo, aborda en esta
novela de ficción contemporánea una trama desarrollada en el contexto de la
convulsa sociedad barcelonesa, en los años inmediatos a la Guerra Civil
española
El Salón de Plenos del Cabildo insular
acoge, el próximo martes 29 de octubre, a partir de las 19.00 horas, la presentación
del libro ‘Marionetas al borde del precipicio’, del autor gomero Leoncio Bento.
Se trata de una novela de ficción
contemporánea cuya trama se desarrolla en el contexto de la convulsa sociedad
barcelonesa, en los años inmediatos a la contienda civil española. El
protagonista, Julián Puig, es un joven republicano de espíritu aventurero y
soñador procedente de un pequeño pueblo del Bajo Ampurdán, una comarca situada
en la provincia de Gerona, Cataluña. Aconsejado por su padre, un partidario entusiasta
de la causa republicana y de la independencia de Cataluña, se alistó voluntario
en la Quinta del Biberón para acudir a la Batalla del Ebro.
Sobre
el autor
Leoncio Bento Bravo nació en el municipio
gomero de Agulo en 1944. Estudió Medicina en Barcelona, y se especializó en
Cirugía Pediátrica durante un largo período de estancia formativa en Alemania.
Casado y padre de dos hijas, ha ejercido profesionalmente en Navarra y está
jubilado desde el año 2012. Es doctor en Medicina por la Universidad de Navarra,
además de expresidente de la Sociedad Española de Cirugía Pediátrica, y miembro
de honor de la Asociación Española de Pediatría. Fue nombrado Gomero Universal
por la Universidad de Verano de La Gomera.
Madrid.- 22 de octubre de 2024
Sonia Muñoz Guevara
OVACIÓN EN EL HOMENAJE A PAUL AUSTER
Foto cedida Circulo de Bellas Artes |
Después de las palabras del director del Circulo de Bellas Artes, Juan Miguel Hernández León, y de Elena Ramirez, directora de la editorial Seix Barral, quienes organizaron este homenaje, se prosiguió con las palabras de la rectora de la Universad Autónoma de Madrid, Amaya Mendikoetxea Pelayo.
La intervención de Siri Hustvedt, viuda del escritor, nos cuenta la trayectoria de Paul Auster, hasta su último día.Una de sus palabras nos dice, Él no podía hablar, pero me escuchaba y yo le dije ‘Oh, Dios, cómo nos divertimos, ¿no?’, ¿Que cómo fue ser la esposa de Paul Auster? Fue muy divertido”. Así nos impresionó Siri, serena y tranquila, en su presentación, ante la ovación de los aplausos.
Luego la participación de los invitados-escritores,
en la mesa redonda, quienes estuvieron contando anécdotas y lecturas del
escritor homenajeado, entre ellos estaban: la periodista y escritora, Inés
Martín Rodrigo, el escritor Enrique Vila- Matas, el cineasta y escritor David
Trueba, Elena Ramirez, de la editorial Seix Barral, moderados por la periodista
y escritora Marta Fernández.
Foto cedida Circulo de Bellas Artes |
Por último Sophie Auster, (hija) cantante,
nos interpretó la canción “Blue Team”, dedicada a su padre, acompañada de su pequeño hijo, y de su marido
el fotógrafo Spencer Ostrander.
Luego nuevamente hacer la fila, para
adquirir los libros de Paul Auster, para ser firmados por Siri Hustvedt. Libros
como La trilogía de Nueva York, Un país
bañado en sangre, La invención de la soledad, son unos de los títulos de
Paul Auster.
Ha sido una velada bastante gratificante,
y conocer aún mas la vida y trayectoria de este escritor, tan querido, por sus
lectores.
Madrid.- 21 de octubre de 2024
Poesía Recitada
"La vigilia del tiempo" Beatriz Hernanz Angulo (España)
https://www.youtube.com/watch?v=oNjRBlD3U54
Madrid.- 21 de octubre de 2024
Mirando al horizonte
Al leer nos sumergimos en mundos
desconocidos: sabemos de otros seres (reales o irreales; no importa), pero que
son como nosotros, y en ese encuentro con lo desconocido nos reconocemos como
quien se mira en un espejo
1) Termino de leer la última novela del
escritor estadounidense Paul Auster (1947-2024), titulada Baumgartner (Seix
Barral, 2024), y la he disfrutado enormemente, aunque debo decirlo con
honestidad: no es la mejor de su extensa obra, ni es una novela de “gran
solidez” como se recoge en la cita de Los Ángeles Times que aparece en la
solapa posterior, y lo digo con la autoridad que me confiere haber leído y
reseñado buena parte de sus libros. Obviamente, esto que acabo de expresar no
minimiza la opinión que siempre he tenido del autor, a quien consideré uno de
los grandes maestros de la literatura contemporánea en lengua inglesa, y quien
debió de recibir el Premio Nobel de Literatura al que estuvo nominado por
varios años. Baumgartner, personaje central del libro, es un profesor universitario
de Filosofía próximo a jubilarse, quien años atrás pierde a Anna, su amor de
juventud, y queda hundido en una profunda tristeza (cuyas reflexiones
enriquecen la trama desde lo existencial). A partir de un sueño revelador busca
rehacer los jirones de su existencia, y es entonces cuando se da a la tarea de
contarnos fragmentos de su pasado y del de su esposa (y así nos enteramos que
se trata de una historia autorreferencial de la rama de los Auster: que es la
de la madre del autor), así como de un presente signado por muchos temores y
algunos desengaños. Cuando el lector más espera de este personaje y de todo
aquello que al parecer se abre frente a él y sus circunstancias: el novelista
decide truncar abruptamente el texto, y nos deja con la extraña e ingrata
sensación de inacabamiento. Nos corresponde entonces a nosotros conjeturar
posibles cierres, en un ejercicio literario de extrapolación y también de
fábula.
2) A menudo me asalta una interrogante:
¿Qué buscamos al leer literatura? Y se abre ante mí todo un espectro de
respuestas, cuyo conjunto se hace ontológico y denso, porque la literatura
complementa, amalgama y conjunta, y gracias a este artilugio, del que no escapa
lo ilusorio y la mentira, nos convertimos en otras personas y nos lanzamos a la
corriente de la vida con una visión más honda y diversa; salvífica y a la vez
sanadora. Al leer nos sumergimos en mundos desconocidos: sabemos de otros seres
(reales o irreales; no importa), pero que son como nosotros, y en ese encuentro
con lo desconocido nos reconocemos como quien se mira en un espejo, y si bien a
veces todo esto resulta doloroso porque nos enfrenta con nuestro Ser, es al
mismo tiempo extraordinario y enriquecedor. Obviamente, para que todo esto
acontezca tendrá que darse la necesaria consustanciación obra-lector: que no es
otra cosa que el quedar atrapados en la corriente de unas páginas en las que
personajes e historias, contextos y digresiones, confabulen en múltiples
direcciones para que seamos “esencia y sustancia” de lo contado, para que
vibremos en los mismos (o similares) registros, y que al llegar al final del
libro podamos exclamar sin ninguna duda y desde el fondo de nuestra alma:
¡guao, qué maravilla!
3) La noción de eternidad es platónica; es
decir: desde antiguo nos mecemos entre el escepticismo más profundo y la
esperanza más desgarradora frente a la realidad y sus circunstancias. Creer o
no en una eternidad no es para nosotros una opción, ni siquiera un mecanismo
del intelecto ante el vacío existencial, sino una asunción que impregna nuestra
mirada de sentido y le otorga un hálito de divinidad, que se erige luego en
ruta y en certeza de nuestro transitar en el “ahora”. La noción de eternidad
nos realimenta de manera constante; hace de nosotros piezas de un enorme
rompecabezas. Si somos parte y todo de un “algo” que no podemos explicar porque
nuestros sentidos y nuestra capacidad escapan a ello, pues qué más da refutarlo
o no: nos dejamos llevar como hojas en un infinito río y, en esa suerte de
“entrega” a lo desconocido, recorremos la vida sujetos a lo fáctico y sus
eventualidades. ¡Menuda empresa la humana…!
4) Nuestro afán de perfección es
distintivo de la propia naturaleza que nos gobierna a su antojo, que nos
batuquea sin que opongamos resistencia y nos lleva por inciertas veredas:
muchas de ellas de enorme asombro frente a lo que somos capaces de alcanzar: la
obra humana. Ella nos otorga un estatus significativo, hace de nosotros seres
ganados a un desconocido infinito de grandeza y belleza; es principio y fin de
un “algo” que nos identifica como especie y hace de nosotros presas de una obra
siempre inacabada por imposible de alcanzar. Esas ansias del detalle, de
mejorar lo ya alcanzado, de elevar el nivel de una obra es tan maravilloso, que
no podemos explicarlo desde nuestra propia finitud, porque es en sí
contradictorio y al mismo tiempo de carácter divino.
5) Siempre queremos ir más allá: innovar
en todo lo que emprendemos, elevar los estándares del quehacer, y ello responde
a la superación propia de nuestra esencia, que nos complejiza hasta el extremo
de lo inaudito, que hace de nosotros posesos inconformes con lo que tenemos o
alcanzamos y estamos como la liebre tras la zanahoria. Innovar es un sello que
nos ha traído hasta la era tecnológica y de la inteligencia artificial: en la
que nos enfrentamos y (de paso) retamos a nuestra finitud, y extendemos los
límites de lo humanamente posible para reinventarnos y replicarnos; para
derrumbar los linderos de los sueños y llevarlos a los niveles de la fábula.
Somos, qué más da, perennes insatisfechos que jamás damos nada por sentado y
establecido, cuyos límites caen a menudo en sutiles territorios en los que todo
es posible, incluso lo inimaginable por absurdo y disparatado. Pero aquí
estamos: plantados frente a nuestras propias circunstancias epocales, mirando
siempre al horizonte sin importarnos los enormes desafíos que tenemos por
delante, porque eso somos: imperfectos y hambrientos de innovación y de cambio,
y nada importa más que lograr nuevas metas y así descubrir lo que yace más allá
de nuestra comprensión.
rigilo99@gmail.com
Madrid.- 16 de octubre de 2024
Por: Gastón Segura
HACIENDO EL INDIO
Comenzaré pidiéndoles disculpas por un gravísimo error, que me señaló mi querido Diego Hidalgo, cuando anoté en mi anterior artículo: «en febrero de 1956, tras el enfrentamiento entre una manifestación universitaria y grupos de jóvenes falangistas, que costó la vida por un disparo a uno de estos últimos…» Y en absoluto; el joven camisazul, Miguel Álvarez Pérez, libró de aquel balazo en la cabeza, tras algunas inciertas semanas de hospital. Y abundando sobre aquel siniestro pistoletazo, precisaré que la bala partió de sus camaradas y, visto el percance, con escaso tino. Como tampoco lo ha tenido —o, al menos, diplomático— el desprecio del gobierno mejicano a nuestro rey durante los actos de toma de posesión de su nueva presidenta, doña Claudia Sheinbaum Pardo, quien remató esta ceremonia —se supone que solemne— con una de esas fantochadas de juramento al Sol, que hace años pusiera en funcionamiento el peruano don Alejandro Toledo Manrique y continuara al menos uno de sus sucesores, el breve don Pedro Castillo Terrones; quien no es que se mostrara, durante su investidura, demasiado cortés con don Felipe vi; en definitiva, con España.
Esta afición americana de echarle las
culpas a España equivale a lo de echárselas «al maestro armero», pero con
malsana inquina. Y respecto a este último desaire mejicano, durante las pasadas
semanas, se han impreso en los periódicos nacionales artículos suficientes,
algunos recogiendo las certeras palabras que Octavio Paz y Carlos Fuentes
pronunciasen hace años sobre el asunto, por cuanto, adivinándolos informados de
sobra, me evito repetirlas e incluso remontarme a las ejemplares —son todo un
certero tratado de política— Cartas de relación (1519-26), del gran Hernán
Cortés, o a la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España (1568), de
Bernal Díaz del Castillo. Sin embargo; en cuantas opiniones he podido leer,
ninguna mencionaba el singular y casi anticipador revés recibido por Alfonso
Reyes.
Alfonso Reyes,escritor |
Verán, Alfonso Reyes se instaló
destartaladamente en Madrid el 2 de octubre de 1914, tras un año de desasosiego
y viviendo en París con los escasos ingresos procurados por sus artículos para
la Revue Hispanique, a consecuencia de su expulsión como tercer secretario de
la embajada de su país, tras la llegada al poder de Venustiano Carranza,
enemigo cerril de la facción política de su familia.
De inmediato encontró aquí una fraterna
acogida, como constatan los dos artículos en el semanario España —del 19 de
febrero y del 2 de diciembre de 1915— de Ortega y Gasset, más la intervención
parlamentaria de Antón del Olmet, ratificada por un artículo para El Imparcial,
del 4 de diciembre de ese año, donde pedía un estipendio para los exiliados
mejicanos, entre los que sobresalían él y Amado Nervo. A la par de estos
encomiables gestos y mucho más importante es su rápida integración en el Centro
de Estudios Históricos, de Menéndez Pidal, donde alumbrará sus ensayos sobre el
Arcipreste de Hita, Quevedo, Gracián y Ruiz de Alarcón o aquella Lope de Vega y
El peregrino en su patria de 1919, que con sus participaciones en la prensa más
relevante (España, Revista de Occidente y El Sol), nos lo muestran como un
activísimo miembro de la intelectualidad del momento, cuyo jalón más célebre es
el homenaje que organizó a Mallarmé, el 14 de octubre de 1923, en el Jardín
Botánico, adónde acudieron Ortega, Marichalar, Díez-Canedo, D’Ors…
Y si Alfonso Reyes fue uno más entre los
hombres del Noventaiocho y del Novecentismo, se anticipó a los del Veintisiete
con su Góngora y La gloria de Niquea (1915) o su prólogo a la primera edición
de las obras del cordobés por el hispanista Foulché-Delbosc, en 1921, y no
digamos con sus obras de pura invención de aquellos días, como El suicida o
Visión de Anáhuac (ambas de 1917), o esa gavilla de insólitos cuentos, El plano
oblicuo (1914), que edité para Drácena hace unos siete años; cuanto nos lo perfila,
además, como un señero vanguardista, acogido como tal y rápidamente a su
llegada a Buenos Aires, en julio de 1927, por las Ocampo y Borges, donde
publicará los Papeles de Recienvenido (1928), del estrafalario Macedonio
Fernández.
Pues bien; todo este espíritu cosmopolita
y poliédrico, acentuado por su devoción hacia Grecia y Roma, le ocasionó un
monumental chasco cuando Gabriela Mistral, ya premiada, lo propuso a la
academia sueca, en 1949, para el Nobel; los «nacionalistas» mejicanos
—predecesores exactos de los sublimadores del precolombinismo de ahora—
reaccionaron, so pretexto de su escasa mejicanidad, de forma tan arisca que ni
Reyes resultó galardonado entonces ni en las sucesivas veces en que fuera
candidato; conclusión, México y no solo Reyes, se quedó sin el premio. Y en
este instante, cuando ese inmenso país podría encabezar la Hispanidad por su
número de habitantes y por su potencia económica y creativa, vuelve a las
andadas con una presidenta, como decimos acá, «haciendo el indio».
Artículo publicado por el "Imparcial", el 15 de octubre de 2024
*Gastón Segura, es licenciado en Filosofía por la Universidad de Valencia, Se trasladó a Madrid en 1990, donde ejerció diversos trabajos hasta que en 1990 se dedicó de lleno a la literatura.
Madrid.- 16 de octubre de 2024
MINIATURAS
La letra impresa está muerta si no halla
lectores que le insuflen vitalidad, de allí nuestro poder como lectores, que
hacemos de unos caracteres asentados en una página o una pantalla todo un
universo que se conjunta en nuestro ser como huella indeleble
1) Tengo en mi haber tres Obras Completas
de Jorge Luis Borges (leídas a más no poder) y acabo de adquirir Borges
Esencial (2023), editado por la Real Academia Española y la Asociación de
Academias de la Lengua Española (del que hablaré luego). Siempre Borges, dirán
ustedes, y es cierto. Hallo en su obra posibilidades estéticas, literarias,
lingüísticas, filosóficas y metafísicas que no encuentro en otros clásicos.
Entre más leo y profundizo en sus textos, más razones tengo para autodefinirme
como borgeano, borgiano o borgesiano: el adjetivo en realidad no importa tanto,
pero sí todo lo que recibo de su impronta y su inmenso legado.
2) Nadie escapa al ego, es intrínseco de
lo humano. Acabo de leer acerca de los estragos de este pequeño monstruo que
llevamos dentro, y en realidad me atormenta, porque entre más cosas haces y
emprendes, más razones hallas para alimentarlo, pero crece tanto que termina
convirtiéndose en un alud que pugna por enterrarte. Alguna vez leí (siempre la
lectura) que cuando sintamos el ego muy elevado le opongamos la frase “soy
mortal”, y de veras resulta, pero lo cumbre de todo esto es que casi nunca
aceptamos tenerlo elevado; es más, lo confundimos con cuestiones emparentadas:
dignidad, autoestima, logros, empoderamiento…
3) Fui testigo de la llegada del hombre a
la Luna: hecho del que se cumplieron este 20 de julio 55 años. Y digo que fui
testigo, porque mis ojos de niño vieron por televisión el portento tecnológico
del que nunca he dudado, como sí lo hacen millones de personas en todo el
planeta, que juran y rejuran que todo fue un engaño: una bien montada patraña
de parte de los gringos. Mi tío Óscar, que para entonces esperaba ser operado,
en su lecho de enfermo expresó con alegría: “Si me muero habré visto la llegada
del hombre a la Luna”. Y se murió en la operación, y nada ni nadie podrá
quitarle ya esa certeza, que es un hecho histórico asentado para siempre.
4) La letra impresa está muerta si no
halla lectores que le insuflen vitalidad, de allí nuestro poder como lectores,
que hacemos de unos caracteres asentados en una página o en una pantalla todo
un universo que se conjunta en nuestro ser como huella indeleble, y nos cambia
la vida para siempre. Visto así, somos cocreadores de cada página leída, porque
sin nosotros carecería de valor y significado: somos los lectores quienes
justificamos la existencia de una obra, quienes hacemos (o no) de un autor un
clásico, quienes trascendemos lo escrito en un libro y lo llevamos más allá de
su tiempo y de su espacio para que sea perdurable e infinito.
5) Al verso solemos oponerle la prosa,
pero fuera de esta verdad técnica (perfectamente verificable desde los
antiguos), la prosa cuenta la vida y sus avatares, lo vulgar y prosaico: plasma
desde cada lengua la concatenación de hechos y circunstancias que nos cuentan
la existencia en toda su magnitud y esplendor, de allí su fuerza entre
nosotros. Esto no quiere decir en modo alguno que la poesía esté en retirada,
pero sí habla del enorme prestigio de la prosa desde la narrativa, la
ensayística y otros géneros, cuyo mercado crece a pasos vertiginosos en
nuestros días y le auguran un futuro prometedor (aunque no exento de riesgos).
6) Si lo analizamos con cabeza fría, somos
un sustantivo: nos identificamos con un nombre y hacemos de él (y el de los
otros) el centro de nuestras vidas. La sustantivación de la existencia se ve
afectada, hay que admitirlo, por la adjetivación, que busca etiquetar, signar,
marcar y horadar. Lamentablemente, el sustantivo se afecta con el adjetivo: lo
cambia, lo transmuta, lo transforma; lo pone entre paréntesis, lo lleva a
tribunales y hasta lo encarcela para su exterminio. En el libre juego entre
sustantivos y adjetivos se mece el día a día y el mundo: dependerá de nosotros
que entre ambas nociones lingüísticas y existenciales haya paz y equilibrio: de
ellos derivan el ansiado e inescrutable paraíso.
7) Nos dice la poeta española María Pilar
Cavero en su poema Cinco (Se nos fue con sus rosas, 2016) que cinco letras
conforman “poema”, “poeta”, “verso”, “verbo” y “magia”. Yo agregaría a esta
bella lista literaria: “prosa”, “libro”, “frase”, “punto”, “línea”, “papel”,
“canto”, “lápiz”, “pluma”, “tinta”, “texto”, “obras”, y podría continuar con
las pentasílabas. La escritura es en esencia un río que fluye y nos hace sus
posesos: nos arrebata el tiempo de ocio y lo transforma en obra. ¿Qué fuese de
la vida sin las letras y sin el arte en general? Sin duda: triste y árida, sin
la esperanza de un hipotético cielo que se nos regala con cada página.
8) La felicidad es impúdica, nos muestra
su esplendor sin el agravante de caer en terrenos indiscretos o vergonzosos
frente al qué dirán. Cuando nos enamoramos nada importa más que el encuentro
con la mirada y el abrazo de la persona amada, y en ambos nos perdemos para
hallar el infinito que nos constituye. Si obtenemos algo anhelado durante mucho
tiempo, lloramos de felicidad, y poco nos interesan las miradas de quienes a lo
mejor nos critican muy a la callada, porque el sentimiento hay que celebrarlo,
saborearlo, llevarlo al extremo de lo orgiástico: captarlo con todo nuestro
ser, cincelarlo en las retinas y en la piel, y allí se quedarán como huellas
perennes de un gozo que quizás no se repita como nueva experiencia, sino como
recuerdo de aquellos inolvidables días.
rigilo99@gmail.com
Santa Cruz de Tenerife.- 16 de octubre de 2024
Declaraciones de Migdalia Machín, Horacio Umpiérrez y Victoria Galván:
El
Gobierno de Canarias homenajea a María Joaquina de Viera y Clavijo en el Día de
las Escritoras
El Gobierno de Canarias homenajea a María Joaquina de Viera y Clavijo (Tenerife, 1737, Las Palmas de Gran Canaria 1819), primera escritora de la que se tienen registros en Canarias, en el marco de la celebración del Día de las Escritoras. El acto, celebrado en el Teatro Guiniguada de Las Palmas de Gran Canaria, ha contado con las intervenciones de la consejera de Universidades, Ciencia, Innovación y Cultura, Migdalia Machín; el viceconsejero de Cultura, Horacio Umpiérrez, y la experta en su trayectoria Victoria Galván. El homenaje incluye además una dramatización de poemas de la autora, a cargo de la actriz Sara Álvarez, y un reparto de libros de la autora.
Con este reconocimiento se busca divulgar
la figura y obra de una escritora ilustrada, cuyo compromiso literario y
artístico tuvo más fuerza que las barreras impuestas a las mujeres en los
siglos XVIII y XIX.
Durante el solemne homenaje, Migdalia Machín
se refirió a Joaquina Viera y Clavijo como «una mujer con una voz poética
singular en el panorama literario del siglo XVIII, cuyo talento superó las
limitaciones impuestas a su género. Lo que queremos en este día que destacar su
obra como un legado que debemos proteger y difundir como sociedad». Por su
parte, el viceconsejero de Cultura recordó que esta autora figura en la
Biblioteca Básica Canaria, que es la colección histórica, bibliográfica que
vertebra la creación literaria canaria: “Estamos muy satisfechos de haber
dedicado el Día de las Escritoras a una persona que va a sorprender a todos «.
Por último, Victoria Galván quiso señalar
como «se ha tenido que rescatar su figura por el desconocimiento que había en
nuestro patrimonio literario, aunque aún queda mucho por hacer. Joaquina tiene
una obra notable, de poesía básicamente, y en ella hay una voluntad creadora».
La experta también destacó la facilidad de la autora «para componer versos
sobre cualquier asunto que tenía que ver con su realidad cotidiana» y también
su «sentido del humor, con una poesía festiva y humorística» o su «talento para
el esdrújulo, que no es fácil».
El Día de las Escritoras es una
conmemoración de carácter anual, que tiene como objetivo de visibilizar y
reconocer el legado de las diferentes autoras y su aportación a la literatura y
habla del archipiélago. La celebración se convoca en torno a la festividad de
Teresa de Jesús, el 15 de octubre. Con esta ya son siete las ediciones de
reconocimiento protagonizado por primera vez por Elsa López en 2018, y que
posteriormente estaría dedicado a Isabel Medina, Olga Rivero Jordán, María
Teresa de Vega, Roberta Marrero, Cecilia Domínguez y, ahora, a María Joaquina
de Viera y Clavijo.
La
primera poeta de Canarias
María Joaquina de Viera y Clavijo nació en
el Puerto de la Cruz en 1737. Hija de un escribano y hermana de José de Viera y
Clavijo, máximo exponente de la Ilustración en Canarias. Mientras que sus
hermanos recibieron una educación enfocada a ser grandes clérigos, la autora
luchó por estar al día de la actualidad y los temas candentes a través de las
tertulias y las conversaciones con la élite cultural y política de Tenerife y
Gran Canaria, de la que formaba parte.
Eterna cuidadora de sus padres y,
posteriormente sus hermanos, se trasladó a Las Palmas de Gran Canaria en 1784 a
la vuelta de Madrid de su hermano José. Allí vivirá hasta el final de su vida,
en un caserón donde se encuentra la actual sede del Archivo Histórico
Provincial de Las Palmas, en la Plaza Santa Ana.
Con la llegada de la Ilustración en el
siglo XVIII, se revisa el papel social de las mujeres, aceptando dotarles de
cierta instrucción educativa, y permitiendo su producción literaria en el caso
de que esta promoviese la devoción y moralidad cristiana o su rol familiar como
madre, esposa o hija. Así, la obra de esta autora se consagró a la religión y
al misticismo.
De su trabajo destacan numerosos poemas
que recrean la vida de Jesús o de temática marianas, como otros que exaltan la
amistad entre mujeres o exhiben su pensamiento ideológico con los versos
patrióticos dedicados a la victoria de Tenerife contra Inglaterra en 1797 o a
la defensa de Fernando VII durante las guerras napoleónicas. También existen
textos que elogian a diferentes personalidades de la clase dirigente,
La filóloga Victoria Galván González
apunta a cómo, a pesar de la entrega a su familia y su convicción conservadora,
la poeta “optó por desarrollar una vida minoritaria en un contexto cultural y
político que auspició un cambio de roles que conllevaba el deseo de participar
activamente en las artes o en la escritura”.
Sobre Viera y Clavijo se sabe, también,
que destacó como escultora con composiciones de barro, de las que no se
conserva ninguna. Como señala Carmen Fraga González, “Su lenguaje está salpicado
de pensamientos y vocablos relacionados con las artes plásticas”.
Falleció en 1819, dejando escrito un
amplio testamento en el que nombraba sus diferentes propiedades y obras de
arte, y que fue digitalizado en 2009. En 2022 sus textos poéticos se agregaron
a de la Biblioteca Básica Canaria y en 2024 recibe el protagonismo del Día de
las Escritoras.
Santa Cruz de Tenerife.- 16 de octubre de
2024
Abre
la exposición ‘Literatura, islas e igualdad. Mitos, leyendas y sueños: Islas de
la ilusión’
La muestra destaca la participación activa
de la primera generación literaria canaria del siglo XXI, conocida como ‘La
Generación i’, compartiendo espacio con grandes figuras de la literatura
universal vinculadas con islas del mundoLa difusión de la vida de las escritoras en esta exposición, como todo el proyecto ‘La literatura es femenina ‘persigue’ la repercusión económica, social y turística.
En la mañana de ayer martes 15 de octubre,
en el LAB (calle Capitán Gómez Landero, 19, Santa Cruz) se ha inaugurado esta
muestra, en la que, a través de pósteres, pone en valor la labor de mujeres
escritoras de diferentes latitudes insulares, teniendo nuestro archipiélago un
papel especial con figuras desde el siglo XIX hasta nuestros días, entre las
que se incluye la recientemente premiada con el Nobel de Literatura, la coreana
Han Kang. Esta actividad cuenta con el apoyo y el patrocinio del Gobierno de
Canarias y el Cabildo de Tenerife a través de diferentes líneas de acción como
el proyecto Canarias Aporta, Promotur o el ICDC, y el Ayuntamiento de La
Orotava.
Destaca en esta exposición la inclusión de
la primera generación literaria canaria de este siglo, conocida como La
Generación i. Formada por 8 escritoras canarias que comparten su apuesta por la
revolución digital, que está transformando el sector del libro y permitiendo
poner a los escritores en el centro del mismo: La exposición no olvida la
tradición del papel y reivindica la aceleración del proceso hacia la igualdad
literaria.
Las autoras cuya vida y obra se destaca
son: Virginia Woolf; Julia de Burgos; Agatha Christie; Tana French; Kiana
Davenport; Pino Ojeda; Natalia Sosa; Fátima Martín; Mercedes Pinto; María Rosa
Alonso; Felicidad Batista; Ana González Duque; Cesarina Bento; Elsa López;
Dulce María Loynaz; Han Kang, Pilar Torres; Irina Daria; Helen Rytkönen;
Arantxa Rufo; Dulce Xerach; Aida Rossi; Cecilia Dominguez; María Jesús
Alvarado; Banana Yoshimoto; y Dina Salústio.
La repercusión futura que se quiere
conseguir con el proyecto La Literatura es Femenina abarca desde su influencia
en la vida de los escritores de las islas, pasando por la consecución de la
dignificación, respeto y sostenibilidad económica de los profesionales de la
literatura, hasta la aportación turística que los libros escritos desde Canarias
y sobre Canarias puede tener, si se apoya la traducción de nuestra literatura a
los idiomas de nuestros mercados turísticos más potentes, como el anglosajón y
el alemán.
Por ello y por muchos más objetivos, la
Generación i ha puesto en marcha una iniciativa cívica, que promueve la
aprobación de un Plan de acción de Canarias y la Literatura, que de momento
apoyan todos los escritores consultados, y que ya ha generado los primeros
cambios en algunas políticas públicas.
Ciencia ficción escrita por mujeres
En cuanto a esta muestra, estará
acompañada de la participación de la escritora de fantasía Mélani Garzón-Sousa,
en una conferencia que pondrá el foco en la literatura de ciencia ficción
escrita por mujeres, que tendrá lugar en el mismo espacio a las 6 de la tarde.
Su intervención, titulada Mitos y leyendas: fantasía canaria, abordará la presencia de vampiros, dragones, hadas,
esperpentos de ultramundos, zombis, fantasmas, trolls, elfos y enanos;
mazmorras y mundos paralelos, entre otros, en las obras de género fantástico.
Esta joven escritora es autora de Siete diablos y un infame o la serie
Dominadores de almas. La conferencia será grabada y podrá revisitarse online.
Estas actividades programadas para el día
15 de octubre no constituyen solo el inicio de La Literatura es Femenina 2024,
sino una declaración de intenciones del conjunto del proyecto. Tanto la
exposición como el encuentro con Mélani Garzón-Sousa son un ejemplo del
compromiso de la lucha contra la desigualdad en el mundo literario,
reivindicando la labor de las mujeres escritoras en contextos insulares a lo
largo del tiempo.
La
exposición Literatura, islas e igualdad. Mitos leyendas y sueños: islas de la
ilusión podrá visitarse, en horario de 9:00 a 13:00, durante la semana del 15
al 19 de octubre.
Más información en gerencia@crowplan.com
Madrid.- 16 de octubre de 20266
Festival Eñe 2024
Del 9 de noviembre al 1 de diciembre
Vuelve
la gran fiesta de la literatura a Madrid y Málaga
La decimosexta edición del festival estará protagonizada por algunas las voces más interesantes del panorama cultural español e internacional, desde la literatura al cine, la música o las artes escénicas, entre otras manifestaciones de la creación contemporánea.
Chile será el país invitado de Festival
Eñe 2024, con una importante representación de sus autores y artistas más
notables, entre ellos:
Raúl Zurita, Rosa Montero, Miquel Barceló,
Ana Blandiana, Antonio Scurati, Luis Landero, Lina Meruane, Antony Beevor,
Javier Cercas, Lídia Jorge, Mircea Cărtărescu, Monika Zgustová, Nao Albet y
Marcel Borrás, Manuel Rivas, Lawrence Schick, Reah, Laurent Binet, Sara Torres,
Eliane Brum, Soledad Puértolas, Juan Gabriel Vásquez, Sara Barquinero, Alejo
Stivel, Clara Roquet, Borja Cobeaga...
Conversaciones, encuentros, recitales,
cafés literarios, charlas gastroliterarias, y mas de 100 creadores procedentes
de Europa y Latinoamérica.
El tema principal que impregnará el
programa artístico será Democracia, cuestión fundamental en las relaciones
humanas y urgente hoy en día, para ser tratado desde la cultura y los
creadores.
Estaremos informando de este festival.
Madrid.- 14 de octubre de 2024
Sonia Muñoz Guevara
Realizado el acto cultural:
Foto:cortesia Ateneo Madrid |
El pasado 10 de octubre, el Ateneo de Madrid, Sección Literatura Agrupación Agustín Argüelles, acogió la actividad: Creación literaria iberoamericana, es la primera vez, que se realiza este Encuentro, siendo el motivo por el Día de la Hispanidad, en la que han participado seis invitados, entre escritores, poetas y del arte dramático.
Contando con la participación de Mariano
Jabonero, secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos
(OEI), se encontraban también el escritor mexicano Jorge Volpi, Marifé
Santiago Bolaños, escritora española, Vanessa Espin, dramaturga y actriz española,
el novelista Juan Gabriel Vásquez, (Colombia), Julieta Deossa, (Colombia)
pintora, novelista y poeta.
Abrió el acto el Presidente del Ateneo, Luis
Arroyo Martínez, y prosiguió el presentador, José Antonio García Regueiro, con el programa.
Los participantes nos presentaron sus ponencias, basados en temas de actualidad, anécdotas, y así mismo la problemática de la educiónen en la lectura, como es el caso de la conferencista Julieta Deossa.
Concluye el acto Juan López, inspector de educación y coordinador del progama, felicitó a su vez a la periodista María Consolación Galera, por su colaboración en el diseño y elaboración, de esta actividad.
Una velada literaria grata y de buen
ambiente, quedando satisfecho, el numeroso público, que acudió a esta cita.
Será hasta pronto y esperamos la segunda edición.
Madrid.- 14 de octubre de 2024
La última novela del Gabo
Me llamó poderosamente la atención el
Prólogo, escrito a dos manos por Rodrigo y Gonzalo García Barcha, hijos del
fallecido autor, porque he hallado en él una honestidad mayúscula
Termino de leer En agosto nos vemos, del
fallecido Nobel colombiano Gabriel García Márquez (Random House, 2024), en
hermosa edición al cuidado de Cristóbal Pera. Celebro la salida de este libro,
porque hallo en él la esencia de aquello que nos conquistó del gran autor: el
manejo poético de la prosa, la adjetivación que le era propia, el mundo del
caribe implantado como un profundo tatuaje en nuestra mente y en el sentir
latinoamericano, la magia de una historia que nos atrapa desde la primera línea,
la elegancia de sus figuras literarias, la riqueza sensorial que logra
transmitir con cada página, los atavismos de una cultura que el Gabo alcanzó a
universalizar con enorme acierto, y la diafanidad de una historia que solo con
sus imágenes logra llegar a lo más profundo del ser y dejarnos huella.
Me llamó poderosamente la atención el
Prólogo, escrito a dos manos por Rodrigo y Gonzalo García Barcha, hijos del
fallecido autor, porque he hallado en él una honestidad mayúscula. Siento estas
breves páginas como una excusa frente a una obra de la que su padre en cierta
forma abominó: “Este libro no sirve. Hay que destruirlo”, y ellos la
preservaron para que el tiempo la decantara y fuese el árbitro definitivo junto
con los lectores (ya que somos los que les damos vida a un texto). Por
supuesto, el argumento de ellos es completamente válido: “la falta de
facultades que no le permitieron al Gabo terminar el libro también le
impidieron darse cuenta de lo bien que estaba, a pesar de sus imperfecciones”.
Yo agregaría con la cabeza fría de un avezado lector: el Gabo pudo deshacerse
de la novela y no lo hizo, lo que permite inferir que sus palabras fueron tan
solo un guiño a la posteridad.
Me gustó además la Nota del editor, que
bien pudo ponerse al comienzo y no al final de la obra, porque es esclarecedora
y nos da luces para el abordaje del texto. Llama la atención la declarada
“humildad” de Pera (ya que los editores no se caracterizan precisamente por
serlo, ni por asumir sin más las posibles falencias del libro en el que
trabajan, porque esto sencillamente va contra su razón de ser. Me atrevería a
añadir que los editores suelen ser arrogantes y displicentes: o por lo menos
este es el común de la experiencia autoral, con algunas excepciones). La sola
historia del nacimiento de este libro y su largo devenir son materias para un
análisis metaliterario de la obra, que deberá ir más allá de las circunstancias
puntuales, para adentrase en los territorios del Real-Ser literario.
Nos cuenta el editor, que el 18 de marzo
de 1999 fue anunciado con regocijo que García Márquez preparaba un nuevo libro
constituido por cinco relatos autónomos. Desde aquel anuncio hasta marzo de
este año (que es cuando sale En agosto nos vemos), suceden varias cuestiones no
menores, entre ellas la pérdida paulatina de la memoria del autor y su
posterior fallecimiento, del que ya se cumplieron diez años el pasado 17 de
abril. En aquel entonces, el Gabo trabajaba con dos manuscritos (Ella, que
luego se publicaría en el 2004 como Memoria de mis putas tristes y En agosto
nos vemos). Según Mónica Alonso, su secretaria, entre julio de 2003 y finales
de 2004 el autor trabajó intensamente en esta novela de la que se acumularon
cinco versiones. Si mal no entiendo de todo este complejo proceso: el libro que
hoy tenemos es la concreción de la quinta versión (del 5 de julio de 2004, a la
que el autor le hizo cambios directamente o se los dictó a Alonso) y el
documento digital guardado por ella.
Por supuesto, como ya lo expresé en el
primer párrafo, disfruté de la novela, pero estoy consciente de que se trata de
una obra menor del autor (aunque el tema sea osado al tratar acerca de la
infidelidad femenina, y no el que con cierta cautela declaran sus hijos en el
Prólogo: la continuidad del amor como leitmotiv de toda su obra). La novela
comienza con mucha fuerza, pero va decayendo hacia un final un tanto
precipitado: se nota a las claras que al autor le costó mucho concretar un
cierre. Obviamente, al tratarse de una obra de larga data en su escritura (y
con el agravante del problema de la pérdida de la memoria del autor), el paso
del tiempo trajo consigo ciertas lagunas, vacíos, hiatos e inconsistencias
argumentales, lo que se tradujo en una merma del poderío narrativo de la obra,
que finaliza con un hecho truculento (por supuesto, no haré spóiler a los
potenciales lectores del libro).
Como es bien sabido, lo que más disfrutaba
Gabriel García Márquez del proceso de creación literaria, era de la corrección,
y al no hacerlo con la metódica de todas sus obras (al no hallarse en
condiciones mentales para ello), dejó pasar importantes detalles de estilo que
resultan desagradables en la lectura, y uno de ellos es la repetición del
adjetivo “ardiente” (que tanto le gustaba al autor, y del que echó mano a dosis
adecuadas en sus más importantes novelas) al punto de convertirse en esta obra
en una muletilla. Igual sucede con el vocablo “cuando”, que aparece encabezando
un sinfín de párrafos, y que pudo ser sustituido para evitar el ruido que se
percibe en el texto.
No obstante, repito, disfruté de la
novela, no la leí con intenciones críticas, sino de placer estético y
literario. Me hubiera gustado un mayor acabado, pero con todo y eso la celebro
y agradezco a la familia y al editor por este regalo imprevisto.
rigilo99@gmail.com
Madrid.- 12 de octubre de 2024
Del 13 al 16 de octubre, hora: 19:00, en el Teatro Liceo. Salamanca
El
XXVII Encuentro de Poetas Iberoamericanos
Seran homenajeados el poeta cubano PÍO E. SERRANO y al español JOSÉ MARÍA MUÑOZ QUIRÓS
Participaran cincuenta y cinco poetas de diecisiete países
También habrá un reconocimiento de Huéspedes Distinguidos de Salamanca a los poetas Omar Ortiz Forero (Colombia) y Giovanna Benedetti (Panamá). Finalmente, el poeta argentino Hugo Francisco Rivella recibirá la Medalla Fray Luis de Poesía Iberoamericana. Se han previsto intermedios musicales a cargo de Concierto 3 y de la cantante colombiana Martha Elena Hoyos, así como numerosos actos en diferentes espacios de la ciudad.
Se presentará la antología ‘Para sitiar el asombro’, coordinada por el poeta Alfredo Pérez Alencart, profesor de la Universidad de Salamanca. Esta obra incluye una selección de la obra de los dos poetas homenajeados y poemas de los autores invitados. La pintura de portada y las portadillas interiores son obra del pintor Miguel Elías
Pio E. Serrano- Foto LaGateraPress |
José María Muñoz Quirós- Foto de Tiberíades |
La participación de algunos poetas serán, entre otros:
Miguel Iriarte, Luz Mary Giraldo y Carmen Alicia Pérez (Colombia); Lizette Espinosa y Moisés Mayán (Cuba); Harold Alva, Patricia Denegri, Omar Aramayo, Karín Chirinos Bravo e Iván Adrianzén (Perú); Carlos Nuno Granja y Luis Aguiar (Portugal); Patricia Gutiérrez Paz, Valeria Sandi, Homero Carvalho, Claudia Vaca y Benjamín Chávez (Bolivia); Leonardo Nin y Willy F. Ramírez (República Dominicana); Otoniel Guevara (El Salvador); Marco Antonio Madrid, Karen Ayala y Elena Banegas (Honduras); Yordan Arroyo (Costa Rica); Pedro Steve (México) y Leonam Cunha (Brasil). Poetas-traductores procedentes de otros países, Marta Eloy Cichocka (Polonia) y Vito Davoli (Italia).
Entre los poetas españoles de diferentes regiones que están presentes en la antología, figuran Antonio Colinas (León), Maru Bernal (Cataluña), Gloria Díez (Asturias), Carlos Aganzo (Madrid); Juan Carlos Martín Cobano (Sevilla), Jesús Fonseca (Aragón), José Antonio Santano (Córdoba), María Ángeles Pérez López (Valladolid) y María Calle Bajo (Badajoz).
https://www.ciudaddecultura.org/es/programacion/xxvii_poetas_iberoamericano_14-10-2024
PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2024, obtiene la surcoreana HAN
KANG
Ilustration: Niklas Elmehed |
Ha escrito varios libros y unos de ellos
es La vegetariana, del año 2015,
obteniendo el premio Man Booker Internacional, también ha escrito Blanco y Actos humanos
El 10 de diciembre, aniversario de la
muerte del fundador de estas distinciones, Alfred Nobel, se hará entrega de
este premio, con la atractiva suma de 960,000 euros.
Son 18 mujeres que han sido galardonadas
con este premio: Selma Ottilia Lovisa Lagerlöf (1909),Grazia Deledda (1926),Sigrid
Undset (1928),Pearl Buck (1938),Gabriela Mistral (1945),Nelly Sachs (1966),Nadine
Gordimer (1991),Toni Morrison (1993),Wislawa Szymborska (1996),Elfriede Jelinek
(2004),Doris Lessing (2007),Herta Müller (2009),Alice Munro (2013),Svetlana
Alexievich (2015),Olga Tokarczuk (2018),Louise Glück (2020),Annie Ernaux (2022),
y Han Kang (2024)
La poética de María Pilar Cavero
Como buena poeta (que no “poetisa”: a
ambos no nos gusta el vocablo), Cavero sabe de silencios, porque cada verso y
frase no son mero continuum, sino pequeños hiatos que hacen de cada palabra
esencia y hondura
El 27 de agosto de 2023 publiqué en El
Universal el ensayo titulado Poemas de la esencialidad, en el que me referí al
poemario Caricias y cantares de María Pilar Cavero (Huesca, 1941). Hoy regreso
con esta extraordinaria poeta, con esta magnífica poeta y lo hago con un
hermoso libro titulado Policromía (Sial / Fugger Poesía, 2014) con Prólogo de
Luis Farnox, que mi buena amiga tuvo la gentileza de remitirme (esta vez en
físico) a mi casillero, junto con otros de sus libros: Brisas y briznas (Sial /
Fugger Poesía, 2011), Pétalos de plata (Sial / Fugger Poesía, 2013), Orosia
(Sial / Narrativa, 2015) y Se nos fue con sus rosas (Sial / Fugger Poesía,
2016).
Es Cavero poeta de lo vital; nada escapa a
su tarea forjadora de belleza con la palabra: todo es válido cuando la
existencia se cuela con cada rendija y nos presenta un mundo diverso, que fluye
y palpita, que se abre paso y nos cuenta mil cosas que, conocemos e intuimos,
pero que se desvanecen con el ir y venir de la cotidianidad hasta hacerse parte
y todo del paisaje, y ella lo sabe, y está consciente de su labor desveladora,
de su poder que logra transmutar la realidad en portentosa imagen literaria:
tomemos, pues, un fragmento del poema Palabras: “Me gustan: / las palabras
precisas, / las palabras brujas, / las palabras enlazadas, / la ternura / de una
palabra, / los poemas, / el papel, / un lápiz gastado, / la hermandad, / el
cantar, / el silencio.”
Para Cavero las palabras son arquitectura
del pensamiento, de allí el poderío de su obra, que se abre paso con enorme
dignidad en medio del bululú de mercaderías llamadas libros, que no dan tregua
a lo banal: y los relativizan, los erigen en polvo, los convierten en meros
objetos de intercambio crematístico. En contraposición, la autora nos trae
poesía; pero no cualquier poesía, sino esencia de la palabra: súmmum de una
larga existencia trajinada en hechos y circunstancias que han dejado heridas,
pero también disfrute y palabras; leámosla en Del silencio: “Antes buscaba
imágenes, /ahora busco palabras: / ¡Cuánto placer encierran! / ¡Cuánto dolor! /
¡Cuánta Belleza! / ¡Cuánta plenitud / y cuánta decadencia! / ¡Cuánta sabiduría
/ y cuánta vaciedad!”
Como buena poeta (que no “poetisa”: a
ambos no nos gusta el vocablo), Cavero sabe de silencios, porque cada verso y
frase no son mero continuum, sino pequeños hiatos que hacen de cada palabra
esencia y hondura. Leámosla en El silencio: “También se puede hablar / con el
silencio. // ¿Alguien contó las palabras /que tiene una mirada? // ¿Las sílabas
que enlaza / una sonrisa?” La poesía es mirar hacia el interior, es sumergirse
en el antes y después de lo vivido; es buscar (a veces sin suerte) el
reencuentro con nuestro “yo” más profundo, que pide desde siempre que le demos
una “voz”.
La poeta le confiere voz a la emoción con
la palabra, y desde esa atalaya hace de la inspiración poética un gozo que nos
mueve, que nos lleva a estadios superiores y nos empuja a ir más allá de lo
esperado para hacer del verso un “algo” que sentimos desde nuestra
interioridad, pero que se pierde en nosotros al consustanciarse con nuestra propia
esencia finita: “De fuera a dentro / nos conduce la vida, /de dentro a fuera /
pugnamos por vivir.”, nos lo recuerda en el poema Vivir.
La palabra poética de Cavero nos invita a
la reflexión filosófica: su hondura busca el salto hacia lo inefable y no se
contenta con lo estético; ella sabe que poetizar es ver aquello que no solemos
ver, que nos negamos a aceptar; es voltear la mirada complaciente y así atisbar
el envés de todo: “Pensaba cuando era niña / que la ancianidad dolía. / Ahora
me voy dando cuenta / que lo que de verdad duele / es la juventud perdida…”,
nos dice en su poema Cuando niña. La poesía es gozo y es dolor, es conjeturar
en torno de lo vivido, es sentir el presente y hacer de él una pausa que nos
impele a sentir en profundidad, a reconocernos parte del ahora, a recoger los
pasos e ir tras la búsqueda de nuestro destino.
La autora busca hacer de las palabras
instrumentos que evidencien la diversidad de colores y matices que traslucen;
hacer de lo chato de la existencia la posibilidad cierta de un mundo pleno, en
el que sean factibles los enormes claroscuros que nos habitan y que ensombrecen
la experiencia. Esa policromía solo es admisible desde la magia de la palabra
hecha poesía, no en vano la poeta nos dice en Ramillete: “Ramo de primavera /
en verde, rojo y blanco, / sencillo y oloroso, / alegre y confiado, / repleto
de esperanza, / de azucenas y rosas.” Luego, en el poema Las plantas, agrega
contundente: “Mi geranio ha enfermado / de tanto florecer. / ¡Cuánta
generosidad / en una humilde planta!”
Cavero cuenta y canta, y en ese peregrinar
zigzagueante trae consigo la vida: recuerdos y anhelos, pasado y presente; nada
escapa a su lupa escrutadora de la existencia, que va y viene y en su mecerse
deja huellas profundas. Dejemos que en Ternura (La leche) aflore su propia
intimidad: “La leche que me diste, / madre, / brotó del sufrimiento. // Esa
leche, / nacida del pozo del dolor, / del miedo y del recuerdo, / manó dulce y
nutricia / de tus jóvenes pechos. / Manantiales de vida / que calmaron tus
ansias / y las mías. // La leche que me diste, / madre, / fue una ofrenda de
amor.”
En María Pilar Cavero la palabra es
policromía en perfecta recursividad. ¿Qué duda cabe?
rigilo99@gmail.com
Madrid.- 08 de octubre de 2024
Conferencia:
Creación literaria iberoamericana, con motivo del día 12 de octubre Dia de la
Hispanidad
Con la asistencia del Secretario General
de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) Mariano Jabonero.
La presentación correrá a cargo de José
Antonio García Regueiro, en la moderación Ana Pulido y los participantes escritores
y poetas:
Mariano Jabonero, de la OEI, Jorge Volpi, escritor y novelista; Marifé Santiago Bolaños, escritora y poeta; Juan Gabriel
Vásquez, novelista; Julieta Deossa, pintora, novelista y poeta; Juan Villoro,
escritor y novelista; y Vanessa Espín, escritora y dramaturga.
Concluye el acto Juan López Martínez, Inspector
Central de Educación y escritor.
Escucharemos estas voces de iberoamerica, para
definirnos su creación literaria a través de sus costumbres, tradiciones e ideologías, y la
narrativa de estos países de habla
hispana.
Madrid.- 08 de octubre de 2024
Este jueves 10 de octubre, en la sede del
Grupo Editorial Sial Pigmalión
Entrega del Premio Internacional de Poesía Alfonsina Storni 2024, a la poeta Ana Ortega Romanillos
El grupo editorial Sial Pigmalión, hace entrega de este premio a la poeta y escritora manchega Ana Ortega Romanillos(Guadalajara), así mismo, se hará la presentación de su poemario Caballos al alba, que ha sido seleccionado y concedido por este grupo editorial.Ana Ortega Romanillos (1952, Alcolea de las Peñas, Guadalajara) es funcionaria, poeta y escritora. Pertenece a la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, al Grupo de Escritores de Castilla la Mancha. Miembro fundador de la Academia de las Letras y las Artes Lusófonas Portugal. Socia del Círculo de Bellas Artes de Madrid. Ha sido incluida en varias antologías poéticas en España y Portugal.
Colabora en revistas literarias y
boletines poéticos de España y en el periódico Noticias de Castro Daire
Portugal. Es promotora cultural, contribuye en el fomento de la poesía, y de la
cultura en general.
Tiene en su haber más de doce poemarios
publicados. Ha escrito varios poemas, entre ellos: Al otro lado del río, Alba desnuda, Tréboles refulgentes, Perfiles del
agua, entre otros más libros
En Caballos
al alba predominan, como piedras angulares, tres grandes temas: el amor y
el erotismo, centrado en la figura del esposo, la naturaleza, ese paisaje
campestre y rural que rige, como paisaje emblemático, toda esta obra de
carácter sentimental y existencial, en la que la tierra de la infancia del yo
lírico es el cordón umbilical que sostiene el pulso entre los diversos poemas,
y el tiempo recobrado, por decirlo al socaire del novelista galo Marcel Proust.
La cita es para este jueves, 10 de octubre a las
18:30 h. en la sede de El Grupo Editorial Sial Pigmalión, calle Huesca, 7
Madrid (Metro Tetuán) reconoce a la poeta su mérito en este premio
Internacional de Poesía “Alfonsina Storni” 2024, asi mismo se llevará a cabo,
la presentación de su último poemario Caballos
al alba.
Madrid.- 08 de octubre de 2024
Presentación del libro Pólvora mojada
Pólvora mojada, de
Andrés Berlanga, se presenta este jueves 10 de octubre
Una publicación que nos trae Editorial
Drácena
Tal es así que Pólvora mojada, más que una narración, es casi un extraordinario
reportaje de aquellos días y de su juventud; la misma que, de inmediato,
empujará la Transición.
Y esta edición puede considerarse íntegra,
porque no solo hemos incorporado cuanto la censura retiró de su primera edición
de 1972 sino también las anotaciones de puño y letra de Andrés Berlanga sobre
el original. Y para cerrar el volumen, además, hemos añadido alguna de la mucha
documentación que le sirvió, con sus propias vivencias como profesor de la
Escuela de Periodismo, para recrear los hechos de la trama.
Intervienen en la presentación del libro Soledad
Alcaide y Juan Berlanga, este jueves 10 de octubre, a las 19:00 h. en la
librería Sin Tarima, ubicada en la calle de la Magdalena 32, Madrid.
Por Ricardo Gil Otaiza
La lectura inocente
Leer es un ejercicio de libertad y a ello
debemos apostar quienes echamos mano de los textos y nos internamos en las
páginas de los libros, y en ellos el tiempo corre deprisa, o se hace eterno,
pero en todo caso perdemos la noción del “ahora” y nos hundimos en lo que se
nos cuenta sin pudor: a veces echados sobre un viejo sillón, pero siempre
buscando estar distendidos, entregados al placer, ajenos a la crítica y al qué
dirán, anhelando hacernos “uno” con el autor. Empero, a veces esto no es
posible, porque nuestra lectura no es inocente ni desprejuiciada como la quería
(o a la que aspiraba) Borges, sino que cargamos sobre ella todo lo que llevamos
dentro: cultura, atavismos, saberes, formación, experiencia y todo un cúmulo de
lastres que nada bueno traen consigo.
En este punto pienso en los lectores que
también somos autores, que solemos leer como ejercicio del intelecto y del
análisis literario, y este aspecto nos roba muchas veces el auténtico disfrute
porque, conocedores como somos de los intersticios y mecanismos (o trucos) de
la escritura, pues ya no somos inocentes ni nos entregamos a los libros como
quien se echa en los brazos del amor sin llevar sobre los hombros el peso del
pasado, y este peso nos roba mucho, porque el disfrute está condicionado a
tantas cuestiones, que se convierte en una auténtica carga que nos dobla los
hombros y borra de nuestros rostros la sonrisa de la felicidad.
La lectura inocente es entregarnos a la
página sin los porqués propios de quienes solo buscan en los libros las claves
para el mero intelecto, sino para el goce sensorial pleno de lo que se nos
cuenta: creer a pie juntillas la fábula que transmuta la realidad y dejarnos
llevar en los brazos de la magia literaria y de su enorme poder salvífico. Es
dejar de lado el imperio de la lógica y la razón y en su lugar sellar el pacto
de verosimilitud que nos plantea el autor: convertirnos en hojas que arrastra
el viento hacia un lugar incierto, y no poner resistencia. Es ir hacia ignotos
destinos y regresar investidos con el halo de quienes han asumido una historia
como parte de su propia verdad y existencia.
La lectura inocente y desprejuiciada es un
ejercicio de nuestra libertad personal: rompe con la linealidad tiempo-espacio,
nos entrega el poder de la fábula sin que prive en nosotros la duda atávica,
flexibiliza nuestra postura frente al mundo y sus circunstancias y nos libera
de la cárcel de la razón, mece el niño interior y fortalece nuestra conexión
entre los “yoes” que nos habitan, cierra las brechas existentes pasado-presente
y nos lanza al portento de la visión de un tiempo por venir, mejora el carácter
y nos hace dueños de nuestras emociones, abre en nosotros el pensamiento mágico
y nos echa a volar por encima de nuestras propias circunstancias mejorando así
las perspectivas y los retos, y nos entrega las llaves de la cárcel que nos
atenaza a una realidad chata y mediocre, para hacer de nosotros espectadores y
a la vez protagonistas de mundos idílicos.
Obviamente, la lectura inocente es un
ejercicio complejo (aunque no complicado), que exige de nosotros entrega y
pasión. Esa “inocencia” de la que nos habla Borges no nos exime del cotejo
realidad-ficción, sino que lo complementa, lo que nos impele a intentar una
conexión entre lo conocido y aceptado como verdad, y aquello que escapa a la
noción “tecno-científica” de la existencia, y el mejor ejercicio de esta
libertad es la propia obra del autor de Ficciones: que azuza en nosotros los
referentes fácticos del vivir, y al mismo tiempo echa por tierra las leyes
universales, estableciéndose así un nuevo orden y una nueva mirada, que
irrumpen y hacen trizas nuestra cosmovisión y se produce un “renacer”.
La inocencia lectora es recibir lo que
traen consigo las páginas y entregarse sin reservas a su portento: es ver más
allá de lo que es posible ver; es no conjeturar acerca de la “verdad” de lo que
encierran, sino recibir todo aquello con el asombro del que se acerca a algo y
lo asume como parte de su realidad. Una lectura así se erige entonces en
prodigio, en revelación, en esencia y experiencia vital, porque a partir de su
asunción nadie se preguntará jamás si Remedios la Bella de Cien años de soledad
levitó o no, sino que el “hecho” lo incorpora dentro de su experiencia como
parte de una “verdad revelada”, que es posible sin lugar a dudas, aunque con
ello se trastoque la noción de la “verdad probada”, y ello es así porque el
espacio literario es autárquico por esencia, dentro de sus predios todo es
posible sin discusión, aunque quien lo cuente sea un periodista de sucesos como
García Márquez, o un físico como Ernesto Sabato, o un agrónomo como Michel
Houellebecq, o un maestro de escuela como Rómulo Gallegos.
La lectura inocente no es inocente, si no
implica dejar de lado los atavismos propios de la existencia, asumir que todo
es posible a pesar de las cuadraturas de la mente, aceptar de buenas a primeras
que no habrá un “algo” que trastoque nuestro deseo y decisión del gozo pleno de
un libro, y que nada se interpondrá a ello, hacernos como niños en medio de la
grandes contradicciones y arbitrariedades del mundo: y así, solo así, se dará
el prodigio de hacer de lo narrado punto de encuentro entre la realidad y la
ficción: principio y fin de nuestros anhelos de una existencia plena de la
magia de la escritura.
rigilo99@gmail.com
Madrid.- 07 de octubre de 2024
LOS HAIKUS DE ISIDORO
Entre amigos e invitados asistieron, a la
presentación del libro Los Haikus de Isidoro, del escritor
Isidoro Sánchez, en la Delegación del Gobierno de Canarias en Madrid, el día 2
de octubre.
El acto fue presentado por la arquitecta
del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Nieves Mestre
Morales-Albo, y luego las palabras del autor canario (Orotava-Tenerife). Isidoro
Sánchez.
Isidoro Sánchez, ha escrito mas de 40
libros, entre los que se encuentran Humboldt de Berlín a Berlín por el Teide y
el Chimborazo, Paisajes de los Conjuntos históricos de Castilla-La Mancha, El
Molino de Ana,
(autores: Isidoro Sánchez y Manuel Méndez) y Diario de un viajero, entre otros más.
En esta ocasión nos sorprende con los
haikus,quien utiliza toda la capacidad de concentración, que nos ofrece la
técnica poética de los haikus, para producir exquisitas viñetas de sus
vivencias, en tierras Canarias y allende las islas.
Luego las preguntas y respuestas por parte
del público, para ser obsequiado el libro, a los asistentes e invitados.
Les dejamos uno de los haikus:
Del
Perú a La Orotava
Teide
y Andes
son
cumbres humboldtianas
desde
el pasado.
Aguas
y flores,
Cusco
y Orotava,
protagonistas.
del libro: Los Haikus de Isidoro
Isidoro Sánchez García
Tenerife.- 05 de octubre de 2024
Presentación
este domingo 6 de octubre
HOMENAJE AL ESCRITOR-TRADUCTOR JOSÉ ANTONIO DELGADO LUIS
Será un buen y merecido homenaje, reconocer su labor de traductor de libros, en inglés como en francés, de autores extranjeros, que han transmitido esa mirada hacia Canarias, tanto en la historia, costumbres, a través de sus viajes.
José Antonio Delgado Luis, nos contará entre anécdotas, su recorrido profesional y como aprende los idiomas. Acto que llevarán en la coordinación: el escritor Alberto Linares y el Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación, Ramón Hernández.
Además, se contará con la presencia de la cantautora y poeta, Dácil Trujillo.
Quedan todos invitados a este encuentro-homenaje, el domingo 6 de octubre, a las 19:30 horas, en el Bar-Restaurante El Escondite, Paseo Jorge Ledesma s/n Los Cristianos- Arona (Tenerife).
Desde La Gatera Press, les deseamos éxitos y pasen una grata velada entre literatura, música, amigos y brindis!!.
Madrid.- 02 de octubre de 2024
Por: Gastón Segura
La estampa de un tiempo
El martes, veinte de enero de 1969 —en
efecto; el año cuando el hombre pisó por primera vez la Luna—, ya de
atardecido, caía desde el balcón de un séptimo piso de la actual calle Príncipe
de Vergara, de Madrid, el estudiante de Derecho, Enrique Ruano Casanova. Lo
estremecedor de su muerte es que acompañaba a la Brigada Político Social como
detenido y para efectuar un registro en aquel inmueble.
Este asesinato —no cabe otra explicación—
supuso el bordón infausto a un par de años de algaradas y retos de los
estudiantes de Madrid y Barcelona contra la dictadura; como consecuencia, ese
mismo viernes, el Consejo de Ministros, con su impasibilidad característica,
decretaba el Estado de Excepción y clausuraba, entre una centena larga de
detenciones, la Universidad Complutense. Sin embargo; esta férrea respuesta
gubernativa no constituyó ninguna novedad, porque ya en febrero de 1956, tras
el enfrentamiento entre una manifestación universitaria y grupos de jóvenes
falangistas, que costó la vida por un disparo a uno de estos últimos, se había
cerrado esta universidad, declarado el Estado de Excepción y detenido a todos
los promotores de la convocatoria estudiantil, entre los que se contaban los
hermanos Miguel y Rafael Sánchez-Mazas Ferlosio, José María Ruiz Gallardón,
Ramón Tamames, Enrique Múgica, Javier Pradera y Gabriel Elorriaga —luego, tan
significados durante la Transición— y, además, causado el cese de los dos
ministros concernidos por el luctuoso altercado: Joaquín Ruiz Jiménez y
Raimundo Fernández Cuesta.
Con todo, estas nuevas protestas
universitarias, surgidas en Madrid durante la primavera de 1965, y muy
conocidas por la inmediata expulsión de la universidad de los profesores García
Calvo, López Aranguren, Tierno Galván, Montero Díaz y la renuncia motu proprio
a sus plazas de José María Valverde y Antonio Tovar, más la Capuchinada de
Barcelona, de marzo del año siguiente, mostraban una irreverencia y unas
aspiraciones hasta entonces desconocidas; valga como ejemplo, el célebre y
desafiante recital del 18 de mayo de 1968, del cantautor Raimon, sobre un
mínimo tablado y en el vestíbulo de la Facultad de Económicas —entonces,
todavía en la Ciudad Universitaria—, rodeado, según la prensa oficial, de más
de seis mil jóvenes, o el muy importante nacimiento del Sindicato Democrático
de Estudiantes del Distrito de Barcelona (SEDEUB) y de Madrid (SEDEUM), con sus
asambleas divulgativas o subversivas —según se mire— por varios centros de todo
el país (Valencia, Pamplona, Sevilla...) entre 1967 y 1968.
Cierto que esta inflamación de las aulas
no era peculiar de España; al contrario, la juventud universitaria de Occidente
parecía asaltar la política como nunca antes; desde Berkeley, a la Sorbona y
Nanterre, pasando por la Freie Universität, de Berlín, los jóvenes se sublevaban
y con tan corajuda desfachatez que no solo durante el mayo del 68 habían puesto
en un gravísimo aprieto al general De Gaulle, en Francia, sino que, ese mismo
octubre, sus ansias habían sido sofocadas a tiros en la mejicana plaza de
Tlatelolco. Incluso, su impulso traspasó el impenetrable Telón de acero pues,
cuatro días antes del homicidio de Enrique Ruano, el veinteañero Jan Palach se
inmoló «a lo bonzo» en la plaza de San Wenceslao, de Praga, como protesta por
la reciente y asfixiadora invasión soviética.
Sobre aquellas tumultuosas vísperas del
segundo Estado de Excepción, contamos con unas cuantas jugosas memorias,
incluso con meticulosos ensayos y algún que otro documental, pero solo una
novela —al menos que yo conozca— las describe minuciosamente. Ahora he tenido
el honor de contribuir a su rescate por Drácena, además en su integridad; es
decir, con la inclusión de lo censurado a su primera edición de 1972, por
Destino; se titula Pólvora mojada, de Andrés Berlanga.
A Berlanga, la narrativa hispánica le debe
La Gaznápira (1984), hermana y, en tantos aspectos formales, monumental
culminación de Pólvora mojada; el resto de su obra abarca tres colecciones de
cuentos —Barrunto (1967), Del más acá (1987) y Sucesos (2013)— y una buena
colección de artículos que constituyó su actividad profesional hasta su
ingreso, en 1974, como jefe de comunicación y cultura de la Fundación March. Y
sostengo, contra la notable diferencia de sus argumentos, esa continuidad entre
ambas novelas, porque la casi obsesiva plasmación de la oralidad del momento en
el par de relatos es sencillamente asombrosa; incluso, en Pólvora mojada, se
convierte en el eficacísimo instrumento divisor entre dos mundos: el de la
universidad y su movimiento insurreccional —médula de la novela— y el de los
habitantes de aquel Madrid campechanote y menestral, tan ajeno, por sus afanes
cotidianos, a los sucesos que enfebrecían los desmontes de La Moncloa.
Y aunque escrita entre asedios y cargas de
los grises y bajo el entusiasmo de las proclamas y los panfletos
revolucionarios —de los que se recogen al final del volumen un buen puñado—,
Pólvora mojada no se deja embriagar por aquella heroicidad juvenil; al
contrario, va expandiendo lentamente por sus páginas el runrún pedestre de la
decepción, en cuanto Güili, Paco, El Batallitas o Lorenzo abandonan su
disparatado contubernio clandestino o las insurgentes aulas, y retornan a sus
quehaceres hogareños, tan lacios, tan de foto Kodak con marco blanco, tan de
aquella España en bikini y con sombrilla al fondo.
Por esta amarga lucidez, luego confirmada
por los inexorables acontecimientos históricos, Pólvora mojada, sobre un
magnífico relato, se torna un extraordinario reportaje de aquel tiempo y de
aquella ilusa juventud. Léanla, pese o por su desengaño, les vacunará contra la
mucha fanfarria circulante.
Artículo publicado por el "Imparcial", el 01 de octubre de 2024
*Gastón Segura, es licenciado en Filosofía por la Universidad de Valencia, Se trasladó a Madrid en 1990, donde ejerció diversos trabajos hasta que en 1990 se dedicó de lleno a la literatura.
Una colección de haikus auténticos en los que nada es tan simple como parece, que llaman a la reflexión profunda sobre lo que aparentan ser contradicciones y paradojas. Isidoro Sánchez utiliza toda la capacidad de concentración que nos ofrece la técnica poética de los haikus para producir exquisitas viñetas de sus vivencias en tierras canariasy allende las islas.
Don Isidoro Sánchez García, es natural de
la Orotava (Tenerife). Es ingeniero de montes, socio y consejero de la empresa
EFFICO (Compañía de Eficiencia y Servicios Integrales S.L.) Ha sido director
de los Parques nacionales del Teide y de Garajonay.
Compartió la actividad profesional con la
vida política entre 1979 y 2003. Ha sido concejal de los ayuntamientos de La
Orotava y Puerto de la Cruz, consejero del Cabildo de Tenerife, diputado del
Parlamento de Canarias, senador y diputado europeo. Autor de varios libros y
audiovisuales relacionados con la naturaleza de Canarias y de países
iberoamericanos.
También ha sido reconocido por diferentes
instituciones locales y extranjeras. Miembro de la Plataforma por un nuevo
modelo energético para Canarias.
Ha escrito más de 40 libros, y ahora nos
trae su última obra, Los Haikus de Isidoro, con el prólogo del filósofo alemán
Thomas Heyd, y presentado por la economista Nieves Mestre Morales-Albo, esta
presentación se llevará a cabo en la Delegación del Gobierno de Canarias,
c/Fernanflor 8 – Madrid, el día 2 de octubre, a las 19.00h. Entrada libre, con
aforo limitado.
Madrid.- 02 de octubre de 2024
Por Ricardo Gil Otaiza
Leer a Gloria Nistal
Poetizar no es solo un ejercicio creativo
o exclusivo de la imaginación: lleva en sus entrañas lecturas y cultura,
reflexión y análisis, exégesis e interiorización de lo vivido, de allí que
Nistal eche mano del portento de lo aprendido
Me envió Gloria Nistal su libro Soñando
ceibas (Pigmalión, 2023), que reúne a su vez cuatro tomos: Visitando de mil
maneras el reino del amor; Lo difícil es entender; Vivir, mientras tanto,
soñando ceibas, y Tierra y paz: todos en el género poético. Ah, me olvidaba, el
volumen lo abre un A modo de pórtico o declaración de intenciones. Confieso que
cuando el libro me llegó, me internaba en el universo literario de Murakami,
pero me bastó la lectura al azar de algunos de los poemas de esta autora
madrileña, para cambiar de planes. Gloria y yo no nos conocemos personalmente,
pero nos seguimos por WhatsApp, y en algún momento formamos parte de un
malogrado grupo por esta misma plataforma. Para mi sorpresa, hallé su libro en
mi buzón la semana pasada y lo he disfrutado enormemente; diré por qué.
En sus páginas fluye la autora con una
nitidez rutilante: hay imágenes, recuerdos, asombros, sueños, desencantos,
alegrías, tristezas, perplejidades, pasión vital, fuerza interior, energía
ancestral, brillo intelectual, cultura y belleza lingüística. Cada poema del
conjunto es un reto para el lector; nada está puesto al alzar, todo cumple un
objetivo: llegar e impactar. Leamos este fragmento del primer libro: “Ahora
nada es ya de ti / y nada es de las cosas tuyas / y nada es incluso de la nada,
/ porque tú y yo desaparecimos / en aquel íntimo vuelo. / Y ahora todo es
olvido.” La poeta cincela la vida en cada página, como si el tiempo se
eternizara en la palabra; como si lo contado fuera parte de una noria
existencial que nos conduce por inesperadas veredas, para dejarnos acezantes,
marcados en lo profundo, horadados hasta hacer de nosotros totalidad y esencia.
Nistal le canta a la vida en su
diversidad: su propia existencia ha sido un permanente peregrinar por los
caminos del mundo. Sin duda, es mucho lo que ha visto y sentido, y esa
totalidad congregada en el Ser busca su expresión en cada verso, y en ellos
confluyen experiencia y sensibilidad. Ella no ha sido una viajera pasiva, todo
lo contrario: cada imagen poética denota la absorción voraz de todo lo que su
trashumancia le entrega, y en una suerte de sutil desvarío hilvana tiempo y espacio:
de cuya amalgama damos fe quienes nos acercamos a sus textos: “Yo ahora me
escondo, / me alimento de oxígeno y de tierra fresca, / pero volveré / a
mezclar sudores y deseos / en la jungla tórrida del corazón.”
La literatura de denuncia nunca ha tenido
buena prensa, y en algunas oportunidades se la ha confundido con el subgénero
panfletario, de allí que los autores rehuyamos frente a sus veleidades y
conjuros. Empero, cuando se echa mano de la denuncia como parte de un “corpus”
bien trabajado y mejor concebido, es una herramienta portentosa, que hace de
sus trazos sentimiento y hondura. No quiero decir con esto que la obra de
Nistal lo sea, o que esté dentro de sus propósitos convertirse en la voz de los
que no la tienen, pero en su segundo libro no elude ciertas aristas percibidas
en el largo caminar, para mostrar la evidencia, para gritarle al mundo lo
errado de muchas cuestiones que para algunos son indiferencia: “Aunque no lo
quiera / pertenezco a esta especie / hecha de la materia de los sueños / y la
ignominia, / que ejerce la tortura y delata / a los artífices de lo pequeño, /
siempre ausentes de las causas honorables. // Aunque no lo elegí / llevo el ADN
de esta raza, / que habla mucho / y escucha poco, / que vierte su discurso de
odio / en el interior de las balas / preparadas para matar reputaciones / con
metáforas furiosas.”
Poetizar no es solo un ejercicio creativo
o exclusivo de la imaginación: lleva en sus entrañas lecturas y cultura,
reflexión y análisis, exégesis e interiorización de lo vivido, de allí que
Nistal eche mano del portento de lo aprendido, de la riqueza interior acumulada
y sentida como propia en cada viaje, y que de su resultante nazca una expresión
compleja, profundamente imbricada con los mundos hechos suyos, y poder así plasmar
en sus poemas expresiones que den fe de lo que la habita como espíritu y forma.
Pero es imposible alcanzar la completitud como mixtura de lo vivido, y no en
vano grita al mundo en su tercer libro: “No podré retener tanto recuerdo / en
mi retina apresurada, / ni transmitir una vida tan avara de emociones.”
Sin embargo, ella sabe que la poesía es
salvífica, ningún otro género es y será memoria y olvido, nada de lo que pueda
plasmar la poeta caerá en el vacío sin que antes no haya producido alguna
resonancia: un eco lejano que vuelca una mirada, una voz que clama por la paz
en muchos territorios, la mirada lastimera frente al que sufre, las manos que
sanan las heridas, el eco de un “algo” que por inmaterial no deja de ser
anhelado, y es así que en su cuarto libro enuncia: “Un hombre puede seguir
luchando / contra viento y marea, / contra las injusticias flagrantes de la
guerra. / Con voz de adulto y alma de niño, / puede seguir transmitiendo
ilusión y esperanza / porque las utopías están ahí / para intentar rozarlas con
los dedos.”
No yerra la poeta: el verso es inmaterial
y etéreo; es luz y sombra; es artefacto incandescente, que en sus fogonazos y
destellos trae consigo vislumbres del remoto paraíso en medio del peor de los
tormentos: la pérdida de la esperanza. Gloria Nistal lo sabe, y con extrema
belleza canta a la vida y se hace así embajadora de lo mejor que llevamos
dentro: las ansias de libertad.
rigilo99@gmail.com
Madrid.-
02 de octubre de 2024
Poesía Recitada
"Cayenas"Belkys Arredondo Olivo (Venezuela)
https://www.youtube.com/watch?v=xv90VHYIOgA
Madrid.-
25 de septiembre de 2024
Presentación el día lunes 30 de septiembre
Antonino Nieto Rodríguez, nos trae su último poemario el ojo que todo lo esconde o el cuchillo que trocea a los inocentes
La presentación del libro, será en la Sala de Ámbito Cultural El Corte Inglés de Callao, en la 4ta. Planta, Madrid, el 30 de septiembre a las 19:30 h.
Antonino Nieto Rodríguez, ha publicado mas de 40 libros, entre ellos citaremos algunos libros: La voz del escorpión; Un fantasma perfecto; Escaleras del aire; Toda la carne y el infinito; El ojo del abismo toma de la mano el arco iris; Las mejores historias de amor...o cómo rompimos la muerte a besos, entre otros mas.
Poeta, videoartista,
creador de espectáculos y performances, donde siempre esta presente la poesía,
tertuliano en programas de Radio, y TV. y conferenciante, asi mismo es colaborador
de Ámbito Cultural de El Corte Inglés.
Quedan todos invitados a pasar una tarde de
poesía,y lecturas de su última obra el ojo que todo lo esconde o el cuchillo que
trocea a los inocentes, editada por Editoral Terra Natio.
La entrada es gratis, hasta completar
aforo. Quedan todos invitados.
el
saber un sabor
las
palabras venas del aire, y más aún
la
palabra el algodón
la
moral números
el
polvo memoria de lo que fue, sí, alma del tiempo que no te fue dado
no
queremos: respiramos
la
total cosecha, la muerte: alimenta
números,
letras: compresas
los
hechos estrellas
la
palabra el cuerpo de la lágrima, la lágrima la chimenea del ser, el ser, un
simple colador
la
nada el hilo que desnuda a lo imperdible
protege
a la araña: la matemática
el
tiempo la dentadura del misterio
la
invisibilidad el cuerpo, lo visible el alma
tú,
el pago: la renta que desguaza a la palabra
el
despilfarro del vientre, respirar
-el
amor, lo creado; el creador, los hechos; el respirar del barro y su vigilante,
lo vivo; el ventanal de las condiciones, la condena administrada como refugio
de la alegría, el celebrado banquete del verbo y su serial barcaza: el
silencio, lo impuesto, ese funcionario del crédito consolando al infinito, a lo
que en ti se encarna imborrable y al dente
en
todo eso y más se baña y alimenta esta frutal conspiración contra toda condena:
el ojo que todo lo esconde o el cuchillo
que trocea a los inocentes
pruébala
en dosis al gusto o licuada
te
mostrará lo imperdible del cuándo, del qué, del para quién
ni
engorda ni adelgaza, mantiene en pie, en viva celebración, la desnudez que te
crece único, sí, inagotable descifrador del quiero, del siempre inexplorado aún
-defiendo
la singularidad de cada cual desde el respeto al otro. en ese sentido este
poemario radiografía la pérdida del aún en el yo que encarna a cada cuál y
grita, celebra, esculpe contra esa pérdida, el vivo corazón del siempre
naciente: el tú, el yo, el nosotros
-ahora
al paraíso lo llaman silencio y a ese silencio lo entronan como progreso y
democracia. En ese silencio bucea el ojo
que todo lo esconde o el cuchillo que trocea a lo inocentes desnudando a
las cadenas que expropian a lo que en ti te constituye único
Antonino Nieto Rodríguez
Madrid.- 23 de septiembre de 2024
Por Ricardo Gil Otaiza
De la crítica y la envidia
Los críticos no tenemos buena fama entre
los autores (aunque seamos también creadores), porque se nos ve como a
inquisidores: dispuestos a llevar a la hoguera a quien no cumpla con el canon
Un bibliófilo como yo me envió un video
titulado El infinito en un junco y la sopa de la sopa: Monólogo de Carolina
Sanín, que ha rodado en las redes, no como un riachuelo precisamente, sino como
una tormenta de pasiones, y créanme que lo vi en modo “neutral”, sin agitarme,
porque debo confesar como premisa que amo ese libro de Irene Vallejo (la
Vallejo, sin retórica), que disfruté en los tiempos de la pandemia, pero en
digital, y que luego pudo traerme un buen amigo de España, y entonces sí le di
la lectura que merecía, y no como la otra: que me exigió colirios y demás
porque me afectan las lecturas largas en pantalla (y el Infinito es largo…) De
entrada, me gustó la tónica de la Sanín: sin buscar camorra, pero con el bate
en la mano, y hasta ella misma se dice algo equivalente a (por ser monólogo):
“cálmate Carolina”, como quien contiene la fuerza del volcán que podría hacer
erupción y llevarse todo por delante, pero repito, me gustó su tónica cuando
confiesa que la crítica suele ser vista como expresión de la envidia y más si
es de mujer a mujer, porque, según ella, eso no se da entre los hombres
(primera cuestión en la que discrepo, y no por mí, sino por los otros).
La Sanín (sin ánimos de minimizarla,
porque desde hoy la admiro) hace en su video un análisis de la obra desde su
concepción, hasta el por qué le gusta tanto a la gente y cientos de miles de
“fanáticos” la aclaman como si fuera una estrella de rock (ah, rock ligero,
pero tranquilos: esto es de mi cosecha); es decir: ¡qué broma con los lectores,
la hemos hecho rica! (me lo imaginaba, aunque con libros pocos se vuelven
ricos, pero cuando la pegas la pegas y ejemplos hay de sobra), y sus argumentos
son eruditos, bien hilvanados, con buena dicción y claridad de pensamiento (no
he echado un ojo en Wikipedia, pero supongo que es filóloga o algo parecido, o
una lectora impoluta, porque se conoce los clásicos de la a a la z, o de la pa
a la pe, como decimos aquí), y hasta detalla en sus análisis los episodios en
los que la Vallejo supuestamente se equivoca (pero que conste: ya criticó el
libro, pero tiene la suficiente honestidad como para afirmar que no lo ha leído
todo: buen detalle), y me llamó poderosamente la atención que en su crítica
haga énfasis en que el libro en cuestión sea una obra de divulgación, y no le
veo a eso mayor importancia, pero bueno: busca restarle, me imagino, un peso
literario.
Los críticos no tenemos buena fama entre
los autores (aunque seamos también creadores), porque se nos ve como a
inquisidores: dispuestos a llevar a la hoguera a quien no cumpla con el canon
(y esto es un punto a favor para la Vallejo: su libro rompe con las fronteras
de los géneros literarios y podría pensarse que se trata de una novela, de una
suerte de crónica de la historia del libro, de un ensayo divulgativo y de
promoción de la lectura y del libro como objeto -de allí que entrara en la
colección Biblioteca de Ensayo de Siruela-, de sus memorias literarias, de un
poema en prosa, de una fábula, o, qué sé yo: otras tantas formas literarias), y
a veces es cierto: eso me consta y hasta lo he sufrido en carne propia, pero
hay aspectos desconcertantes en el interesante material, como la
descalificación que hace la Sanín de una obra que, a su parecer, es (o fue) una
tesis académica transformada en libro de divulgación: dos aspectos que la
“blindan” para seguir adelante y que a mí como lector no me importan, porque si
la obra (sea así o sea asá), me gustó, me llegó y me impactó, pues ha cumplido
con su objetivo inicial: propulsar la lectura, pero aquí entra lo crematístico:
y eso molesta un poco a la Sanín, pero… ¿qué culpa tiene la autora de que su
libro se venda como pan caliente, cuando eso es lo que en el fondo aspiramos
los autores de ayer, del presente y del futuro?
Okey, entiendo que ella, como analista que es, vaya al fondo de la cuestión, y ponga el bisturí de su sapiencia clásica, pero para clases de teoría literaria y de filología iríamos y nos anotaríamos en un curso académico, pero lo que busca el lector es el disfrute sensorial, sentirse tocado en el fondo por unas páginas que saquen lo mejor de él: ese humanismo enterrado en un mundo de redes y farándula, y lo lleven un poco más allá, que lo muevan a reflexionar, a querer seguir indagando, y qué más da si es tesis o no, si se vende o no, si la autora es carismática o no; llegó y se quedó, y eso es lo fundamental.
La crítica colombiana se molesta porque la
autora no haya hablado en su visita a la feria del libro de Bogotá, de la
pobreza, de la exclusión, ni de los sin techo, pero es que la Vallejo fue a
Bogotá a presentar y hablar de su obra y su único compromiso es con su “Junco”,
y como escritora es con la palabra hecha arte; y no otro. La vieja noción
sartreana del compromiso social del escritor que implicaba su incursión en la
política, está banalizada y hecha trizas. No quiero ver a la Vallejo
discurseando en torno de la crisis política mundial, ni de Petro, ni de Trump,
y cuando lo haga sencillamente me aparto: dejemos que ella continúe con su
felicidad que nos la irradia sin vanidad y sin demasiado ego. Y por favor
Carolina Sanín: no deje de hacer crítica, es válida y necesaria para poner un
cable a tierra, no podemos estar como los ciegos de Saramago: todos de la mano
del único que veía y los conducía al borde del abismo.
rigilo99@gmail.com
Madrid.- 17 de septiembre de 2024
Una frase de Nietzsche
Vencido el azaroso verano me embarga una vaga necesidad de resumir lo vivido y, a la vez, de precaverme ante cuanto nos aguarda durante este otoño de incertezas. Y tal vez ese sentimiento simplemente sea azuzado por este panorama nacional e incluso internacional tan desconcertante por no decir borrascoso; ¿o acaso invitan al menor sosiego los titulares de la prensa española, salpicados a diario con las sórdidas marrullerías de nuestros gobernantes, o ese reciente y desconsolador debate de los candidatos a la presidencia de los EEUU?
Y apenas me detengo a pensar sobre estos
desengañadores sucesos, me tropiezo con una cuestión zarandeada desde hace
bastantes meses por los más conspicuos observadores: la «degradación de la
democracia». Y no bien la sopeso, me asalta la siguiente y más radical
pregunta: ¿es posible la democracia, ese apacible sistema político, concebido
durante la Ilustración, tras la frase de Nietzsche «Dios ha muerto»? Es decir;
¿cabe, después del entierro de la Metafísica —el trasunto de Dios desde el
Renacimiento— y de todos los grandes valores que amparaba —Verdad, Bondad,
Justicia…— y el consiguiente triunfo de la tecnología que hoy nos domina —o
mejor, puebla nuestra intimidad—, un sistema basado en el consenso comunitario
de ciudadanos educados para serlo y, sobre todo, ansiosos de serlo; o sea, de
atender a la razón antes de tomar cualquier decisión de cariz cívico?
Para contestarme a esta pregunta y sin
perder de vista La rebelión de las masas (1930), de Ortega y Gasset, y teniendo
aún más presente La época de la imagen del mundo (1938), de Martin Heidegger
—texto, a mi parecer, capital para entender el desasosiego del momento—, repaso
a dos eminentes pensadores mucho más recientes, Gianni Vattimo y Byung-Chul
Han, en cuyos razonamientos pudiera hallarse la respuesta que persigo. Y si
Vattimo, con su «sociedad de la transparencia» —consecuencia fáctica de la
proliferación de los más variados medios de comunicación—, proclama la
posibilidad de la integración de múltiples «dialectos» —así denomina a los
relatos o concepciones del mundo— pues, tras Nietzsche y Heidegger —es decir,
tras el sepelio de la Metafísica arriba mencionado—, nos está vedado hablar de
una única realidad, sino que se ha impuesto una pluritud de realidades a menudo
minúsculas e incluso ocasionales y, como consecuencia, perecederas; por cuanto
cualquier democracia presente o futura habría adquirido ya un alma proteica y
en continua e imprevisible transformación, incluida la posibilidad de su
suicidio; en Byung-Chul Han, encuentro una interpretación todavía más
desazonante de nuestro presente con su descripción de la «sociedad del
cansancio», donde el hombre, ya integrado en la topografía tecnológica se
consume no tanto explotado por la alienación productiva —o sea, por una entidad
exterior— como por su propio afán de superación; es más, el hombre asume la
competitividad como única forma de existencia hasta una obturación de sus otras
aptitudes, incluso hasta la anulación de su pensamiento —que es analógico— por
el apremio del universo digital. Así, el ser humano, inmerso en esa
autoexplotación, olvidaría inflamado de narcisismo al semejante, y por supuesto
no ya a la democracia, sino a la misma política, que en lugar de un proyecto
común habría devenido en una competición productiva continua, emanada de una
pugna de ambiciones —personales o corporativas—; situación, por su propia
tensión, agotadora anímicamente del individuo, en tanto que deslumbrante, por
su incesante producción, para la sociedad.
Desde luego, en ambos pensadores la
libertad es un postulado necesario como ámbito imprescindible para la
competición productiva constante, según el pensamiento del coreano, o en la
concepción de Vattimo, para la circulación de la multitud de «dialectos»; no
obstante, tanto uno como otro, nos descubren, con sus agudas y sutiles
disecciones, una sociedad —llámese de la «transparencia» o del «cansancio»— en
perpetuo conflicto, cuya consecuencia, por sus estridentes y exaltados choques,
es ese ruido atronador —slogans anonadantes, artículos panfletarios, fake news,
bots…— que hoy sepulta cualquier discurso racional; no se olvide, vehículo
sustentador del acuerdo comunitario y, en consecuencia, único posibilitante de
la democracia.
De modo que casi nada de lo encontrado en
Vattimo y Byung-Chul Han modifica cuanto predijo Heidegger en su augural
discurso sobre la substitución avasallante de la Metafísica por la tecnología y
su dominio anulador sobre el ser humano. Tal es así que una lectura de
Anestesiados (2021), de Diego Hidalgo, me desvela el control cada vez más
efectivo de las empresas tecnológicas tanto sobre los mensajes que transmiten
sus artefactos como sobre la configuración de los hábitos y apetencias de sus
manejadores; de modo que tal circunstancia, hoy de una vigencia palpable, torna
en mera fantasmagoría esa libertad mencionada por el filosofo de Turín y el de
Seúl; por cuanto se me antoja, como amargo corolario, que la democracia no
existió sino como un ensueño de los gabinetes filosóficos dieciochescos y ahora
solo disfrutamos de su graciosa representación; es decir, que habitamos sobre
un parque de atracciones dispuesto para saturar nuestros deseos aún antes de
concebirlos.
Luego, pudiera suceder, como sostenía mi
amigo Javier Krahe, que simplemente viviésemos bajo sinarquías, tan propensas
siempre a cualquier Ricardo III, y más en este momento, cuando nos hallamos
obnubilados por los múltiples dispositivos que absorben nuestra intimidad o por
esa autoexplotación señalada por Byung-Chul Han. En cuanto a la democracia;
¿cómo pudo degradarse, si probablemente no fue más que una benemérita entelequia
de aquellos días cuando se estilaban las pelucas blancas y las chupas de
damascos?
Artículo publicado por el "Imparcial", el 16 de septiembre de 2024
*Gastón Segura, es licenciado en Filosofía por la Universidad de Valencia, Se trasladó a Madrid en 1990, donde ejerció diversos trabajos hasta que en 1990 se dedicó de lleno a la literatura.
Madrid.- 17 de septiembre de 2024
Del
16 al 21 de septiembre
IV
EDICIÓN DEL FESTIVAL CENTROAMÉRICA CUENTA, en Madrid
El Festival Centroamérica Cuenta regresa a Madrid con una variada programación que incluye diálogos sobre creación literaria y periodismo,
En esta edición, asisten mas de 40
participantes, entre escritores y escritoras, libreros, críticos, gestores y
periodistas de Iberoamérica.
Este año, además se presentará un libro y
por primera vez, se realizarán visitas a universidades de Madrid.
Ayer lunes empezó su programación en el
Instituto Cervantes.
https://www.youtube.com/watch?v=EPILUDY7VBA
El escritor y periodista argentino Martín
Caparrós entrega su legado literario en La Caja de las Letras del Instituto
Cervantes.
Luego la conferencia de El mundo de hoy: periodismo a pesar de todo
https://www.youtube.com/watch?v=kXEO-rv90Qo
Con la participación de Mónica González
(Chile), Martín Caparrós (Argentina) y Montserrat Domínguez (España).
La inauguración de la cuarta edición del
festival Centroamérica Cuenta en Madrid, se llevó a cabo en la Casa de América.
Luego el díalogo La ficción sin límites, sobre cómo la literatura puede ampliar los
límites de lo que es posible contar y reflexionar, y cómo estas libertades
impactan la narrativa y la percepción de la realidad en la literatura moderna,
desafiando toda forma de autocensura en la escritura.
Fernanda Trías (Uruguay), Sergio del
Molino (España) y Sergio Ramírez (Nicaragua) conversan con Jesús Ruiz Mantilla
(España).
Centroamérica
vista desde Europa y Estados Unidos
(Las Cuentas de Centroamérica)
José Antonio Sanahuja (España), Cynthia J.
Arnson (Estados Unidos) y Ángel Cárdenas Sosa (Venezuela) conversan con Jacobo
García (España).
A continuación les dejamos el enlace del programa
de los siguientes días, que serán hasta el día 21 de septiembre.
Tenerife.- 17 de septiembre de 2024
Rosa
María Ramos Chinea presenta Hijambre
- su más reciente poemario
El próximo viernes 20 de septiembre, a las
19:00 horas, en la sede de la Sociedad Económica Amigos del País, en La Laguna,
se realizará la presentación del libro de poemas HIJAMBRE, de la autora Rosa María Ramos Chinea.
Participarán Elena Morales en calidad de
editora y la poeta Carmen Paloma Martínez, quien compartirá con el público su
reseña del libro.
Se realizará una lectura de poemas por parte de las escritoras Isabel Expósito y Elena Villamandos, y el escritor Carlos Caraballo.
Dos
poemas de Hijambre:
Somos del hambre
Nos llueve sobre la piel
Nos llueve debajo de los puentes
El sol solamente nos alcanza cuando es
fuego
Nos abrazamos el temblor
Cuando hay frío Cuando el miedo
Y luna nos dibuja sombras de animales
(saltan oscuros sobre cartones de la
noche)
El día llega con sus ruidos familiares
Las calles huelen a pan y hierve el café
Sobre las mesas
Nuestras narices se aplastan contra las vitrinas
¿Hacia dónde se crece?
Todo está bien en tu cumpleaños
La nata
Las velitas
El soplido forzado y salivoso
(aplausos)
La niña crece y se agita la crema de
azúcar
Se le va borrando la visión y ya no
escucha
La madre la mira taparse la cara Los ojos
La niña corre La niña tropieza La niña se estrella
Las tartas son mentiras que te explotan en
la cara
Santiago del Teide.- 16 de septiembre de
2024
Santiago del Teide convoca la V edición del Concurso de Microrrelatos contra la Violencia de Género
El plazo de presentación de trabajos
finalizará el 25 de octubre
El Ayuntamiento de Santiago del Teide ha convocado la V edición del Concurso de Microrrelatos contra la Violencia de Género con el que se persigue sensibilizar a la población contra la violencia de género mediante la redacción, posterior lectura y comprensión de microrrelatos, buscando fortalecer los valores de respeto e igualdad para que entre todos/as consigamos acabar con esta lacra social.
En el mismo podrá participar, en la
categoría general, cualquier persona residente en España mayor de 18 años el
día de presentación de la solicitud mientras que en la otra categoría en liza,
categoría Centros Educativos de Secundaria, podrán participar cualquier persona
entre los 14 y los 17 años escolarizada en un centro educativo en España(las
personas menores de edad deberán presentar autorización otorgada por su padre,
madre y/o tutor.
Los microrrelatos, cuyo plazo de
presentación de trabajos finalizará el 25 de octubre -a las 23:59 horas-,
deberán tener como temática la violencia de género en todas sus modalidades y
podrán ser historias reales o ficticias; excluyéndose todos aquellos relatos
que tengan connotaciones sexistas, xenófobas u ofensivas contra personas o
instituciones.
Para valorar los microrrelatos se tendrán
en cuenta los siguientes criterios: Adecuación a la temática del concurso (2
puntos), calidad literaria y expresiva (2 puntos), sintaxis y ortografía (2
puntos) y originalidad del texto y coherencia del mismo (4 puntos).
En cuanto a los premios, contará con dos
categorías:
CATEGORÍA 1. POBLACIÓN GENERAL (Dirigida a
personas mayores de 18 años). Los premios son los siguientes:
• 1er premio: 500,00€.
• 2º premio: 300,00€.
• 3er premio: 200,00€.
CATEGORÍA 2. CENTROS EDUCATIVOS DE EDUCACIÓN SECUNDARIA (dirigida al alumnado escolarizado en cualquier centro de educación secundaria de España mayor de 14 años). Los premios que se concederán serán los siguientes:
• 1er premio: 500,00€.
• 2º premio: 300,00€.
• 3er premio: 200,00€.
La forma de presentación de solicitudes
podrá ser por sede electrónica o de manera presencial en los registros
municipales.
Toda la información del concurso (bases,
solicitud, …) y demás se podrá consultar a través del siguiente enlace:
https://sede.santiagodelteide.es/publico/edictos/2024000053
Madrid.- 16 de septiembre de 2024
Por Ricardo Gil Otaiza
Del título y otros demonios
El título es y no es lo que parece: avanza
y retrocede, hace piruetas en el aire, se contrae o se expande con orgullo:
dice lo que no es y es lo que no dice, y así se mece en el desvarío literario:
nos toma de la mano y somos sus posesos.
En el ámbito de lo académico, el título de
una tesis de grado o de una publicación científica, debe conjugar en sí mismo
el objetivo general del trabajo; es más: el título es el objetivo sin el verbo
en infinitivo, y deslastrado de algunos aditamentos (el “cómo” y a veces el
“para qué”), ahora bien, el territorio de la literatura es más pragmático y
menos normativo hasta ciertos límites, y la titulación deberá ser un imán que
atraiga las miradas de los hipotéticos lectores, y que contribuya a su
aceptación y venta (el mercado, ni más ni menos). Esto es taxativo, y creo que
es llover sobre mojado adentrarnos en esta realidad.
No obstante, hay, como en todo, diversas
variables que inciden en este aspecto (que pudieran resultar intrascendentes
para unos, pero que no lo son), ya que el título deberá decir más de lo
enuncia, lo que lleve a quien vea la carátula o la tapa de la obra (o su lomo),
en una vitrina o en un mesón de novedades, a la inquietud de asomarse a sus
páginas y, por qué no, adentrarse en la librería y llevarse el ejemplar. Es el
autor(a) quien titula la obra, pero en esto no tiene la última palabra, porque
el editor es el que conoce los intríngulis del oficio, y al revisar el libro
sabrá si el título podrá o no quedarse, y aquí entran en juego los dimes y
diretes entre autores y editores, al final llegan a acuerdos, y a la mano de
Dios.
Los títulos de las obras literarias (y de
las artes en general), a diferencia de los académicos, tienden a ser engañosos
y ambiguos, porque si bien, deben decir más de lo que anuncian, como queda
expuesto, a veces esto no se logra, y el lector cae entonces en una suerte de
limbo, porque sencillamente piensa y decide con base en lo que el título le
dice o sugiere (claro, entran en juego otros factores relevantes: las imágenes,
las fotografías y el diseño de la obra, que suelen ser auténticos ganchos). En
otros casos, sucede lo contrario: el título se queda corto y no le transmite al
lector la esencia del contenido, y al no tener ese imán que resulte hipnótico,
la obra pierde valor extrínseco.
Ahora bien: lo que hay que evitar a toda
costa, y esto lo digo cuando puedo, es un título mediocre, gris, chato y sin
brillo, ya que, un buen título puede salvar a una obra “mediocre”, y un mal
título puede hundir a un hipotético clásico. ¿Cómo saberlo? A veces es un azar,
transijo, en otros casos son excelentes las listas de cotejo, que te permiten
un amplio espectro de posibilidades y te llevan a un puerto seguro. Recomiendo
leer muchos títulos de obras clásicas y contemporáneas, ya que el ejercicio
nutre la mente y nos da pistas que podrían ser salvadoras.
Hay títulos de títulos, no nos engañemos,
empecemos con los poéticos (aunque no sean de ese género): La llama doble: amor
y erotismo de Octavio Paz, El infinito en un junco de Irene Vallejo, El país de
la canela de William Ospina, La sombra del viento de Carlos Ruiz Zafón,
Confieso que he vivido de Pablo Neruda, y Cuando ya no importe de Juan Carlos
Onetti. Fíjense: hay allí ensayos, novelas y autobiografía, y no lo reflejan.
Los hay precisos y contundentes: Sostiene Pereira de Antonio Tabucchi (que toma
una frase repetida por su personaje central a lo largo del libro, y a pesar de
su brevedad, no se queda corto, porque surte un efecto de mantra que queda
cincelado en el lector), Formas breves de Ricardo Piglia (que hace énfasis no
en el contenido, sino en la forma: textos fragmentarios de pequeño tamaño), así
como El último lector, también de su autoría, y ni hablar de Cien años de
soledad de García Márquez, que no dice más de lo que enuncia, pero se cierra en
sí mismo de manera autárquica y perfecta.
Hay títulos misteriosos: La noche del
oráculo y El libro de las ilusiones de Paul Auster (que nos llevan a imaginar
nuevas experiencias esotéricas), Delirio de Laura Restrepo (que podría entrar
en los precisos y contundentes, pero cuyo vocablo evoca muchas cosas que nos
llevan a extraviarnos en lo atávico). Los hay filosóficos: La insoportable
levedad del ser de Milan Kundera, El deseo y el infinito de Armando Rojas
Guardia, El tiempo envejece deprisa de Antonio Tabucchi, La velocidad de la luz
de Javier Cercas, La cabeza bien puesta de Edgar Morin, El olvido que seremos
de Héctor Abad Faciolince, La soledad de los números primos de Paolo Giordano y
Las partículas elementales de Michel Houellebecq.
Los hay neutros, que poco nos dicen, que no sueltan prenda, como El nombre de la Rosa de Umberto Eco, Personas de Carlos Fuentes, Lluvia de Victoria de Stefano, La vaca de Augusto Monterroso, Ojalá octubre de Juan Cruz Ruiz, Cambios de Mo Yan y 2666 de Roberto Bolaño. Los hay de salir corriendo: El libro del desasosiego de Fernando Pessoa, Demonios íntimos de Rubert de Ventós, Amantes y enemigos de Rosa Montero y Del amor y otros demonios de García Márquez. Los hay engañosos como Ensayo sobre la ceguera de José Saramago (que es novela). Los hay jocosos como La loca de la casa de Rosa Montero, El inútil de la familia de Jorge Edward y Obras completas (y otros relatos) de Monterroso (que fue su primer libro y con apenas 140 páginas).
El título es y no es lo que parece: avanza
y retrocede, hace piruetas en el aire, se contrae o se expande con orgullo:
dice lo que no es y es lo que no dice, y así se mece en el desvarío literario:
nos toma de la mano y somos sus posesos.
rigilo99@gmail.com
Madrid.- 15 de septiembre de 2024
El silencio del adiós y la culpa ausente: tu viaje de post divorcio, de Maciel K. Delgado
Redacción La Gatera Press
Nuevamente Espiques, espacio cultural promovido por Javier Velázquez, nos trae para este mes de septiembre su programación cultural: presentaciones de libros, charlas, conversatorios, etc. en el bar-restaurtante El Escondite, ubicado en el Paseo Jorge Ledesma 2, de Los Cristianos, Arona, Tenerife.
Desde el mes pasado de Agosto, se convoca
estos menesteres culturales, iniciándose con la presentación del libro de Cuando
se derrrama el mar, de Elena Bethencourt, y la charla La
Leyenda del Pirata Moreque, a cargo del licenciado en Filosofía y
Ciencias de la Educación de la Universidad de La Laguna, Ramón Hernández.
Y para hoy día 15 de septiembre, a las
19:30 Espiques, nos trae a Maciel K. Delgado, para hablarnos de El
silencio del adiós y la culpa ausente: tu viaje de post divorcio.
Presentaciones que van acompañados de artistas
con buena música, y amigos para pasarlo bien y en buen ambiente, se ha ido
creando en este lugar de El Escondite, y ahora con su espacio cultural, Espiques.
Desde La Gatera Press, les deseamos éxito y
que la cultura crezca igualmente en estos lugares de ocio.
Madrid.- 12 de septiembre de 2024
Por Luis José Oropeza
Pedro José Pisanu, o un cuento bajo la
manga.
En ocasiones topamos con narradores como Pedro José Pisanu, que no viven del cuento, pero que, con sus malabares literarios, sus escritos despiertan en el lector la posibilidad de regodearse con la palabra mágica,pues, sus insinuaciones tematicas son un referente que fija hitos, que demarcan la realidad y abren caminos para conectarnos con la ficción.
Pedro José Pisanu |
Pedro José Pisanu, nació en la villa de
Tovar, estado Mérida, en 1962, es un narrador venezolano formado en la Escuela
de Letras de la ilustre Universidad de Los Andes que se ha consolidado como un
verdadero artífice del lenguaje.
En su primer libro de cuentos, "El
diario de Brom y otros relatos", ofrece al lector la posibilidad de volar
la imaginación por el espacio de ocho cuentos, producidos en diversas etapas de
su vida literaria, reafirmando en cada uno de sus maravillosos escritos un
estilo, un sello personal que genera un placer inusitado en cada lectura. No es
ése acaso un reto a vencer por los autores?
Siendo Pedro José Pisanu un narrador
verdaderamente prolífico, no me voy a detener aquí citando cada uno de sus
títulos, que ya suman díez, entre las que destacan "La muerte es una
estación de páramo", "Electra o el rojo esplendor de los ocasos"
,"El reencuentro " y "Una biblioteca espectacular", en las
que exhibe un refinado humor negro, sino que, me parece más interesante, citar
y publicar en este reportaje "Una canción para Óscar" y
"Encuentro en la calle Cervantes ", cuentos que manaron de su manga
fantástica y que aparecen en su libro"Máximo minimalismo "
Breve como un suspiro
"Óscar, principio de una balada
triste,"
A pesar de los numerosos pactos con El
Maligno, su alma había envejecido. Lo que amaba desapareció y la imperecedera
juventud solo era un mito de infelicidad -reflexionaba Dorian-, mientras apuñalaba sin piedad su retrato
eternamente joven.
"Encuentro en la calle
Cervantes"
Tomé tres cañas con sus tapas. No había
buenas nuevas, de concursos literarios ni de nada. Una vez más, aposté poco y
perdí mucho. La tarde se hizo oscura de repente, cuando lo usual es que se
alargue como un eco frente a las casas desoladas. Escuché golpes metálicos,
choque de estoques, ejercicio de acero toledano. Todo esto en el siglo XXI? .
No era posible. Pagué las cañas a Elba y salí.
La calle estaba solitaria y el viento
corría de los adoquines húmedos. La niebla inesperada se apoderaba de la vía.
Pude escuchar más cerca el roce violento de espadas, los jadeos y al final un
'hasta el fondo de tu alma'. 'Muere hijo puta que el infierno te reciba'. Ví
una sombra levantada, sacando la espada de la otra que se apoyaba encorvada y
moribunda sobre la pared. El matador envainó el acero sin limpiar la sangre y
ahora lo arrastraba un poco sobre el suelo en un sonido orquestado con las
espuelas que ahora desprendían chispas entre la opacidad.
-Manco, ven, mi espada te llama- gritó la
sombra ahora envuelta en algo como una capa -Manco, ven, que ando de vena para
el crimen. Mi espada quiere borrar de único tajo un poeta que nunca ha versado
bien en esta tierra-.
A mí espalda surgió una respuesta, voz sin
fuerza, carente de acústica en el rostro, sonido ahogado entre la boca tal vez
por escasez de dientes y de muelas.
-Te espero desarmado, sin odio, sin
rencor. Dadme la muerte, Lope! Será el único favor que me haces en tantos años
de inquina. Soy viejo, estoy enfermo. Ya he culminado "Los trabajos de
Persiles y Segismunda"-.
Di media vuelta y pude observar una triste
figura. No era don Quijote, era un Cervantes de rostro pétreo, esculpido en
huesos y pergamino ajado. Apoyado en un bastón retrocedió hasta guardarse en la
puerta de su casa.
Por un momento hubo silencio. La sombra
con la espada desapareció. Surgieron luces débiles de velas en candelabros.
Irrumpieron voces y cantos de jolgorio desde las tabernillas, ecos agudos de
mujeres y algunos graves de hombres
brotaron desde las viejas tabernillas.
Sin asombro cerré los ojos, tomé aire,
abrí los ojos de nuevo. La niebla oscura ya no estaba. Salí hacia la calle de
León buscando la estación de Antón Martin dejando atrás el Barrio de Las
Letras.
Madrid.- 12 de septiembre de 2924
Por Ricardo Gil Otaiza
De las acepciones
Dentro de mi locura por los libros está,
como en una suerte de deriva, la de los diccionarios, y ya cuando crecí y me
gradué y gané mis primeros sueldos, lo que hice fue comprarme El Pequeño
Larousse Ilustrado
Cada loco con su tema, decía mi madre, y
ahora que analizo el viejo refrán hay mucho de verdad en él, porque la
diversidad humana se transforma a sí misma en mundos y nociones distintas, en
hechos y circunstancias que muchas veces nos sobrepasan y que hacen que
tengamos un determinado perfil. Desde muy niño tuve propensión por los libros,
y recuerdo que al ser el tercero y último de los hijos, heredaba muchas cosas
de mis hermanos y entre ellas los libros, y eso me producía un enorme
sufrimiento, porque los quería nuevos, poder oler sus páginas, quitarles el
celofán y sentir el gozo de poseerlos al fin, de que fueran míos y de nadie
más, pero los ejemplares que me llegaban en cadena de mando estaban mustios,
arrugados, con las carátulas desprendidas, con las puntas dobladas y sin ese
encanto que posee un libro recién salido de la imprenta.
Ya para entonces, sentía una fuerte atracción
por las palabras y sus significados, y fue así que muy pronto mi mirada se
volcó en los diccionarios. Por fortuna, mi madre era maestra, y el Ministerio
de Educación dotaba a las escuelas de los materiales necesarios para la labor
docente, y los diccionarios no podían faltar: y yo me daba un gustazo
investigando en un tomo grueso de tapas duras azules (cuya editorial no
recuerdo), y así descubrí (no sin asombro), que una sola palabra podía tener
varios significados o acepciones, y eso era algo mágico, sencillamente
encantador, que en mi cabeza infantil me hacía sentir deslumbrado frente al
poder omnímodo de una lengua que recién conocía.
Dentro de mi locura por los libros está,
como en una suerte de deriva, la de los diccionarios, y ya cuando crecí y me
gradué y gané mis primeros sueldos, lo que hice fue comprarme El Pequeño
Larousse Ilustrado (Ediciones Larousse y Círculo de Lectores,1988), y no pueden
ustedes imaginarse mi enorme felicidad de tener en mis manos el poder de la
palabra: de sentir que en aquellas páginas estaba asentada o contenida la
verdad de las cosas: lo que ellas transmiten, lo que nos dicen desde sus
nombres y categorías lingüísticas, y de ahí en adelante todo se dio en una
sucesión de ejemplares de todo calibre y origen, que pasaron a engrosar mi
biblioteca personal.
Así, a vuelapluma, hallo en mis anaqueles
dos ediciones del Diccionario de la Lengua Española en dos volúmenes (Espasa
Calpe, 21ª y 22ª edición,1992 y 2001, respectivamente), el Diccionario
panhispánico de dudas de la Real Academia Española y la Asociación de Academias
de la Lengua Española (Santillana, 2005), el Diccionario de Venezolanismos en
tres tomos bajo la dirección y estudio preliminar de María Josefina Tejera
(Universidad Central de Venezuela, Academia Venezolana de la Lengua y la
Fundación Edmundo y Hilde Schnoegass,1993), El Pequeño Larousse Ilustrado en
color 1996 (Larousse S.A., 1995), el Diccionario de sinónimos y antónimos (El
Ateneo, 4ª edic.1992), el Diccionario de Botánica (Editorial Labor, 1985, que para
mí fue una herramienta extraordinaria, ya que mis inicios como profesor
universitario en la ULA fueron en Botánica Farmacéutica), el CLAVE Diccionario
de uso del español actual con Prólogo de Gabriel García Márquez (sm, 1999), el
Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua
Española (Santilla, 2010), el Diccionario de sinónimos y antónimos (Espasa,
Biblioteca El Nacional, 2001), el Diccionario de dudas y dificultades (Espasa,
Biblioteca El Nacional, 2001), y el Diccionario de uso del español de María
Moliner (Gredos, 2007), que me lo obsequió de paquete un buen amigo cuando
ingresé como Miembro de la Academia de Mérida. Y a falta de diccionarios,
consulto además El dardo en la palabra de Fernando Lázaro Carreter (Galaxia
Gutenberg y Círculo de Lectores, 4ª edic.1999) y El nuevo dardo en la palabra
del mismo autor (Aguilar, 1ª edición 2003), y no satisfecho todavía, consulto
El estilo del periodista de Alex Grijelmo (Taurus, 2003). Y solo al final,
cuando los caminos se cierran, apelo al doctor Google, que cree saberlo todo.
Quiso la fortuna que publicara dos de
ellos: Breve diccionario de plantas medicinales (Los Libros de El Nacional,
Caracas, 1999) y Breve diccionario del naturismo (Los Libros de El Nacional,
Caracas, 2010), así como también que mi nombre fuera citado en tres de ellos:
Diccionario Histórico del español de Venezuela, Vols. I y II, de mi buen amigo
el lexicógrafo Francisco Javier Pérez (Fundación Polar, Bid & Co. Editor,
2011 y 2016 respectivamente), en cuya preparación participó la Academia
Venezolana de la Lengua y el segundo fuera patrocinado por la Embajada de
España en Venezuela, y en El Diccionario de Latinismos en el Español de
Venezuela de Valentina Truneanu Castillo (Los Libros de El Nacional, Caracas, 2005).
Dicen que uno atrae sus propias
realidades, y a veces pienso que es cierto. Mi interés por la palabra y por sus
distintas acepciones, me ha llevado a recorrer cientos de páginas, a trajinar
una enorme montaña de libros y de autores, a indagar aquí y allá hasta hallar
la precisión que busco, pero, déjenme decirles, que no hay posibilidad alguna
de no equivocarse, de que no se escape algún gazapo, de que una duda gramatical
no me atormente al punto de tener que levantarme a media noche, buscar en el diccionario,
corregir el texto, y así entonces entrar en los territorios del sueño. Locuras
mías, diría mi santa madre.
rigilo99@gmail.com
Madrid.- 09 de septiembre de 2024
Samir Delgado reivindica el nuevo papel de las islas como espacio de futuro
El escritor canario ha llevado a cabo una
gira literaria por México, país en el que reside
El escritor canario Samir Delgado ha
reivindicado el papel de los archipiélagos como zonas de cultura y mestizaje
durante una gira literaria en diferentes espacios culturales de Mazatlán,
Ciudad de México y Durango.
Residente en México, el poeta y crítico de
arte ha presentado al público las novedades editoriales más recientes, el
ensayo 'Turisferia' editado por el Gobierno de Canarias en la Colección Clavijo
y Fajardo y el poemario 'País natal' publicado por la editorial madrileña El
sastre de Apollinaire.
Samir Delgado (Las Palmas de Gran Canaria,
1978) asistió a la jornada inaugural del Coloquio Internacional 100 años de
surrealismo, celebrado en el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM
entre los días 2 y 5 de septiembre, con una ponencia centrada en la experiencia
surrealista de la revista 'Gaceta de Arte' entre los años 1932 y 1936, con
especial referencia a sus integrantes más destacados, como Eduardo Westerdahl,
Pérez Minik y Agustín Espinosa, resaltando «la conexión entre revistas como Claridade,
Orígenes y Gaceta de Arte que reflejaron el potencial vanguardista de las islas
frente a las capitales continentales».
El ensayo 'Turisferia' fue presentado
junto al autor, por la profesora mexicana Margarita Vargas en el Auditorio
Leopoldo Zea del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de
la UNAM.
En el evento del pasado 2 de septiembre,
el autor canario dio cuenta del imaginario turístico contemporáneo en las
expresiones artísticas y literarias, con la anticipación histórica de lugares
como Playa del Inglés y Playa de las Américas que se constituyeron en epicentro
de la configuración de la experiencia internacional de las islas.
El escritor Samir Delgado es integrante
del proyecto 'Leyendo el turismo', junto a Acerina Cruz y David Guijosa, así
como miembro fundador de la Revista Trasdemar de Literaturas Insulares.
Su poemario más reciente 'País natal',
publicado por la editorial El sastre de Apollinaire, dirigida por Agustín
Sánchez Antequera, fue presentado en las librerías mexicanas como una novedad
editorial que ofrece un diálogo pionero con los paisajes marítimos del
Pacífico, la Isla de Ré en Francia o islas caribeñas como Puerto Rico.
Fuente:https://www.canarias7.es/cultura/libros/samir-delgado-reivindica-nuevo-papel-islas-espacio-20240908224411-nt.html
Madrid.- 09 de septiembre de 2024
Por Ricardo Gil Otaiza
La mejor lección
Nos daba pena, eso sí, que estuvieran tanto
tiempo encerrados, ensimismados, conversando entre ellos, por supuesto, pero
ajenos del resto del mundo: todas unas luminarias de belleza indescriptible
En las casas en donde vivimos cuando era
niño, siempre tuvimos un gato, a veces dos o más, y la razón era porque se
trataba de casas viejas y había que ahuyentar a los ratones; ya en mi
adolescencia estrenamos una, y asunto zanjado, aunque nos llevamos al gato que
teníamos para entonces, y poco tiempo después murió de manera imprevista en un
accidente doméstico. Igual con los perros: de niño tuvimos dos, y el segundo
(un animal gigantesco llamado Fifí) mi padre tuvo que darlo en adopción porque
hizo desastres en la casa: se comió las cortinas hasta donde alcanzó, trituró
el botón del televisor, destruyó el canasto en donde se guardaban las verduras,
y paremos de contar. Mi relación con los animales era “normal”: me atraían,
pero no me fascinaban ni me quitaban el sueño, pero cuidé y alimenté un
mucuchicero (raza autóctona venezolana) llamado Otelo, que no era mío, sino del
cura de la iglesia en donde fungía como monaguillo, y yo era el único a quien
obedecía.
Muchos años después, y recién casado, mi
esposa y yo adoptamos a una cachorrita pastor alemán (que llamamos Tarly,), que
habían dejado abandonada en la puerta de una panadería, y estuvo con nosotros
hasta su muerte temprana (con apenas siete años), y a la que quisimos mucho. Mi
esposa es amante de los animales y de la naturaleza, de ella he aprendido a
disfrutar de los perros: ver en ellos a criaturas especiales, en donde no
anidan sentimientos innobles; tan solo meros instintos. Su mirada es de una
pureza estremecedora, y podemos establecer con ellos una conexión que va más
allá de las hipótesis. Tanto es así, que ahora sé que los perros se ríen, dependiendo
de su carácter, y sus ladridos es un lenguaje ininteligible para los humanos,
pero si estamos en sintonía con ellos sabremos lo que nos están diciendo.
Podría afirmar sin que me quede nada por dentro, que ese amor a los animales y
a la naturaleza es la más grande lección de vida que he recibido, y se lo
agradeceré para siempre.
Ahora bien, como todo en este mundo es un
intercambio sinérgico si hay la voluntad, mi esposa recibió de mí el amor por
la lectura y los libros. Cada vez que terminaba de leer un libro se lo pasaba a
ella, y ha llegado a leer casi tanto como yo. Eso sí, soy un lector bibliófilo
indomable y ella no, al igual que nuestras hijas: leen mucho, pero no tienen
esa pasión desbordada que yo sí tengo, pero debo confesar que todas me la
toleran muy bien, y hasta me la azuzan: me han enviado libros inencontrables
acá, y eso dice mucho de ellas, y hasta han permitido cuestiones en casa que
solo podrían ser explicables en un manicomio, porque como decimos acá: me
llevan la cuerda. Aquí los libros son parte del decorado, cuando llegan visitas
tengo que desocupar los sofás en donde hay libros tirados, y me permitieron que
un enorme mueble de madera que podría perfectamente fungir de ceibó (o
aparador), lo llenara de libros.
Debo confesar que en esta casa han vivido
grandes figuras de la literatura universal, a las que hemos alimentado y
cuidado y cuya salud en su momento nos puso en ascuas. Si mal no recuerdo, aquí
han pernoctado por no tan largos períodos, literatos como Jorge Luis Borges, Augusto
Monterroso, Agatha Christie, Elena Poniatowska, Rosa Montero, Edgar Allan Poe y
algunos otros, y lo cumbre ha sido que tanto mis chicas como yo nos sentíamos
felices con ellos, aquí no había discriminación de nada: de si eran o no
novelistas o cuentistas o ensayistas, o hispanoamericanos o europeos, mujeres u
hombres: todos recibían el mismo cuidado y cariño. Nos daba pena, eso sí, que
estuvieran tanto tiempo encerrados, ensimismados, conversando entre ellos, por
supuesto, pero ajenos del resto del mundo: todas unas luminarias de belleza
indescriptible. Debo reconocer que nos quedábamos muy tristes cuando se
marchaban, y para no tener que estar en una noria: decidimos que cerraríamos el
hospedaje cuando todos partieran, y así lo hicimos.
Sí amigos, a este nivel ha llegado la
locura de ponerles a los periquitos australianos los nombres de nuestros
autores favoritos: todo un suceso (la pasión de mi esposa y la mía juntas en
una misma esencia corpórea), porque de pronto una de mis hijas me decía: papi, creo
que Borges se siente mal, que le duele una patita, la Poniatowska bebe poca
agua, Agatha está muy quieta, a la Montero le cuesta volar, Poe está algo
decaído, Augusto necesita vitaminas. Y ni decir de mi esposa, que sentía
remordimiento por tenerlos encerrados en dos jaulas, como si fuésemos los
dueños de sus vidas: como si el ser humano tuviera el derecho a arrogarse la
supremacía sobre los otros. Pero los malos tiempos llegaron cuando después de
un viaje breve hallamos muerto a Borges, una mañana la Poniatowska ya no estaba
en este mundo, igual nos pasó con Agatha. Poe y Monterroso fueron los que más
resistieron su clave genética, pero también cayeron uno tras otro. ¿Y la
Montero? Pues esa autora siendo como es, una rebelde con causa, aprovechó un descuido
de mi esposa y echó a volar hacia el solar vecino, a pesar de sus dificultades
con una de sus alas, y le perdimos el rastro.
Un buen día, mi esposa tomó una drástica
decisión: le daría la libertad a una cotorrita llamada Dani, que chillaba como
una loca. Le abrió la jaula y se echó a volar, se posó en el limonero y de allí
partió a otros mundos mejores que el acotado espacio de una jaula.
rigilo99@gmail.com
Guía de Isora.- (Tenerife)04 de septiembre de 2024
Elsa López presenta Papel platino, el nuevo libro de Nicolás Dorta, publicado por Ediciones La Palma
La Sala de Usos Múltiples del Auditorio de Guía de Isora acogerá el lunes, 9 de septiembre, a las 18:30, la presentación del primer poemario del escritor isorano.El Auditorio de Guía de Isora, concretamente su Sala de Usos Múltiples, será el escenario de la presentación de Papel platino, un libro de poesía de Nicolás Dorta. El escritor isorano, que ha publicado recientemente los libros de relatos Zonas comunes (Franz, 2020) y Doble cristal (Diego Pum, 2022), lanza ahora, a través de Ediciones La Palma, un libro en el que los textos condensan y reelaboran los temas y búsquedas ya presentes en sus colecciones de cuentos. Dotados de una fina capacidad de observación de lo real, los poemas de Dorta no renuncian a un carácter narrativo en el que la existencia busca su resplandor y su verdad. Como en sus otros libros, Dorta construye un mundo en el que lo real y lo imaginado se amplifican mutuamente, aunque ahora, a través de la concentración que sugiere el lenguaje poético, se pueden hallar en el conjunto nuevas reverberaciones, un tono en el que anécdota e imagen se equilibran y liberan. El espacio íntimo y el paisaje se integran en un sistema de correlaciones que los reúne y los vuelve reflejo amplificado el uno del otro.
Para la presentación de Papel platino,
intervendrá la escritora, antropóloga y poeta Elsa López, Premio Canarias de
Literatura y una de las figuras más relevantes de la cultura insular de las
últimas décadas. Su trabajo editorial como fundadora del sello La Palma posee
una enorme e imprescindible presencia en la literatura canaria. Autora de
títulos tan relevantes como El corazón de los pájaros, Las brujas de la isla
del viento, Últimos poemas de amor o Inevitable océano, ha recibido premios de
poesía tan importantes como el “José Hierro” o el “Ciudad de Melilla”. Elsa
López ha sido la editora de esta nueva obra de Nicolás Dorta, de modo que el
acto, organizado por el Ayuntamiento de Guía de Isora e integrado en sus
Fiestas Patronales, constituye una oportunidad única para escuchar los
argumentos críticos y editoriales sobre Papel platino.
Nicolás Dorta es profesor de Filosofía en
la enseñanza pública y ha escrito reportajes, crónicas y entrevistas para la
Agencia Efe, Europa Press y Diario de Avisos durante más de una década. Al mismo
tiempo, mantiene activa su trayectoria musical como batería en diversos
proyectos y formaciones de jazz y pop de la escena insular y nacional.
Actualmente, escribe en el suplemento cultural El perseguidor.
La cita es en el Auditorio Municipal (Sala
de Usos Múltiples) el lunes 9 de septiembre a las 18:30. La entrada es libre
hasta completar aforo.
Madrid.- 03 de septiembre agosto de 2024
Por: Gastón Segura
La
facultad de engañarse
Con motivo de la reciente muerte de Alain
Delon, el segundo canal de la televisión autonómica madrileña emitió El
gatopardo (1963), de Luchino Visconti. Y no; no voy a escribirles sobre este
monumental film ocasionador, entre otros sucesos reseñables, de la quiebra de
su productora, la Titanus, que, como la lechera del cuento, no previó la
indiferencia del público norteamericano. Y aunque en Italia, las taquillas
superasen a cuánto se conocía; al parecer, no bastaron.
A pesar de este grave percance, la película hizo —y aún sigue haciendo—mella; recuerden al caso la descarada respuesta de Tancredi Falconeri a su tío el príncipe de Salina para justificar su alistamiento contra natura en la milicia de Garibaldi: «si queremos que todo siga como está, es preciso que todo cambie»; ocasionadora del adjetivo italiano gattopardesco —en España; «cambiarse de chaqueta»— y que se convirtió durante la Transición, y aun después, en la culta jaculatoria para excusar las más rotundas enmiendas ideológicas; en fin, eso que los comunistas de manual señalaban acusatoriamente como revisionismo.
No obstante; contra el predicamento
acreditado aquí y allá por la respuesta del joven Falconeri, para mí la
secuencia más sustancial y determinante de la película —y con idéntica
importancia en el relato original— es la entrevista, con motivo del
ofrecimiento del título de senador en el nuevo parlamento de Turín, entre
Aimone Chevalley di Monterzuolo y el príncipe de Salina. Y de todo ese diálogo
ejemplar por tantas razones, y donde Lampedusa, por boca del príncipe, expuso
su teoría sobre el alma soñolienta e inmutable de Sicilia, siempre me ha
estremecido —y ahora, más que nunca— aquella pregunta retórica con la que don
Fabrizio de Salina renuncia a este nombramiento:
«—¿Qué haría yo en el senado, un
legislador inexperto que carece de la facultad de engañarse a sí mismo, ese
requisito esencial para quien quiere guiar a los demás?», que la narración
cinematográfica remata con una sentencia taxativa, pronunciada por el príncipe
en la novela un par de páginas más adelante: «No; Chevalley, en política no
expondría ni un dedo; me lo morderían».
A lo que responde el caballero piamontés:
«Si los hombres honrados [como vuestra excelencia] se retiran, el camino
quedará expedito para la gente sin escrúpulos y sin perspectivas».
Pocas veces en nuestro país, como en este
momento, el augurio acerbo de Chevalley se ha tornado más palpable. Y, qué duda
cabe, por tales aserciones visionarias —aunque Lampedusa las dirigiera a la
nueva República italiana—, El gatopardo (1958) se convirtió, contra su factura
convencional —cuando no, algo añeja—, tanto en el primer gran éxito editorial
en Italia —a los ocho meses había vendido más de cien mil ejemplares— como en
uno de los relatos más señeros y reputados del s. xx. Sin embargo; la manera
cómo llegó a publicarse por Feltrinelli fue casi tan novelesca como la misma
causa del nacimiento en la mente sensual y retraída de su autor, Giuseppe
Tomasi, príncipe de Lampedusa, duque de Palma, barón de Montechiaro y de
Torretta y grande de España, cuando contempló la devastación de su palacio
palermitano por el bombardeo aliado del 5 de abril de 1943.
Mas hubo de transcurrir once años y una
estancia en San Pellegrino Terme, donde su primo, Lucio Piccolo, recitaba unos
cuantos poemas, invitado por el enorme Eugenio Montale, para que Lampedusa
sintiese la necesidad de sentarse en el café Mazzara, de Palermo, a narrar
aquella inmensa y doliente nostalgia, emanada de los escombros del solemne
caserón donde había nacido cincuenta y ocho años antes. Pues, desde 1925,
cuando divulgó varios cuentos —luego, reunidos en Relatos (1961)—, en una
revista genovesa con un título tan hesiódico como Le opere e i giorni,
Lampedusa apenas si había dictado unas clases privadas de literatura francesa y
británica —Lecciones sobre Stendhal (1977), Conversaciones literarias (1979) y
Literatura inglesa (1991); títulos todos editados póstumamente— a su sobrino
Francesco Orlando y a su luego ahijado Gioacchino Lanza di Assaro, y
garabateado para sí unas pequeñas memorias, Recuerdos de infancia, publicadas
también post mortem, en 1961, pero nunca había intentado algo tan íntimo, por
una parte, y tan ambicioso, por la otra. No obstante, lo emprendió en el
velador de aquel café siciliano y cuanto le resultó más sorprendente: lo
concluyó tras veinticuatro meses, en 1956. Lucio Piccolo envió enseguida
algunos capítulos sustanciosos a Mondadori y a Einaudi; empero, tropezaron con
el veto de Elio Vittorini, de gran autoridad en ambas editoriales.
En julio del año siguiente, Lampedusa
morirá de cáncer, amargado por el rechazo al relato donde había impreso casi
tantas esperanzas como añoranzas familiares, y hasta esas desengañadas
advertencias políticas. Pero he aquí que conocido el triste caso por Giorgio
Gargia, un paciente de su viuda, Licy Wolff-Stomersee, envió unos capítulos a
la hija de Benedetto Croce, y esta, admirada, se los remitió a Giorgio Bassani,
director de una colección para Feltrinelli. Asombrado ante el texto, el gran
novelista ferrarense repitió la operación con su amigo Mario Soldati, y tampoco
a este le cupieron dudas: aquellos folios mecanografiados constituían un
capolavoro. En consecuencia, el once de noviembre de 1958 apareció en las
librerías italianas El gatopardo.
Ahora nos queda disfrutar con sus porosas
páginas y hasta con su majestuosa adaptación cinematográfica, mientras nos
ruborizamos al escuchar, una vez más, que quienes nos gobiernan acendran la
mucilaginosa facultad de engañarse así mismos; ya no les cuento al resto.
Artículo publicado por el "Imparcial", el 02 de septiembre de 2024
*Gastón Segura, es licenciado en Filosofía por la Universidad de Valencia, Se trasladó a Madrid en 1990, donde ejerció diversos trabajos hasta que en 1990 se dedicó de lleno a la literatura.
Madrid.- 02 de septiembre de 2024
Por Ricardo Gil Otaiza
La verdad de las mentiras
La verdad de aquel texto ya sepultado en
el tiempo, era a su vez una mentira: el artefacto literario, es decir, mera
ficción, que buscaba resucitar en el lector la voz y la mente lúcida de uno de
nuestros mejores literatos de todos los tiempos
Confieso que el título de la columna
coincide con el de un libro de Mario Vargas Llosa (que he leído mil veces),
pero no les hablaré de él, el autor ya no lo necesita, llegó a donde quería
llegar y no le hace falta mi humilde apoyo. Lo que me hace recordar una
anécdota que me sucedió con Delia Picón-Salas de Morles, hija única de don
Mariano Picón Salas: gran escritor venezolano. Ella y su esposo eran mis amigos
y de vez en cuando nos comunicábamos vía telefónica, porque si mal no recuerdo,
para entonces todavía no se había inventado esa maravilla llamada WhatsApp. Una
noche, de esas plagadas de ideas y de insomnio, se me ocurrió escribir una
entrevista ficticia a don Mariano y las respuestas lógicamente las tomaría de
su propia obra: la idea era hacer un pequeño homenaje a un autor entrañable y
muy querido, cuya obra ha formado parte de mi educación literaria. El texto lo
enviaría a Verbigracia: un encartado literario de El Universal; y créanme que
me hacía mucha ilusión.
Por tontería de mi parte, o tal vez
queriendo halagar a Delia a quien le tenía un enorme afecto, al igual que a su
esposo, don Alfredo Morles, a quien tuve el honor de recibir como Miembro
Correspondiente Nacional de la Academia de Mérida, siendo yo su presidente, se
me ocurrió llamarla para informárselo, pensando que ella lo tomaría con alegría
y entusiasmo, tratándose de su padre, a quien adoraba y ya para entonces
preparaba la edición de sus Obras Selectas que saldrían en el 2008, en
coedición entre Reaseguros C.A. y la Universidad Católica Andrés Bello de
Caracas. Este magnífico tomo, por cierto, es una reimpresión de la segunda edición
de 1962 (corregida y aumentada por el propio don Mariano). Tiempo después, ella
publicó los textos que su padre no seleccionó, me imagino que por considerarlos
inmaduros o indignos de su propia obra, y que su hija decidió darlos a conocer
por razones obvias: que no cayeran en el olvido y no se perdieran en la maraña
de papeles sueltos, que suele ser lo cotidiano en la biblioteca de un autor. Lo
cierto fue que la llamé y nos saludamos cordialmente como solía ser siempre, y
le comenté con entusiasmo lo que había preparado para la prensa nacional, a lo
que ella respondió: “No, querido Ricardo, ya mi padre no necesita nada de eso”.
Admito que su respuesta me dolió, la sentí como una bofetada inmerecida, tal vez ella pensó que yo quería ganar indulgencia con escapulario ajeno. Claro, pude obviar su respuesta y enviar el texto a El Universal; total: no tenía que pedirle permiso a ella ni a nadie, como escritor tengo plena libertad de recrear, de inventar, de echar mano de la intertextualidad con mención de las fuentes, y asunto zanjado, pero el dardo me llegó hondo, y el texto se quedó impreso sobre mi escritorio y en el trasteo propio de la vida, le perdí el rastro y solo hay el amargo sabor de una respuesta, que de alguna manera resquebrajó nuestra relación: o por coincidencias de la complejidad del existir (ajenas a nuestras intenciones), lo que era una interacción permanente, se fue enfriando hasta el final. Posteriormente, cuando ella ya había fallecido, tuve la fortuna de estrechar los lazos con ese gran caballero que fue don Alfredo Morles, a quien quise mucho, y él a mí, y la vieja herida sanó, pero quedó una huella que hoy pretendo exorcizar con esta pequeña historia.
Tal vez, doña Delia, como solía llamarla
por respeto, en aquel momento no cayó en la cuenta de que la verdad de las
mentiras de la literatura, nos enriquecen, nos llevan más allá de las
circunstancias presentes, y hacen de nosotros seres ganados al portento y a la
magia. La verdad de aquel texto ya sepultado en el tiempo, era a su vez una mentira:
el artefacto literario, es decir, mera ficción, que buscaba resucitar en el
lector la voz y la mente lúcida de uno de nuestros mejores literatos de todos
los tiempos: yo fungía de entrevistador en el acá y él desde un más allá
respondería con su propia obra. La entrevista es un género literario per se
(Monterroso al respecto, solía declarar, con razón o sin ella, que la
entrevista era el único género literario creado en nuestro tiempo), que colinda
con otra área no menos importante, como lo es el periodismo. Ahora bien, sus
fronteras se difuminan solo en la intención: mientras que la literatura busca
recrear, el periodismo busca informar. Si bien ambas nociones son comunicación
en el sentido lato del vocablo, la primera se funde en el desvarío propio de la
ficción, en la que tiene cabida lo real y lo inventado por la cabeza
calenturienta de un escritor, y en la segunda: se echa de menos la objetividad
(que no siempre se alcanza por cuestiones que no vienen al caso mencionar, pero
que es su razón de ser).
Hoy, después de muchos años, me digo, no
sin culpa, que no debí llamarla. A lo mejor (pienso), hubo atisbos (o ríos) de
vanidad de mi parte, al pretender hacer partícipe de una travesura literaria,
nada más y nada menos que a la “heredera” de la obra de una luminaria de las
letras. Qué sé yo: a lo mejor pasó por su cabeza la interrogante: ¿qué hace
este imberbe hurgando en las cosas de mi padre? Sí y no, medito hoy: cuando la
obra sale de las manos de su creador, ya no le pertenece, es de todos y es de
nadie. Por supuesto, no me iba a lucrar, lo que me pagaban por esos trabajos
era algo simbólico, pero la ilusión muy grande.
rigilo99@gmail.com
Madrid.- 02 de septiembre 2024
Poesía Recitada
"Caballo de aire" Adriana Irma Maggio (Argentina)
Madrid.- 22 de agosto de 2024
Por: Gastón Segura
Aquella desesperada huida en Viena
Las cloacas de Viena siempre albergarán la desesperada huida de Harry Lime, en aquellos años cuando hasta las altivas pupilas grises de sus vecinos se habían vuelto plomizas por la inmensa vergüenza de la derrota; ¡si hasta recurrieron al represaliado Josef Krips para que su sangre medio judía exorcizase la batuta de la Wiener Philharmoniker! El resto ya se ve en esa inconmensurable película estrenada hace setenta y cinco años: El tercer hombre, pese a que, apenas comenzada la proyección, el mayor Calloway le espete con desgana al escritor:
—Todo esto suena a novela barata.
—Umm… Yo solo escribo novelas baratas.
Y en absoluto, porque se trataba de Graham
Green.
Para entonces Graham Green y Carol Reed,
su director, ya habían colaborado en El ídolo caído (1948), adaptación
cinematográfica de un cuento del primero, The Basement Room (1936). Y como
ambos congeniaron aun antes de que este film fuera un éxito de crítica, el
productor, Alexander Korda, ávido de reflotar las finanzas de la British Lion
Film atrayendo nuevos talentos, convocó una cena entre los tres y le propuso al
novelista prolongar aquella amistad con un nuevo guion, esta vez, sobre Viena.
En el fondo de aquella oferta latía una cuestión sentimental: Korda había
trabajado allí entre 1920 y 1926 y, además, era lo más cercano a Budapest que
podía llegar, donde fuera una promesa del cine en mitad de la Gran Guerra e
incluso algo después, durante el Soviet de Béla Kun.
Como respuesta a esta invitación de Korda,
Green sacó del bolsillo un sobre en cuyo reverso había garabateado: «Me había
despedido para siempre de Harry una semana antes, cuando su ataúd descendió en
la helada tierra de febrero, de manera que no di crédito a mis ojos cuando lo
vi pasar, sin el menor indicio de reconocerme, entre la multitud de
desconocidos del Strand».
Pero Harry no pasó nunca por el Strand
londinense, porque Green aceptó hospedarse, durante una quincena del febrero
siguiente, en Viena, aunque solo lograse atisbar los rostros agrios de sus
habitantes y tanta calamidad que ni la muy reputada hipocresía local era capaz
de disimular, hasta la penúltima noche, cuando Elizabeth Montagu, su guía por
los clubes de mala nota —de buena no había; los tiempos no lo toleraban—, le
presentó a Peter Smolka, el corresponsal de The Times, y este, entre trago y
trago, se despachó a gusto sobre cómo el estraperlo carcomía la ciudad de un
extremo al otro y cómo sus alcantarillas semejaban el Rastro un domingo por la
mañana.
Tras aquella conversación, a Green no le
restaba sino redactar el esbozo literario del guion —meses después del estreno
y ante la clamorosa recepción de El tercer hombre, publicado como novela— y a
Carol Reed, planificar la producción. Entre tanto; Korda, por sus apuros
bancarios, había metido en el asunto a David O. Selznick, que envió como
aperitivo de sus imperiosos memorandos a Orson Welles, Joseph Cotten y Alida
Valli para encabezar el reparto. Por fortuna, Korda le admitió los actores; en
cuanto a sus enérgicas directrices, acabaron, conforme llegaban desde Los
Ángeles, una tras otra en la papelera de la British Lion Film.
El rodaje duró seis semanas entre Viena y
Londres; y visto el resultado, todo un prodigio. Y en lugar de detenerme en las
leyendas acerca de las modificaciones de Orson Welles sobre la filmación
—fomentadas, naturalmente, por él. Eso se le daba de dulce—, prefiero
señalarles la modélica actuación de los actores austriacos y, entre ellos, la
de Hedwig Bleibtreu como la casera protestona de Anna Schmidt; simplemente,
admirable. Y, por descontado, asegurarles que el impecable estado actual del
film no sería posible sin la extraordinaria fotografía de Robert Krasker,
empeñado en satisfacer, con la tenebrosidad de las inmensas sombras y los
charolados del pavimento, la obsesión de Reed por plasmar el expresionismo
alemán, o por la introducción inesperada de inusuales ángulos de cámara, que
tanto incomodaron a William Wyler, sin olvidar aquellos insertos de rostros
oteantes, aquí y allá, para aumentar la inquietud de las secuencias,
especialmente durante las tres magistrales persecuciones.
Muchos sostienen que tal factura es
legataria de las películas precedentes de Welles; tal vez, pues si viesen
Estambul (1943), comenzada por Orson Welles y acabada por Norman Foster,
encontrarían —y no solo en los intérpretes— algunas concomitancias notables con
El tercer hombre. Aunque me parece más sensato considerarla hija de las
Benzedrinas que mantuvieron despierto a Reed durante toda la filmación y de
Larga es la noche (1947), su anterior obra maestra; donde Krasker también
intervinó como operador y donde las sombras oprimen despiadadamente a su
protagonista, un James Mason herido, fugitivo y, ante todo, supremo; tal es así
que los británicos la consideran su mejor actuación cinematográfica.
Green y Reed volvieron a colaborar en
Nuestro hombre en La Habana (1959); y a pesar del desahogado presupuesto y del
deslumbrante elenco, el film no superó cuanto se puede esperar de un
divertimento exquisito; una verdadera lástima. Y ahora, al finalizar, caigo en
la cuenta de que todo este artículo no se debía tanto al septuagésimo quinto
aniversario de aquella fuga de Harry Lime por los fétidos desagües de Viena,
sino a otra huida acaecida hace un par de semanas en Barcelona. Al pronto; se
me antojó planificada y dirigida por Mariano Ozores, por cuanto colegí si
nuestro gobierno no se parecerá cada día más a Los bingueros (1979).
Artículo publicado por el "Imparcial", el 21 de julio de 2024
*Gastón Segura, es licenciado en Filosofía por la Universidad de Valencia, Se trasladó a Madrid en 1990, donde ejerció diversos trabajos hasta que en 1990 se dedicó de lleno a la literatura.
Hoy,
del otro lado,
dónde
estoy,
más cerca
-quizas-
de la reminiscencia
lírica ,
de los avatares
de mi infancia cultural,
en algún instante de mis búsquedas
vitales, me topé con los poemas de Federico García Lorca, me sumergí en ese
inmenso piélago lírico del cantor de mis ensueños, para encontrar el rumbo
definitivo de las evocaciones celebratorias que marcaron mi errancia cultural.
Hoy,
Sonia me escribe
y solicita de mí
unas grafías,
un merecido homenaje
al poeta que hoy,
casi a mis ochenta años,
es impronta de mi corazón.
Ahora no deseo más que olvidar aquél 18 de
agosto de 1936, cuando apagaron vilmente los disparos la voz de mi poeta
esencial, porque García Lorca, hay que reiterarlo, fué el lírico mayor -de mis
años mozos- y también el de mayor influencia y reconocimiento popular en la
literatura española del Siglo XX.
En este aniversario de su muerte evoco su
Llanto por Ignacio Sánchez Mejías y rindo tributo de admiración al poeta que se
sembró en mi corazón de niño lector de poesía, el más digno poeta de mis
apasionados encuentros con el arte de hacer poemas. Hay en este Llanto por
Ignacio Sánchez Mejías una resonancia trágica que cargó en sus cuernos la vida
de un matador y se colgó en el umbral de mis recuerdos hasta hoy; por algo
Federico García Lorca fué el poeta más celebrado de la generación del 27,
cuando integró una agrupación literaria en la que fueran luz y guía figuras de
la talla de Luis Cernuda, Rafael Alberti, Dámaso Alonso y Vicente Alexander,
entre otros colosales líricos de la poesía española de finales del siglo XIX y
principios del XX.
En leyendo a García Lorca, recorro las
páginas reveladoras de un arte poética que es a la vez popular, surrealista y
moderno, eterno, profundo y universal.
Veamos ahora algunas unidades métricas del
Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, para comprender por qué García Lorca es uno
de los autores españoles, después de Cervantes.
"La piedra es una fuente donde los
árboles gimen
sin tener agua curva ni cipreses helados.
La piedra es una espalda para llevar al
tiempo
con árboles de lágrimas y cintas y
planetas.
Ya está sobre la piedra Ignacio el bien
nacido.
Ya se acabó; qué pasó? Contemplad su
figura:
La muerte le ha cubierto de pálidos
azufres
y le ha puesto cabeza de oscuro
minotauro".
Así, Federico García Lorca, que había
nacido en 1898 en Fuente Vaqueros y fusilado durante la guerra civil española,
nos legó una poética todavía ejemplar en sus provocaciones.
Madrid.- 19 de agosto de 2024
Por Ricardo Gil Otaiza
Un puñado de autores
Releer es una gran aventura, porque es
recorrer páginas leídas y hallar en ellas el mismo placer de antes o, si es
posible, un estadio mayor de gozo
Quienes somos lectores avanzamos a cierto
ritmo con los libros que tenemos a la mano: los olfateamos y palpamos, los
asumimos como una arista de nuestra cotidianidad, nos acompañan a casi todos
lados y somos con ellos parte y todo de una misma realidad, que nos empuja a
avanzar, a seguir cierto y determinado ritmo, a otear aquí allá, a mirar de
reojo los ejemplares que otros llevan consigo, y detenernos por un instante a
sopesar lo que ellos significan para nosotros. Por supuesto, hay en esto una
suerte de intuición (o si se quiere de premonición), ya que cuando abrimos por
vez primera un ejemplar y leemos al vuelo el inicio, o algunas páginas al azar,
sabemos de entrada si ese libro es para nosotros: hay elementos que nos atrapan
irremediablemente y nos impelen a llevárnoslo bajo el brazo, y casi nunca nos
equivocamos, a pesar de que esto sea algo tan “subjetivo”.
Pero…, los viejos lectores tenemos
nuestras mañas, la experiencia nos entrega herramientas que nos posibilitan
engranarnos en la dinámica de un libro sin mayores problemas, aunque se asome
en el horizonte la nube de la decepción. Gracias a esa misma experiencia,
sabemos que la primera lectura de un libro puede resultarnos gratificante o
cuesta arriba, que muchas veces el proceso de ojeada (de echarle un ojo a un
tomo) no basta, porque hay en su interior todo un universo por descubrir, que
solo la lectura detenida puede entregarnos, de allí que a veces estemos
reticentes con respecto a leerlo o no: asumirlo en su vasta y compleja
incertidumbre, o postergar su lectura por ahora, o para siempre.
Hay circunstancias en las que nuestro
estado de ánimo no nos permite internarnos en una nueva lectura con sus
hipotéticos deslumbres y satisfacciones, y optamos por la comodidad de la
relectura: acercarnos a las obras que años atrás nos dieron grandes momentos de
felicidad, aunque haya también en eso sus riesgos, porque la relectura puede
quebrar dentro de nosotros la ilusión del pasado, al reconocer en el ahora que
el libro no es lo que creíamos que era, y sentiremos el vahído de la
frustración y la amargura. No obstante, todo avezado lector tiene en su haber
un puñado de autores y de obras de confianza, a los que regresamos sin pensarlo
dos veces, porque sabemos que en sus páginas hallaremos lo que buscamos: el
disfrute y el placer estético, espiritual e intelectual de toda buena obra.
Releer es una gran aventura, porque es
recorrer páginas leídas y hallar en ellas el mismo placer de antes o, si es
posible, un estadio mayor de gozo. Acercarnos a nuestros autores de cabecera,
por lo general pocos (un puñado), es garantía de éxito en nuestra empresa,
porque son ellos quienes a lo largo del tiempo nos han proporcionado enormes
satisfacciones, que con ellos es seguro estar, que en sus libros (a veces, no
todos) nos sentiremos cómodos y felices, porque sus rutas son las nuestras, su
estética nos deslumbra e impacta, sus historias y anécdotas son parte de
nuestra vida al estar consustanciadas en la memoria.
Lo difícil en todo esto (hay que decirlo),
es descubrir precisamente a ese puñado de autores y conocer sus coordenadas, y
en ello juegan un papel fundamental el tiempo y el hábito de la lectura, que
sedimentan en nosotros sus páginas y al retornar a ellas se encienden en
nuestro interior vislumbres de lo ya transitado, horizontes antes oteados,
huellas de un pasado que nos brindó inolvidables momentos, que podemos volver a
disfrutar en su compañía. Son esos autores los que nos sacan de apuros, los que
están siempre dispuestos a socorrernos, los que nunca nos defraudan ni nos
hacen quedar mal; los que dejaron en nosotros parte de su legado y una impronta
profunda que nos marcó para siempre.
A veces entramos con ese puñado de autores
en una especie de noria: el ir y el venir permanente y recursivo, el regodeo en
sus páginas, la reflexión a la que nos empuja una buena frase, la luz que se
enciende dentro de nosotros luego de un episodio o de alguna anécdota, la
sonrisa que se dibuja en nuestro rostro por una ocurrencia genial, por el
traspié de un personaje, o por lo absurdo que nos resulta un hecho relatado, y
que gracias a ese pacto que hacemos con el autor (la verosimilitud), lo creemos
a pie juntillas, a pesar de contravenir con estrépito las leyes naturales y de
la lógica.
Por supuesto, el puñado de escritores que
forman parte de nuestra tarea lectora y de nuestro mundo libresco, no debería
implicar el cerrarnos con hermetismo sin mirar a los lados, porque caeríamos en
una forma de endogamia que bloquearía con doble llave nuestro espectro de
opciones. Lo ideal es ir poco a poco ampliándolo, nutriéndolo, realimentándolo
con “nuevas” voces y lecturas. Ese “riesgo” de cerrarnos lo corremos, porque
nos gusta ir a lo seguro, saber que con ellos estamos en la mejor y más grata
de las compañías, que gracias a esos autores fuimos construyendo nuestra
cultura literaria, y nos ganaron para siempre.
En mi caso, ese puñado de autores es
conocido, siempre los menciono y los cito, me refugio en buena parte de sus
libros y es como estar en el paraíso: Jorge Luis Borges, Augusto Monterroso,
Ricardo Piglia, Javier Marías, Octavio Paz, Paul Auster, Mario Vargas Llosa,
Mariano Picón Salas, Rosa Montero, Franz Kafka, Enrique Vila Matas, Hermann
Hesse, Antonio Tabucchi, Milan Kundera, y otros más. El puñado crece lento…
rigilo99@gmail.com
Madrid.- 06 de agosto de 2024
Por: Gastón Segura
Aquel maldito extranjero
Quizás este par de páginas, tras los
graves acontecimientos vividos durante la semana pasada, cobren más sentido que
otras veces en su afán de recordarles una efeméride o uno de esos sucesos
curiosos con que trasponer, durante al menos diez minutos, el siniestro sainete
representado, desde hace ya demasiados meses, por nuestro gobierno. Y contra
cuanto supongan, no les voy a escribir sobre Paco Camino, muerto el pasado
martes en su finca abulense, quien formó con Diego Puerta y Santiago Martín El
Viti aquella terna del televisor en blanco y negro, cuando, por más atención
que pusiese, jamás conseguí atisbar las siempre sutiles y temerarias mañas de
la lidia, sino de Joseph Conrad, cuyo fallecimiento cumplió su centenario este
mismo sábado, entre otras razones porque, de escamotearlo, mi amigo Pepe Díaz,
filólogo atento y maestro de navegantes, me lo acabaría reprochando bajo alguna
chanza de asturianín.
Se suele señalar a Conrad como el ejemplo
de gran narrador en una lengua distinta —la inglesa— a la materna —la polaca—;
sin embargo, me basta con una mirada al pasado para encontrarme con los
comediógrafos Estacio y Terencio, que siendo de un origen alejado y hasta
relapso por su condición de esclavos al romano, escribieron en un latín
modélico, o casi en un viceversa, al emperador Marco Aurelio, latino de
nacimiento, que redactó en griego sus célebres Meditaciones (180 d.C.), para
constatar que su caso —la adopción de otro idioma para expresarse
artísticamente— no es ni único y menos novedoso, en el ya vetusto cronicón de
la gran literatura. Es más; como aquellos escritores de la Antigüedad, Conrad
se acogió al inglés por la idoneidad con su propósito: publicar en el país
donde había decidido asentarse y sobre un mundo apetecido por sus posibles
lectores: las colonias; territorios casi mitificados por los periódicos y los
novelistas británicos del momento —Haggard, Kipling, Conan Doyle, o el inmenso
Stevenson—; no en balde, estas tierras eran el esplendente blasón de su pujanza
sobre el resto de las naciones.
Ahora bien, la elección de dicho asunto,
sobradamente avalada por sus casi veinte años como empleado de navieras o como
oficial de puente —solo consta una capitanía, la del Otago, entre 1888 y 1889—
no garantizaba cuanto cada una de sus páginas demostró: al escritor marítimo
por antonomasia; basta simplemente con ojear El espejo del mar (1906) para
certificarlo. Asunto bien distinto —y quizá sea su mayor grandeza— es la
caracterización de sus protagonistas (Peter Willems, Tuan Jim, Kurtz …), fruto,
a mi parecer, de dos hechos capitales: su familiaridad con Shakespeare desde
que leyese en la infancia la traducción de su padre al polaco de Los dos
caballeros de Verona (1598), ampliada hasta la consumación cuando compre, a los
veintiún años, una edición de sus obras dramáticas por cinco chelines y la tome
como manual para dominar el inglés; y en segundo lugar y no menos importante,
su temprana vida errabunda —llegó a calificarse de «maldito extranjero»—.
Verán; aunque Conrad naciese en Berdichev —a ciento cincuenta kilómetros al sur
de Kiev— sus primeros recuerdos eran de la cárcel de Varsovia, donde su padre
permanecía preso por revolucionario hasta su destierro en Vólogda —a quinientos
kilómetros al norte de Moscú—, cuanto le acarreó, con apenas once años, la
orfandad, y su inmediata acogida por su tío materno Tadeusz Bobrowski, en Cracovia;
y desde ahí, a Lemberg para educarse. Como apenas demostrara empeño para los
estudios y mucha afición, aunque novelesca, por la mar; su tío lo envió a
Marsella con dieciséis años para que se iniciase en los oficios de la
navegación. Cuando se desembarcó definitivamente, como primer oficial del
Adowa, cuatro lustros después, el 26 de julio de 1893, no solo traerá entre la
pacotilla su pasaporte británico sino su primera novela, La locura de Almayer
(1894), y, por descontado, impreso en el alma ese sello particularísimo que
imbuirá a todos sus protagonistas: forastero en cualquier sitio.
Y aun sabiendo hoy que todos ellos no son
sino el trasunto de una anécdota escuchada en algún tabernucho portuario o
incluso conocidos por el propio novelista, Conrad siempre acometió el relato de
cada una de sus peripecias como la fuga de un pasado; y nada mejor para este
propósito de anonimato —en definitiva, de extranjería perpetua— que los lugares
donde la civilización encontraba su linde ante lo indómito. Pero cuando todos
ellos casi palpaban el ansiado borrón de su identidad, el fatum les alcanzaba
no solo para recordarles su inexorable pertenencia al lugar de donde huían sino
también para quebrantarlos shakesperianamente. Es más; les propongo que reparen
en el papel de la mujer como detonante de la catástrofe en los relatos
conradianos y su semejanza con la actuación de las damas en las tragedias del
genio de Stratford-upon-Avon.
Consecuencia de estos finales acibarados,
las novelas del polaco mostraron aquellas tierras fabuladas por las aventuras
de los otros escritores con un visaje agreste y tenebroso hasta entonces
desconocido para los lectores ingleses; un espacio límite donde, como afirmó el
propio Conrad, combaten «el egoísmo, que es la fuerza motriz del mundo, y el
altruismo, que es su moralidad»; el resto, ya saben, no es sino «el ruido y la
furia».
Acariciando ya la conclusión de estas
líneas, no me resta sino recordar a mi maestro, el gran Héctor Vázquez-Azpiri,
quien, por admiración a Joseph Conrad, se embarcó, siendo rapaz, en un
carbonero, por considerarlo imprescindible para un novelista.
Artículo publicado por el "Imparcial", el 22 de julio de 2024
*Gastón Segura, es licenciado en Filosofía por la Universidad de Valencia, Se trasladó a Madrid en 1990, donde ejerció diversos trabajos hasta que en 1990 se dedicó de lleno a la literatura.
Madrid.- 04 de agosto de 2024
Por Ricardo Gil Otaiza
La bibliofilia
Leer libros y ser bibliófilo son en sí
mismos una profesión, y es así porque tienes que dedicar tiempo y esfuerzo para
que ambas circunstancias establezcan sus propios vasos comunicantes y se
articulen, se amalgamen, se complementen...
Leo en el maravilloso Diccionario de uso
del español, de María Moliner (Gredos, tercera edición, 2017), que el vocablo
“bibliofilia” se refiere a la “afición a los libros por cualquiera de sus
méritos de contenido o de forma, o por su rareza.” Luego, cuando voy al vocablo
“bibliófilo”, hallo las siguientes acepciones: “1. Aficionado a los libros raros
y valiosos y que se dedica a coleccionarlos y a su estudio. 2. Persona muy
aficionada a los libros.” Y como si no tuviera otra cosa que hacer en casa, voy
al Diccionario de la Lengua Española (Espasa, 2001) e indago en el vocablo
“afición”, y este nos dice en su primera acepción: “Inclinación, amor a algo o
a alguien.” Vuelvo al de la Moliner para contrastar aquello y, como suele
sucederme, lo sopeso en su mayor amplitud que aquél, y esto expresa:
“Disposición permanente del ánimo de alguien por la que una cosa,
particularmente una actividad, un motivo de interés o un esparcimiento, le
gusta…”
Para no aburrirlos, y si mi cabeza (ergo,
mi comprensión) no me hace una mala jugada, deduzco que ser bibliófilo no es
necesariamente ser un lector, es decir, puedo amar y ser un furibundo
aficionado de los libros como “objetos” coleccionables por su belleza, rareza,
antigüedad (tal vez incunables), atractivo, materiales, diseños, arte,
etcétera, y jamás internarme en sus páginas, igual como podríamos hacerlo con pinturas,
cromos (que yo coleccionaba con pasión siendo niño), monedas antiguas,
postales, barajitas (o baratijas, jeje), fotografías antiguas, discos,
soldaditos de plomo (el escritor español Javier Marías los coleccionaba),
bonsáis, relojes (el escritor Augusto Monterroso coleccionaba relojes de mesa y
de arena), y paremos de contar, pero los citados diccionarios dejan
“claramente” establecido, que podrían darse también varias circunstancias: ser
bibliófilo, lector y escritor a la vez (claro, no lo expresan así: meras
conjeturas y aproximaciones de mi parte, como en una suerte de juego con las
palabras), lo que me incluye desde ciertas perspectivas: amo los libros porque
veo en ellos enormes posibilidades de salvación; sí, dije bien, salvación: del
mundo y sus circunstancias, y de mí mismo (que es lo mejor, o lo peor, ya ni lo
sé).
Podrían darse en este sentido muchas alternativas más, como, por ejemplo: ser un gran lector y no necesariamente un bibliófilo, y he conocido gente así, es más: tengo viejos amigos (escritores) que una vez que leían el libro que les interesaba, lo obsequiaban o lo dejaban en algún lugar público para que otro pudiera leerlo, eso sí; reservaban para ellos unas poquitas obras (no más de veinte) que consideraban “esenciales” para su trabajo intelectual, y si por designios de la vida al final de sus carreras académicas los sorprendía un anaquel con más de lo “debido”, les avisaban a sus colegas para que fueran a su oficina y se llevaran los libros que les apetecieran, y así quitarse de encima la enorme tribulación que les producía, hacer una mudanza con decenas de cajas de libros que eran ya un peso innecesario.
He de transigir, que conozco más gente con
la doble o triple cualidad de lector, bibliófilo y escritor, que, de las otras,
lo que implica que atesoran con esmero sus ejemplares y los leen y releen hasta
la hartura, que se hace manifiesta cuando ese lector consumado y curtido
constata que la obra le dio lo que tenía que darle, pero la conservan en las
estanterías como un preciado tesoro, y pasan y la miran de reojo, a veces
acarician su lomo, o toman el ejemplar y lo olfatean con los ojos cerrados para
así alcanzar por breves instantes el paraíso, y lo devuelven a su lugar, y por
nada de este mundo se atreverían a regalarla, o quizás algunos se vean en la
imperiosa necesidad económica de tener que ponerla en venta, sin mayor suerte,
por supuesto, y prefieren enfrentar las vicisitudes y los apretones del
bolsillo y saber que la obra sigue allí, y que no pasó a otras manos que quizás
no le darán jamás el cuidado que él le prodigó con afanoso y consumado
desvarío.
Amar los libros por lo que son y por lo
que representan en nuestras vidas (y no solo como bellos objetos culturales,
que atesoro e incremento con ellos el patrimonio), es una experiencia cuasi
sagrada, que te impacta en la interioridad y te lleva por senderos que jamás
podrías desvelar sin la participación de ellos: ser buen lector y bibliófilo
(la de escritor es sencillamente un valor agregado a aquéllas) es de una
complejidad absoluta, porque te encuentras con cuestiones rayanas en la
tontería, como por ejemplo: leer una determinada obra de tal editorial (que
puso en ella enorme cuidado y belleza) y no la otra edición de la misma obra
que también está presente en el estante, pero que no captas en ella esa empatía
y ese placer orgiástico que sí logras con la otra; aunque esa otra esté ya muy
mallugada por el uso, con algunas hojas desprendidas o rotas, y con las tapas y
el lomo bastante sobados y desvanecidos.
Leer libros y ser bibliófilo son en sí
mismos una profesión, y es así porque tienes que dedicar tiempo y esfuerzo para
que ambas circunstancias establezcan sus propios vasos comunicantes y se
articulen, se amalgamen, se complementen de tal manera, que de todo ello
resulte el placer estético e intelectual que buscas en este territorio tan
díscolo, exigente, costoso y antiguo que recibiste como herencia cultural.
rigilo99@gmail.com
Madrid.- 04 de agosto de 2024
Poesía Recitada
«La figura en la puerta» Bruno Sáenz Andrade (Ecuador)
Madrid.- 28
de julio de 2024
El día de
ayer sábado 27 de julio, se llevó a cabo la celebración del primer año de
creación de Sábados Poéticos la Nueva Barraca.
Dicho
evento se realizó en La Casa de Vacas, ubicada en el Parque del Retiro de la
ciudad de Madrid España.
La
celebración estuvo organizada por la directiva de la misma, contaron con la
participación de diez poetas, dos pianistas y una bailaora de flamenco.
El acto
transcurrió en un ambiente fraterno y lleno de espiritualidad artística, cada
artista dio lo mejor de sí, emocionando al público, que, a pesar de las
inclemencias de las temperaturas, propias del verano madrileño, llenaron el
salón principal de La Casa de Vacas.
La
directiva de Sábados Poéticos la Nueva Barraca conformada por Don Manuel
Ramírez Santos, Doña Ana María López Expósito y Don Serafín Aznar Arenaga,
agradecieron la participación de los artistas y del distinguido público y
clausuraron el evento, forjándose en un abrazo fraterno lleno de emoción por
toda la dedicación y el esfuerzo dedicado para esta maravillosa celebración.
El peso de la tradición
Augusto
Monterroso escribió fábulas, que era hasta entonces un género desahuciado, y si
bien leyó a los clásicos como Iriarte, Esopo y Samaniego, se alejó de ellos y
rompió con la tradición
Después
de varias décadas de actividad como escritor he llegado a la conclusión de que
escribir es una chifladura, y esto es válido para todas las artes, porque lo
hacemos a pesar de las grandes obras maestras que nos anteceden de siglos, y
nos reconocemos herederos de un “algo” al que tal vez nunca honraremos. Creo
que no hay mayor desafío que éste, porque el “a pesar de” lo llevamos en la
frente como un tatuaje y a la vez como una impronta, y seguimos haciéndolo con
empeño e ilusión, como si en esto se nos fuera la vida, como si el mundo
cambiará por nuestras reflexiones y escritos, aunque muchos de los cuales pasen
inadvertidos, sin pena ni gloria, lanzados al espacio infinito o tirados al mar
en una botella.
Llevamos
una pesada tradición a cuestas, y ella ostenta el canon: lo que se puede hacer
y lo que no deberíamos hacer, y esto no es más que una camisa de fuerza para
nuestro libre albedrío creador, que nos impele a seguir por insospechados
senderos: como si alguien nos esperara al final del camino con la toalla en la
mano para que nos sequemos el sudor luego de tanta fatiga. Esa tradición, muy
respetable, a veces intimida y bloquea, porque al mirarnos en ella vemos:
circunstancias, tiempo, cultura, atavismos y usanzas, pero todo cambia, se
remodela con el correr de los años, y cambia también nuestra manera de entender
y de percibir el arte.
A
nadie se le ocurriría hoy escribir una novela echando mano de la estética, así
como de las profusas y pesadas descripciones de las que hace gala Gustave
Flaubert en su Madame Bovary, por ejemplo, pero nadie podría negar que es una
gran obra, un clásico universal, y que, en teoría, por ser tal, no envejece.
Igual consideración es válida para los otros géneros literarios. Sabemos que
Michel de Montaigne es el “creador” del género ensayístico, y sus aportes son
inobjetables y sus textos son reconocidos como clásicos, pero si quienes nos
acercamos a este maravilloso género (que tanta libertad, plasticidad y
posibilidades nos otorga) lo hacemos a la manera de su creador, pues estaríamos
desfasados en el tiempo y luchando a contracorriente, porque el género ha
transitado durante siglos y en ese devenir se ha transformado hasta llegar a lo
que hoy conocemos.
Del
cuento, ni se diga: ha sido una de las expresiones literarias que más se han
transformado en los últimos cien años, y flaco beneficio le haríamos si hoy
pretendiésemos, asumiendo a rajatabla el canon y las “normas” que algunos
autores del pasado dictaron como escuela, escribir relatos a la manera de un
Edgar Allan Poe (gran maestro del género), porque sencillamente su mundo no es
el nuestro, y esos cuentos fueron escritos para causar un efecto y un impacto
terrorífico en medio de condiciones culturales, sociales y religiosas,
diametralmente opuestas a las nuestras. Hoy reconocemos su valía, los leemos
con un interés no exento de admiración, y le damos a Poe el honor de ser el
reputado padre del relato policial, pero imitarlo, o seguir al pie de la letra
su cartilla, amén de ser una soberana tontería, es no comprender la dinámica
del mundo, que arrastra consigo todo lo que está bajo el sol, y el arte no
escapa a ello.
Augusto
Monterroso escribió fábulas, que era hasta entonces un género desahuciado, y si
bien leyó a los clásicos como Iriarte, Esopo y Samaniego, se alejó de ellos y
rompió con la tradición, que dicho sea de paso echaba mano de socorridas
estratagemas para aleccionar a los lectores: generalmente el público infantil.
Las fábulas de Monterroso se alejan ostensiblemente del canon, y allí estriba
precisamente la crítica que recibió en su tiempo el autor, ya que los
estudiosos iban corriendo a los viejos libros para el cotejo, y se quedaban
sorprendidos al comprobar que dichos textos nada tenían que ver con lo que
antiguamente se hacía, y le gritaban furibundos en la prensa que aquello no
eran fábulas.
Ni
hablar de la poesía, que hizo mil pedazos la estricta versificación, así como
la cuadratura y las camisas de fuerza que imponían la rima y toda la antigua
tradición poética (de la mano de enormes figuras), para hacerse un género
complemente libre de ataduras, en el que la belleza alcanza, hoy como ayer,
elevadas cimas estéticas.
Por
supuesto, hay quienes cultivan los géneros literarios a la antigüita, reacios a
salir de la burbuja o férreos al peso de la vieja tradición, porque el fluir
del tiempo trae consigo acciones y también retroacciones, pero son los menos
(especies en extinción), y en esto incide la dinámica cultural: la lectura, los
medios, las redes, las editoriales, la crítica, la educación en sus distintos
niveles, los gustos estéticos y fundamentalmente los autores: quienes buscamos
siempre ir más allá de la raya, cerrar posibles brechas con el pasado, correr
con nuestro tiempo histórico, a pesar de la fatiga y del enorme trabajo que
esto implica.
Sí,
miramos atrás y nos nutrimos de los clásicos, por supuesto que lo hacemos: los
leemos con asombro y volvemos a ellos, son elevadas montañas y referentes, y
nos ayudan a crecer porque nos enseñan y aclaran, pero somos necesariamente
parricidas: los amamos, pero no deseamos imitarlos y rompemos las amarras que
nos atan a ellos, porque reconocemos que son lo que son, pero el arte debe
continuar su camino de búsqueda permanente, y en esto cada autor es el que
tiene la última palabra.
rigilo99@gmail.com
Madrid.- 28 de
julio de 2024
Poesía Recitada
Alejo
Gabriel Steimberg es Doctor en Teoría Literaria (UNEX), Licenciado en Letras
(UBA) y docente de francés y castellano en Bélgica. Publicó y participó en
publicaciones y festivales de poesía en Latinoamérica y Europa. Administra La
Internacional de Poesía Expatriada (grupo FB) y el blog El Teclado Excéntrico.
Madrid.- 24 de
julio de 2024
Por: Gastón Segura
Antonia Mercé a través de Gades
Hay
coincidencias que reclaman un artículo; sin ir más lejos, el sábado pasado, día
veinte, se cumplieron otros tantos años de la muerte de Antonio Gades, el más
depurado y elegante bailaor que haya dado este país, y válganos como ejemplo de
su talento e intuición su temprano Don Juan, con música de Antón García Abril y
el apoyo coreográfico de José Granero, estrenado en el Teatro de La Zarzuela,
de Madrid, allá por 1965. Gades no sumaba todavía la treintena pero, sobre el
lucimiento personal, ya aspiraba a la obra de arte; empeño, como el rigor de la
disciplina, aprendido durante sus nueve años bajo el magisterio de Pilar López,
en cuya compañía llegó a ser primer bailarín y a estrenar también su primera
coreografía sobre Ensueño (Danza Fantástica nº 2) [1919], de Joaquín Turina,
mientras interpretaba sobre escenarios de medio mundo composiciones de
Granados, de Falla, de Halffter, de Debussy y de tantos otros, junto a
bailaores de flamenco combinados con bailarinas de ballet.
No
en balde, Pilar López se había criado como bailaora durante esa época
espléndida de exaltación del nacionalismo en la música, cuando Antonia Mercé,
La Argentina, y Vicente Escudero —el otro maestro de Gades—, por distintos y
trompicados caminos sacaron a la danza popular española —y a su singularísima
enseña, el flamenco—, de las turbiedades desgreñadas de los cafés cantantes o
de las desmerecidas pausas, entre rollo y rollo, de los cinematógrafos, hasta
auparla al civilizado aplauso de los teatros, y no solo de España, sino del
resto de Europa y hasta de América; y en concreto, se señala una noche como
crucial en aquella dignificación de nuestra danza tradicional: el début del 25
de mayo de 1925, en el teatro Trianon-Lyrique, de París, de El amor brujo, con
coreografía de Escudero y actuación de ambos, que cosechó un éxito asombroso,
sobre todo si sabemos que la pieza precedente, Historia de un soldado (1917),
de Igor Stravinski, había sido abucheada, y cuando además sobre Falla, que
dirigía la orquesta, pesaban los muchos problemas ocasionados por su estreno
absoluto, en el madrileño Teatro Lara, una década antes. En fin; una velada
memorable cuyas consecuencias más inmediatas se alumbrarán un trienio más tarde
cuando Antonia Mercé ponga en pie su compañía Ballets Espagnols, en la parisina
Ópera Cómica, mientras Vicente Escudero crea su extraordinario Bailes de
vanguardia, un espectáculo nutrido de sus orígenes de bailaor vagabundo y
autodidacta, y de su empeño, desde mitad de los veinte, por frecuentar a los
artistas de Montmartre (Léger, Buñuel, Dalí, Miró…), para mostrarles sus
creaciones en aquel legendario teatrito de la Curva y asimilar sus
observaciones y ocurrencias por disparatadas que aparentasen.
En
esos mismos días, la hermana mayor de Pilar López, Encarnación, la célebre
Argentinita, por influencia de su amigo, García Lorca, y de su amante, Sánchez
Mejías, fundaba la Compañía de Baile Andaluz, que se remontaría, tras su éxito
en el Metropolitan Opera House de 1932, a la Gran Compañía de los Bailes
Españoles, donde ya figurará en lugar destacado Pilar, y no solo por su
relación fraternal, sino porque ya sumaba un quinquenio recorriendo tablados
madrileños e incluso cosechando notorias críticas desde su asociación, en 1928,
con el bailaor Rafael Ortega, primo de Manolo Caracol y, claro es, de los
legendarios toreros, los Gallo (Rafael, Fernando y Joselito). Y aunque dicho
así, pudiese antojársenos inmersa en el pintoresquismo aflamencado tan propicio
para complacerse en la esterilidad del tópico, tanto Pilar como su hermana,
Encarnación, siempre persiguieron la innovación artística, válganos al caso
citar los creadores de sus telones: los entonces jóvenes surrealistas Santiago
Ontañón, Alberto Sánchez o Salvador Dalí, o los músicos que interpretaron con
preferencia: Gustavo Pittaluga y Manuel de Falla y, claro es, sin escatimar
atención a cuanto pretendían Vicente Escudero y, desde luego, la gran adalid
del asunto, Antonia Mercé: el ennoblecimiento y la estilización de las danzas
populares españolas; ¿o acaso no recuerdan la grabación de La Argentinita, con
Lorca al piano, de Colección de canciones populares antiguas (1931)?
Pues
bien, desde que Pilar López, tras la desgraciada y prematura muerte de su
hermana en 1945, estableció compañía propia con el nombre de Ballet Español,
formó, para sustituir a los veteranos como José Greco o Rafael Ortega, una
serie de bailaores (Alejandro Vega, Mario Maya o El Güito) con una visión más
esforzada y clásica del oficio por un lado, y, por otro, con la predisposición
suficiente para incorporar de la vasta tradición española —tanto daba que fuese
plástica, literaría o musical— los ingredientes imprescindibles para una
expresión tan original y propia como, a la vez, decididamente renovadora. Y
entre todos ellos, sobresalió Antonio Gades, a quien ella misma bautizó así
para que luciese mejor y más sonoramente en los carteles.
No
obstante, sin restar una pizca de mérito a su ingenio y a sus portentosas
facultades, ni mucho menos a la mano moldeadora de Pilar López, cuanto más veo
a Gades en «El baile del Mojigondo», de Los tarantos (1963), o en la posterior
trilogía rodada por Carlos Saura —Bodas de sangre (1981), Carmen (1983) y El
amor brujo (1986)—, más me estremece cuánto debemos a Antonia Mercé, La
Argentina, pues al decir de Vicente Escudero «fue la creadora de una escuela de
baile tan propia, tan genuina, que de ella partieron y a ella vienen a parar
cuantos pretendieron o intentan dar universalidad a la danza española».
Artículo publicado por el "Imparcial", el 22 de julio de 2024
*Gastón Segura, es licenciado en Filosofía por la Universidad de Valencia, Se trasladó a Madrid en 1990, donde ejerció diversos trabajos hasta que en 1990 se dedicó de lleno a la literatura.
Madrid.- 24 de
julio de 2024
El escritor y conferencista DANIEL HABIF regresa a España para presentar su gira mundial “ASCENDER”
Daniel Habif, considerado uno de los
mejores conferencistas de habla hispana en el mundo, regresa a España.
Las entradas estarán disponibles este viernes 26 de julio a las 12:00h en planetevents.es, Ticketmaster y El Corte Inglés, a excepción de Bilbao que estarán disponibles en teatrocampos.com. No obstante, habrá una preventa de Live Nation SMusic – MC el miércoles 24 a las 12:00h y otra para los usuarios registrados de planetevents.es el jueves 25 a las 12:00h.
“Ascender
es donde la inspiración, el arte, la música en vivo, la ciencia y el alma se
funden para crear un espectáculo transformacional antes no visto. Ascender toca
lo más profundo del corazón, sacude y estremece todos los sentidos del
espectador. Los cimientos de quien participa no vuelven a ser los mismos. Cada
segundo de la experiencia es una extraordinaria montaña de emociones y, al
mismo tiempo, un entrenamiento intensivo que te lleva a tu máxima potencia. Que
no les quepa duda; habrá un antes y un después en sus mentes, un punto total de
inflexión en sus almas. Ascender será una de las mejores noches de su vida”
afirma Habif.
Sobre
Daniel Habif
El
escritor y conferencista mexicano estudió Administración, Artes Escénicas y
actualmente se encuentra cursando su tercera carrera, Psicología. Lo avalan 34
años de experiencia laboral.
Es
autor bestseller con más de 1 millón de copias de sus tres libros:
“Inquebrantables” (2019), “Las trampas del miedo” (2021) y “Ruge” (2023). Su
influencia como escritor se suma a su carrera en la comunicación, los negocios
y la publicidad. Ha realizado más de 500 conferencias, logrando vender más de
700.000 entradas en 25 países.
Ha
compartido escenario con presidentes, gobernadores, premios Nobel y líderes
internacionales como Barack Obama, Óscar Arias o Ken Segall. Ha participado en
foros como Forbes y formado parte del elenco de premios como “Person of the
Year”, "Latin Grammys", o “Latin Billboard”, entre otros.
Forma
parte del consejo directivo de Fundación Freedom, dedicada a combatir, prevenir
y concientizar sobre la trata con fines de explotación sexual de niños.
Daniel
Habif cuenta con más de 30 millones de seguidores en sus redes sociales y más
de 1.000 millones de views en su contenido.
Madrid.- 21 de julio de 2024
Por Ricardo Gil Otaiza
Un puñado de autores
Releer
es una gran aventura, porque es recorrer páginas leídas y hallar en ellas el
mismo placer de antes o, si es posible, un estadio mayor de gozo
Quienes
somos lectores avanzamos a cierto ritmo con los libros que tenemos a la mano:
los olfateamos y palpamos, los asumimos como una arista de nuestra
cotidianidad, nos acompañan a casi todos lados y somos con ellos parte y todo
de una misma realidad, que nos empuja a avanzar, a seguir cierto y determinado
ritmo, a otear aquí allá, a mirar de reojo los ejemplares que otros llevan
consigo, y detenernos por un instante a sopesar lo que ellos significan para
nosotros. Por supuesto, hay en esto una suerte de intuición (o si se quiere de
premonición), ya que cuando abrimos por vez primera un ejemplar y leemos al
vuelo el inicio, o algunas páginas al azar, sabemos de entrada si ese libro es
para nosotros: hay elementos que nos atrapan irremediablemente y nos impelen a
llevárnoslo bajo el brazo, y casi nunca nos equivocamos, a pesar de que esto
sea algo tan “subjetivo”.
Pero…,
los viejos lectores tenemos nuestras mañas, la experiencia nos entrega
herramientas que nos posibilitan engranarnos en la dinámica de un libro sin
mayores problemas, aunque se asome en el horizonte la nube de la decepción.
Gracias a esa misma experiencia, sabemos que la primera lectura de un libro
puede resultarnos gratificante o cuesta arriba, que muchas veces el proceso de
ojeada (de echarle un ojo a un tomo) no basta, porque hay en su interior todo
un universo por descubrir, que solo la lectura detenida puede entregarnos, de
allí que a veces estemos reticentes con respecto a leerlo o no: asumirlo en su
vasta y compleja incertidumbre, o postergar su lectura por ahora, o para
siempre.
Hay
circunstancias en las que nuestro estado de ánimo no nos permite internarnos en
una nueva lectura con sus hipotéticos deslumbres y satisfacciones, y optamos
por la comodidad de la relectura: acercarnos a las obras que años atrás nos
dieron grandes momentos de felicidad, aunque haya también en eso sus riesgos,
porque la relectura puede quebrar dentro de nosotros la ilusión del pasado, al
reconocer en el ahora que el libro no es lo que creíamos que era, y sentiremos
el vahído de la frustración y la amargura. No obstante, todo avezado lector
tiene en su haber un puñado de autores y de obras de confianza, a los que
regresamos sin pensarlo dos veces, porque sabemos que en sus páginas hallaremos
lo que buscamos: el disfrute y el placer estético, espiritual e intelectual de
toda buena obra.
Releer
es una gran aventura, porque es recorrer páginas leídas y hallar en ellas el
mismo placer de antes o, si es posible, un estadio mayor de gozo. Acercarnos a
nuestros autores de cabecera, por lo general pocos (un puñado), es garantía de
éxito en nuestra empresa, porque son ellos quienes a lo largo del tiempo nos
han proporcionado enormes satisfacciones, que con ellos es seguro estar, que en
sus libros (a veces, no todos) nos sentiremos cómodos y felices, porque sus
rutas son las nuestras, su estética nos deslumbra e impacta, sus historias y
anécdotas son parte de nuestra vida al estar consustanciadas en la memoria.
Lo
difícil en todo esto (hay que decirlo), es descubrir precisamente a ese puñado
de autores y conocer sus coordenadas, y en ello juegan un papel fundamental el
tiempo y el hábito de la lectura, que sedimentan en nosotros sus páginas y al
retornar a ellas se encienden en nuestro interior vislumbres de lo ya transitado,
horizontes antes oteados, huellas de un pasado que nos brindó inolvidables
momentos, que podemos volver a disfrutar en su compañía. Son esos autores los
que nos sacan de apuros, los que están siempre dispuestos a socorrernos, los
que nunca nos defraudan ni nos hacen quedar mal; los que dejaron en nosotros
parte de su legado y una impronta profunda que nos marcó para siempre.
A
veces entramos con ese puñado de autores en una especie de noria: el ir y el
venir permanente y recursivo, el regodeo en sus páginas, la reflexión a la que
nos empuja una buena frase, la luz que se enciende dentro de nosotros luego de
un episodio o de alguna anécdota, la sonrisa que se dibuja en nuestro rostro
por una ocurrencia genial, por el traspié de un personaje, o por lo absurdo que
nos resulta un hecho relatado, y que gracias a ese pacto que hacemos con el
autor (la verosimilitud), lo creemos a pie juntillas, a pesar de contravenir
con estrépito las leyes naturales y de la lógica.
Por
supuesto, el puñado de escritores que forman parte de nuestra tarea lectora y
de nuestro mundo libresco, no debería implicar el cerrarnos con hermetismo sin
mirar a los lados, porque caeríamos en una forma de endogamia que bloquearía
con doble llave nuestro espectro de opciones. Lo ideal es ir poco a poco
ampliándolo, nutriéndolo, realimentándolo con “nuevas” voces y lecturas. Ese
“riesgo” de cerrarnos lo corremos, porque nos gusta ir a lo seguro, saber que
con ellos estamos en la mejor y más grata de las compañías, que gracias a esos
autores fuimos construyendo nuestra cultura literaria, y nos ganaron para
siempre.
En
mi caso, ese puñado de autores es conocido, siempre los menciono y los cito, me
refugio en buena parte de sus libros y es como estar en el paraíso: Jorge Luis
Borges, Augusto Monterroso, Ricardo Piglia, Javier Marías, Octavio Paz, Paul
Auster, Mario Vargas Llosa, Mariano Picón Salas, Rosa Montero, Franz Kafka,
Enrique Vila Matas, Hermann Hesse, Antonio Tabucchi, Milan Kundera, y otros
más. El puñado crece lento…
Santa Cruz de
Tenerife.- 21 de julio de 2024
La inspectora María Anchieta abre su tienda online, con la serie de novelas negras que protagoniza
El personaje protagonista de la saga de novela negra creada por la escritora Dulce Xerach, abre su propia tienda online (inspectoramariaanchieta.com). De esta forma, la autora, cuya editorial La Oveja Negra, se encuentra ubicada en Colombia, facilita el acceso al universo de esta policía nacional española, a todo el mundo. En la tienda en línea no sólo podrán adquirirse las cuatro novelas, en versión impresa y digital, sino objetos relacionados con la historia, como ilustraciones, traducciones a otros idiomas, cursos o viajes, entre otros productos. Además, las librerías tradicionales podrán realizar también sus pedidos de libros, a través de esta página.
El
palabras de la propia autora, la creación de este universo online a nombre de
la Inspectora María Anchieta responde a “la revolución digital en el sector del
libro, ya que la demanda de bienes culturales está cambiando y se han generado
nuevas formas de consumir cultura, a través de las pantallas de móviles,
tabletas y ordenadores”. Añade Dulce Xerach que esta realidad “abre un nuevo
abanico de posibilidad e innovación que cambia a gran velocidad y que exige
políticas nuevas, sobre todo, culturales.
Ciudades
de novela negra
La
inspectora María Anchieta es una policía nacional española que ha encontrado un
hueco entre los protagonistas de series de novela negra. La escritora Dulce
Xerach, que también es abogada y doctora en Arquitectura, construye, entre sus
personajes, uno muy especial, la ciudad en la que se desarrolla la acción. Sao
Paulo, Londres, Hong Kong y Venecia han sido los escenarios, con vida propia
gracias al conocimiento que de ellas tiene la escritora, de las cuatro novelas:
Robo en São Paulo, Asesinato en una playa de Londres, Secuestro en Hong Kong y Muerte en la Bienal
de Venecia.
Esta
última novela sitúa la acción en un entorno que conoce muy bien Dulce Xerach,
al haber participado en el montaje de numerosas instalaciones artísticas a lo
largo de los años, en la Bienal de Venecia. La autora muestra los entresijos de
un evento de esta importancia, los problemas logísticos y las decisiones que se
tomaron en torno a los pabellones ruso y ucraniano, así como las dificultades
que experimentaron los artistas al estallar la guerra, un momento en el que
Xerach se encontraba, precisamente, en la Bienal.
Defensora del patrimonio arquitectónico e industrial
La
autora Dulce Xerach, nacida en Tenerife en el año 1969, es una mujer
multifacética, tal como lo es el personaje de María Anchieta. Escritora,
abogada y doctora en Arquitectura, ha ejercido, y continúa haciéndolo, una
defensa activa del patrimonio arquitectónico e industrial de valor histórico y
cultural. En este sentido, es presidenta de la Asociación de Amigos de El
Tanque y lideró también el Círculo de Bellas Artes de Tenerife. También
escribe, de forma semanal, artículos relacionados con la arquitectura en los periódicos
El Día y La Provincia, además de ensayos como Arquitectura con Derecho(s),
editado por Fundación Arquia, en el año 2020.
La
Inspectora Anchieta
La
inspectora de policía María Anchieta vive y trabaja en Tenerife. Es políglota,
resuelta e individualista. Ya no vive sola junto al mar, sino que acaba de
casarse con Pedro Pataki y viven en La Laguna, ciudad patrimonio de la
Humanidad, aunque ella nació en el País Vasco. Una policía que, como marca la
tradición literaria entre sus compañeros masculinos, es dura por fuera, pero
tierna por dentro. Corre todas las mañanas que puede, hace prácticas de tiro y
nada en el océano. Y, a partir de ahora, gestiona también su propia tienda
online.
Poesía Recitada
«Antífona del
otoño en el Valle del Bierzo» Juan Carlos Mestre (España)
Madrid.- 15 de julio de 2024
Por Ricardo Gil Otaiza
El peso de la tradición
Augusto
Monterroso escribió fábulas, que era hasta entonces un género desahuciado, y si
bien leyó a los clásicos como Iriarte, Esopo y Samaniego, se alejó de ellos y
rompió con la tradición
Después
de varias décadas de actividad como escritor he llegado a la conclusión de que
escribir es una chifladura, y esto es válido para todas las artes, porque lo
hacemos a pesar de las grandes obras maestras que nos anteceden de siglos, y
nos reconocemos herederos de un “algo” al que tal vez nunca honraremos. Creo
que no hay mayor desafío que éste, porque el “a pesar de” lo llevamos en la
frente como un tatuaje y a la vez como una impronta, y seguimos haciéndolo con
empeño e ilusión, como si en esto se nos fuera la vida, como si el mundo
cambiará por nuestras reflexiones y escritos, aunque muchos de los cuales pasen
inadvertidos, sin pena ni gloria, lanzados al espacio infinito o tirados al mar
en una botella.
Llevamos
una pesada tradición a cuestas, y ella ostenta el canon: lo que se puede hacer
y lo que no deberíamos hacer, y esto no es más que una camisa de fuerza para
nuestro libre albedrío creador, que nos impele a seguir por insospechados
senderos: como si alguien nos esperara al final del camino con la toalla en la
mano para que nos sequemos el sudor luego de tanta fatiga. Esa tradición, muy
respetable, a veces intimida y bloquea, porque al mirarnos en ella vemos:
circunstancias, tiempo, cultura, atavismos y usanzas, pero todo cambia, se
remodela con el correr de los años, y cambia también nuestra manera de entender
y de percibir el arte.
A
nadie se le ocurriría hoy escribir una novela echando mano de la estética, así
como de las profusas y pesadas descripciones de las que hace gala Gustave
Flaubert en su Madame Bovary, por ejemplo, pero nadie podría negar que es una
gran obra, un clásico universal, y que, en teoría, por ser tal, no envejece.
Igual consideración es válida para los otros géneros literarios. Sabemos que
Michel de Montaigne es el “creador” del género ensayístico, y sus aportes son
inobjetables y sus textos son reconocidos como clásicos, pero si quienes nos
acercamos a este maravilloso género (que tanta libertad, plasticidad y
posibilidades nos otorga) lo hacemos a la manera de su creador, pues estaríamos
desfasados en el tiempo y luchando a contracorriente, porque el género ha
transitado durante siglos y en ese devenir se ha transformado hasta llegar a lo
que hoy conocemos.
Del cuento, ni se diga: ha sido una de las expresiones literarias que más se han transformado en los últimos cien años, y flaco beneficio le haríamos si hoy pretendiésemos, asumiendo a rajatabla el canon y las “normas” que algunos autores del pasado dictaron como escuela, escribir relatos a la manera de un Edgar Allan Poe (gran maestro del género), porque sencillamente su mundo no es el nuestro, y esos cuentos fueron escritos para causar un efecto y un impacto terrorífico en medio de condiciones culturales, sociales y religiosas, diametralmente opuestas a las nuestras. Hoy reconocemos su valía, los leemos con un interés no exento de admiración, y le damos a Poe el honor de ser el reputado padre del relato policial, pero imitarlo, o seguir al pie de la letra su cartilla, amén de ser una soberana tontería, es no comprender la dinámica del mundo, que arrastra consigo todo lo que está bajo el sol, y el arte no escapa a ello.
Augusto
Monterroso escribió fábulas, que era hasta entonces un género desahuciado, y si
bien leyó a los clásicos como Iriarte, Esopo y Samaniego, se alejó de ellos y
rompió con la tradición, que dicho sea de paso echaba mano de socorridas
estratagemas para aleccionar a los lectores: generalmente el público infantil.
Las fábulas de Monterroso se alejan ostensiblemente del canon, y allí estriba
precisamente la crítica que recibió en su tiempo el autor, ya que los
estudiosos iban corriendo a los viejos libros para el cotejo, y se quedaban
sorprendidos al comprobar que dichos textos nada tenían que ver con lo que
antiguamente se hacía, y le gritaban furibundos en la prensa que aquello no
eran fábulas.
Ni
hablar de la poesía, que hizo mil pedazos la estricta versificación, así como
la cuadratura y las camisas de fuerza que imponían la rima y toda la antigua
tradición poética (de la mano de enormes figuras), para hacerse un género
complemente libre de ataduras, en el que la belleza alcanza, hoy como ayer, elevadas
cimas estéticas.
Por
supuesto, hay quienes cultivan los géneros literarios a la antigüita, reacios a
salir de la burbuja o férreos al peso de la vieja tradición, porque el fluir
del tiempo trae consigo acciones y también retroacciones, pero son los menos
(especies en extinción), y en esto incide la dinámica cultural: la lectura, los
medios, las redes, las editoriales, la crítica, la educación en sus distintos
niveles, los gustos estéticos y fundamentalmente los autores: quienes buscamos
siempre ir más allá de la raya, cerrar posibles brechas con el pasado, correr
con nuestro tiempo histórico, a pesar de la fatiga y del enorme trabajo que
esto implica.
Sí,
miramos atrás y nos nutrimos de los clásicos, por supuesto que lo hacemos: los
leemos con asombro y volvemos a ellos, son elevadas montañas y referentes, y
nos ayudan a crecer porque nos enseñan y aclaran, pero somos necesariamente
parricidas: los amamos, pero no deseamos imitarlos y rompemos las amarras que
nos atan a ellos, porque reconocemos que son lo que son, pero el arte debe
continuar su camino de búsqueda permanente, y en esto cada autor es el que
tiene la última palabra.
rigilo99@gmail.com
Madrid.- 15 de julio de 2024
«Bello
es el riesgo» Marcela Duque «Colombia»
https://www.youtube.com/watch?v=rAiIKJ2i2Vw
Madrid.- 10 de julio de 2024
Por: Gastón Segura
Agrio homenaje a un prodigio
—Políticos,
putas y edificios feos se vuelven respetables si duran lo suficiente.
Esta sentencia, tan irrebatible, pronunciada por un cachazudo John Huston durante aquel almuerzo en el Rancho del Cruce, me ha acompañado desde que hace unos cuarenta y ocho años, un jueves con la tarde ya vencida, me acomodé ante la enorme pantalla del Cine España de mi pueblo para contemplar por primera vez Chinatown (1974), de Roman Polanski. Luego, cuantas veces he tenido la oportunidad, he vuelto a repetirlo, para sumar casi tantas como años han trascurrido desde aquella noche y sin que en ninguna de ellas, desde que suena el solo de trompeta de Uan Rasey sobre el goteo de las notas de piano y los créditos amarillentos van ascendiendo sobre el fondo sepia, haya sido capaz de sustraerme a la cruda lección de humanidad que venía a continuación, hasta quedar siempre estremecido a doscientos metros del 1712 de la calle Alameda, de Los Ángeles, donde Walsh (Joe Mantell) empuja a Gittes (Jack Nicholson) para apartarlo del Packard blanco, en el que Evelin Mulwray ha sido atravesada por un balazo de un 38 special de dos pulgadas, mientras le murmura ese punto y final devastador:
—Olvídalo,
Jake; esto es Chinatown.
Ese lugar donde nada es como aparenta y cuanto intentemos para averiguar su trasfondo, solo puede ocasionarnos una catástrofe, porque como le advirtió, sin cambiar su flemático gesto, Noah Cross —o sea, John Huston—, durante aquel almuerzo, a Jake Gittes:
—Usted
cree saber lo que maneja, pero, hágame caso, lo ignora.
Como
nos sucede a tantos frente a los titulares de los periódicos cada mañana:
creemos adivinarlo todo y, pasado un lustro, descubrimos que apenas atisbábamos
una mínima muestra de cuanto se cocía.
Esta
es la moraleja universal de un film que comenzó, tres años antes de su rodaje,
cuando el guionista Robert Towne, con un juego de manos, le permutó el encargo
de adaptar El gran Gatsby (1925), de Scott Fitzgerald, al dinámico y poderoso
Bob Evans, productor ejecutivo de la Paramount, por la dramatización de un
argumento que venía macerando desde que su mujer se interesó por el conflictivo
desvío de las aguas del valle Owens para abastecer a Los Ángeles, entre 1907 y
1913, y la consiguiente Guerra del Agua, cuando aquel se secó en 1924, mientras
el valle de San Fernando, colindante con la ciudad al norte, se había
convertido en un vergel y, a la postre, en el más codiciado terreno para su
expansión urbana. Solo que Towne supo trasladarlo hasta los años treinta y unir
al autor de todo aquel monumental timo, el prócer angelino William Mulholland,
con los posteriores especuladores beneficiados por su acueducto, al
encarnarlos, al primero, en el bondadoso Hollis Mulwray y, a los segundos, en
el torvo Noah Cross.
Y
ni por lo más lejano, Towne podía entonces imaginar que su libreto sería
premiado con un Oscar, un Globo de Oro y hasta un Bafta, por cuanto se lo
consideró durante algunas décadas como el mejor realizado por Hollywood, y aún
hoy continúa siendo ineludible en las escuelas de cine norteamericanas.
Indudablemente a tal distingo contribuyó la factura final de la película,
procurada por Bob Evans al rescatar de Europa a Roman Polanski como su
director, pese a su renuencia a pisar los EEUU tras el macabro asesinato de
Sharon Tate. Entre tanto; Polanski ya conocía el proyecto por su amigo Jack
Nicholson, uno de los máximos alentadores de Towne durante su escritura, al
extremo de apropiarse anticipadamente del protagonista e incluso bautizarlo
como su querido productor Harry Gittes; por su parte, el cineasta polaco no se
decidió a regresar a Los Ángeles hasta recibir de la Paramount una oferta
irrechazable. Y como deseaba Evans, le imprimió su sello: tras ocho semanas de
trabajo con el guionista, en las que reorganizaron el primer y torrencial
texto, con la supresión de personajes y situaciones hasta disponerlo de tal
modo que la acción se siguiese por la mirada del detective, incluyendo a Gittes
en todas las secuencias; es más, el inquieto Polanski se ingenió el tajante
final, contra el acordado y escrito con Towne, para rematar el film con una
hiriente causticidad. A la par; Evans contrató de urgencia para la banda sonora
a Jerry Goldsmith mientras sustituía, por sus desavenencias conyugales, a Alice
MacGraw por Faye Dunaway para el papel de Evelin Mulwray, defendida firmemente,
sobre las otras candidatas, por Polanski; aunque, durante el rodaje y como
había previsto Evans, mantuviesen más de un estrepitoso encontronazo. A pesar
de eso, Polanski no se había equivocado porque Faye Dunaway con John Huston,
encarnando a un imperturbable Noah Cross, acrecentaron, secuencia a secuencia,
la intensidad interpretativa muy por encima del siempre presente Jack
Nicholson, hasta tejer ese descenso hacia la estruendosa sordidez, y convertir
a Chinatown en una narración tan inclemente como universalmente ejemplar.
Por
todo esto y por su impecable ambientación, o por sus juegos de palabras, como
el célebre, cabe el estanque de la mansión de los Mulwray, con el jardinero
japonés, o, incluso, por sus homenajes pasajeros, como el rendido a Cien años
de soledad (1967) con los Apartamentos El Macondo; Chinatown desprende ese halo
al alcance solo de los prodigios.
Pues
bien; hace quince días se cumplió el cincuentenario de su estreno por la
Paramount, y el lunes pasado falleció Robert Towne en Los Ángeles. Conste, con
este par de páginas, mi emocionado agradecimiento.
Artículo publicado
por el "Imparcial", el 09 de julio de 2024
*Gastón Segura, es licenciado en Filosofía por la
Universidad de Valencia, Se trasladó a Madrid en 1990, donde ejerció diversos
trabajos hasta que en 1990 se dedicó de lleno a la literatura.
Madrid.- 10 de
julio de 2024
FESTIVAL MUNDIAL DE
POESÍA EN VENEZUELA
Bajo
el lema "Esto, palabra, eres" será
homenajeado Leonardo Gustavo Ruiz (Barinas,
1959). Poeta, ensayista y promotor cultural. Fue miembro del grupo Caín de
Mérida y fundador de las revistas Letra Continua y Vértice de Barquisimeto.
Algunas de sus obras son: Heráclito / Caín (1999); Libro de muertos (1999); Las
proezas de Solo (2001); Extravíos y direcciones (notas sobre poesía y cultura)
(2000); Poetas, poetisas y otras anomalías (2003); El ambiente y nosotros
(2004); Fragmentos de un libro del poeta perdido (2004).
Participaran
los poetas invitados: Maricruz
Méndez, de Paraguay; Benjamín León, de Chile y Armando Maldonado, de Honduras;
mientras que, en representación de los poetas locales, intervendrán: Marisol
Pérez Melgarejo, Adolfo Segundo Medina, Fredy Araque y Moisés Duran, entre
otros; además, cabe resaltar la intervención de voces nuevas como: Rosalinda
Garí, Leonardo Rosales, Jhon Araujo, José Luis Oropeza y José Manuel Velasco.
Tenerife.- 09 de julio de 2024
Por Ricardo Gil Otaiza
Micro reseñas
Rara vez la
relectura me empuja a abandonar definitivamente a un libro, o a denostar de un
autor, y cuando ha sucedido me digo, no sin razón, que ello se debe a las
nuevas circunstancias bajo las cuales he regresado a la obra
Hablando
de brevedad, estoy desarrollando lo que podría definir como micro reseñas en
las redes (específicamente en Instagram), con el fin de que aquellos que deseen
conocer una obra representativa de un determinado autor, puedan hacerlo en
pocos segundos y se “empapen” de lo que el libro o el autor significan en
nuestro contexto venezolano, o en el mundo, independientemente de la lengua, ya
que me adentro en diversos libros de autores que de algún modo han dejado una
impronta profunda en las letras.
Hasta ahora llevo relativamente pocas reseñas
(45 en total), pero a pesar de la brevedad, o precisamente por ella, el trabajo
es lento y detenido, si se quiere complejo, porque no es del todo fácil
conjuntar y amalgamar en pocas palabras lo que cada obra representa, y mucho
menos la trayectoria de cada una de esas luminarias. En realidad, mi proyecto
es reseñar todos aquellos libros y autores que de alguna manera me han marcado
como lector, y transmitir o traspasar esa experiencia (si es que esto es
posible) a quienes leen el texto y que esto los impulse a buscar la obra y
leerla, o a bajarla de la estantería si es que allí duerme sin atención alguna,
e internarse en su territorio.
Llevo
muchos años haciendo la tarea de reseñista y de crítico literario, lo que me
permite no perderme abiertamente en los entresijos de obras densas, o de
difícil acceso para el lector común, y centrarme en sus aspectos más relevantes
y sin caer en lo que hoy llamamos “spoiler”, o revelación del contenido, lo que
obviamente desalienta al lector porque pierde de un plumazo esa tensión
inherente a ir descubriendo los nudos de las tramas, y avizorar por su propia
cuenta un hipotético final, lo cual es parte fundamental del gozo de una obra.
Yo en lo particular me molesto mucho cuando esto sucede, y a veces son los
propios editores quien caen en la tentación de hacerlo en las contratapas de
los libros, lo que, a mi manera de entender el hecho literario, es un verdadero
abuso.
El
criterio de selección de estos 45 libros que van hasta hoy, no ha sido metódico
ni mucho menos científico, sino que llego a la estantería, miro los libros y la
intuición me lleva a estirar el brazo y tomar el libro que en ese instante me
llame la atención, y lo hago así porque soy un lector sin método y sin orden,
leo lo que cae en mis manos sin mayores consideraciones de otra naturaleza, y
créanme, me ha dado resultado, porque me quita de encima el peso de la culpa al
no llevar un registro de las obras, a no tener los ejemplares clasificados
según tendencias o géneros, a ser compulsivo en lo literario, lo que en cierta
medida es un “orden”, es decir, mi propio orden, ya que sé de memoria en dónde
está cada ejemplar, qué falta en un espacio hallado en el anaquel, y procedo en
consecuencia a retornar a su lugar el faltante, que mi memoria atesora en una
suerte de nube.
Obviamente,
a pesar del desorden que les he comentado, cada reseña sí lo tiene, porque ello
responde a razones de orden argumental y hermenéutico, por lo que deberán estar
en ella todos los elementos que les permitan a los lectores tener una visión
panorámica de la obra y del autor, porque de lo contrario sería
contraproducente, ya que los llevaría a imprevisibles equívocos que serían
imperdonables, porque una reseña presenta una obra, nos invita a conocerla, nos
tiende una mano para que juntos avancemos sin tropiezos en sus senderos, y de
alguna manera nos la pone en las manos.
Las
reseñas buscan ser objetivas per se, pero están escritas por un lector y
escritor y ello trae consigo gustos y preferencias, y es lógico que suceda.
Quienes reseñamos y criticamos libros y autores tenemos muy afilados los dardos,
lo que a veces nos lleva por agrestes caminos que no son convenientes, y es así
como buscamos hacerlo tratando en la medida de nuestras posibilidades
deslastrar los textos de supuestas inquinas, odios y preconcepciones, para
acercarnos a las obras con mirada sincera y abierta al hecho universal de la
literatura.
En
el presente caso, todas las micro reseñas que he publicado en mi cuenta de
Instagram (una_linea_indecisa), responden a libros y autores que han sido parte
de mi formación como lector y escritor, y a los que atesoro con inmenso cariño
y gratitud, son libros de cabecera, obras a las que regreso permanentemente y
las releo con el gusto de siempre y hallo cada vez nuevos elementos que
sedimentan mis opiniones y mis gustos. Rara vez la relectura me empuja a
abandonar definitivamente a un libro, o a denostar de un autor, y cuando ha
sucedido me digo, no sin razón, que ello se debe a las nuevas circunstancias
bajo las cuales he regresado a la obra, a mi estado de ánimo, a la pérdida de
algunos referentes, y hasta el paso del tiempo, que cambia nuestra mirada de la
vida y del mundo, y de sus difíciles circunstancias.
He
reseñado, entre otras: Un hombre en la oscuridad de Paul Auster, Libro del
desasosiego de Fernando Pessoa, Travesía del horizonte de Javier Marías,
Delirio de Laura Restrepo, La noche del oráculo de Paul Auster, La llama doble.
Amor y erotismo de Octavio Paz, El último encuentro de Sándor Márai, La fiesta
del Chivo de Vargas Llosa, El lobo estepario de Hermann Hesse, Mi camino de Edgar
Morin, Cien años de soledad de García Márquez, El Quijote de Cervantes, Los
detectives salvajes de Bolaño y Los buscadores de oro de Monterroso.
rigilo99@gmail.com
Santa Cruz de Tenerife.- 09 de julio de 2024
TEA Tenerife Espacio de las Artes celebra el sábado 13, de 11:00 a 20:00 horas, Pliegue 7: Fenómenos costeros. Encuentro de autoedición en Tenerife, una jornada dedicada a la autoedición y a los nuevos formatos del libro. Este evento, que es de acceso libre, incluye además de la feria de autoedición diferentes acciones para todos los públicos que van desde talleres hasta encuentros, presentaciones, charlas y una sesión de Djs.
Esta jornada
-organizada por del programa público de TEA Onda Corta. Laboratorio de
documentación junto a La Raya- estará dedicada a celebrar la autoedición y la
cultura queer y en ella se recogen nuevos formatos del libro, acciones y
reflexiones sobre cómo el colectivo LGBTQ+ ha sido y es un motor vital para la
innovación cultural desde los márgenes hasta el mainstream. Además en esta
edición, Pliegue se centra en el concepto de suerte desde una perspectiva queer
y decolonial.
Evocando
el número 7 como símbolo de fortuna, el encuentro examina cómo las identidades
canaria y queer están entrelazadas con una suerte "diferente". La
belleza de ser o formar parte de un paraíso que puede ser percibido como
“anómalo” o fuera de la norma, donde la suerte puede ser tanto un beneficio
como una fragilidad. Es por eso que en esta edición de Pliegue se quiere
fomentar estrategias a través de la autoedición de las manos de gente experta
en la resistencia a la fagocitación de las identidades. Una edición de Pliegue
que se asemeje a un fenómeno costero, que navegue la incertidumbre, y nos
salpique con cambios necesarios y una fortuna sostenida.
Pliegue
7: Fenómenos costeros es una jornada dedicada a celebrar la autoedición y la
cultura queer, recogiendo nuevos formatos del libro, acciones y reflexiones
sobre cómo el colectivo LGBTQ+ ha sido y es un motor vital para la innovación
cultural desde los márgenes hasta el mainstream. En su séptima edición, Pliegue
se centra en el concepto de suerte desde una perspectiva queer y decolonial.
Se
estructura alrededor de un evento principal, la feria de autoedición, en torno
a la que irán teniendo lugar actividades a lo largo de la jornada del 13 de
julio.
Tenerife.- 01 de julio de 2024
Por Ricardo Gil Otaiza
La entrevista
En
Viaje al centro de la fábula hallamos a Monterroso en todo su esplendor
intelectual y sensitivo, y si bien es cierto que sabe eludir con gracia algún
tópico que no es de su interés, no teme enfrentarse a las interrogantes
En
el año 2000, cuando salió a la calle el libro Viaje al centro de la fábula
(Alfaguara), del autor guatemalteco nacido en Tegucigalpa, Augusto Monterroso,
nunca me había planteado la posibilidad de la entrevista como género literario
y con todas las de la ley, y fue este autor quien no dudó en calificar a este
libro como parte de su obra literaria, “como uno de los míos” (solía afirmar),
y su atrevimiento fue al extremo al afirmar sin rubor que “La entrevista es el
único género literario que ha inventado nuestra época”, cuestión debatible
desde muchos ángulos, pero no deseo adentrarme en ello, sino analizar, de
manera somera, las enormes bondades del género como tal, para aquellos quienes
nos adentramos en los agrestes territorios de lo literario, una vez concluida
la enésima lectura de este espléndido libro que jamás decepciona.
Si
vamos al territorio de lo fáctico, la afirmación monterroseana no parece ser
una de sus ironías o sarcasmos, o de sus tantas humoradas a las que nos tiene
acostumbrados en su obra (que abarca el cuento, la novela, la fábula, el
ensayo, los artículos, el diario, las memorias y la entrevista), sino algo que
está en correspondencia con su propia experiencia literaria, ya que cuando nos
acercamos a este curioso libro podemos percibir, con absoluta claridad, que en
él se muestra en toda su vasta y díscola personalidad, que su celebrado genio
se hace presente con desparpajo y libertad, y deja muchas veces perplejos a los
entrevistadores (la mayoría de los cuales son también autores literarios) con
sus ocurrencias y salidas, con su manera de pensar y de expresarse que no busca
dictar cátedra, sino discurrir con honestidad acerca del tópico planteado, quedando
siempre las puertas abiertas para la libre interpretación por parte de los
lectores.
En Viaje al centro de la fábula hallamos a Monterroso en todo su esplendor intelectual y sensitivo, y si bien es cierto que sabe eludir con gracia algún tópico que no es de su interés, no teme enfrentarse a las interrogantes y abre su corazón sin que ello implique tristeza o dolor: siempre saltando adelante, haciendo la mejor representación de su noción literaria, que no suele estar en correspondencia con lo establecido por el canon, sino que se reinventa a cada instante, arguye con talento y sencillez, defiende con ardor sus causas, asume posturas lejanas a la vanagloria personal, para mostrarse profundamente humano y cercano, lo que a todas luces engancha al lector, quien se adentra con inmenso disfrute.
Cuando
leemos cada una de las entrevistas, que son diez, logramos entender por qué
asume todo aquello como un género literario: su participación no es para
salirle al paso a quien lo increpa y así ganar la batalla intelectual a la que
se ve sometido, sino para poner sobre la mesa todo lo que para él ha
significado asumirse y ser un escritor, adentrarse en cada género y darle
aportes: renovar el cuento (y hacer de él una impecable expresión minimalista),
revivir con éxito la fábula (que era un género casi extinto), hacer del ensayo
literario algo cercano y amigable (que suele ser muchas veces árido y tarea
solo de eruditos), y convertir una entrevista en un espacio para el goce y el
disfrute, que la leamos con la misma fruición estética como lo hacemos con cada
uno de sus relatos y fábulas, y que ella nos permita dar el salto a su obra
entera o a otros autores.
Viaje
al centro de la fábula es una experiencia notable, es como si tuviéramos frente
al autor y desde su butaca nos involucre en su mundo creativo, nos lleve por
los senderos recorridos y seamos testigos de excepción de todo aquello que le
permitió alcanzar notoriedad y brillo. Es, sin más, como estar en un taller
literario y allí poder escudriñar en sus materiales de trabajo, acercarnos a
sus influencias y referentes, es verlo trajinar cada página y cómo logra
superar con estoicismo y esfuerzo su condición de pobreza y el carácter
autodidacta que lo marcó desde joven, hasta alcanzar la erudición y la cátedra
universitaria, es poder charlar con alguien cercano y querido, conocer sus
trucos y sus manías; es recorrer con él en cada página: épocas, buenas y malas
experiencias, anhelos y triunfos, anécdotas jocosas, viajes y exilios, y
algunas historias no tan risueñas.
El
Monterroso de estas entrevistas está distendido, disfruta con las respuestas
dadas aunque no le guste o no comprenda alguna de las preguntas, sabe que se
mueve como pez en el agua y que sus puntos de vista podrán o no acercarse a la
verdad o a lo objetivo, eso no importa, pero mueven al entrevistador y nos
mueven a nosotros, nos llevan por veredas oscuras, pero siempre abrirá una
ventana a través de la cual entrará un espléndido rayo de luz, porque así es
nuestro autor:
amigable
y al mismo tiempo satírico e irónico, serio pero también perspicaz y con el
humor por delante, denso en sus planteamientos, pero también horizontal y
próximo, respetuoso del establishment, aunque rompedor de esquemas y de
conceptos asumidos, tímido y a veces inseguro cuando escribía, pero certero
cuando entregaba una página a la prensa y a la imprenta, sencillo y poco dado a
mostrarse y regodearse de sus logros, pero el mismo que se alegraba cuando veía
en la página estampado en letra de molde su nombre, porque sabía que azuzaba en
sus enemigos (y también en sus amigos) la “sana” envidia.
rigilo99@gmail.com
Madrid.- 25 de
junio de 2024
El humorista de la
alegoría
Entre
la marejada de sucesos nacionales e internacionales, en algún momento de
sosiego, habrán sabido que este mes se ha cumplido el centenario de la muerte
de Franz Kafka, en el sanatorio vienés de Kierling; el único novelista del
pasado siglo cuyo adjetivo derivado, kafkiano, designa una circunstancia humana
universal, incluso —y he ahí lo admirable— anterior a su propio nacimiento. En
realidad; tras Shakespeare no ha habido otro literato —ni tan siquiera
pensador— que haya sido más certero para definir los efectos del poder sobre (o
contra) el hombre; y si el genio de Stratford-upon-Avon nos diseccionó escena a
escena la seducción corrosiva con que tal pulsión obra en el alma humana;
Kafka, sin duda por su empleo de diligente administrativo en una compañía de
seguros, la revirtió y supo plasmar en todas sus novelas la angustiosa y
ofuscadora situación donde se halla el individuo cuando se enfrenta —sea por la
causa más nimia o por la más rotunda e inapelable— a ese laberinto inextricable
y a la vez solemnísimo con que se nos ha presentado siempre el poder. Y ya ha
podido maquillarse en la actualidad con luminosas y funcionales dependencias,
donde comprensivos funcionarios atienden al ciudadano con una amable sonrisa
que, luego, siempre asoma un pulcro y amargo reglamento con una línea
demoledora de cualquier esperanza. La secuencia siguiente de sobra la conocen:
el individuo se halla en mitad de la acera, desolado y cada vez más
empequeñecido, ante la mirada indiferente de los transeúntes.
Ese
anonadamiento, ese terror blanco y vacío, sentido por todos en más de una
ocasión, nadie como Kafka, ni antes ni después, fue capaz de plasmarlo en un
relato; por ejemplo, en El proceso (1925) o en El castillo (1926) —ambos
títulos póstumos e inconclusos—, y la huella de estos y el resto de sus
cuentos, en cuanto fueron difundidos por doquier, impregnó profundamente tanto
a la literatura como al otro gran arte narrativo: el cine. Pues como ejemplo
claro de kafkianidad recuerdo la siempre asombrosa y estremecedora —tanto que
la censura en España le añadió una coda final en off para no espantar al
público— El ladrón de bicicletas (1948), de Vittorio de Sica y Cesare
Zavattini; ¿o cómo no calificar de kafkianas algunas películas de David Linch
como Cabeza borradora (1977), o Twin Peaks (1992), o Carretera Perdida (1997);
incluso en superior grado a la portentosa adaptación fílmica de El Proceso por
Orson Welles, en 1962? ¿Y acaso El tercer hombre (1949), de Carol Reed, no debe
a Kafka su embrujo narrativo o aquellos turbios doctor Winkel y el barón Kurtz?
Aunque, al cabo de los años, permítanme que considere Sombras y niebla (1991),
de Woody Allen, la más kafkiana de las películas que haya visto, tanto por su
trama —un explícito homenaje, comenzando por el protagonista, llamado Kleinman;
o sea, el Josef K (o simplemente K) del par de novelas anteriormente citadas—
como por urdirse con los dos elementos sustanciales de la narrativa del judío
praguense: el humor y la alegoría.
Si Kafka tuvo la genialidad de optar por ese subgénero llamado alegoría —eso sí; sin una empalagosa moraleja como bordón— para tramar sus relatos más significados, exonerándolos de todo marco temporal y geográfico para convertirlos en sobrecogedoras parábolas universales, desvelando, con este ejercicio, una faz de la angustia humana común a todas las épocas; su otra argucia, el humor, es algo que ya desconcertó a sus propios amigos, como escribió Max Brod, cuando les leyó La metamorfosis (1915). Su ironía —o más bien, su sarcasmo— sobre la trágica tribulación humana me resultó cuando la leí por primera vez —y aún hoy— inalcanzable; mi alemán entonces era inexistente y ahora es ridículo, y sin un dominio profundo de esa lengua es imposible captar tan particular característica; es más, no conozco traducción al español capaz si quiera de insinuarla. Aunque añadiré en disculpa de los traductores que incluso sus amigos del Enge Prager Kreis lo miraban entre incrédulos y atónitos cómo les recitaba con una sonrisa e incluso con alguna ocasional carcajada las cuitas de Gregorio Samsa al despertarse convertido en un horrible y aparatoso insecto. Pero como si no le fuese suficiente con sus escritos, él mismo encarnó el cruel sarcasmo durante sus últimos días en aquella clínica de las afueras de Viena, cuando, siéndole ya imposible digerir cualquier alimento que no fuese líquido, corregía las pruebas de imprenta de Un artista del hambre (publicado por primera vez en 1922) para la editorial berlinesa Die Schmiede; y si les cabe alguna duda sobre esta —no sé si calificar de macabra— coincidencia, lean el cuento y quedarán estremecidos.
En
efecto; Kafka, hasta en sus últimos instantes, fue el genio que elevó a gran
literatura los tradicionales chistes judíos, donde su narrador —Isaac, Salomón,
Mordecai…— sufre una inoportuna desgracia que, en su enrevesado patetismo, no
consigue sino desternillarnos de la risa. Es una de las más singulares virtudes
de ese pueblo —especialmente de los askenacíes—: su capacidad para la burla; y
para ser esta inteligente, debe comenzar por ejercerse sobre uno mismo; me
basta recordar al caso otra memorable película: El tren de la vida (1998), de
Radu Mihăleanu, quien, como Franz Kafka, se aficionó —y hasta practicó—
previamente el teatro yiddish y, por tanto, conocía minuciosamente esa
peculiarísima interpretación de cualquier tragedia como una estrepitosa
comedia. ¿Y acaso hay forma más sabia de celebrar la existencia?
Artículo publicado por el "Imparcial", el 24 de junio de 2024
*Gastón Segura, es licenciado en Filosofía por la Universidad de Valencia, Se trasladó a Madrid en 1990, donde ejerció diversos trabajos hasta que en 1990 se dedicó de lleno a la literatura.
Madrid.- 23 de junio de 2024
La Feria del Libro de Madrid
genera un volumen de negocio que ronda los once millones de euros
La 83.ª edición de la Feria del Libro de Madrid concluyó con un balance positivo, pese a que en dos ocasiones tuvieron que cerrar las casetas durante unas horas debido a la activación de alerta naranja por parte de AEMET. Las cifras definitivas que ha facilitado la dirección de este evento cultural arrojan un volumen de negocio superior a los 10.800.000 euros.
Foto:Gustavo Valiente |
Según
los datos facilitados por los expositores, se han vendido más de 585.000
ejemplares de unos 245.000 títulos diferentes.
En
la edición de 2024 de la Feria del Libro de Madrid se han celebrado más de 7000
sesiones de firma protagonizadas por 2504 autores y 2088 autoras.
Datos de afluencia
En
cuanto a la afluencia, un total de 1.061.000 personas han acudido a la Feria
entre el 31 de mayo y el 16 de junio. Cabe reseñar que el muestreo realizado
por el proveedor tecnológico consultado por la dirección de la Feria no ha
tenido en cuenta a menores de 18 años en ese cómputo.
Como
todos los años, el mayor volumen de visitantes se registra en horario de mañana
durante los fines de semana, siendo los días 2 y 15 de junio los que han
presentado mayor concurrencia en el Paseo de Coches de El Retiro.
Cabe
destacar que a la alta presencia de residentes en Madrid capital se suman los
visitantes de otras localidades, sobre todo del sur de la región: Leganés,
Getafe, Fuenlabrada, Móstoles y Alcorcón son sus principales lugares de origen.
Por
comunidades autónomas, tras Madrid, Cataluña y Castilla-La Mancha son las que
más aportan al cómputo total de visitantes únicos, principalmente procedentes
de Barcelona y Toledo.
Y
un 15% son de fuera de España, mayoritariamente de Estados Unidos, Reino Unido
y Alemania, coincidiendo con los días de inicio y fin de la Feria.
Desde
el punto de vista demográfico, se repite un patrón similar durante toda la
Feria: predominan los grupos de edad de más de 40 años, que acumulan cerca del
50% del total de visitantes. La distribución entre hombres y mujeres es muy
similar, predominando los niveles de renta alto y medio alto, con más del 70%
de visitantes perteneciendo a estos niveles.
Lleno total en actos programados
La
dirección de la Feria ha podido constatar también la gran acogida por parte del
público de la agenda cultural propuesta, de la que fue avanzando parte de su
contenido (350 eventos) a través de sus redes sociales antes de su
presentación, el pasado 8 de mayo. La cifra de asistentes asciende a 19.900 e
incluye a personas de todos los grupos de edad.
A
los pabellones y espacios tradicionales, se han añadido otros escenarios, como
el Teatro Casa de Vacas o el Espacio Bertelsmann, que han completado aforo en
la práctica totalidad de los eventos programados. También se ha registrado una
gran afluencia de público, atraído por las actuaciones teatrales y musicales
que tuvieron lugar al aire libre, la noche del 7 de junio en que las casetas se
cerraron a las 23:30.
Preferencias de las lectoras y lectores:
novela juvenil y novedades de las firmas consagradas
Respecto
a la preferencia de las lectoras y lectores, la novela juvenil se impuso a
otros géneros, según la mayoría de las librerías generales consultadas que han
participado en esta edición como expositoras. Las ediciones especiales en tapa
dura con la tripa coloreada —y por debajo, en ocasiones, de los 20€— han
dominado las ventas. A este respecto, un año más, se ha observado la presencia
de numerosos grupos de jóvenes que habitualmente compran online pero esperan a
la Feria para vivir la experiencia de adquirir juntos sus próximas lecturas
aprovechando el descuento del 10%.
Por
otro lado, las autoras y autores consagrados, que año tras año se reencuentran
con su público ávido de novedades en El Retiro, han firmado durante horas y en
varias ocasiones, a lo largo de los 17 días de feria. Es el caso de Rosa
Montero, Luis Landero, Fernando Aramburu, Javier Castillo, Lorenzo Silva o Juan
Gómez-Jurado, entre otros. Han sido objeto de deseo para lectores y lectoras de
la Feria ensayos sobre naturaleza y novela gráfica con valores que invitan a la
reflexión o con trasfondo social, así como algunos títulos de narrativa
asiática y de divulgación. Propuestas de pequeños sellos independientes de
poesía han convivido con autores y autoras mainstream, como Mario Obrero y
Raquel Lanseros.
Un escaparate bajo los árboles para darse
a conocer
La
Feria no solo es una experiencia enriquecedora para el visitante sino también
para el expositor.
En
el caso de las librerías, en ocasiones sirve de termómetro para averiguar qué
se demanda y así actualizar el fondo del establecimiento, es la mejor forma de
comprobar si la apuesta funciona y si se ha acertado con la selección de
títulos.
Ocupar
una caseta en El Retiro acerca al expositor a un público más amplio, le ayuda a
conocer lo que este demanda, pulsar qué se vende. Y, por supuesto, la Feria
brinda la oportunidad de reencontrarse en El Retiro con el mismo público que
visita la librería pero que espera recibir recomendaciones de su librero/a al
tiempo que ahorra unos euros.
La
cara menos amable de la 83.ª edición
La
amenaza de ultraderechistas a algunos de los autores y autoras que han firmado
durante los 17 días ha sido causa de preocupación durante la exitosa edición
clausurada el pasado domingo.
A
este respecto cabe reseñar que la dirección de la Feria ha estado en permanente
contacto y coordinada con las fuerzas de orden público para garantizar su
protección.
La
organización de la Feria del Libro de Madrid manifiesta públicamente su defensa
de este evento cultural de interés general como espacio de libertad en el que
este tipo de comportamientos no tienen cabida.
Venezuela(Caracas).- 23 de junio de 2024
Por Ricardo Gil Otaiza
Escribir un libro
Si logramos mantener la llama doble del anhelo y la disciplina, si trabajamos con ahínco para que ella no se debilite y por el contrario crezca y se fortalezca cada nuevo día, estaremos dando la batalla y en el camino adecuado para la conquista de la meta
Por mi propia actividad literaria el algoritmo siempre me lleva a las páginas de los libros, y he observado con mucho interés los permanentes anuncios de quienes ofrecen los servicios para ayudarnos a publicar “el libro de nuestros sueños” (este es el anzuelo), pero es tanta la oferta que este asunto me lleva necesariamente a una reflexión acerca de cuán válidas son esas supuestas ayudas que se nos brindan en las redes y en las plataformas a cambio de una paga. Como es lógico suponer, con lo de la Inteligencia Artificial (IA) hoy en boga, pues me asaltan también dudas e interrogantes: de si todos estos anuncios obedecen precisamente a tal circunstancia, y pasemos de pronto a ser víctimas de toda una trama que busca hacerse de un dinero a costa de nuestra credibilidad, porque a mi modo de ver y de entender el hecho literario: echar mano de la IA para producir textos breves o extensos, en cualesquiera de los géneros, es sencillamente hacer trampa.
En estos días volví a acercarme a un clásico de clásicos que leí por primera vez en el ya lejano año 1994, se trata de La llama doble Amor y erotismo (Seix Barral), del Premio Nobel mexicano Octavio Paz. Y traigo a colación esta circunstancia, porque en su Liminar el autor nos cuenta con orgullo, cómo este libro estuvo en su cabeza durante décadas, y ya había perdido la esperanza de escribirlo por las múltiples actividades a las que se vio sometido, al haber llevado una larga vida de diplomático y trashumante, y desde luego: por ser un autor consagrado por la crítica y los lectores, requerido aquí y allá, invitado a eventos y con inmensos compromisos, pero hubo un momento en el que se sintió desconsolado al ver que su promesa de juventud se alejaba cada día más, y con su avanzada edad sentía cierta vergüenza de acercarse al tema del amor y el erotismo. Nos dice: “De pronto, una mañana, me lancé a escribir con una suerte de alegre desesperación. A medida que avanzaba, surgían nuevas vistas. Había pensado en un ensayo de unas cien páginas, y el texto se alargaba más y más con imperiosa espontaneidad hasta que, con la misma naturalidad y el mismo imperio, dejó de fluir. Me froté los ojos: había escrito un libro. Mi promesa estaba cumplida.”
Creo que no hace falta agregar más a esta hermosa experiencia creadora: así es como funciona en buena medida (aunque no hay una norma para esto). Por supuesto, y ya lo he dicho muchas veces acá: hay que ser un buen lector, un muy buen lector para dar ese salto y que, de ese largo proceso, que puede llevarse meses y hasta años (en el caso de Paz lo escribió en escasos dos meses, pero es que lo venía pensando y “redactando” desde su juventud) el que resulte una obra que deje satisfechas nuestras expectativas, pero entre pensar escribir un libro y tenerlo ya escrito en papel o en algún soporte electrónico, hay, qué duda cabe, toda escala de grises que debemos considerar, porque se presentan decenas de factores y variables: bien que favorezcan nuestra intención, o que la torpedean, y esto lo debemos sortear con habilidad y astucia, si de veras ese anhelo se ha instalado entre pecho y espalda y no nos deja vivir, hasta que agotados los tiempos nos lanzamos a esa tórrida aventura y alcanzamos la meta.
Pero… hay que sudar mucho para ver patentizado el sueño, porque ese “parpadeo” del que nos habla el mexicano no es más que una figura poética, muy propia de su exquisita prosa, y sabemos, quienes más o menos tenemos algo de tiempo y de experiencia en estos territorios, que para escribir un libro en dos meses hay que ponerle alma, vida y corazón, dejar de hacer cualquier otra cosa, poner en latencia la cotidianidad (y, con ella, familia, ocio y amigos), y lo peor del asunto es que la mayoría de las veces no basta con todo esto, de por sí extremo, si no nos acompaña la buena estrella: la hipotética musa, esa señora o señorita díscola, etérea e imprecisa, que se hace de rogar, que zigzaguea, que da giros inusitados y nos deja pálidos y sin vista, que se hace la loca: se esconde y se burla de nosotros, y si la fulana decide quedarse hasta el final (porque suele retirarse pronto), nos frotaremos los ojos como hizo el gran bardo, y habremos escrito el libro prometido.
Escribir un libro no es tarea fácil, porque no siempre tenemos el mismo ímpetu y entusiasmo del primer día: somos humanos y estamos sometidos a los vaivenes propios de la vida y de sus a veces duras circunstancias, y los ímpetus suelen bajar de frecuencia, hacerse erráticos y caprichosos, quedarse aletargados y hasta dormidos, pero si logramos mantener la llama doble del anhelo y la disciplina, si trabajamos con ahínco para que ella no se debilite, y por el contrario crezca y se fortalezca cada nuevo día, estaremos dando la batalla y en el camino adecuado para la conquista de la meta, y será el latir de nuestra voz interior el que nos dirá si todo está sobre ruedas, si lo pensado logra con acierto plasmarse en la página, y si hay correspondencia entre todo, y cuando la respuesta inequívoca es definitivamente que sí, no hay vuelta de página: esa obra en ciernes se va concretando y tomando forma, y es entonces cuando nos llega esa “suerte de alegre desesperación”, porque sabemos que el sueño se patentiza en realidad ante nuestros incrédulos ojos, hasta que nos levantamos exaltados y decimos a quien quiera oírnos: ¡promesa cumplida!
Madrid.- 19 de
junio de 2024
Nueva York 'iluminará' la
84.ª Feria del Libro de Madrid
La Feria acogerá fundamentalmente a
autoras y autores que escriben en español y residen en Nueva York
Una
parte de la delegación, coordinada por Brenda Navarro y Rita Indiana, estará
integrada por autoras y autores neoyorkinos cuya obra se haya traducido al
español
La
colaboración con la FIL de Nueva York servirá para potenciar el intercambio
entre el mundo editorial de ambas orillas del Atlántico.
Balance
provisional de la FLMadrid24: 5.580.000 euros recaudados y 550.000 visitantes
únicos
Foto © Gustavo Valiente |
La 83.ª Feria del Libro de Madrid, ha anunciado que Nueva York será el eje vertebrador de la siguiente edición, que se celebrará del 30 de mayo al 15 de junio de 2025, bajo la fórmula de que algo, en este caso una ciudad, iluminará la Feria. La dirección ya trabaja en ello en colaboración con el Instituto de Estudios Mexicanos en la City University of New York (CUNY), organizador de la Feria del Libro de Nueva York (FILNYC).
En
otro orden de cosas, según el balance de cifras compartido por Eva Orúe,
directora de la FLMadrid, que este año ha estado dedicada al deporte, hasta las
21:00 del domingo 9 de junio, la cifra de negocio ascendía a 5.580.000 euros.
En cuanto a la afluencia, la Feria ha recibido alrededor de 550.000 visitantes
únicos. Más de la mitad son de la Comunidad de Madrid; el origen del resto se
reparte entre otras comunidades autónomas y extranjeros. Cabe señalar que en
esa cifra no están incluidos los menores de 18 años.
La
asistencia a los actos programados (350 entre todos los espacios disponibles)
se ha visto incrementada notablemente respecto a ediciones anteriores.
Así
lo ha explicado Eva Orúe: «A falta de los datos definitivos, es decir, de sumar
asistentes y ventas de la última semana, creo que podemos estar satisfechos. A
pesar de las perturbaciones climatológicas, de las alertas que nos obligaron a
cambiar sobre la marcha horarios de apertura y actos programados, el público ha
llenado un año más el Paseo de Coches de El Retiro. Y a esa satisfacción
general se suma la confirmación de una intuición: cada vez son más quienes nos
visitan desde comunidades limítrofes pero también desde países lejanos».
Eva
Orúe: «Nueva York iluminará la Feria y lo hará de maneras insospechadas»
Nueva
York será la protagonista de la 84.ª Feria del Libro de Madrid como ciudad-faro
literaria, prestando una especial atención a la ciudad que habla y escribe en
español.
El
marco de la colaboración se ha ido definiendo en los últimos meses entre la
FLMadrid y el Instituto de Estudios Mexicanos que ha llegado ya a acuerdos con
los Departamentos de Estudios Latinoamericanos de las Universidades de Brown,
Columbia, Fordham, New York University, Cornell y Yale para traer una
delegación de investigadores y profesores de estas universidades. Además, en
estos momentos están en negociaciones con las Universidades de Princeton y
Harvard, que han mostrado voluntad de participar. El objetivo es diseñar un
programa que atienda los intereses de los diversos públicos que asisten a la
FLMadrid.
Es
por eso que «Nueva York iluminará la Feria y lo hará de maneras insospechadas»,
así lo ha manifestado Eva Orúe. «Los compañeros de la FILNYC, nuestra toma de
tierra al otro lado del mar, han conseguido federar a los Departamentos de
Estudios Latinoamericanos de varias universidades, más la Feria del Libro de
Brooklyn y el Pen Club. Con todos ellos, lograremos mostrar lo que esa ciudad
escribe en español, tender puentes entre autores de aquí y de allí, e iremos
más allá atrapando a autores neoyorkinos en inglés que cuentan ya con muchos y
fieles lectores en España».
Paralelamente
se ha creado un comité que va a coordinar las propuestas de ambas partes. A
José Higuera, director del Instituto Mexicano de CUNY, y Dejanira Álvarez,
directora de la Feria Internacional del Libro de la Ciudad de Nueva York, se
han sumado dos escritoras latinoamericanas: Rita Indiana y Brenda Navarro. Para
la primera, «el español es símbolo de resistencia». Según la escritora
mexicana, «con todas las contradicciones que tiene Nueva York, existen espacios
importantísimos para el libro».
«Estamos
muy contentos de poder anunciar que Nueva York iluminará la Feria del Libro de
Madrid en el 2025», ha dicho José Higuera. Para el director del Instituto
Mexicano de CUNY, «esta es una alianza que subraya la importancia de los
intercambios culturales y literarios entre dos de las metrópolis más vibrantes
del mundo». «Tendemos un puente, solo nos queda transitarlo e invitar a los
visitantes de la Feria a hacerlo con nosotros», apostilló la directora de la
Feria del Libro de Madrid.
Dejanira
Álvarez, directora de la FIL de Nueva York: «Trabajamos para traer una
representación que refleje la diversidad estética y cultural de Nueva York»
En
principio, la parte neoyorkina va a organizar entre 20 y 25 actos, y ya trabaja
para traer «una representación lo más completa posible que refleje la
diversidad estética y cultural de Nueva York, a través de la participación de
una selección de escritores y escritoras, y artistas de diferentes diásporas y
perfiles, tanto consolidados como emergentes», ha anunciado Dejanira Álvarez.
Asimismo,
vendrán a Madrid autores y autoras angloparlantes cuya obra se ha traducido al
español, pero, sobre todo, latinoamericanos que viven en la Gran Manzana y cuya
obra es parte del panorama literario y cultural de la ciudad.
Tal
y como también ha asegurado José Higuera, «a través de esta colaboración
queremos celebrar la riqueza y la diversidad de las tradiciones literarias de
ambas ciudades, pero sobre todo fomentar un diálogo entre todos los que
trabajamos y disfrutamos del mundo del libro y la cultura» Por ello se crearán
espacios de debate entre la delegación neoyorkina y autoras y autores
españoles, así como para potenciar el intercambio entre el mundo editorial de
ambas orillas del Atlántico.
Venezuela(Caracas).-17
de junio de 2024
Por Ricardo Gil Otaiza
Lo breve
Entiendo
que para muchos lo breve no sea sinónimo de gran obra, acostumbrados a
relacionar la extensión con la calidad. En lo personal, soy un lector que
agradece la concisión
Según
el gran Augusto Monterroso, es de “buenas maneras” que una conversación no se
transforme en un monólogo, ya que esto va, si se quiere, contra una norma
elemental de cortesía, y haciendo la analogía en el caso de las novelas
extensas, nos dice que “El novelista es así un ser mal educado que supone a sus
interlocutores dispuestos a escucharlo durante días.” Por supuesto, luego
matiza tan contundente declaración, y agrega que esto “no quiere decir que no
pueda ser encantador…” Y traigo esto a propósito de la enorme dificultad que se
nos presenta cuando estamos ante una obra (no digo solo novela) de grandes
dimensiones, lo que suele ser visto como una cuesta demasiado empinada, incluso
para los avezados lectores.
En
lo particular, no he podido terminar de leer algunas novelas demasiado
extensas, porque la dinámica de la vida nos lleva de aquí a allá y solemos
dejar las lecturas en suspenso, a la espera de tener una oportunidad para
seguir, porque como se ha de suponer, los lectores no somos solo lectores, sino
que hacemos todo lo que hacen el resto de los humanos, y el tiempo para la
lectura suele estar signado por un montón de variables que no dependen
exclusivamente de nosotros, sino del intercambio con los otros. En este punto
es para mí emblemática la novela póstuma de Roberto Bolaño, titulada 2666, que
alcanza las 1125 páginas, en la que no he podido avanzar, pero paradójicamente
pude con Don Quijote de la Mancha, que supera las 1150 páginas apretadas.
Coincido
con Monterroso en mi preferencia por los textos breves (aunque haya leído
muchos libros extensos), y esa preferencia me ha permitido tener una visión
bastante singular del hecho literario (posiblemente fragmentaria), pero que
tampoco está mal, porque libros “fragmentarios” hay de sobra que conjuntan diarios,
pensamientos y misceláneos que mezclan diversos géneros, y entre ellos nos
topamos con grandes obras maestras. Igualmente, hay libros breves, pero con
unidad de criterio (entiéndase: libros de cuentos, ensayos, poemas, etc.) que
nos llevan a un inusitado goce estético en relativamente pocas páginas.
Por
supuesto, hay que decirlo, muchas editoriales apuestan por las novelas
extensas, porque al parecer tienen mejor mercado y se mueven mucho más en los
anaqueles, sobre todo si llegan precedidas por premios y alabanzas de
connotados críticos (y de poco connotados también), pero que suelen orientar la
mirada de los potenciales lectores hacia esas obras, y ello se traduce en
ventas.
Volviendo
al gigante Monterroso, podría decir acá sin ningún tipo de sonrojo, que lo que
más admiro en su no tan extensa obra, es su carácter breve y a veces
fragmentario, porque me ha permitido acercarme a diversos tópicos con una
agudeza y un humor que no siempre los consigues en los autores consagrados, y
todo ello te lleva como un río: a querer más y más, a meterle el diente a sus
páginas y quedar estupefacto con su maestría. Ya perdí la cuenta del número de
veces que he leído su libro La letra e, que lo constituyen fragmentos de un
diario, es decir, sin más: doblemente fragmentario, y en cada nueva oportunidad
he hallado un especial disfrute que va más allá de las anécdotas y hasta de las
humoradas que deja colar, para internarse en una prosa envolvente, bien
articulada y depurada, nada sobra y nada falta en cada una de las entradas, y
ello debemos agradecérselo porque sabemos que detrás de cada texto hay un
enorme trabajo de limpieza y depuración, de conciencia plena del poder de la
palabra en quienes la reciben.
La
brevedad literaria no es facilismo, eso debo apuntarlo con énfasis; es más, me
atrevería a afirmar que lograr una estupenda cuartilla que congregue todo un
mundo de posibilidades estéticas, es tan meritorio como quien lo alcanza con
500 o más páginas, y cuidado si no es mayor el mérito. Un buen cuento de pocas
páginas puede alcanzar la categoría de obra maestra, y no me quedaré solo con
el ejemplo de Monterroso, que logró su fama con cuentos muy sencillos y con su
libro de fábulas, sino que asomaré el nombre de Jorge Luis Borges: un gigante
de las letras, para quien la brevedad era asunto tan serio en su trabajo, que
hasta desdeñó a veces novelas de gran extensión, argumentando que posiblemente
en muchas de ellas sobren más de la mitad de las páginas, aunque afirmó haber
leído con placer Cien años de soledad de García Márquez (a lo mejor se la leyó
alguno de sus muchos lectores, por su grave problema de vista ya para
entonces).
Como
buen discípulo de Borges y de Macedonio Fernández, el argentino Ricardo Piglia
también apostó por la literatura breve, pero publicó también novelas de cierta
extensión. Hay un libro de su obra que no me cansaré de alabar: Formas breves,
que es misceláneo y profundamente fragmentario, pero que guarda para sí un
poder enorme, en el hallamos de todo: ficción, crítica literaria, anécdotas sobre
sus autores favoritos, breves estudios, una que otra ponencia presentada en
algún evento, ensayos, notas literarias en fragmentos de diarios, y hasta un
breve epílogo. Sin más: una suerte de cajón de sastre que disfrutamos
enormemente, que nos lleva a conocer su idea acerca de lo literario y hasta su
visión de la vida.
Entiendo
que para muchos lo breve no sea sinónimo de gran obra, acostumbrados a
relacionar la extensión con la calidad. En lo personal, soy un lector que
agradece la concisión.
rigilo99@gmail.com
Madrid.- 17 de
junio de 2024
Poesía Recitada |
“Pantano de fuego” Susana Cattaneo Corona (Argentina)
https://www.youtube.com/watch?v=IGhBX-Icbps&feature=youtu.be
Madrid.- 15 de
junio de 2024
DÍA A DÍA, por la Feria del
Libro de Madrid
Programa: ÚLTIMO FIN DE SEMANA
Este domingo 16 de junio, se clausura la Feria del Libro. Una variada programación, nos están ofreciendo, en esta edición del 83ª , el lema central es el deporte y la literatura.
Será motivo para ir despidiéndonos, de nuestros preferidos escritores, libreros, editoriales, y los amigos que hemos ido conociendo a través de esta fiesta literaria. A disfrutar de esta Feria del Libro, y tengan un buen fin de semana!
Día Sábado 15 de junio
El cuento: cuando el fútbol derribó la
última puerta
Una
conversación entre Martín Caparrós, Lucía Taboada, Belén Gopegui sobre sus dos
pasiones: el fútbol y la literatura. Moderará Marcel Beltrán.
Mesa
redonda- Pabellón CaixaBank- 12:30 - 13:30
Competir en dos dimensiones: los eSports y
su revolución cultural
Mesa
redonda-Salón de actos, Biblioteca Eugenio Trías-12:30 - 13:30
Con voz de mujer
'Con
voz de mujer' es un nuevo proyecto del Grupo Social ONCE, un audiolibro basado
en la obra del escritor Guillermo Delgado.
Mesa
redonda- Pabellón Comunidad de Madrid- 12:30 - 13:30
Amistoso La Cervantina & Dragones de
Lavapiés
La
selección española de escritores y escritoras —La Cervantina— y Dragones de
Lavapiés jugarán este sábado un partido amistoso en las instalaciones de La
Chopera, en El Retiro.
Partido
de fútbol- Centro Deportivo Municipal La Chopera-16:00 - 18:00
I
Premio Hispanoamericano de Narrativa 'Las Yubartas'
Se
conocerá al ganador o ganadora del Premio Hispanoamericano de Narrativa 'Las
Yubartas', impulsado por la Feria Internacional del Libro de la Ciudad de Nueva
York y las editoriales: Laguna Libros (Colombia); Hueders (Chile); Peso Pluma
(Perú); Sigilo (Argentina); Dum Dum (Bolivia); Severo (Ecuador); Hum (Uruguay);
Las Afueras (España); Antílope (México) y Chatos Inhumanos (Estados Unidos).
ENTREGA
DE PREMIOS-Pabellón CaixaBank-17:00 - 17:45
Escritores rumanos y españoles ante el deporte: Diálogos literarios hispano-rumanos (IV edición)
Los
escritores españoles Lorenzo Silva y Ana Merino conversarán con los escritores
rumanos Radu Paraschivescu y Corina Sabău sobre la conexión entre la literatura
y el deporte, analizando narrativas inspiradoras, biografías y autobiografías,
temas sociales profundizadas e impacto cultural y nacional. Moderará el debate
el periodista David Felipe Arranz.
Mesa
redonda- Pabellón Europa-17:30 - 19:00
La
escritura por knock-out: Homenaje a Cortázar
La
Feria del Libro de Madrid rinde homenaje a Cortázar a propósito de los 60 años
de la primera publicación de Rayuela, la contranovela por excelencia que invita
a jugar. El escritor Benjamín Prado y la actriz y dramaturga Clara Sanchis
conversarán sobre la obra del autor argentino seguido de una lectura
dramatizada del cuento Torito, a cargo del boxeador y también actor Sergio
‘Maravilla’ Martínez.
Homenaje-Pabellón
CaixaBank-18:00 - 19:30
Deporte, poesía y 'slam': la fascinante mezcla
de la poeta belga francófona Lisette Lombé
Lisette
Lombé, artista belga-congolesa, compartirá con el público su libro Eunice, que
combina deporte, mujer e investigación, a través de la poesía y del slam. Encuentro-
Pabellón Europa-19:00 - 21:00
DOMINGO 16 DE JUNIO
AS Audio: 'Los últimos de la lista'
Javier
Aznar y Enrique Ballester analizarán en un episodio en directo desde la Feria
lo que más importa, y, sobre todo, lo que menos, de cada jornada de Liga,
Champions, Copa del Rey, y toda competición futbolera que se precie.
Pódcast-
Pabellón CaixaBank-11:00 - 12:00
3ª edición Bloomsday Madrid - Dublín 2024
El
tercer Bloomsday Madrid-Dublín, una celebración gemela que desde 1954 inunda
las calles de la capital irlandesa cada 16 de junio en conmemoración de la obra
Ulises de James Joyce. Se interpretarán personajes y escenas de la novela.
Encuentro-
Espacio abierto-11:00 - 12:00
Literatura, propósitos y pertenencia
El
editor de Plata, Leo Teti, charlará con Nick Bradley, autor de Cuatro
estaciones en Japón y Ángeles Doñate, autora de La vida en una taza de té
acerca de sus libros, la literatura, sus própositos y de la influencia de Japón
en sus obras.
Presentación-
Salón de actos, Biblioteca Municipal Eugenio Trías-11:00 - 12:00
Balance provisional de la 83.ª edición y
anuncio del tema que vertebrará la 84.ª
Se
facilitarán cifras provisionales tanto de venta de ejemplares como de personas
que han visitado la 83.ª Feria del Libro de Madrid y han asistido a los eventos
programados.
Asimismo
se desvelará el tema que iluminará la 84.ª edición de la Feria como eje
vertebrador.
Rueda de Prensa
Pabellón
CaixaBank-12:15 - 13:00
La imagen en movimiento: cuerpo, identidad
y tatuajes en los deportistas
Nadal
Suau, ganador del Premio Anagrama de Ensayo 2024, reflexionará junto a Pablo
Cerezo, librero de la librería Pérgamo, sobre las marcas personales que son los
tatuajes, y analizarán la superficie simbólica que es la piel en diferentes
prácticas deportivas.
Encuentro-Salón
de actos, Biblioteca Municipal Eugenio Trías-12:30 - 13:30
Brazalete negro
El
pódcast 'Brazalete Negro', de Panenka Podcast y Radio Primavera Sound, abordará
el relato de los perdedores en el campo para que esas historias, y sus
protagonistas, abandonen la penumbra del olvido. El programa estará presentado
por Aitor Lagunas, periodista de Gol Play y director de la Revista Panenka.
Pódcast-
Pabellón CaixaBank-13:30 - 14:30
Cien años de Kafka. Sus cuentos y su voz
Íñigo
Álvarez de Lara, narrador en Audible de los Cuentos completos de Kafka, editado
por Páginas de Espuma, guiará este homenaje, un viaje a través de los cuentos
inolvidables del autor.
Homenaje-Pabellón
Europa-18:00 - 19:00
La labor de la edición, la creación de un
título de la colección 'Premio Cervantes': Encuentro con Luis Mateo Díez
Presentación
del libro conmemorativo del Premio Cervantes 2023, Voces del espejo de Luis
Mateo Díez. Con la presencia del autor, además de Ángeles Encinar, Marta
Comesaña y María Sarabia, se indagará en el proceso creativo de esta obra.
Presentación-Pabellón
CaixaBank-18:00 - 19:00
En mi casa no entra un gato, con Pedro
Zuazua y Pablo Moro
Un
espectáculo de humor y música para hablar de uno de los temas más importantes
de los menos importantes: los gatos. Un encuentro con Pedro Zuazua y Pablo
Moro, en el que las historias se van entrelazando con canciones de Luz Casal,
Julieta Venegas, M-Clan o Maluma.
Encuentro-Teatro
Casa de Vacas-18:00 - 19:00
'A primera vista'. El proceso creativo de
la portada de un libro
A
Primera Vista pone el foco en el trabajo de las y los artistas que crean obras
originales para las portadas editoriales en todo el mundo. En esta mesa, Manuel
Marsol y Ana Juan hablarán de su trabajo dentro y fuera de la industria del
libro.
Mesa Redonda-Pabellón CaixaBank-19:15 - 21:00
Leer más: https://ferialibromadrid.com/actividades-2024/
ALGUNAS FIRMAS
SÁBADO 15 DE JUNIO
Pilar Adón, Nieves Concostrina, Paul Guasch, Marta Sanz, Elvira Sastre, Sabina Urraca, Mario Obrero, Paula Ducay, Manuel Jabois, Carmen Mola, Irene Vallejo, Ángel Martín, Sonsoles Ónega...
DOMINGO 16 DE JUNIO
Belén
Gopegui, Laura Freixas, Luis Landero, Ana Jarén, Eloy Tizón, Julia Navarro,
Rodrigo Cortés, Benjamín Prado, Luis Mateo Díez, Marcos Chicot, Alina Not, Rosa
Montero, Javier Gallego...
Firma de autores: https://ferialibromadrid.com/firmas-2024/?dia=02-06-2024
Santa
Cruz de Tenerife.-15 de junio de 2024
‘Letras Vivas’, un ciclo
para sumergirse en la literatura canaria
Organizado por el Gobierno de Canarias,
intervendrán especialistas como Alicia Llarena, Marcial Morera o Fermín
Domínguez Santana
Serán cinco ponencias de manera online con
inscripción previa
Las
ponencias se impartirán de manera online a través de la inscripción previa, a
través de la página web del Instituto Canario de Desarrollo Cultural (www.icdcultural.org), en el apartado de
Libro y lectura, de manera que puedan disfrutarse desde cualquier punto del
archipiélago. Las personas interesadas podrán apuntarse en cada una de las
iniciativas a medida que se acerque la celebración de cada una de las
ponencias.
De Andrea Abreu a Claudio de la Torre
La
primera conferencia estará dedicada a uno de los mayores éxitos de nuestra
literatura: Panza de burro, en la que la catedrática Alicia Llarena desgranará
en la enigmática escritura de Andrea Abreu. “El libro fue una revelación en el
ámbito editorial nacional e internacional: nos descubrió la capacidad narrativa
de su joven autora, su peculiar maridaje entre la lengua-barrio y la poesía,
nos invitó a revisitar la adolescencia con ojos nuevos y más cercanos a nuestro
tiempo”, explica Llarena. Las inscripciones para esta actividad ya están
abiertas.
El
4 de julio, a las 17.30h, el catedrático Marcial Morera impartirá Unamuno y
Fuerteventura, en el primer centenario del destierro. Morera defiende cómo la
figura del escritor salamantino es esencial para comprender nuestra propia
identidad contemporánea. “Lo que hizo Unamuno en los apenas cuatro meses que
permaneció en la vieja Maxorata no fue otra cosa que interpretar a la isla y a
sus moradores desde su particular punto de vista poético idealista, que es el
que ha terminado imponiéndose con el paso de los años en el imaginario
colectivo de la isla y del resto del mundo.”, apunta.
En
el mes de septiembre, doble sesión de charlas. El día 17 de septiembre, a las
19.00h, Fermín Domínguez Santana dedicará su intervención al análisis del
primer estadio de la vida en Espacios de la memoria sobre la infancia en la
literatura hecha en Canarias, en el que el investigador recorrerá varias obras
en torno a esta temática, en búsqueda de sus puntos en común y las propias
peculiaridades de las voces de los textos que tratará.
La
profesora de la ULPGC Carmen Márquez hará lo propio el día 24 de septiembre, a
las 17.00h en Entre vías, batallas y escenarios: Hotel Términus (1944) y Tren
de madrugada (1946), de Claudio de la Torre. En esta charla, la académica
transitará el trabajo creativo del prolífico autor grancanario, centrándose en
el análisis de estas dos obras.
Por
último, en noviembre, la investigadora Isabel Castells Medina introducirá al
público en la perspectiva queer y de género a través de la obra del escritor Daniel
María, autor de libros como Bisutería auténtica (2023), Un camerino propio
(2020) o Falconetti sobre fondo rosa “Más es más”: el arcoíris creativo de
Daniel María.
Madrid.- 14de junio de 2024
Programación destacada:
Lectura en voz alta y homenaje a David
Foster Wallace
Un
homenaje a uno de los escritores que más y mejor ha escrito sobre el deporte
que practicaba y le apasionaba: el tenis.
Lectura
en voz alta-Espacio abierto. Zona Rosaleda-11:00 - 13:00
Radio Marca: ‘El Programa de Ortega’
Un
episodio en directo de 'El programa de Ortega', en el que se entrevistará a Eva
Orúe…
Pódcast-Pabellón
CaixaBank-11:00 - 13:00
'Andalucía en la Fototipia Thomas. Las
fotografías recuperadas por el Centro Documental Anastasio de Gracia'
Presentación-
Espacio abierto-12:00 - 13:00
Mujeres alpinistas, con Anna Kaminska y
Edurne Pasaban
Coloquio-Pabellón
Europa-12:30 - 13:30
Leer más…. https://ferialibromadrid.com/actividades-2024/
Algunas
firmas:
Marta
Sanz, Jasmina Petrovic, Edda Armas, Sara Barquinero, Rosa Montero, Sergio C.
Fanjul, Sabina Urraca, Alfonso Zapico, Pablo D´Ors, Carla Nyman, María Ospina
Pizano, Pol Guasch, Luis García Montero, Carlos Sobera, Luis Landero, Xan López,
Flavita Banana, Natalia García Freire...
Venezuela(Caracas).- 14 de junio de 2024
Por Ricardo Gil Otaiza
La crítica
Debo
decirlo y con absoluta certeza: hay quienes se atreven a hacer crítica
literaria sin haber leído la obra, y eso se nota de entrada: se conforman con
los datos sueltos de la contratapa y de las solapas
Quien
mucho lee termina opinando en torno de sus lecturas, es una cuestión
relativamente natural, porque quien se acerca a un texto literario lo hace
desde la mirada expectante, inquieta y esperanzada de poder alcanzar el gozo
que promete cada página, y si lo alcanza, pues maravilloso: exultantes nos
lanzamos a prodigar aquí y allá las supuestas fortalezas de aquel libro y, por
ende, de su autor, y nos convertimos sin pretenderlo en promotores de la obra,
pero si el caso es el contrario: que la obra no calzó nuestros propios
estándares estéticos, nos hacemos corrillo de aquello, decimos a quienes
podamos lo que pensamos, los yerros observados, las falencias percibidas
después de una tempestuosa lectura: si se quiere frustrada y amarga, luego de
haber puesto en la obra mucho más que un simple empeño.
En
otras palabras: en cada lector atento hay un crítico en potencia y ese
ejercicio del intelecto, que requiere de nosotros cotejo, músculo,
discernimiento y análisis hermenéutico, se hace en sí mismo un género y es
enseñado en las academias y en las universidades, pero no es cuestión esencial
pasar por un aula del más alto nivel para aprender a desarrollarlo, sino tener
la sensatez suficiente como para poner sobre la mesa a una obra en específico,
estudiarla desde tus propios referentes y experiencia lectora, y lanzarte por
la calle del medio en un ejercicio interesante, muchas veces pasional, que trae
consigo crecimiento intelectual, pero a la vez un sinnúmero de circunstancias
que se hacen complejas: cuando recibes el agradecimiento de parte del lector (a
veces del autor; aunque no es regla), pero cuando lo que expresas no está en
sintonía con lo que se espera (ergo: la aquiescencia total; un absurdo, pero es
así), la gente te cae encima y te conviertes en un enemigo de cuidado.
El
lector atento que se hace crítico literario, lógicamente busca los espacios en
los que pueda exponer su labor, y antes de que se inventaran la web, las redes
sociales y la tecnología digital, con lo único que contábamos era con la prensa
regional y la nacional, y allí tocábamos las puertas, que no siempre se abrían,
como cabe suponerse, pero cuando nos daban el visto bueno y teníamos a la mano
la anhelada columna, nos faltaba tiempo para leer todo lo que teníamos en la
mesa en rumas y torres, y de manera periódica íbamos presentando nuestro
testimonio de lectura y cotejando nuestra percepción con la de otros, y a veces
nos invitaban a eventos (coloquios, seminarios y congresos) y en ellos dábamos
rienda suelta a nuestros trabajos sobre determinada obra y autor, y aquello era
todo un espectáculo, porque a la hora de las preguntas y respuestas se armaban
tremendas discusiones y salíamos de allí acalorados, victoriosos o derrotados,
pero siempre dispuestos a continuar dando la batalla por las ideas.
Veo
con tristeza que en el país ya no hay crítica literaria en la prensa y ha
quedado circunscrita al mero ámbito académico o especializado (básicamente
trabajos de maestría y tesis doctorales), lo que la aleja de las mayorías, con
las que deseamos establecer una dialógica que traiga consigo el interés por la
lectura de libros y por el análisis de los autores nacionales y extranjeros, y
aunque a muchos parezca intrascendente esto que aquí digo, un país se construye
desde distintos flancos y el de la cultura no es menos importante que los
otros, porque nos hace herederos de añejas tradiciones librescas de aquí y de
otras orillas, y nos eleva por encima de la media hasta alcanzar poderosas
cimas de realización social.
El
crítico de literatura (y de arte en general) es un factor de cohesión, que
busca desde los engranajes de una obra todo aquello que nos una con el resto
del mundo, y así ponernos en correspondencia con el tiempo histórico (en todas
sus dimensiones) y hacernos copartícipes del ahora, y esto, déjenme decirles,
no es cualquier cosa, porque requiere de parte de quien lo ejerce un denodado
trabajo intelectual, honradez y ética, así como un sentido profundo de los
hilos sutiles que nos atan como humanidad y como un “todo”, y quien ejerce esta
actividad está consciente de sus límites, pero también de su impacto y de sus
fortalezas, de allí su tozudez y empeño; de allí sus ansias de que su voz no
caiga en el vacío ni en el silencio, porque ello es equivalente a la nada y al
desprecio.
Debo
decirlo y con absoluta certeza: hay quienes se atreven a hacer crítica
literaria sin haber leído la obra, y eso se nota de entrada: se conforman con
los datos sueltos de la contratapa y de las solapas, que al mismo tiempo
parecen escritos por un editor que no conoce la obra que tiene en sus manos, y
esto es más o menos equivalente a que un médico haga un diagnóstico basado sólo
en lo que le cuenta el paciente, sin auscultarlo, sin palpar los órganos, sin
percatarse de si hay o no correspondencia entre lo narrado y lo observado, y
las consecuencias de tamaña irresponsabilidad vienen todas en cascada: lectores
frustrados con un criterio que no está en correspondencia con lo que han leído
(y que se sienten estafados por quien les recomendó la lectura), autores
inflados por un mercenario de la palabra que a todas luces busca prebendas y
congraciarse con el poder, o autores noveles destruidos por una crítica mordaz,
acerva y malintencionada, que ha hecho añicos, quizá para siempre, su más
preciado sueño.
rigilo99@gmail.com
Madrid.- 13 de junio de 2024
Programación destacada:
'Deporte, lectura y universidad'
Del
jueves 13 de junio- Mesa redonda- Salón de actos, Biblioteca Municipal Eugenio
Trías- 10:30 - 12:00
Club de lectura con Mariana Sández: 'La
vida en miniatura'
Club
de lectura-Taller de ideas, Biblioteca Municipal Eugenio Trías- 11:00 - 12:00
Demostración
de tenis de mesa
Demostración
Deportiva-Espacio abierto-11:00 - 11:45
'Ni una más': del libro a Netflix
Encuentro-Pabellón
CaixaBank-11:00 - 12:00
Demostración
de diferentes técnicas de competición de judo y de un kata por competidores de
alto nivel de la mano de la Federación Madrileña de Judo.
Día
Olímpico y Paralímpico- Espacio abierto-12:30 - 13:00
Leer más…. https://ferialibromadrid.com/actividades-2024/
Tenerife.- 12 de junio de 2024
El jueves 13 de junio:
Presentación del poemario HIJAMBRE de Rosa Mª Ramos
Tras el éxito de la performance poética “Perspectiva 3”, la poeta venezolana regresa a La Revuelta (El Médano, Granadilla de Abona) para presentar uno de esos poemarios que desencajan al lector, por la crudeza con la que desnuda su pasado y por la proximidad con la que nos muestra la fragilidad de las infancias.
Rosa María Ramos recorre oscuridades con la sabiduría añeja de quien ha integrado cada ritual femenino ante la vida y ante la muerte, de quien ha sido marcada por embarazos, partos, abortos, duelos. Por el embrión, por la recién nacida, por la hija, por la madre.
Hijambre (Escritura entre las Nubes, 2024) es el séptimo poemario de esta poeta que, con humildad y constancia, se ha situado como una referencia a tener en cuenta en la literatura canaria.
La Revuelta
Para el estreno de Hijambre, Rosa María Ramos ha elegido un espacio emergente del barrio costero de El Médano, en el que la cultura se une a la buena gastronomía. En poco más de un año de vida, La Revuelta ha recibido diversas charlas, presentaciones, exposiciones y recitales, siempre en un espacio íntimo y con encanto.
La actividad se realizará el jueves 13 de junio, será conducida por Carmen Paloma Martínez y contará con la participación de Carlos Caraballo, ambos poetas residentes en el Sur de Tenerife.
La autora
Rosa María Ramos Chinea es una poeta nacida en Caracas, Venezuela. Es máster en educación, mención enseñanza de la literatura en inglés. Ha impartido talleres sobre la incorporación de la literatura en la enseñanza del inglés y el castellano. Ha publicado poemas y relatos en diversas antologías; y los libros de poemas Tiempo de queja (1998), Delirios de orilla (2015), Tribuna para el desconcierto (2017), Lápiz de ceniza (2019), Borde rojo de los días (2021), Cronología de la fatiga (2021) e Hijambre (2024). Desde 2001 reside en Tenerife. Ha dirigido y conducido programas de radio de carácter cultural y literario. Desde 2007 es maestra en la escuela pública canaria.
Madrid.- 12 de junio de 2024
Día 12- PROGRAMA
'Kalopsia, un planeta no tan diferente'
Taller
Infantil- Pabellón Europa-10:00 - 10:25 y 10:45 - 11:10
Bosque Metropolitano: 'En busca del tesoro
de Madrid'
Taller
Infantil-Pabellón Infantil-11:00 - 13:30
XXXV Premio de Narración breve de la UNED,
VI Premio de Poesía de la 'Facultad de Filología' de la UNED y III Premio de
Jóvenes Escritores de la UNED
Entrega
Premios- Pabellón CaixaBank-11:00 - 12:00
Presentación del libro 'Una casa en la
arena', de Pablo Neruda
Presentación-Salón
de actos, Biblioteca Municipal Eugenio Trías-12:30 - 13:30
Leer más…. https://ferialibromadrid.com/actividades-2024/
Firma de autores: https://ferialibromadrid.com/firmas-2024/?dia=02-06-2024
Madrid.-11 de junio de 2024
Por: Gastón Segura
Pintan
bastos
Cumplidos
tres días de la aprobación de una ley que, sobre innecesaria —con cuanto de
desfachatez presenta tal gesto—, vaticina grandes quebrantos al Estado, el Real
Madrid ganaba su décimo quinta copa de Europa. De inmediato y a escasos metros
de mi apartamento, se armaba un jolgorio monumental que duró hasta el amanecer;
pero, en lugar de contagiarme la alegría propia de cualquier congregación
festiva, solo me suscitó —como todas estas turbas fragorosas y chabacanas que
convocan las celebraciones futbolísticas— una lacónica tristeza. No podía dejar
de pensar, mientras escuchaba su griterío exaltado, que esos mismos jóvenes no
habían sido capaces —ni tan siquiera en una porción mínima— de manifestarse
contra esa venenosa votación parlamentaria, auspiciadora de muy dañinas
consecuencias para su porvenir.
Si
bien, me bastaba recordar la revuelta de Niká, del 532 d.C., cuando la disputa
entre partidarios de los equipos de cuadrigas verdes y azules arrasó parte del
palacio imperial y de Santa Sofía, para saber que los fanatismos alentados por
cualquier tipo de competición son inherentes a la grey humana; es más, ni tan
siquiera me aliviaba el considerarlos nuestra cara ruin, compensada con ese
otro rostro liviano y hasta sublime: el arte; ¿o acaso, desde Altamira, el arte
no constituye algo intrínseco a la tribu?
En
efecto; tal es así que no había dejado de asistir durante el par de semanas
anteriores a saraos de esta índole; por ejemplo, a la exposición de mi amiga
Silvia Flechoso, en la galería Panarteria, titulada La sangre y el oro, donde
plasma, óleo tras óleo —con aplicaciones de otras técnicas sobre el lienzo—,
una serie de violentas cogidas taurinas; metáforas todas —ya se enseña en el
corazón de las imágenes— del vértigo y hasta del vapuleo que sufre el hombre
—en su caso, el artista— ante las exigencias, a menudo tan bastardas, de la
sociedad de masas. Y pocas tardes después, asistí a un vernisagge de Mariajo
Gil, donde el gran Eduardo Mazariegos, inauguraba Luz y alma; otra muestra de
sus criaturas de un picassianismo bondadoso, con las que despabilar los
rincones más sombríos de cualquier estancia; para acabar, en un trágala de
fechas y de citas, en la presentación de Don de la insolencia, de mi querido
Carlos Aganzo; una, más que biografía, amena y oportunísima recuperación del
conde de Villamediana.
Digo
oportunísima porque ante esa prosa tullida, rebozada de manoseada
sentimentalidad y ofertas de supermercado, que hoy motejan —y hasta con
engolamiento— de poesía, cualquier mirada sobre el Siglo de Oro es
higienizadora. Y Villamediana, sobre propincuo al egregio Góngora, resulta el
señuelo eficaz para acercar al lector despistado a este deslumbrante momento.
Verán; Villamediana, exquisito en la vestimenta, espejo de jinetes, tahúr
avisado y perseguidor incansable del tálamo ajeno sin reparar en alcurnias,
era, encima, lengua y peñola filosa, castigada con tres destierros de la corte,
mientras sus dispendios lo iban arruinando hasta que murió a traición en la
calle Mayor de Madrid, donde una placa todavía lo señala. Y, claro, figura tan
sugestiva, presentaba mucha literatura antes que Aganzo; desde Quevedo hasta
Fernán Gómez, pasando por Emilio Cotarelo, Luis Rosales o Néstor Luján,
fascinados por este gran arrogante que se atrevió incluso a tentar las enaguas
de la mismísima reina. Todos estos pormenores expone Don de la insolencia con
erudición pero sin empacho, abrochados por dos centenares de sus poemas. Y es
ahí, al disfrutarlos, donde el lector desenmascarará los presumidos andrajos
que asfixian actualmente al género. Por tanto, léanlo; un trazo de su gracia
altanera, nunca les sentará mal.
De
asunto y hasta intención diferente trata Retomar el control, que Diego Hidalgo
estrena para esta feria del libro. Consiste en cincuenta propuestas para
precaverse de los peligros que había expuesto teóricamente en su exitoso —en
Francia y aquí— Anestesiados (2021). Cuando reseñé aquel título en otra parte,
afirmé que Diego confiaba demasiado en la sensatez de nuestros congéneres y los
cree dispuestos a preservar su libertad de juicio y de acción ante el
embotamiento sojuzgador de lo digital; a mí, en cambio, se me antoja una partida
perdida y, siguiendo a Heidegger, atisbo un mundo que ya no es sino una
representación de sí mismo; y si necesitase pruebas, me sobraría con acordarme
cómo se desgañitaban la otra noche, al pie de mi ventana, aquellos herederos de
los verdes y los azules, imitando una imagen aprendida y provocada por los
televisores. Diego, en cambio, les ofrece, con este breve pero meditado
prontuario, un saludable repertorio de remedios; y quienes aún aspiren a
preservar sus talentos de esa avalancha que nos invade desde los smartphones y
sus parientes digitales, adquiéranlo; les aprovechará y mucho.
En
tanto y hasta llegar a estas líneas aún me aguardaban encuentros con Diego
Doncel, Pedro Álvarez de Miranda e Ignacio Gómez de Liaño, que, pese a sus
luminosas inteligencias, no me sacudieron el lúgubre presentimiento de las
nuevas e impredecibles discordias que acarrea esa ley de vientre purulento. Y
todo por capricho de un solo hombre, cuya etopeya ya describiera con un
humorismo acerbo mi primo Vicente Valero-Costa en su Caimán (parte I y II, 2023
y 24). Ah; ¿pero qué hacer ante nuestra flaca memoria, cuando ya hubo un Manuel
Godoy que, acosado por sus inepcias y aferrado con desespero a su alto
ministerio, dejó, en el amanecer de otro siglo, al país postrado y encizañado
para el resto de la centuria?
¡Pintan bastos, Max Estrella!
*Gastón Segura, es licenciado en Filosofía por la Universidad de Valencia, Se trasladó a Madrid en 1990, donde ejerció diversos trabajos hasta que en 1990 se dedicó de lleno a la literatura.
Madrid.- 11 de junio de 2024
Fotos:Gustavo Valiente
Este
domingo 16 de junio, se clausurará la feria del libro, así, que esta última
semana, nos traen una buena programación, será motivo para ir despidiéndonos,
de nuestros preferidos escritores,
libreros, editoriales, y los amigos que hemos ido conociendo a través de esta fiesta
literaria y su programación.
Día 11- PROGRAMA
¡Conviértete en detective por un día! Resuelve el misterio del sueño perdido
Pabellón
Europa-11 de junio 10:00 - 10:45h-Infantil
Escritura en movimiento
P
Braille Scape-Pabellón Infantil-11 de
junio 10:30 - 11:30h
Infantilabellón
CaixaBank-11 de junio 10:30 - 11:30h-Juvenil
¡Conviértete en detective por un día!
Resuelve el misterio del sueño perdido
Pabellón
Europa-11 de junio 11:00 - 11:45h-Infantil
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Artes marciales chinas (Wushu)
Pabellón
Infantil-10 de junio 10:00 - 10:50h- Infantil
Franz Kafka, el hombre que trascendió su
tiempo
Pabellón
Europa-10 de junio 10:00 - 10:45h-Infantil
Periodismo contra la crispación
Salón
de actos – Biblioteca Eugenio Trías-10 de junio 11:00 - 12:30h-Adultos
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Venezuela(San
Cristóbal del Táchira).-10
Madre no nada
Antes estuve en el mar
y
todo estaba oscuro
oscuro
sin sol
sin
hermanos animales
sin
plantas.
El
mar
era
una inmensa madre:
madre
no gente,
madre
no nada.
Piensa
ahora mi memoria,
iba
y venía con ella,
en
el mundo duro
como piedra
penetro
el cristal
y lo traspaso.
Ya como Homo Sapiens
Ayer
bajé
de
mi primer árbol
traje
las flores,
y
el aroma
lo
vertí en el río,
y
todos ahora
bajan
de su árbol.
Ya
como Homo Sapiens
llegó
el odio
y
lo retuve
entre
mis huesos
como
una mancha
y
desde entonces
ando
buscando
un blanqueador.
que
Para aliviar
la angustia del otoño.
Quieres
que el sueño
se marche
y
te cuelgas de un árbol
como
un pájaro muerto.
Falleces
en
los ríos tranquilos
tu
muerte será de agua
y
no de piedras.
Pasará
tu día
y
querrás timar
el
día de otros.
Morirás
y
no habrás muerto
todavía ,
por
el sueño
de
haber dormido tanto
y
te hundiràs
en
la vaciedad
de las raíces
como
una flor
que se marchita
en
su capullo.
Día 08 de Junio –Programa
Literatura y redes sociales
Mesa
Redonda- Pabellón Europa- 10:00 - 11:30
Encuentro con la autora internacional Lynn
Painter
Encuentro-
Pabellón Europa-11:45 - 12:45
Pódcast en vivo: 'Las plantas como
personas'. Conversación que celebra el centenario de 'La Vorágine'
Pódcast-
Pabellón CaixaBank- 12:00 - 13:00
'Hooligans ilustradas'
Mesa
Redonda -Salón de actos- Biblioteca
Municipal Eugenio Trías-12:00 - 13:00
Homenaje a Gabo
Para
homenajear los diez años de la muerte de Gabriel García Márquez y celebrar su
obra, ….
Pabellón
CaixaBank- 19:30- 21:00
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Día 09 de Junio –Programa
'¿Te piden el carnet para leer erótica?'
Mesa
Redonda- Pabellón Europa- 10:30 - 11:30
Homenaje a Roberto Santiago
Homenaje-
Pabellón de los Jardines Cecilio Rodríguez-11:00 - 12:30
'Grandes y pequeñas, editoriales todas'
Mesa
Redonda.- Pabellón Europa-13:00 - 14:00
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Venezuela(Caracas).-
08 de junio de 2024
Por Ricardo Gil Otaiza
Un grato encuentro
Entre
los hechos extraños que les conté a los estudiantes, fue algo que me sucedió
cuando mandé la novela Una línea indecisa a la editorial para que consideraran
su publicación
Fui
invitado por la periodista y profesora Adriana Heras, a un conversatorio con
los estudiantes de la Maestría en Lectura y Escritura de la Facultad de
Humanidades y Educación de la Universidad de Los Andes, en el marco de la
asignatura Teoría de la Escritura, para que compartiera con ellos tópicos,
experiencias y el diario trajinar en mi ya larga carrera como escritor, que sobrepasa
los treinta años como autor publicado, y supera los cuarenta si añado mi fase
de tanteo y de formación libresca y escrituraria (que partió, dicho sea de
paso, desde el propio bachillerato), y créanme, para mí fue fascinante que la
buena amiga me llevara a su clase, porque no hay cuestión más enriquecedora y
estimulante que el poder compartir con estudiantes, y así establecer con ellos
una dialógica que abra compuertas y nuevas visiones acerca de una determinada
área y, en el caso de la escritura, pues estimula en mí aún más una vena y una
pasión que se han hecho, qué dudas caben, modos de entender y de recorrer la
vida.
El
encuentro se dio el día viernes 8 de marzo, y lo que inicialmente estaba
pautado para durar desde las 9 hasta las 11, se extendió hasta el mediodía, y
yo feliz (posiblemente ellos también), lo que me permitió hablar acerca de mis
inicios como escritor, de mis aciertos y dudas, de los caminos recorridos en un
oficio duro, muy duro, aunque se piense lo contrario, de cómo planifico los
textos y los libros, de la manera de elegir los temas (aunque a veces ellos me
eligen a mí), de cómo concibo la longitud del libro en el proceso de escritura,
de la estrategia para la elección de los títulos y si lo hago al inicio o al
final de la jornada, y todo esto, como ha de suponerse, salpicado de anécdotas
a veces jocosas y otras tantas de orden metafísico (si se quiere): de cuentos y
episodios que se remontan a mi lejana adolescencia, cuando quedé prendado de la
vida y de la obra del gran poeta lírico venezolano Juan Antonio Pérez-Bonalde,
desterrado en los Estados Unidos, cuyo poema, el ya clásico Vuelta a la Patria,
tuve que recitar en estado de pánico frente a mis compañeros del cuarto año de
bachillerato y, desde entonces, con catorce años apenas, me hice la promesa de
escribir algún día acerca del desdichado bardo, y de su hermana Elodia
Carolina, a quien se lo dedicara, cuestión que cumplí años después con mi
novela Una línea indecisa (Monte Ávila Editores Latinoamericana, 1999), que
tantas satisfacciones me sigue dando.
Hubo
un punto en el que varios participantes hicieron énfasis, y es el relativo a la
voz interior del escritor, que no es sencillo de explicar, y su interés me
permitió hablarles de cómo he percibido, con casi todos mis libros (hasta ahora
van treinta y seis publicados y seis inéditos), que una voz al oído me dicta
todo lo que tengo que escribir, y ello es tan cierto, que cuando trabajaba en
mi primera novela Espacio sin límite (Consejo de Publicaciones de la ULA,
1995), y estando encerrado trabajando en el cuarto que fungía para entonces
como biblioteca, mi esposa tuvo que entrar de golpe para saber por qué me reía
a carcajadas, y lo hizo, supongo, porque pensaba que me estaba volviendo loco,
y mi respuesta fue espontánea y antológica, les juro que no la pensé: “De las
vainas de Ramiro Valbuena”. Ella me dijo, con cara de espanto: “¿Y ese no es tu
personaje, pues?” “Sí, pero es que tiene mucho sentido del humor”, le contesté
con absoluta convicción. Ese desdoblamiento que se intuye en lo contado,
implica, sin más, la amalgama perfecta creador-creado, pero es al mismo tiempo
una acción completamente autárquica de parte del personaje, que cobra vida y se
escapa rápidamente de las manos de su creador.
Entre
los hechos extraños que les conté a los estudiantes, fue algo que me sucedió
cuando mandé la novela Una línea indecisa a la editorial para que consideraran
su publicación, ya que varios meses después me llamó el adjunto al editor para
anunciarme que había sido aprobada, pero me solicitó que le bajara la edad a
Elodia Carolina, que contaba con noventa y cuatro años, ya que siendo el
personaje central de la trama veían con mucha preocupación su senectud, y como
se ha de suponer yo no podía aceptar tal petición, ya que ello implicaba desnaturalizar
toda la historia, centrada precisamente en las chocheras de la anciana, en su
memoria intermitente, en los despistes propios de la edad, aparte de que me
inspiré para recrearla en mi abuela materna Teresa, a quien tanto amé y le
dediqué el libro, y que para entonces tenía la longeva edad, y para mi consuelo
el vocero de la directiva me prometió plantear el caso, y así lo hizo: días
después me anunció que la edad de Elodia Carolina era intocable.
Pasaron
los años queridos lectores, y hallé en la web un hermoso texto crítico a mi
novela de la hispanista española Carmen Ruiz Barrionuevo (a quien luego
contacté), de la Universidad de Salamanca, y mi sorpresa fue mayúscula al
enterarme por ella, que efectivamente Elodia Carolina falleció a los noventa y
cuatro años, y no me lo podía creer, porque le di esa edad en honor de mi
abuela, pero los retruécanos de la vida me enseñaron que en todo hay causa y
efecto, nada escapa a ello, y tenemos que hacerle caso a los pálpitos y a las
intuiciones; ergo: a esa voz interior que nos posee y hace de los escritores
meros amanuenses de lo sutil e imponderable.
rigilo99@gmail.com
Día 07 de Junio –Programa
Gran final de 'Los pequeños gigantes de la
lectura'
Pabellón de los Jardines de Cecilio Rodríguez-12:00 - 14:00
II Jornadas Sin Libros no hay Ciencia. Día
2
Taller-Pabellón CaixaBank-10:30 - 13:45
Encuentro con Javier Ruescas
Encuentro y charla-Salón de actos,Biblioteca Municipal Eugenio Trías-11:00 - 13:00
Leer más…. https://ferialibromadrid.com/actividades-2024/
Madrid.-
06 de junio de 2024
Conferencia "El Libro y
la Lectura, un campo de batalla", con el poeta Luis José Oropeza, en San
Cristóbal, Venezuela.
Con
el patrocinio de la Biblioteca Pública Central "Leonardo Ruiz
Pineda", en la villa de San Cristóbal, capital del estado Táchira, en
Venezuela, el reconocido hombre de letras, Luis José Oropeza, disertará este
viernes siete de junio, a las diez de la mañana, su conferencia "El libro
y la lectura, un campo de batalla".
En
la información, suministrada por el mismo conferencista, destaca que su
conferencia trata de un interesante recorrido por la exquisita travesía del
libro; un objeto hecho con arte que, desde hace cinco mil años aún nos asombra
con sus voces, con sus ecos fundidos detrás de sus grafías, dejando en el
lector un legado mágico de eufórica experiencia.
Luis José Oropeza, vive en el Tachira (San Cristóbal) Venezuela, es poeta y ha escrito varios poemarios, “Y hablo conmigo mismo (poemas 1974), “Donde nadie te nombra” (poemas 1975), “Opuscular de sangre” (poemas 1976), “La angustia de otros días” (poemas 1981), “Canción del pordiosero” (1987), “Conversaciones con Encaje” (conversaciones 1993), “Nocturnidad” (poemas 1994), “Espérame en Peribeca en ritmo de rock”, entre otros mas libros, es bibliotecario, y se ha destacado en dar conferencias, tanto al público en general y a los niños.
Ultimamente
la FILVEN 2024(Feria Internacional del Libro de Venezuela) le rindió un homenaje al poeta Luis José Oropeza, en el
Ateneo del Táchira, en la ciudad de la cordialidad, San Cristobal del Táchira.
Su
reciente visita a Madrid, y a los lugares mas importantes de la cultura, como
Alcala de Henares, la casa museo de Miguel de Cervantes Saavedra; ha sido muy enriquecedor conocer estos
lugares, toda España es cultura, nos comentó.
Desde
La Gatera Press, le deseamos muchos éxitos.
Presentación de Getafe Negro
06
de junio 11:00 - 12:00h
Participan:
Lorenzo
Silva, Maica Rivera
Lugar:
Pabellón Comunidad de Madrid -Público: Adultos
Días 06 y 07 - PROGRAMA
Crea tu historia
Pabellón
Infantil- 10:00 - 11:00h
II Jornadas Sin Libros no hay Ciencia. Día
1.
Pabellón
CaixaBank- 10:00 - 14:00h
Taller 'Leyendo en movimiento'
Pabellón
Europa- 10:00 - 10:45h
Presentación de Getafe Negro
Pabellón
Comunidad de Madrid- 11:00 - 12:00h
Entrega de la V edición del Premio
Internacional de Relatos Hammam Al Ándalus
Salón
de actos – Biblioteca Eugenio Trías- 11:00 - 12:00h
Taller 'Leyendo en movimiento'
Pabellón
Europa- 11:00 - 11:45h-Infantil
Taller de cromos molones con 'Mateo Molón'
Pabellón
Infantil- 11:30 - 12:30h-Infantil
Traducir la literatura rumana:
oportunidades y apoyo institucional La palabra a los traductores
Salón
de actos – Biblioteca Eugenio Trías- 12:30 - 14:00h
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Firma de autores: https://ferialibromadrid.com/firmas-2024/?dia=02-06-2024
'Kalopsia, un planeta no tan diferente'
Pabellón
Europa- 10:00 - 10:25h-Infantil
Descubriendo la Botánica-Un día Botánico
Pabellón
Infantil- 10:00 - 13:00h- Infantil
II Jornadas Sin Libros no hay Ciencia. Día
2.
Pabellón
CaixaBank- 10:30 - 14:00h-Adultos
'Kalopsia,
un planeta no tan diferente'
Pabellón
Europa-10:45 - 11:10h-Infantil
Encuentro con Javier Ruescas
Salón
de actos – Biblioteca Eugenio Trías-11:00 - 13:00h
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Firma de autores: https://ferialibromadrid.com/firmas-2024/?dia=02-06-2024
Madrid.- 06 de junio de 2024
Este otoño vuelve Festival
Eñe a Madrid y Málaga con Chile como país invitado de la edición
La
decimosexta edición del festival se celebrará del 9 de noviembre al 1 de
diciembre de 2024 y estará protagonizada por algunas las voces más interesantes
del panorama cultural español e internacional, desde la literatura al cine, la
música o las artes escénicas, entre otras manifestaciones de la creación
contemporánea.
Chile
será el país invitado de Festival Eñe 2024, contando con una importante
representación de sus autores y artistas más notables. Muy pronto iremos
desvelando los primeros invitados.
El
tema principal que impregnará el programa artístico será Democracia, cuestión
fundamental en las relaciones humanas y urgente hoy en día, para ser tratado
desde la cultura y los creadores.
En
la web, se puede leer el manifiesrto del director literario Jesús Ruiz
Mantilla, para esta edición.
https://www.lafabrica.com/festivalene/
La Gatera Press.-
DÍA A DÍA, por la Feria del Libro de Madrid
Taller infantil 'Árboles', con Piotr Socha
Taller
infantil-Pabellón Europa-9:45 - 11:15
'Rodando Páginas 7'. Uso de la IA en
procesos creativos: del desarrollo de la idea al 'pitch' de venta
Taller-Salón
de actos-Biblioteca Municipal Eugenio Trías-10:30 - 14:30
En el mundo del cómic con Octav Ungureanu,
director del Bucharest Comics Fest
Taller
infantil -Pabellón Infantil-11:00 - 11:50
'El vaivén de la Feria': Club de lectura
fácil
El
vaivén de la Feria -Sala Polivalente-Biblioteca Municipal Eugenio Trías-11:00 -
12:30
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de autores: https://ferialibromadrid.com/firmas-2024/?dia=02-06-2024
Día 05 -PROGRAMA
'Festival Liternatura: Escribir el cielo,
escribir el agua'
Pabellón
CaixaBank-18:00 - 19:00h
Como el consumo local favorece el
medioambiente
Taller
de Ideas – Biblioteca Eugenio Trías- 18:00 - 19:00h
Hábitos de vida sanos para un planeta
sano: cómo cuidar del planeta desde nuestras casas
Pabellón
Europa- 18:00 - 19:15h
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de autores: https://ferialibromadrid.com/firmas-2024/?dia=02-06-2024
Venezuela(Caracas).- 03 de mayo de 2024
El dios creador
El
demiurgo-escritor nos hace guiños por doquier, juega con nosotros, interactúa y
establece con cada uno una relación sutil, pero necesaria, a los fines de que
estemos contestes y despiertos
Cuando
vamos al Diccionario de la Lengua Española por el vocablo “Demiurgo”, hallamos
algo interesante: “En la filosofía de los platónicos y alejandrinos, dios
creador”; y todo esto va a cuento porque el escritor suele ser considerado como
tal: crea nuevos mundos, grandes personajes, intrincadas historias y se hace
dueño del destino de todos, y cuando lo analizamos con la cabeza fría nos
percatamos de que aquello es sencillamente maravilloso, porque con ese “magma”
que moldea con sus manos, configura seres que sufren y disfrutan, que aman y
odian, que hacen de sus existencias espacios para la recreación de “realidades”
que, nos llevan a volar, a salirnos de la página del libro y asistir fascinados
al encuentro de lo imposible.
El
poder de la escritura creativa es inmenso, y tenemos que estar conscientes de
ello, porque sólo así asistiremos a nuestro cotejo con la cuartilla, desde la
conciencia de la gran responsabilidad que tenemos en nuestras manos, porque eso
que recreamos no es mera fantasía, ya que al ser leído y creído por quienes se
acercan a las páginas del libro, pasa a formar parte de su realidad, y ella
incide en su persona y en su entorno, y esto podría significar también un
reacomodo en su existencia, un cambio sustancial, un impacto tremendo que
reoriente su destino y el de los suyos, lo que nos lleva a asumir nuestra labor
con una dignidad (no hallo otro vocablo) que deberá ir más allá del aspecto
meramente formal, que es importante, no lo niego, y diría que es esencial y
consustanciado con lo que se nos cuenta: ese universo paralelo que se abre ante
nosotros y que nos lleva de la mano a subsumirnos en él, a ser parte de la
trama, a reírnos o a llorar, a hacernos cómplices, más que espectadores de lo
allí plasmado.
El
demiurgo-escritor está conteste con su papel de dios, y lo asume con gallardía
y entrega todo de sí para estar a la altura de las circunstancias, y es
precisamente esa “conciencia de sí” lo que lo atribula, lo que lo lleva a
entregarse a la tarea creadora con una pasión que va más allá de lo obvio y de
la lógica, que lo empuja a olvidarse de él mismo (o de ella) para hacerse parte
y todo de lo narrado, para dejar su mundo personal atrás y abrirse sin
reticencias a un espacio mágico, en donde habitan seres como los reales, pero
que no lo son, aunque esos seres tengan nombres y biografías tomados de la vida
misma, porque al ser incluidos en una trama novelesca, los convierte en seres
literaturizados o de ficción, que son tan creíbles como los de carne y hueso, y
para ello hablamos de la verosimilitud, y aquí está precisamente su encanto y
su razón de ser: sentir que todo aquello sucede ante nuestros ojos, que los
personajes están tan vivos como nosotros, que su esencia humana es la nuestra y
entonces los amamos o los odiamos, pero jamás somos indiferentes frente a
ellos, porque no es posible tamaña traición a nuestro pacto como lectores con
el artífice de aquellas páginas.
El
demiurgo-escritor nos hace guiños por doquier, juega con nosotros, interactúa y
establece con cada uno una relación sutil, pero necesaria, a los fines de que
estemos contestes y despiertos, a que demos el salto dentro de la página, a que
entremos a formar parte de ese mundo de ficción, y cuando esto sucede, que
suele ser a las primeras de cambio, pues nos atrapa sin remedio, nos fagocita y
lo sabemos, pero nos entregamos a él como lo hace el amante a su pareja, y así
de la mano con esos seres fantasmales y reales a la vez, recorremos las calles
de ciudades desconocidas para nosotros, nos internamos en inhóspitos
territorios, navegamos por inmensos mares, subimos a la cima de los grandes
montes, nos topamos con seres extraordinarios en su beatitud o en su maldad,
nos codeamos sin más con héroes y villanos, conocemos lo que se oculta tras las
sombras, indagamos con inquietud en medio de la oscuridad de la noche y también
nos regocijamos cuando el anhelado encuentro, o la verdad escondida, o el sueño
imposible por maravilloso, se nos muestran como trofeos ante nuestros ojos.
Leemos
cuento y novela, poesía y ensayo, y literatura en general, porque anhelamos ser
sublimados por el encanto del creador, de lo contrario sería una tontería
acercarnos a las páginas, amén de una pérdida de tiempo, pero sabemos que tras
ellas nos aguardan cosas impensables en nuestro propio mundo, por lo menos en
sus matices y derivaciones, y dejamos nuestra cotidianidad para abrir el libro
y traspasar el umbral: y una vez dentro nos dejamos llevar por las palabras que
se hacen imágenes, y sin darnos cuenta somos arrastrados por la corriente de lo
contado y nos hacemos parte del cauce, vamos en una suerte de hipnosis viviendo
mundos paralelos, cabalgando sucesos y realidades que nos impactan en su
esencia, que hacen tambalear nuestras propias convicciones, que nos hacen
entrever cuestiones en las que jamás habíamos reparado, y es precisamente allí
en donde está la clave de la lectura: ser y no ser, estar y no estar, vivir o
dejarse vivir, irnos pero al mismo quedarnos en la quietud del espacio en el
que nos hallamos, y todo este portento y esta revelación son materializables
gracias al poder de la palabra.
No
en vano se nos cuenta en la Biblia que Dios, el gran demiurgo, creó todo con la
palabra, y Jorge Luis Borges, en su atrevimiento, vio en aquellas páginas el
súmmum de lo literario.
rigilo99@gmail.com
La Gatera Press.-
DÍA A DÍA, por la Feria del Libro de Madrid
Continuamos con las actividades/programaciones.
TALLER-
Pabellón Infantil- 12:00 - 12:45
Cuentacuentos con Rebeca Barrón
Voluntarios
CaixaBank y miembros de la Asociación Argadini trabajan juntos en programas de
Educación Emocional a través de la creatividad, para la integración cultural y
social de las personas con discapacidad intelectual y trastorno del espectro
autista.
CUENTACUENTOS
- Pabellón CaixaBank- 17:00 - 18:00
HOMENAJE-
Salón de actos- Biblioteca Municipal Eugenio Trías-17:30 - 18:30
Isabelle
Wéry, escritora, actriz y directora de teatro belga francófona, hablará de su
libro Marilyn Désosée (en español, traducido como Marilyn al desnudo) con el
que ganó el Premio de Literatura de la Unión Europea.
MESA REDONDA-Pabellón Europa- 18:00 - 19:00
El deporte en la lengua
El
filólogo y académico de la Real Academia Española Pedro Álvarez de Miranda, y
el periodista y escritor Álex Grijelmo, conversarán sobre la relación entre la
lengua y el deporte.
MESA REDONDA- Pabellón CaixaBank- 18:30 - 19:30
'Carne
Cruda' hará por primera vez su programa en la Feria del Libro de Madrid, de la
mano del espacio Indómitas. El programa, dirigido y presentado por Javier
Gallego ‘Crudo’, y copresentado por Violeta Muñoz, dará voz a aquellos editores
que, por el carácter de sus publicaciones, no tienen cabida en las casetas del
Paseo de Coches.
PÓDCAST-
Teatro Casa de Vacas-19:00 - 20:30
Irreverente,
encantadora, inteligente, inconformista…, Mafalda pone en cuestión la
autoridad, las normas sociales y el mundo que la rodea.
HOMENAJE-
Salón de actos - Biblioteca Municipal- Eugenio Trías-19:00 - 20:00
Presentación del libro 'La personalidad y sus trastornos', de José Luis Carrasco
La
personalidad es la tendencia a ser de una manera, pero no es lo que somos. No
es una etiqueta. Todas las personalidades crecen y maduran, excepto los
trastornos de la personalidad, que solo se pueden cambiar con un buen
tratamiento.
PRESENTACIÓN-
Pabellón Europa- 19:30 - 21:00
Un
mundo de amor y mitología como nunca antes lo habías experimentado
NARRACIÓN ORAL-Pabellón Comunidad de Madrid- 19:30 - 20:30
Firmas de algunos escritores:
Entrar a este enlace:
https://ferialibromadrid.com/firmas-2024/?dia=02-06-2024
Madrid.- 02 de junio de 2024
Fotos. La Gatera Press
DÍA A DÍA, por la Feria del Libro de Madrid
Ayer sábado 01 de junio, se esperaba que la visita de los feriantes, lectores y público en
general, a la feria del libro, sería algo normal, pero realmente paso de lo
normal, la asistencia fue de gran
concurrencia, niños, adultos, personas mayores, y hasta mascotas, estaban allí,
con las ganas de conocer a sus autores y la firma de ellos, notándose largas
colas, como la del escritor, cineasta Alejandro Jodorowsky, quien a sus 95
años, se mantuvo firmando sus libros, hasta las 9 de la noche.
Para hoy domingo 02 de junio
Continuamos con las actividades/programaciones.
Madrid: la Feria eres tú
Pabellón
Comunidad de Madrid- 12:00 - 13:45h- Infantil
Fundación Piel Sana en la Feria del Libro
de Madrid
Espacio
Jaleo- 02 de junio 10:30 - 21:00h
'El Transiberiano¸ el tren que cambió el
mundo', con Eva Orúe y Sara Gutiérrez
Pabellón
Europa- 12:00 - 13:00h- Adultos
'Arsénico Caviar: Contra los libros'
Pabellón
CaixaBank- 12:30 - 13:30h
Cuentacuentos con Marta Prada de
pequefelicidad
Pabellón
Infantil -13:00 - 13:45h - Infantil
La mirada de Manuel Chaves Nogales en 2024
Pabellón
CaixaBank- 13:45 - 15:00h- Adultos
Encuentro con el autor Mijaíl Shishkin y
presentación de su libro 'Mi Rusia. La guerra o la paz'
Pabellón
CaixaBank- 17:00 - 18:00h- Adultos
Cuentos del mundo con Ana C. Herreros,
Daniel Tornero y Valeria Kisselova
Pabellón
Infantil- 17:30 - 18:30h- Familia
Literatura juvenil de premio
Pabellón
Europa- 18:00 - 19:15h- Juvenil
Presentación del programa Technovation
Girls Madrid
Pabellón
Comunidad de Madrid -18:30 - 19:30h- Familia
'Conakry Capital Africana del Libro':
Encuentro con el autor El Hadj Mamadou Sylla
Pabellón
CaixaBank- 18:30 - 19:30h-Adultos
Descubre los grandes enigmas de la ciencia
con Luis Quevedo y Marian Mellén
Pabellón
Infantil-18:30 - 19:15h- Infantil
'Más allá de la foto: Malta y su
literatura'. Diálogo entre Azahara Alonso y Antoine Cassar
Pabellón
Europa- 19:30 - 21:00h- Adultos
Mitología y Leyendas chinas
Pabellón
Infantil- 19:30 - 20:15h-Infantil
Presentación de ‘Duro como el agua’, la
última novedad en español del autor chino Yan Lianke
Pabellón
CaixaBank- 20:00 - 21:00h-Adultos
Para las Firmas de autores :
https://ferialibromadrid.com/firmas-2024/?dia=02-06-2024
Horario de visita:
Del
31 de mayo al 16 de junio de 2024 / Parque de El Retiro
L-J
10:30 - 14:00 h / 17:00 - 21:00 h
V-D
10:30 -15:00 h / 17:00 - 21:00 h
Horario especial: el viernes 7 de junio
cerraremos a las 23:30
Madrid.-
01 de junio de 2024
La Gatera Press
FERIA DEL LIBRO DE MADRID
Se ha inaugurado la Feria del Libro del parque de Retiro en Madrid, como en años anteriores la Reina Letizia, dio el toque de apertura oficial, a la feria. Notoria fue la asistencia del público y de los feriantes, que acudieron en la mañana del 31 de mayo, como se tenia previsto. La reina ha paseado por casi todos los pasillos y como buena lectora, ha conversado y saludado a los expositores, entre aplausos y vítores, la reina deja instalada esta 83ª edición, considerándose una de las ferias de libros, con mayor repercusión en toda Europa.Estaremos reseñando las novedades desde este espacio.
El
horario de visita:
Del
31 de mayo al 16 de junio de 2024 / Parque de El Retiro
L-J
10:30 - 14:00 h / 17:00 - 21:00 h
V-D
10:30 -15:00 h / 17:00 - 21:00 h
Horario
especial: el viernes 7 de junio cerraremos a las 23:30
PROGRAMACIÓN para este fin de semana
Cimas de roca y cumbres literarias. La
traducción de la literatura de montaña
Mesa redonda-Pabellón Europa- 12:00 -
13:000
Las
traductoras Inés Clavero, autora de la versión en castellano de Cuando las
montañas bailan, de Olivier Remaud, y Amelia Pérez de Villar, traductora de Los
indómitos de la montaña, de Dino Buzzati, charlarán sobre lo que supone
enfrentarse a un texto de temática deportiva, desde el reto del posible
vocabulario específico y del léxico del paisaje hasta abordar esa ascensión
permanente, a veces solitaria y sin campamento base, que es la traducción
Participan:
Inés Clavero (Traductora), Amelia Pérez de Villar (Traductora)
Moderado
por:Jesús Negro.
Evento
sobre deporte: Actividad relacionada con el deporte
Organizado
por:Representación de la Comisión Europea en EspañaACE traductoresCEDRO (Centro
Español de Derechos Reprográficos
'La ausencia del amante: Alberto Conejero
conversa con Éric Chacour'
Mesa redonda- Pabellón CaixaBank -12:30
- 13:30
Con
motivo de la publicación en España de Lo que sé de ti (Dos Bigotes, 2024), de
Éric Chacour, el autor quebequés conversará con Alberto Conejero, Premio
Nacional de Literatura Dramática 2019 por La geometría del trigo y autor de En
mitad de tanto fuego (Dos Bigotes, 2018 y 2023, respectivamente), en torno al
amor prohibido, el exilio y las relaciones familiares. Modera el politógolo,
columnista y tertuliano Pablo Simón.
'Mirar de cerca, escribir de lejos: una
conversación sobre la escritura de perfiles'
Mesa Redonda- Pabellón CaixaBank-18:30 -
19:30
Caparrós
ha dicho muchas veces que «un buen periodista es aquel que ve allí donde todos
miran algo que no todos ven». Leila Guerriero y Anatxu Zabalbeascoa son ejemplo
de esto. Dos autoras, de latitudes diferentes, han entrenado su mirada como
atletas. Sus perfiles son un juego de cámara a través del cual entran y salen
para contar con orfebrería literaria lo excepcional que hay detrás de la
cotidianidad de un personaje. Una conversación, moderada por Eva Serrano, sobre
la mirada, la objetividad y la distancia que requiere el buen periodismo.
Presentación de 'La voz del maestro' y
encuentro con su autor
Presentación-Pabellón Europa-18:30 - 19:30
Con
motivo de la publicación de 'La voz del maestro', Alejandro Jodorowsky, su
autor, mantendrá un encuentro con sus lectores. Tras una breve introducción de
Ofelia Grande, directora de Siruela, y del saludo de Jodorowsky, se procederá a
dar el turno de palabra al público.
Novela negra y territorio
Mesa redonda- Pabellón CaixaBank- 20:00 -
21:00
La
autoras Roxanne Bouchard (Éramos la sal del mar, Ático de los libros 2024),
Violaine Bérot (Premio de las Librerías de Madrid 2023 por Como bestias, Las
Afueras) y Pilar Adón (Premio Nacional de Narrativa por De bestias y aves,
Galaxia Gutenber, 2023) conversarán sobre novela negra y territorio con la
moderación de Marina Sanmartín (librera de Cervantes y Compañía, autora de
novela policiaca y encargada de la sección de novela negra del ABC Cultural).
Domingo 02 de Junio
'El Transiberiano, el tren que cambió el
mundo'
Diálogo- Pabellón Europa-12:00 - 13:00
Diálogo
entre Eva Orúe y Sara Gutiérrez, autoras del libro En El Transiberiano. Una
historia personal del tren que forjó un imperio. En 1994, una periodista y una
médica que se habían conocido en Moscú decidieron hacer el trayecto desde la
capital rusa hasta Vladivostok siguiendo la gran ruta siberiana para conocerse
mejor y conocer también el país que habitaban. Treinta años después, recuperan
ese viaje y, al ritmo que marca su peripecia personal, reconstruyen la historia
de la vía férrea que forjó un Imperio, cambió el mundo, y vislumbran el futuro
de esa ruta mítica.
'Arsénico Caviar: contra los libros'
Pódcast- Pabellón CaixaBank- 12:30 - 13:30
Todo
está en los libros, dicen. Pero no siempre es así. Hay libros de calidad
dudosa, escritores a los que les deberían revocar la licencia, influencers que
hacen cosplay de la lectura, la escritura y la literatura, y, en general, gente
que se ha puesto a leer para contarlo en Instagram. Este programa con Beatriz
Serrano y Guillermo Alonso está dedicado a todos ellos.
'La mirada de Manuel Chaves Nogales en
2024'
Homenaje-Pabellón CaixaBank-13:45 - 15:00
Manuel
Chaves Nogales es uno de los escritores y periodistas más importantes de la
primera mitad del siglo XX. Su búsqueda de la verdad por encima de cualquier
ideología hizo de él una voz incómoda en una España dividida y en una Europa
presa de los totalitarismos, por ello, durante medio siglo, su obra fue
condenada al ostracismo. Redescubierto en la década de los noventa, su figura
es hoy una referencia ineludible para pensar nuestra sociedad y nuestra
democracia. A ello nos ayudarán cinco destacadas periodistas y lectoras de
Chaves Nogales, Marta García Aller, Ainhoa Paredes, Charo Ramos y Mavi Doñate,
moderadas por Paloma Bravo, que analizarán su vigencia en 2024.
Presentación de 'Mi Rusia. La guerra o la
paz' de Mijaíl Shishkin
Encuentro-Pabellón CaixaBank-17:00 - 18:00
Mijaíl
Shishkin presenta Mi Rusia. La guerra o la paz, una obra reveladora en la que
el mejor novelista ruso de este siglo, cartografía desde el amor y el
desarraigo la historia y cultura de su país, contradictorio, y cuyo futuro solo
puede predecirse a la luz del pasado. La editorial Impedimenta publica este
ensayo donde Shishkin explica por qué Rusia nunca ha sido libre.
'Conakry Capital Africana del Libro'.
Encuentro con el autor El Hadj Mamadou Sylla
Encuentro-Pabellón CaixaBank- 18:00- 19:30
En
el marco de su proyecto 'Conakry Capital Africana del Libro', la República de
Guinea Conakry presenta la obra El hombre y el destino, de El Hadj Mamadou
Sylla, a través de la cual se aborda un aspecto importante de su vida en la
época del primer presidente guineano, así como en la era del General Lansana
Conté, pasando por el CNDD hasta el régimen de Alpha Condé. Este libro es una
contribución que destaca su experiencia acumulada durante su exitosa carrera
como hombre de negocios.
'Más allá de la foto: Malta y su literatura'.
Diálogo entre Azahara Alonso y Antoine Cassar
Mesa Redonda-Pabellón Europa-19:30 - 21:00
A
menudo hablamos de un lugar como destino turístico, pero obviamos detalles más
significativos: la visión de las personas nativas y de las personas extranjeras
que allí viven. La confluencia de ambos puntos de vista puede hacer emerger una
idea particular de cualquier geografía, pero muy especialmente si se trata de
Malta. De esta forma, el poeta maltés Antoine Cassar y la autora española
Azahara Alonso conversarán acerca de las fascinantes particularidades del
carácter maltés: su paisaje más allá de la foto, su hospitalidad, su historia y
su literatura desde dentro y desde fuera.
Presentación de 'Duro como el agua’, del
autor chino Yan Lianke
Presentación-Pabellón CaixaBank-20:00 -
21:00
Yan
Lianke visita Madrid para presentar su nueva novela en español, Duro como el
agua (Automática Editorial, 2024). El autor vuelve a sorprendernos con su
lenguaje rico en imágenes y sensaciones en esta obra ambientada en los años de
la Revolución Cultural china que indaga sobre el absurdo de la ideología y el
lado oscuro del ser humano. Acompañarán al autor Belén Cuadra Mora, traductora
de la obra y doctora en Traducción por la Universidad de Granada, y Taciana
Fisac catedrática de Estudios de Asia oriental, Universidad Autónoma de Madrid.
También estarán presentes algunas firmas:
1 DE JUNIO
Emma
Southon, Miguel Pardeza, Jesús Carrasco, Carlos Sobera, Paula Ducay, Manuel
Rivas, Carme Chaparro, Luis García Montero, Blue Jeans, Chema Madoz, Luis
Landero, Julia Navarro, Fernando Aramburu...
2 DE JUNIO
Luis
Mateo Díez, Pablo D'Ors, Luna Javierre, Sara Torres, Roberto Bartual, Leila
Guerriero, Elvira Sastre, Yan Lianke, Guillaume Perreault, Sergio del Molino,
Anatxu Zabalbeascoa, Eva Orúe, Sara Gutiérrez, Miguel Ángel Revilla, Ángel
Martín, Jesús Carrasco, Jordi Sierra i Fabra, Ana Rossetti, Sara Búho, Clara
Sánchez, Magalí Etchebarne, entre otras mas.
Madrid.- 30 de mayo de 2024
Por: Gastón Segura
De feria en feria
En
las grandes tardes de la isidrada, durante el quinto toro, la ventolina de
Levante trae algunas gotas de amenaza; a veces, incluso, se descerraja el
cielo, y nos deja ensopados como a marineros en cubierta. De pronto, se
arremolinan los tendidos, se apiña irrespetuosamente el respetable en las bocas
de salida y los chubasqueros nos vuelven frailunos, mientras van asomando los
costillares de Las Ventas en gris cemento. Por el contrario, en el ruedo, el
matador suele perder las zapatillas, pero nada se interrumpe.
A
un par de kilómetros de allí y en la misma calle, el efecto es muy otro: de
estampida se vacía el paseo de coches, los libreros se pasman en la desolación
y, si el chaparrón persiste, las casetas echan la persianilla blanca para que
el Retiro brille de un solitario charol cantábrico. Solo unos novios, bajo un
tilo, se besan como en las películas antiguas, cuando el amor, si no era pasado
por agua, desmerecía su nombre.
Estas
son las estampas propias de estas fechas en Madrid, cuando la feria de bravos
alcanza su meridiano y la de libros se inaugura entre las cámaras de televisión
y la cordialidad de los reyes. Enseguida vendrán las grandes colas —ahora,
hasta con seguratas de uniforme— para la firma de alguna celebridad, por
supuesto, ajena a la literatura, que presenta un tomazo con una biografía de
mentira, y que constituirá el agosto para el quiosco que la albergue. Son las
escenas pasajeras de este acontecimiento donde siempre echo de menos a Ramón
Gómez de la Serna, montado sobre un elefante y con un altavoz de bocina; el
único escritor de verdad capaz de sentirse a sus anchas entre esa marejada
mundanal y gárrula, que avanza curiosona y a trompicones.
Pero
no vengo hablarles del paisaje y ni del paisanaje, sino de algunos títulos que
merecen, por su insólita peculiaridad, su atención durante esta feria, y si
tienen la bondad, su compra. En Drácena, por ejemplo, hemos rescatado El
chirrión de los políticos (1923); una aparente rareza de su autor, Azorín;
además, con un estupendo prólogo del profesor Domingo Ródenas. Digo rareza,
porque debo remontarme hasta el joven Martínez Ruiz de 1897, cuando Leopoldo
Alas le auguró en un Palique que podía ser “una de las pocas esperanzas de la
literatura satírica” nacional para encontrarlo cultivando la eutrapelia o, por
el contrario, avanzar unos cuantos años más, hasta 1928, para señalarles su
comedia El Clamor, escrita a dos manos con Pedro Muñoz Seca; nuevo botón de esa
afición suya por la humorada, contra cuanto nos puedan sugerir sus últimas
imágenes de viejito atildado y enjuto. Función teatral, por otra parte,
saludada durante su estreno con un sordo y cenizo escándalo, al hurgarle las
entretelas más mezquinas a la prensa y cuya consecuencia, por aquello de no hay
castigo sin venganza, fue el consiguiente fracaso de taquilla.
Dejando
de lado los escándalos provocados por los títulos de Azorín —en algún caso,
hasta con intervención de guardias a caballo— este par de obras nos recuerdan
como el maestro de Monóvar puso en solfa —de la mejor manera que debe hacerse:
con la burla— a los dos gremios que hoy, un siglo después, vuelven a ser
muñecos de la diatriba: los periodistas y los políticos. Y la novela, El
chirrión de los políticos, pese a su final de resignado estoicismo, es ante
todo un guiñol sobre las hipocritonas y chanchulleras componendas que
enterraron la Restauración alfonsina; lo alarmante consiste en que su carrusel
de escenas —las votaciones, el parlamento, los ministerios…— nos calcan, sobre
su regusto añejo, la actualidad más candente; semejanza que invita a tentarse
la ropa y ponerle velas a san Isidro —por no alejarnos del momento—, o
encogerse de hombros y cabecear aquella socorrida murmuración de “esto no tiene
remedio”.
Con
este mismo espíritu de revivir la neta literatura pero en tono más lírico y
hasta si me apuran trascendente, también llevamos a la feria El humo dormido
(1919), de Gabriel Miró; colección de estampas, publicadas durante el año
anterior en La Publicidad, de Barcelona, y estimulantes, si no cruciales, para
la gestación de la Generación del 27, como expongo en el prólogo que, casi de
improviso, me correspondió; al parecer concluido con acierto, porque hasta el
momento no ha habido queja. Este tomito de una docena de cuentos más diez
viñetas —como él llamó a esa decena de pasajes populares de la Semana Santa—
debiera convertirse, como para Jorge Guillén, Dámaso Alonso o Gerardo Diego, en
consejero de estilo y sensibilidad de muchos poetas presentes, y más aún para
cuantos, deslumbrados por aquella esplendorosa generación, son fieles
acopiadores de sus títulos; a los demás, tendría que colmarnos con largura la
mucha delicadeza de la prosa mironiana. O, al menos, con ese propósito lo
reeditamos.
Y
pisando terrenos de la poesía, no quiero despedirme sin recordarles que Betania
acaba de publicar una nueva antología, a cargo de mi amigo León de la Hoz,
titulada Gastón Baquero, lo que no se ve; por supuesto, sobre esa cima
antillana de nuestra lírica del s. XX, muerto aquí mismo, a dos pasos del
Retiro, en 1997, cuando apenas si comenzaba a recuperársele. Quienes aún
ignoren a mi tocayo, léanlo y asómbrense, al pronunciar las tónicas en su
sitio, como su música escondida va elevando imponentes y rumorosas imágenes,
tan de allá pero tan nuestras, pues en español resuenan.
*Gastón Segura, es licenciado en Filosofía por la Universidad de Valencia, Se trasladó a Madrid en 1990, donde ejerció diversos trabajos hasta que en 1990 se dedicó de lleno a la literatura.
Madrid.-30 de mayo de 2024
Noticias
antes de la apertura de La Feria del Libro de Madrid
La Feria del Lbro de Madrid sigue dando pasos para reducir su impacto medioambiental
Una de las cuestiones que más obsesiona a la organización es lograr cada año una edición más sostenible, respetuosa con el medioambiente y con el escenario en el que se emplaza, el Parque de El Retiro.
Con
el inicio de la nueva dirección de la Feria, hace ya dos años, se tomaron
ciertas medidas que pudieron parecer simbólicas, pero significaron un paso más
hacia su objetivo de convertirse en un evento sostenible: no imprimir la
programación para reducir el consumo de papel y eliminar la megafonía para
minimizar la contaminación acústica.
«Hacemos lo que podemos, y tenemos que
hacer aún más, porque nuestra permanencia en El Retiro depende de ello y porque
tenemos la obligación de cuidar del jardín de jardines que la ciudad de Madrid
pone a nuestra disposición»,
afirma Eva Orúe, directora de la Feria del Libro de Madrid.
Los aliados de la Feria en materia
medioambiental
Por
un lado, vuelve a confiar, un año más, en su proveedor de bolsas de papel
reciclado verificadas por FSC (Forest Stewardship Council), que promueven la
economía circular y la reutilización de materiales. Alejandro Salgado, director
de la organización que se dedicada a promover la gestión forestal responsable y
sostenible, la conservación de la biodiversidad, el respeto por el derecho de
los trabajadores y la defensa de los intereses de las comunidades locales,
explica que «los primeros beneficios de la gestión forestal con certificación
FSC® están en el inicio del proceso, en los propios bosques y en la comunidad
que los gestiona; esa cadena continúa con empresas del sector comprometidas —en
España, casi 170 en la edición y artes gráficas— y que seleccionan esas
materias primas». Según Salgado, en el lector culmina este proceso: él es el
consumidor final y «con su compra individual mantiene activa esta secuencia».
Por
segundo año consecutivo, Aquaservice, empresa líder en distribución de agua
embotellada con dispensador en España, colabora con la Feria del Libro de
Madrid ofreciendo 600 litros de agua a la organización y a los diferentes
participantes de forma sostenible. Esta colaboración hace posible evitar el uso
de 10,20 kg de plástico en el evento, equivalentes a 1200 botellas de un único
uso.
Asimismo,
el reparto de mercancía durante la Feria está centralizado y es 100%
sostenible, al igual que en la edición pasada, gracias a Seur. Los vehículos
eléctricos encargados de realizar las entregas recorren el Paseo de Coches dos
veces al día. El coste de este servicio para expositores, que utiliza
transpaletas eléctricas, es asumido por la Feria. Además, esta empresa de
mensajería habilita un servicio especial durante la Feria: el envío a su tienda
física en la calle Fernán González de las compras que se realicen en las
casetas por parte del público visitante.
Por
primera vez en su historia, el que es considerado uno de los principales
eventos culturales de nuestro país consumirá energía renovable. Gracias a su
recién estrenada alianza con Repsol, podrá alimentar la mayoría de los
pabellones que se construyen a lo largo del Paseo de Coches con 4000 litros de
combustible elaborado a partir de residuos orgánicos, como aceites vegetales
usados. Esta medida se traduce en la mejora del rendimiento energético y la
reducción de las emisiones del evento. Además, este acuerdo también propiciará
que los escenarios efímeros de ‘La noche iluminada’ —la del viernes 7 de junio—
sean alimentados por energía solar. Asimismo, y también a través de Repsol, la
Feria impulsará la movilidad sostenible con ofertas especiales, tanto para
expositores como para visitantes, para el uso de vehículos híbridos enchufables
Wible, que estarán disponibles en un mayor número en los alrededores de El
Retiro entre el 27 de mayo y el 17 de junio.
Planes de futuro
«No
tenemos que esperar a que nos tiren de las orejas para mejorar nuestro comportamiento,
tenemos que tomar la iniciativa». Así de contundente expresa Eva Orúe el
compromiso de los organizadores de la Feria con la preservación y conservación
del enclave natural que acoge el evento. Esa misma firmeza le lleva a
contemplar medidas que entrarán en vigor el año que viene «asumiendo el coste
de una obra que nos permitirá prescindir de uno de los generadores que
actualmente necesitamos, y está bien que así sea». Como explicó ella misma en
la presentación de la 83.ª edición, el pasado 8 de mayo, «ha sido imposible
conseguirlo este año, pero los trabajos que se acometerán en los próximos meses
en El Retiro garantizarán que la próxima edición reduzcamos considerablemente
nuestro impacto».
La
directora de la Feria también hace hincapié en lo necesario que es que tanto
visitantes como expositores colaboren en el objetivo de celebrar una Feria cada
año más sostenible. «Sin su ayuda, el esfuerzo que estamos haciendo servirá de
poco. Vale desde el gesto más pequeño (depositar la basura en el contenedor
adecuado) hasta el más grande (utilizar el transporte público). Conseguir que
la Feria del Libro de Madrid sea mejor es cosa de todos, lograr reducir la
huella de nuestro paso es cosa de todas».
Santa Cruz de Tenerife.- 30 de mayo de 2024
El 01 de junio.Conferencia de Ricardo Espinoza
Ricardo Espinoza Lolas estará el sábado 1 de junio en TEA a las 12:00 horas para participar en el ciclo No-Todo: crítica y negatividad. Este espacio de pensamiento, coordinado por Roberto Gil Hernández, profesor del Departamento de Sociología y Antropología de la Universidad de La Laguna, se constituye como un lugar de reflexión sobre los límites del conocimiento y la experiencia.
Espinoza Lolas impartirá la conferencia titulada Un NosOtros como expresión de lo humano en tiempos de incertidumbre. En ella plantea una teoría radical de lo humano que trata de romper con los convencionalismos para poner el foco en el papel constitutivo que cumple la otredad en nuestra subjetividad. El filósofo asegura que es posible impulsar una ética para vivir en comunidades políticas que no se basen en el odio al otro.
Entrada libre
Ricardo Espinoza Lolas es doctor en Filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid. Actualmente es Catedrático de Filosofía de la Universidad Católica de Valparaíso, donde es Jefe de Investigación de su Instituto de Filosofía. Además, es miembro del Grupo de Investigación en Bioética de la Universidad Autónoma de Barcelona y del Centro de Filosofía y Pensamiento Crítico de la Universidad de Goldsmiths (Londres), entre otros. También ha sido profesor visitante en la Universidad de Bari (Italia), en Goldsmiths (Reino Unido), en la Universidad Complutense de Madrid y en la Universidad de Barcelona.
Es autor de libros como Realidad y tiempo en Zubiri (2006), Hegel y las nuevas lógicas del mundo y del Estado (2016), Žižek Reloaded. Políticas de lo radical (2018), NosOtros. Manual para disolver el Capitalismo (2019), Ariadna. Una interpretación queer (2023) y Perversiones emancipatorias (2024), entre muchos otros.
El programa de pensamiento crítico No-Todo: crítica y negatividad cuestiona los fundamentos de los regímenes de verdad que gobiernan nuestra realidad. Partiendo del fracaso de los saberes establecidos, se busca la apertura de un lugar desde el que dejar atrás las visiones de mundo como ‘obra total’. Para ello, este ciclo de conferencias y diálogos contará con personalidades de dentro y fuera del Archipiélago que, desde sus respectivos ámbitos de trabajo, producen conocimiento con conciencia de su inconmensurabilidad
Venezuela(Caracas).-
25 de mayo de 2024
El
libro y su grandeza
Amo
los libros impresos y a lo largo de cuatro décadas he podido reunir (con mucho
esfuerzo, debo aclararlo, porque los profesores nunca hemos sido bien
remunerados), un buen número de ejemplares que atesoro en mi biblioteca
En
lo personal suelo ser muy ortodoxo en mis costumbres, y eso se deba tal vez a
una cuestión de la edad, transijo (aunque tampoco es que sea un vejestorio),
pero es que hay aspectos que están tan profundamente internalizados en mi ser,
tan metidos en mi manera de ver el mundo y de relacionarme con él, que por más
que me esfuerce termino regresando a la usanza anterior y, créanme, a veces me
siento un tanto arcaico por eso, pero echo mano de la resignación propia de aquello
que ya no tiene remedio, y sigo adelante con mis cosas a la espera de que los
demás me entiendan, se pongan en mi piel (se le llama empatía), y me miren con
ojos misericordiosos y hasta de compasión, y me dejen hacer a mi manera.
Ah,
pero déjenme decirles, hay cuestiones en las que he cambiado porque no tenía
más alternativa: como leer la prensa digital porque en papel es un animal
extinto aquí en Venezuela, o dar charlas y conferencias online porque no hay
maneras de trasladarme hasta el sitio o porque el evento es sencillamente
virtual, o comprar una marca de un determinado producto que jamás ha sido de mi
agrado, pero es la que hay en el mercado, y así por el estilo, pero aquello de
leer libros digitales sigue siendo para mí un imposible, que creo no podré
superar, porque es tal el placer que me produce un libro impreso, que no podría
sustituirlo por la experiencia desangelada de leerlo en la pantalla de mi
laptop, o en el teléfono, o en el Kindle, que tanto furor causa en el mundo,
porque sencillamente no se me da, no es lo mío, y aquí sí, apreciados lectores,
no me doblego por nada de este mundo.
Amo
los libros impresos y a lo largo de cuatro décadas he podido reunir (con mucho
esfuerzo, debo aclararlo, porque los profesores nunca hemos sido bien
remunerados), un buen número de ejemplares que atesoro en mi biblioteca, y ese
“espacio” es para mí sagrado y el eje de mi actividad como escritor e
intelectual, porque si bien con muchos de ellos no tengo mayor relación
dialéctica, y solo de vez en cuando regreso a tal o cual obra para una consulta
o para salir de una duda, con otros sí la tengo bien profusa, y a ellos me
aferro con fuerza y disciplina y son soporte para mi actividad durante casi
todos los días de la semana: los trajino, los vapuleo, los llevo de un sitio a
otro dentro de la casa o fuera de ella, los marco con papelitos, los dejo
abiertos sobre el sofá, les tomo fotografías y las publico en las redes, se los
recomiendo a mis amigos, contrasto las obras de los autores, preparo resúmenes,
escribo artículos para la prensa nacional, y todo un cúmulo de experiencias que
podrían llevarse fácilmente varias cuartillas.
Siempre
me preguntan cuántos libros tengo y cada vez refiero una cifra distinta (tres o
cuatro mil: quizás más, o muchos menos), porque en realidad nunca la di por
contarlos, simplemente los compraba o me los obsequiaban y de inmediato iban a
parar a la pila a la espera de la lectura, y debo reconocer que en este aspecto
he sido muy desordenado, porque he podido llevar aunque sea un somero registro
en un cuaderno de escuela primaria, pero cuando me percaté del asunto ya eran
muchos los ejemplares acumulados y me daba pereza emprender la tarea, razón por
la cual tuve que contentarme con mi memoria, no tan prodigiosa por cierto, e ir
al estante en donde creo que reposa cierto y determinado volumen, estirar el
brazo, meter la mano y casi siempre pescar el ejemplar en una inaudita suerte
de dimensiones casi metafísicas.
Soy
muy celoso con mis libros, casi nunca los doy en préstamo porque la experiencia
me ha dicho que nunca regresan a mí y, cuando ello sucede, ¡oh milagro!,
retornan vueltos añicos: doblados, sucios, con las puntas retorcidas,
desencuadernados y rayados, con manchas de café o de té o de salsa de tomate y
hasta con hojas arrancadas y, para no pasar la rabieta que ello me produce y no
perder el amigo, prefiero reservarme el derecho de tenerlos en mis predios
hasta que Dios lo decida, porque sé que conmigo tendrán el mejor trato posible
al estar en su nicho natural, ya que cuando cambian de manos ellos se resienten
y me lo reclaman con fuerza, como si hubiera cometido una traición.
Mientras
esto escribo, los miro, y me devuelven la mirada, saben que estoy hablando de
ellos, y en su aparente pasividad y quietud contienen en sí mismos todas las
revoluciones posibles: la de la palabra y las ideas, la de la estética de la
narración y de la versificación, la de la historia de la humanidad y su abrupto
devenir, la de los más bellos ensayos, cuentos y novelas, la de biografías de
eximios personajes del país o de otros contextos, la de la ciencia y sus hondos
saberes, la del significado de los vocablos y sus usos, la de los clásicos y
los contemporáneos, la de queridos escritores amigos que partieron de este
mundo y de otros que todavía lo están, la de antologías que buscan en su
esencia el imposible del “todo”, la de los libros de mi pluma que nacieron con
inmensa ilusión y empeño, y que son también como mis hijos, la de traducciones
y la de la propia lengua, la de autores laureados hasta la náusea y la de
aquellos cuyos nombres no despiertan ni un mohín de reconocimiento, la de
escritores queridos y entrañables y la de otros apenas comprendidos, la del
libro impreso en su eterna grandeza y hermosura: compañero de los caminos de la
vida, ángel de la guarda.
rigilo99@gmail.com
Poesía Recitada |
"El diario inédito del filósofo vienés Ludwing Wittgenstein" Fredy Yezzed (Colombia)
https://www.youtube.com/watch?v=fG5J1LEAkgU
Madrid.-
18 de mayo de 2024
Presentación del libro:
¡CUÍDATE, CUBA, DE TU PROPIA CUBA!
En
la presentación del libro, ¡Cuídate, Cuba, de tu propia Cuba!, intervendrá el poeta y escritor Rafael Vilches
Proenza
Joaquín
Gálvez (La Habana, 1965), residente en Miami, dirige la revista literaria
INSULARIS MAGAZINE y la tertulia LA OTRA ESQUINA DE LAS PALABRAS.
Quedan
todos invitados a esta presentación del libro, y a pasar un buen rato, con los
amantes de la lectura.
Madrid.-
17 de mayo de 2024
GASTÓN
BAQUERO, LO QUE NO SE VE, nuevo libro de León De la Hoz
La nueva antología de De la Hoz no es una antología al uso, en ella se ha hecho prevalecer el criterio del poeta Baquero, a través de las múltiples páginas que dedicó a querer decir qué era la poesía para él y de las conversaciones que sostuvo con De la Hoz. Es un largo camino lleno de contradicciones y también de riquezas aquellos donde Baquero busca, que él mismo se situó en dos polos, "lo sentimental" y "lo inteligente". Entre ellos se debatió para hacer de la poesía el sitio donde tan bien se está, diría otro gran poeta como su compañero Eliseo Diego.
El
libro consta de un amplio prólogo del autor, que no se propone hacer un
estudio, como dice en su texto, pero en el que pone determinadas señales que
seguramente servirán de reflexión y estímulo para estudiosos y lectores nuevos.
El enfoque, que es novedoso, también pudiera ser polémico, pero sobre todo es
útil porque permitirá una lectura diferente de la poesía de Baquero.
El cierra libro y se completa con las dos entrevistas que el poeta Felipe Lázaro le hiciera a Baquero en 1987 y en 1994, que tienen varias ediciones bajo el título de Conversaciones con Gastón Baquero (Betania). Un libro que el autor de la antología cree indispensable para conocer la vida y la obra que se entrelazan respirando la una de la otra.
El
libro se podrá adquirir en los próximos días únicamente en la plataforma de
Amazon, tanto en papel como en la versión digital para dispositivos
electrónicos.
Madrid.-
17 de mayo de 2024
Internos del Centro Penitenciario de Navalcarnero crean su propio 'libro cartonero'
En el marco del programa ‘El vaivén de la Feria’ casi una veintena de internos del Centro Penitenciario Madrid IV, en Navalcarnero, han participado en un taller de libros cartoneros
Varios internos de Madrid IV en el proceso de elaboración de sus libros cartoneros | © CP Madrid IV |
Durante la tarde del 13 de mayo, parte del equipo de Feria del Libro de Madrid se desplazó hasta el Centro Penitenciario Madrid IV, en la localidad de Navalcarnero, para compartir con 18 de sus internos el contenido de otro de los eventos de su programa ‘El vaivén de la Feria’.
Con
edades comprendidas entre los 20 y los 60 años, los participantes disfrutaron
de las enseñanzas de la poeta y editora mexicana Sofía Sánchez quien, a
propuesta de la dirección de la Feria, impartió un taller sobre la técnica del
libro cartonero.
Tras
un breve repaso por la reciente historia de la cartonería aplicada a la
industria del libro, que data de comienzos de este siglo en Latinoamérica, bajo
las directrices de la experta, los internos pudieron poner en práctica lo
aprendido e «intervenir artísticamente» —según palabras de Sánchez—, dejando
huella en su propio libro. Así, comenzaron por construir la cubierta con
cartones reciclados que decoraron con verdadero interés. «Ser feliz es la
convicción de estar en el camino correcto», se podía leer en la contracubierta
de alguno de ellos. Posteriormente, pegaron en su interior páginas en blanco
mientras la editora mexicana les sugería escribir en ellas sus propias
historias.
Los
internos tuvieron, además, la oportunidad de reflexionar sobre el significado
de términos como ecosofía, amor a la tierra y a su sabiduría, en este caso a
través del reciclado y de la creación de objetos de lectura hechos por manos
humanas, «un trazo de identidad único frente a la máquina y al algoritmo»,
señaló Sofía Sánchez.
Por
su parte, la directora de la Feria del Libro de Madrid, Eva Orúe, compartió con
los presentes que, si bien las actividades dentro de ‘El vaivén de la Feria’
tienen siempre como objetivo sacar los libros a la calle para acercarlos a
quienes no tienen fácil acceso a ellos, «el va de este vaivén ha llevado la
Feria a un lugar donde nos consta que hay libros y lectores», afirmó al
presentar el taller. Algunos de los internos que participaron en esta actividad
visitarán El Retiro durante la Feria y disfrutarán de alguno de los eventos
culturales programados entre el 31 de mayo y el 16 de junio. Así, «los hoy
visitados vendrán y, al hacerlo, nos ayudarán a cumplir nuestra misión», concluyó
Orúe.
Una
'pasada' de Feria
Al
finalizar el taller, David, uno de los internos presentes en el mismo, confesó
que «hasta que te adaptas a la vida aquí, la lectura ayuda a evadirte de donde
realmente estás». De evasión también habló su compañero Juan Jesús, quien
descubrió durante sus primeros meses en prisión que «solo había una posibilidad
de salir de aquí: a través de la mente». Por eso empezó a leer, «porque al
menos durante unas horas lo conseguía», sobre todo libros que le describieran
otros paisajes, vidas de personajes de otros países, «porque yo antes viajaba
mucho», afirmó.
Ambos
se mostraron muy satisfechos por la experiencia vivida creando su propio libro
cartonero manejando los materiales propuestos. Ninguno de los dos conocía la técnica,
«pero es que aquí te sorprenden todos los días», advirtió Juan Jesús. Y añadió:
«Si quieres estar en el patio sin hacer nada, puedes estar, pero si quieres
aprovechar el estar aquí para crecer, también tienes la oportunidad de hacerlo,
tanto cultural como personalmente».
Por
el contrario, los dos conocían la Feria. «Me parece una pasada», dijo
David.
Noelia Jiménez, directora del Centro Penitenciario Madrid IV: «A través de la lectura desarrollan un nuevo hobby que no se habían planteado tener»
El
taller sobre libro cartonero también contó con la presencia de la directora del
Centro Penitenciario Madrid IV, Noelia Jiménez, y de la subdirectora de
Tratamiento, Sara Cohen. Jiménez reconoció la importancia de este tipo de
actividades culturales y artísticas para la población reclusa «porque acercan
un mundo que numerosos internos descubren por primera vez cuando están aquí.
Muchos de ellos nunca han leído un libro; como gran parte del tiempo del que
pasan aquí es tiempo muerto, comienzan a leer y desarrollan un nuevo hobby que
no se habían planteado tener. En ese sentido, la lectura es algo muy positivo
para ellos».
El
Centro Penitenciario Madrid IV desarrolla una nutrida programación cultural
durante todo el año. Talleres de lectura, crítica literaria, cómic y prensa
forman parte de la amplia oferta. Algunos internos también tienen la
oportunidad de cultivar la escritura creativa participando en la redacción de
textos para las dos revistas que también maquetan ellos mismos y publican con
la ayuda de la ONG Solidarios para el Desarrollo.
Por: Gastón Segura
Me
tengo prohibido escribir de política —bueno, de esa indecente zarabanda que llamamos
ahora política— porque corro dos riesgos imperdonables: o aburrirles con la
conduerma que ya han oído o leído —encima, de señores más informados y
meticulosos que servidor— en las radios o en los teléfonos portátiles desde las
seis o las siete de la mañana, o favorecer a este o a aquel, y a las pocas
semanas o, incluso, a los escasos días tener que tragármelo porque, con el
mayor descaro, nada de cuanto sostuvo ha cumplido. Pero sucedió que mi
apreciado Pedro Bonet, el otro viernes y con motivo de la inauguración de la
feria del libro de viejo —o de lance, o hasta si lo prefieren, de segunda mano,
porque de estas y otras voces para designar el comercio del libro usado versó
el amenísimo pregón de nuestro común amigo Pedro Álvarez de Miranda— me comentó
durante la comida que estaban desguazando la muy valiosa biblioteca del
Instituto de Cultura Hispánica, ahora denominado AECID —es decir y para que lo
entendamos los paganos: Agencia Española de Cooperación Internacional para el
Desarrollo—. También me informó someramente de un manifiesto que habían firmado
noventa personas alarmadas, a cuya cabeza se situaba esa eminencia de los
estudios hispanoamericanos y, qué casualidad, también buen amigo, Teodosio
Fernández.
Bonet,
que al margen de virtuoso de la flauta y alma del grupo de música barroca La
folía, es hombre escrupuloso, me remitió antes de escribirles estas líneas el
comunicado oficial del ministerio de Asuntos Exteriores —de quien depende la
AECID— sobre el caso, donde habla de un proyecto de reforma para ampliar el
venerable instituto hasta convertirlo en un centro polivalente para
conmemoraciones culturales y didácticas y, por tanto, que no había motivo para
tal alharaca y menos, de queja. Pero como quiera que me aplico el viejo adagio
de que “la literatura oficial es mala consejera”, solo saco en claro que han
elevado una rampa de acceso para señores en silla de ruedas; el resto, música
celestial.
Y
afirmo esto con toda amargura, porque me basta recordar cómo el gobierno actual
se mostró ante el quingentésimo aniversario de la arribada de Elcano y sus
menguados marineros a Sanlúcar de Barrameda —una de las gestas fundadoras de la
nación con el Descubrimiento de América, pues con ella, sobre circunnavegar el
planeta por primera vez, se comprobó fehacientemente su esfericidad— para saber
cómo se las gastan las autoridades actuales y si me apuran hasta la oposición,
que le ha copiado —incluso con tono engolado y gesto prócer— eso de
Latinoamérica, ignorando bochornosamente que quien emplea un vocabulario, queda
preso de una ideología.
En
cuanto al feo término de Latinoamérica —hasta en la Wikipedia viene— fue
concebido por Michel Chevalier en sus Cartas sobre América del Norte (1836) y
propagado, años después —véase al caso Noticias de un imperio (1987), del
mejicano Fernando del Paso— por Napoleón III, durante su fallida expansión por
el istmo centroamericano, para borrar toda huella hispana. De modo que, sobre
antiespañola, es una voz netamente imperialista. Pero como sigue siendo hábito
del español vivir avergonzado de serlo —y no lo proclamó un progresista, sino
el muy conservador Cánovas del Castillo— aunque, a ser posible, del
presupuesto; por descontado, sin ojear ni una página de don Ramón Menéndez
Pidal, ni de don Américo Castro, ni de don Antonio Rodríguez Moñino, ni de don
Ramón Carande… Ni de cuantos grandes hispanistas, de aquí o del exterior, le
han dedicado años al tumultuoso proceso de la gestación de la nación y sus a
menudo atroces vaivenes, así nos luce el pelo, y lo que es peor, los dirigentes.
Una de cuyas aficiones más usuales consiste en substituir nombres
institucionales por una definición larga y enrevesada, para reducirla luego a
unas siglas indescifrables —valga como ejemplo la AECID—, cuyo fin más
constatado es pronunciarlas fatuamente en las “ruedas de prensa” para confusión
del común. ¿Pues que les molestaba del sencillo, claro y fácil de recordar
nombre de Instituto de Cultura Hispánica, para que acabase, pasando por el de
Cooperación Iberoamericana, en esa cosa esdrújula de la AECID?... Ah; que había
aumentado sus funciones asumiendo el Instituto Hispano-Árabe de Cultura; ¿y
acaso lo árabe —o andalusí— como lo sefardita —o judío— no es ingrediente
fundamental de lo hispano?
En
cuanto a su biblioteca especializada —la más valiosa tras la de Berlín sobre el
hecho hispanoamericano—, y contra el comunicado de Exteriores, me temo que
suceda como ya ocurriera con los materiales etnográficos recogidos a lo largo
del país, entre otros por don Julio Caro Baroja, para el Museo del Pueblo
Español: que el día menos pensado y a cencerros tapados acabe en cajas selladas
y de hospiciana por desvanes y sótanos de las más variadas dependencias
oficiales, y más cuando en su fondo se puede constatar prolijamente que la
llegada española a América no constituyó colonización alguna, sino la lenta
formación de un “nuevo mundo”, cuyo nombre no puede ser sino el de
Hispanoamérica, le pese a quien le pese.
Y
es que el suceso de la injertación de lo hispano en aquel continente,
acontecimiento ubérrimo y admirable en su permanencia, es la mayor honra de
nacer español, y paradójicamente resulta indigesto para demasiados compatriotas
—de aquí y de ultramar—; lamentable, si no es ya una lacha. Por lo demás;
disculpen este airado descenso al fango, pero me tienen muy harto.
Venezuela(Caracas).- 13 de mayo de 2024
Por Ricardo Gil Otaiza
La voz del escritor
Escribir
es un poder, porque hacemos de las ideas partículas que se quedan dando vueltas
en la cabeza de quien nos lee, y a partir de sus insospechadas interacciones y
choques, nacerán otros mundos: sueños e ilusiones
No
es nada sencillo hallar nuestra voz para expresarnos por escrito, porque no es
lo mismo el texto plasmado en una página, que lo hablado en nuestra
cotidianidad del hogar, del trabajo o de la calle, aunque aparentemente manejen
códigos similares (los llamados códigos lingüísticos). La voz de quien escribe
responde a otras pulsiones y necesidades, si se quiere estéticas: que están a
veces por encima de las de contenido, lo que nos empuja a expresar nuestros
pareceres respondiendo no tanto a nosotros mismos, que somos los emisores, sino
pensando en quienes lo reciben, porque en definitiva queremos comunicar,
plasmar ideas, abrir vasos comunicantes con los otros, traslucir nuestra
interioridad y que ella impacte y se establezca la empatía al ponernos en la
piel de los demás: que estemos en sintonía mental y espiritual con quien nos
lee, y déjenme decirles con honestidad que esto no resulta tan fácil como
muchos creen.
En
lo particular no soy ejemplo de nada, pero tengo ya una larga experiencia en
esto de la escritura (cuatro décadas ininterrumpidas), y en mi caso he tenido
que reinventarme muchas veces para hallar ese “tono” que buscan los lectores de
las páginas de la prensa (o de los libros), y esa búsqueda, de toda una vida,
no es el punto de llegada como podría pensarse con ingenuidad, sino un permanente
ensayo y línea de partida, que se consolida con lo alcanzado, transijo, pero lo
reorienta hacia nuevos horizontes intelectuales y estéticos, y lo empuja a su
vez por insospechados caminos y derroteros, y esto es, ni más ni menos, una
praxis de cambio permanente, que no cesa ni un solo instante y responde a una
dinámica exterior fundida con la que llevamos dentro, y en esa inefable
conjunción nace la página: brota de nuestro ser, ve la luz y se inserta en el
contexto lector para ser consumida, y rápidamente olvidada.
Sí,
la fugacidad del texto de prensa es inverosímil, que no con los libros (aunque
a veces…), pero, al mismo tiempo, de un enorme impacto en quien lo recibe, lo
que nos lleva a poner en cada columna mucho de nosotros mismos: experiencia y
atavismos, lecturas y análisis, indagación y escrutinio de los tiempos
históricos, para hacer de esas cuartillas un mínimo espacio para la
introspección y vivencia de lo profundo y del “ahora” (aunque hablemos del
pasado), pero es en el momento presente cuando el lector se acerca a la página
y es allí en donde los autores lo esperamos para atraparlo, para producir en él
un cambio, para noquearlo, para ganarlo a nuestra causa, y no podemos
desaprovechar ni una sola frase: todo cuenta y los minutos de lectura son
breves e irrepetibles, así que la concatenación de vocablos debe surtir en
quien nos lee el efecto de una mina antipersona: que lo impacta hondamente, que
lo lleva a su interioridad, que lo rehace en su hechura.
Nuestra
voz es al mismo tiempo la voz interior y de la conciencia del lector en su
permanente intercambio: una dialógica que va creciendo hasta alcanzar un punto
de máxima expresión sensorial, y si logramos que quien nos lee establezca con
nuestros textos esa dinámica, lo habremos ganado a nuestra causa infinitesimal,
pequeña en el tiempo (escasos tres minutos), pero que podría significar en ese
“otro” una sinapsis neuronal, una idea propia, un proyecto de texto que podría
materializarse en el futuro: un cambio de actitud y de conducta, una aguda
reflexión epistémica o ética, una nueva visión de vida, un inusitado giro
copernicano que lo impele a ser otro (o a pretender serlo), un imprevisto
proyecto familiar, una rectificación del sendero transitado, una excusa para no
seguir en la noria, un permiso para hacer de la existencia un “algo” distinto a
lo pensado y alcanzado.
La
voz del escritor es muchas veces la voz de la conciencia de quien lee, de allí
que tengamos seguidores y detractores, porque sin sospecharlo incidimos en los
otros, armamos y desbaratamos planes, nos hacemos acusadores de hechos y
también cómplices sin pretenderlo, marcamos en el otro puntos de inflexión que
darán giros a su línea de acción, y es allí cuando el oficio de la escritura
cobra relevancia ontológica y nos exige estar atentos, a no caer en simplismos
ni en vanas complejidades, a decir lo que tengamos por decir y que al hacerlo
pongamos no sólo cerebro y arte, sino también mucho corazón y pasión, y cuando
estamos conscientes de esto nos sentimos con una enorme responsabilidad sobre
los hombros, porque no se trata de escribir bagatelas por salir del paso, sino
hacer de la palabra instrumento de crecimiento compartido.
Escribir
es un poder, porque hacemos de las ideas partículas que se quedan dando vueltas
en la cabeza de quien nos lee, y a partir de sus insospechadas interacciones y
choques, nacerán otros mundos: sueños e ilusiones, un haz de luz en medio de la
más absoluta oscuridad, una esperanza sembrada en un campo inhóspito y perdido,
una palabra de aliento cuando los otros nos dicen a gritos que los caminos
están cerrados y que no hay posibilidades de seguir, una ventana cuando
sentimos que todo se nos ha venido encima, una mueca de complicidad cuando nos
hallamos aturdidos en plena tempestad interior, un hálito de certeza en plena
confusión, un pálpito al notar que no estamos solos, que alguien siente y
padece como nosotros, y que pudo conquistar la cima y hoy nos hace un guiño
desde las alturas.
rigilo99@gmail.com
Madrid.-
13 de mayo de 2024
Poesía Recitada |
"Tercera persona" Tibisay Vargas Rojas (Venezuela)
Ver enlace: https://www.youtube.com/watch?v=MaYjsvz4aT4
Tibisay Vargas Rojas, Caracas, Venezuela (1961). Escritora venezolana, Licenciada en Educación, Mención Lengua y Literatura por la Universidad de Carabobo, y Especialista enDocencia Universitaria. Sus textos han sido publicados en revistas y periódicos (físicos y digitales) nacionales e internacionales. Su obra forma parte de varias antologías literarias, y ha sido galardonada con p